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𝐂𝐚𝐩í𝐭𝐮𝐥𝐨 𝟏: 𝐃𝐢́𝐚 𝐟𝐚𝐦𝐢𝐥𝐢𝐚𝐫

¡Primer capítulo!

Esto transcurre pocos días después del Prólogo.

De verdad espero que les guste este libro tanto como los otros.

Advierto que en este capítulo hay una escena por la cual probablemente quieran matarme, pero luego se les pasará, créanme.

Está dedicado a todos mis lectores💜💙

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Mal's POV:
Han pasado tantas cosas desde mi sexto aniversario con Ben.

Mi papá vive con nosotros, Jay y Lonnie se casaron, Carlos y Jane están comprometidos.

Y debo admitirlo, no han sido unos meses fáciles. Al abrir la barrera, teníamos que hacernos cargo de muchas cosas.

Que todos tengan donde vivir y un buen trabajo, que los niños obtengan una buena educación - mágica o no-, que las personas puedan adaptarse.

Sin contar los eventos de hace unas semanas por el aniversario de Auradon y la reunión entre reinos.

Hay días en lo que no puedo más con lo que pasa. Pero no puedo quejarme a pesar del estrés y el cansancio. Porque amo reinar junto a Ben.

Algo dentro de mí siempre quizo ayudar a los otros en cualquier aspecto, y con esto puedo hacerlo.

Aunque no hemos podido pasar mucho tiempo con los chicos en los últimos meses, hacemos lo posible por encontrar tiempo para estar con ellos.

Bella, Adam y mi padre han sido de gran ayuda en estos meses.
Mi papá se encariñó muy rápido con Ava y con Mason, es demasiado adorable verlo con ellos.

Y hablando de los mellizos, en este momento Ben y yo estamos con ellos. Llevamos un buen rato intentando que se duerman.

-Si quieres yo me encargo de ellos y tú puedes ir descansando.

Negué con la cabeza.

-Quiero quedarme aquí con ustedes.

-Ok.

Levantó a Ava del suelo y la abrazó mientras que la mecia.

Mason caminó hacia mí. Lo cargué y dejé que se sentara en mis piernas.

-¿No tienes sueño, mi amor?

Acaricié su mejilla y balbuceó.

Limpié su barbilla llena de baba. Les están saliendo algunos dientes y llevan varios días así.

Puso su mano sobre mi estómago y sonreí. Dejé mi mano junto a la suya.

-En poco más de cinco meses, conocerán a su hermanito o hermanita.

Max me miró a los ojos y besé su frente.

Ben se sentó junto a mí, Ava ya estaba un poco más tranquila que hace unos minutos. Está comenzando a quedarse dormida.

Acomodé a Mason sobre mi pecho y pasé mi mano por su espalda. Empezó a cerrar los ojos.

-Me hubiera gustado que anteayer hubiera sido un poco más tranquilo. Con ellos dos enfermos fue difícil.

-Lo sé. Pero no hubiera querido pasar el día de otra manera. Necesitábamos ese tiempo con ellos.

Ava y Mason pasaron dos días enfermos por culpa del clima. Los hemos protegido del frío, pero su pediatra nos dijo que era probable que se enfermaran de todos modos.

Por suerte fue algo corto.

El día que estuvieron peor fue el día de San Valentín. Habíamos organizado una reunión con los chicos y pocas personas más.

Desde hace mucho que no estábamos en el yate donde fue el Cotillion, y fue lindo volver.

Ese día anunciamos sobre este embarazo. Queríamos esperar a pasar el primer trimestre para estar más tranquilos. Justo como hicimos con los niños.

La gente se puso muy feliz por la noticia.

No pudimos festejar mucho ya que en la tarde fue cuando se empezaron a sentir mal.

Ben y yo no pudimos tener la cita que teníamos planeada. Pero lo dejamos de lado porque sabíamos que era más importante cuidar a nuestros hijos.

Salí de mis pensamientos cuando me di cuenta de que ambos se habían quedado dormidos.
Ben tomó con cuidado a Max y los llevó a sus cunas.

Caminé hasta él y apoyé mi mano sobre la suya.

-Aprovechemos de ver algo, hace tiempo que nos vemos nada sin ellos.

Asintió y pasó su brazo por mi cintura. Apagué la luz y salimos.

Al entrar a nuestra habitación fuí directo a la cama. Estoy agotada.
Él fue a ponerse la pijama.

Encendí el televisor y dejé lo primero que llamó mi atención.

-Amor-lo llamé.

-¿Sí?

-Mañana tenemos que apartar tiempo para hacer las maletas para el viaje.

Se acercó hacia donde estoy.

-No sé si sea buena idea irnos.

-¿A qué te refieres? - le pregunté.

-Tenemos mucho trabajo por hacer que no se puede acumular.

Rodeé los ojos. Me crucé de brazos.

-Eres increíble-espeté

-¿No estarás molesta por eso, verdad?

-¿Y cómo pretendes que no lo esté? Llevamos meses buscando tiempo para poder hacer un viaje solo nosotros con los niños. ¿¡Y a menos de tres días de irnos me dices esto!?

Mi voz se elevó, pero no quiero llegar a los gritos.

Se sentó enfrente de mí.

-¿Crees que no sé eso? El estrés y el cansancio me consumen. Pero he hecho hasta lo imposible porque las cosas no recaigan en ti.

-¿Y eso nos ha ayudado en algo? Hace semanas que no duermo bien y apenas descanso. ¿Para que cuando al fin vamos a tomarnos unos días me digas que no iremos?

-¿Piensas que eres la única que no ha pegado un ojo en días? - preguntó molesto.

Cerré los ojos e intenté relajarme.

-Por favor no peleemos-dije.

Solté el agarre de mis manos al darme cuenta de que estaba apretando los puños.

-Tú fuiste la que empezó.

Abrí los ojos. Comenzaron a brillar.

-¿Disculpa? Esto no estaría ocurriendo si no hubieras salido con la idiotez de que debemos quedarnos aquí.

-No me parece el momento correcto de salir de la ciudad-dijo, apartando la mirada de la mía.

-Tus padres pueden ayudarnos mientras que no estamos, como han hecho en otras ocasiones. ¿Tienes una verdadera razón para no querer irte que no me estás diciendo?

La intensidad del brillo en mis ojos cada vez aumentaba más.

-¿Acaso desconfías de mí otra vez?

Mis ojos dejaron de brillar. Hice lo posible por no volver a apretar los puños.

-Largo.

-¿Qué? - preguntó confundido.

-Afuera, ¡ahora! - grité señalando la puerta.

Apreté la mandíbula y mordí mis mejillas para intentar no llorar.

-Mal, yo...

-No quiero hablar contigo, no ahora.

Oí como se levantaba.

Puse mis rodillas frente a mí pecho y escondí mi rostro en ellas.

Las lágrimas comenzaron a rodar por mis mejillas. No pude evitar que los sollozos salieran de mis labios.

Sentí como una se sus manos se posaba sobre mi hombro. La aparté bruscamente.

-No me toques.

Oí como suspiraba y la terminó de quitar.

-Lo siento, no debí decir eso ni muchos menos alzarte la voz. No estoy siendo justo contigo.

Me quedé como estaba, aún con las lágrimas saliendo de mis ojos.

-¿Entiendes lo difícil que es para mí todo esto? - le pregunté.

Sequé mis mejillas con mis muñecas.

-Quiero pasar tiempo contigo, con nuestros hijos y con los demás, y ni eso he podido hacer.

Hice una pausa.

-Yo no fui criada para esto. He tenido que aprender por ti, por el reino. Porque no quiero decepcionar a nadie. Pero ya no puedo con la presión, necesito unos días en los que no deba preocuparme por nada.

A pesar de que eran menos, las lágrimas seguían corriendo por mis mejillas.

-Yo no debí hablarte así. Porque aunque yo conozca estas cosas desde niño y no sea fácil para mí tampoco, sé que es peor para ti. Y más ahora, todo esto te hace daño a ti y al bebé.

Volví a cerrar los ojos.

-Soy un idiota por haberte hablado de esa forma. Estoy cansado, estresado y un montón de cosas más, pero no debo pagarla con nadie, mucho menos contigo. Haz pasado por tanto. No mereces que nadie te trate de esa forma, y siento que soy un monstruo por haberlo hecho.

Lo miré. Mi corazón se apretó al ver como estaba.

Puse mi mano sobre su mentón e hice que me mirara.

-Creo que en algún momento ambos íbamos a explotar. Y sí, no estuvo bien lo que dijiste. Pero eso no te convierte en un monstruo.

Abrió los ojos.

Extendió sus brazos hacia mí y lo abracé. Dejé mi rostro sobre su pecho.

-Lo lamento tanto-me dijo.

-Yo igual.

Hice lo posible por no volver a llorar. Pasé mucho tiempo evitando pensar en esa ocasión como para hacerlo ahora.

Nos quedamos en esa posición unos minutos, sin soltar el agarre del otro.

-¿Hay algo que quieras decirme? - me preguntó al notar mi intranquilidad.

-Es que no habíamos tenido una discusión así desde...

-Desde lo de Alena.

Asentí y me escondí más en su pecho.

Luego de unos minutos me separé de él.

-¿Recuerdas lo que hablamos con tus padres el día que pasó lo de Katherine?

-Sí.

-Bueno, no fui del todo honesta con ellos, ni contigo.

Bajé la mirada.

-Puede que el último ataque de ansiedad que tuve antes de ese no fue cuando... -tomé aire- Cuando la muerte de mi mamá.

Tomó mi mano y acarició mis dedos para tranquilizarme.

-¿Crees que fue cuando peleamos?

-No exactamente. Más bien fue antes de eso.

Intenté reunir el valor para decírselo.

-En ese momento creí que reaccioné como lo hice por el descontrol en mis poderes y por los celos, pero... No fue así.

Empecé a llorar otra vez.

-Luego de ver lo que ponían en televisión mi mente era un caos. Mi problema principal no fue desconfiar de ti, fue el hecho de que hubiera desconfiado de mí, por eso estaba así.

Sollocé.

-Habían pasado muchos años desde la última vez que me había sentido así de insegura e impotente. Sentí que no era suficiente para ti, que no merecía tenerte por estar dudando. Jamás me has dado una razón para hacerlo.

<<Mis manos temblaban, mis ojos brillaban y apenas podía respirar bien.

Ben tomó con cuidado mi mejilla.

-¿Por qué no me habías dicho nada de esto antes?

-Estaba avergonzada-susurré.

-No debías estarlo.

-Pero lo estaba. ¿Cómo iba a explicarte que me sentía así cuando ni yo misma entendía qué me estaba ocurriendo? Creía que esos ataques no volverían a ocurrir, y me equivoqué.

Secó mis mejillas.

-Sentí como mi corazón se volvía en miles de pedazos cuando discutimos. Y algo en mí quería hacerme sentir que lo merecía. Lo merecía por haberte hablado así, por haber desconfiado de ti, de mí y de nuestra relación. Muchas inseguridades que ni siquiera sabía que tenía aparecieron en ese momento.

<<¿Cómo ibas a estar tú conmigo, siendo hija de los dos peores villanos, pudiendo estar con alguien como ella? Alguien a quien criaron con los mismos propósitos que a ti. Por eso había una parte de mi mente torturándome, intentando hacerme creer todas esas cosas. Haciéndome creer que podías ser capaz de hacerme eso.

Unió sus labios con los míos y fue quitando mis lágrimas.

-Eres lo mejor que pudo pasarme en la vida. Eres hermosa, inteligente, considerada, cariñosa, valiente y fuerte. Y no puedo seguir la lista porque jamás terminaría-dijo sonriendo.

Reí levemente.

-No sabes cuanto me gustaría que no tuvieras que pasar por eso. Que hubiera podido estar a tu lado en ese ataque y en cada uno de los anteriores para ayudarte. Porque tú mereces todo lo bueno en este mundo.

Entrelazamos nuestras manos.

-Ese día fue muy doloroso para ambos, pero con él aprendimos y avanzamos como personas y como pareja. Así que no puedo arrepentirme de eso, mucho menos cuando somos lo que somos ahora.

Sonrió e imité su gesto.

-Y tienes razón, realmente necesitamos esos días. Por que si hubieramos explotado después de hoy, nos hubiéramos hecho mucho más daño. No soportaría eso, no de nuevo.

Besé la punta de su nariz.

-Creo que necesitábamos que esto pasara para descargar todo lo ocurrido en estos meses.

Ben volvió a abrazarme.

-Te amo-le dije.

Dejó sus manos sobre mi estómago y lo acarició.

-Y yo a ti.

Besó mi mejilla y reí.

-Debemos dormir. Hablaré con Lumière y mi papá en la mañana y dejaré el tiempo libre de aquí a que volvamos.

-Gracias.

Nos miramos a los ojos unos segundos y logré terminar de relajarme.

Apagamos el televisor y nos acomodamos debajo de las sábanas. Me pegué a su pecho y rodée su cintura con mis brazos.

Levanté la mirada y observé su rostro.
Se ve muy tierno así. Con los ojos cerrados y una expresión de tranquilidad.

Mordí mi labio y dejé mi mano sobre su mejilla.

-Sabes que sé que me estás mirando, ¿verdad?

Me sonrojé. Él abrió los ojos y sonrió.

No pude decir nada porque sus labios se habían pegado a los míos.

Después de algunos minutos terminé quedando debajo de él.

-Creí que querías dormir-susurré cerca de sus labios.

-Una hora menos no nos hará daño si la disfrutamos al máximo-dijo en tono coqueto.

Reí.

Ahora fuí yo quien inició el beso.

(...)

Me estiré y abrí los ojos poco a poco. Agarré mi teléfono de la mesa de noche y revisé la hora.

Tres y media de la tarde.

Supuestamente solo iba a dormir un rato luego de almorzar e iría a pasar un rato con los niños. Pero terminé convirtiendo mi corta siesta en una de casi dos horas.

Me levanté con cuidado y tomé el suéter que Ben me había dejado sobre el sillón. Hace frío a pesar de que ya el invierno está terminando.

Acomodé mi cabello y abrí la puerta de la habitación.

Caminé por el pasillo y no encontré a nadie. Fruncí el ceño al oír voces provenientes del piso de abajo.

Bajé las escaleras y sonreí al ver la escena.

Adam, Ben y mi papá están sentados en el suelo. Los niños están a pocos metros de ellos gateando e intentando caminar sobre la alfombra que tenemos para ellos.

Todo está lleno de peluches y juguetes.

Disimuladamente tomé algunas fotos y me quedé recargada en el marco de la puerta.

Los bebés se sentaron frente a ellos.

-Digan "Abuelo Adam".

Mis hijos balbucearon.

-Ab...abu.

Reí por lo bajo para que no me descubrieran.

-A ti no te harán caso, Bestia. Observa y aprende-dijo mi papá.

Vi como ponía los peluches favoritos de los niños junto a él.

-Digan "Abuelo Hades".

Max y Ava lo miraron emocionados, intentando tomar al dragón y a la bestia con sus manitas.

-Ab..abu.

Mi padre bufó y tuve que morder mi labio para no reírme.

-Préstame los juguetes, seguro que a mí sí me hacen caso.

Ben tomó los dos peluches y los dejó sobre sus piernas.

-Digan papá.

No tardaron en reaccionar.

-Pa...pa.

Mi esposo sonrió y besó sus frentes luego de darles los peluches.

-Eso no es justo, ellos ya saben decir esa palabra-se quejó mi papá.

Los mellizos se rieron.

No pude seguir mucho rato escondida ya que me delataron.

-Ma...ma-dijeron los niños señalando en mi dirección.

Los tres voltearon a verme.

Me acerqué y Ben se levantó. Pasó un brazo por mi cintura.

-¿Pudiste descansar bien? - me preguntó mi suegro.

-Sí, gracias por ocuparse de los niños.

-No fue nada.

Ava y Max se levantaron y caminaron hacia nosotros. Nos agachamos a su altura.

-Son unos chismosos, quería sorprender a sus abuelos y a su papá-dije y les hice cosquillas.

Los dos se rieron.

-Mi mamá pidió que la buscaras en la biblioteca cuando despertaras. Dijo que quería hablar contigo.

-Ok.

Besé las mejillas de los niños y me levanté con la ayuda de Ben.

-Tú quédate tranquila, nosotros tres nos quedaremos con ellos mientras tanto-dijo mi papá.

-De acuerdo.

Ben besó mi frente y dejó que me fuera.

Después de algunos minutos llegué a la biblioteca. Abrí la puerta con cuidado.

Bella apartó la vista del libro que tenía en sus manos y me sonrió.

Se levantó y luego de dejar el libro sobre una mesa, se acercó a donde estaba.

Me abrazó y sonreí.

-¿Pudiste descansar, querida?

-Sí. Gracias por ayudarnos con lo de estos días, realmente necesitamos ese tiempo apartados de las responsabilidades.

-No es nada-dijo con una sonrisa- ¿Quieres acompañarme a la cocina?

-Claro.

Extendió su brazo y lo entrelacé con el mío. Comenzamos a caminar.

-¿Sobre que querías hablar? Cuando Ben me dijo que te buscara sonaba como algo importante.

-Bueno, le pedí que te dijera eso ya que desde hace bastante no pasamos tiempo juntas. Creo que desde...

-Desde que estaba embarazada de los mellizos.

Ella asintió.

-¿Cómo llevas lo del estrés? Sé que para este punto cargar con todo lo del reino con el embarazo y los niños debe ser hasta más difícil que cuando yo era reina.

Suspiré.

-Me encanta reinar junto a Ben, ayudar a la gente y eso. Pero ya llegamos a un punto en el que no tomarnos unos días no es sano para ninguno de los dos-hice una pausa- Ben te dijo lo que pasó anoche, ¿cierto?

-Sí, no entró en muchos detalles. Aún se siente mal por lo que te dijo.

Bajé la mirada.

-No discutíamos así desde hace mucho.

-Eso lo noté, ya que rara vez ustedes discuten. ¿Pudieron resolverlo todo?

-Así es. Creo que necesitábamos que eso pasara para darnos cuenta de las consecuencias de no habernos ido de vacaciones cuando ustedes nos lo dijeron.

Entramos a la cocina.

La Señora Potts nos sonrió y se fue. Melody me dijo que hoy iba a verlos para decorar la habitación del bebé.

-Casi me molesté con mi hijo sino fuera porque me explicó que ya todo estaba bien.

Reí.

Me senté en una de las sillas frente a la barra.

-Conociéndolos y habiendo visto las sonrisas que tenían esta mañana, supongo como terminó esa reconciliación.

Estuve apunto de ahogarme con mi propia saliva al oírla decir eso. Mis cachetes deben de estar más rojos que un tomate.

-¡Bella!

La madre de Ben simplemente se rió y siguió buscando ingredientes.

-¿Tan obvios somos? - pregunté.

-No realmente, pero tu reacción confirmó mis sospechas-respondió entre risas.

Esto sí que es vergonzoso.

-¿Qué vamos a preparar? - cambié de tema.

Dejó todo frente a mí.

-Galletas con chispas de chocolate, a mi hijo y a Adam les encantan. Y podría ser la oportunidad de que mis nietos las prueben.

Sonreí.

Me puse como una niña que ve un dulce al observar el vaso que puso al lado de mi mano.

Bella rió al ver mi cara.

-Sé que amas las fresas, además de que eso y el helado han sido tus antojos en los últimos meses.

-Gracias.

Tomé el vaso con la malteada de fresa y sonreí al sentir el sabor en mi boca.

Pasamos un buen rato mientras que hablamos de los niños y de mi infancia y la de Ben.

-¿Él en serio hacía eso? - pregunté riéndome.

-Sí-dijo del mismo modo- Hubo un día que tuvimos que perseguirlo por todo el castillo hasta que logramos que se metiera al baño.

Volvimos a reírnos.

-Y yo pensaba que hacía desastres cuando era pequeña.

Mi suegra sonrió.

-De bebé él siempre fue muy tranquilo. Pero cuando tenía entre tres y ocho años, tenía sus momentos.

Sonreí de ternura por sólo imaginarlo.

-Espero que los niños sean así. Porque si alguno se pone como era yo, tendremos que recoger muchos desastres.

-Pienso que Ava será la más intranquila, Mason es como mi hijo de niño. Aunque no sé que pasará con el próximo bebé.

Sonreí. Tengo mi mano apoyada sobre mi estómago, que ya es bastante notorio.

Terminamos de ponerle las chispas a las galletas y Bella las metió al horno.

Se sentó junto a mí luego de eso.

-Lo que te dije aquel día en la coronación de Lonnie es cierto. De verdad siento que eres como una hija para mí. Y siento que casi nunca pasamos momentos juntas.

Tomó mi mano.

-Y yo te considero como una madre-le dije sonriendo- Tenía tantas dudas sobre mí misma cuando me enteré que estaba embarazada de los mellizos. Pero tú siempre estuviste ahí para mí y me ayudaste, a pesar de que no era tu deber hacerlo.

Me miró a los ojos.

-Linda, ¿cómo no iba a hacerlo? Para mí no era ni es un deber ayudarte.

-Es que...

Bella apretó mi mano.

-Nunca tuve un buen ejemplo de madre. Pasé tantos momentos malos por culpa de la mía. Perdí la oportunidad de crecer con mi papá por ella e hice cosas que no son buenas. Mis ataques de ansiedad son consecuencia de todo eso. Los gritos, los golpes, los insultos...

Cerré los ojos y al abrirlos las lágrimas comenzaron a caer.

-Apenas tenía cuatro años cuando empezó a manipularme al punto en el que hacía todo lo que ella quería. Y cuando no lo hacía... Terminaba llorando por las cosas que me decía. Luego comenzaron los golpes, solo tenía siete años.

Sollocé y vi como los ojos de Bella se cristalizaban.

-No entendía que hacía mal para merecerme todo eso. Creía que algo estaba mal en mí, así que hacía lo posible por cumplir lo que me ordenaba. Lo único que quería era que me amara, o al menos me quisiera un poco y que estuviera orgullosa de mí. Pero jamás lo logré.

Llegué al punto en que mi llanto no me dejaba articular ninguna palabra.

Sentí los brazos de Bella rodearme y cerré los ojos.

-¿Porqué mi madre me odiaba tanto? - dije en un susurro.

Comenzó a acariciar mi espalda y mi cabello.

-No sé si te odiaba o no. Lo único que sé es que nadie, absolutamente nadie, merece pasar por lo que tú pasaste. Eres una gran chica, Mal. Todos estos años me han hecho darme cuenta porqué mi hijo se enamoró de ti.

Quité algunas lágrimas y la miré.

-¿Ah, sí?-sorbí mi nariz.

-Así es. Tienes uno de los corazones más nobles que he visto. Te preocupas por los demás y los ayudas a pesar de estar pasando un mal momento. Estás dispuesta a luchar con tal de proteger a las personas, sean buenas contigo o no. Y tienes la capacidad de perdonar a pesar de lo que esa persona te haya hecho.

<<Estoy orgullosa de haberte visto crecer en estos años y convertirte en la mujer que eres ahora-posó su mano sobre mi mejilla y la acarició de forma maternal- Eres una gran reina,una gran hija, una gran esposa. Y lo más importante, la mejor madre.

-¿En serio lo crees?

Ella asintió.

-Gracias.

-¿Por qué? - me preguntó.

-Por ser como una madre para mí y aceptarme a pesar de todo. Gracias a ti, a Adam, a Ben y a los chicos comencé a sentir que tengo una familia. Y cuando nacieron los niños y arreglé las cosas con mi papá, fue el momento en que al fin me sentí completa.

<<Y esa sensación que tenía de no tener una madre se llenó cuando te conocí.

Bella secó sus lágrimas y me sonrió.

Besó mi frente. Nos abrazamos de nuevo y nos quedamos un buen rato así.

-¿Qué tal si alcanzamos a los demás y volvemos en un rato a buscar las galletas? - puso un mechón de pelo detrás de mi oreja.

-De acuerdo.

Llegamos con el resto de nuestra familia. Están viendo televisión.

Me senté sobre el regazo de Ben y lo abracé. Mi papá está sentado un poco más allá. Los niños están entre ellos dos, más dormidos que despiertos.

-¿Cómo te fue?

Bella me sonrió y se sentó al lado de Adam.

-Creo que necesitaba una charla de madre e hija.

Ben me miró sonriendo por lo que dije.

Apoyé mi cabeza en su hombro y pasamos el resto del día en familia.

Los niños adoraron las galletas que hicimos, aunque no les dimos mucho ya que aún no deben comer tanta azúcar.

Días como el de hoy hacen darme cuenta de que valió la pena pasar por todo lo que pasé antes de llegar a Auradon.

Tengo amigos que son como hermanos, dos padres, una madre, un esposo y dos hijos-próximamente tres-, que hacen de mi vida la mejor que podría tener.

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Sé que tal vez lo de la discusión fue un poco fuerte. Pero es que aunque ellos sean tan dulces y melosos, no significa que no hayan desacuerdos. Es algo normal en una relación.

Voy a aclarar algo desde ahora, en cierto punto habrá un time skip de unos cuantos años.

El punto principal es comenzar narrando algunas partes de la infancia de los niños. Y en cierto momento, narrar su adolescencia.

Claramente seguirán habiendo escenas de Ben y Mal, no sería una historia mía sino fuera así😂💙💜

Cuando haga el time skip, habrá un capítulo mostrando quienes interpretan a los hijos de los VK's/AK's.

Psd: Si no han visto la nueva película de Sofía véanla. Les prometo que les gustará.

¡Nos leemos pronto!

~Con amor, su escritora💕.

Publicado el 21/06/2020.

Editado el 19/07/2021.

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