𝗦𝗜 𝗔 𝗔𝗥𝗘𝗗𝗛𝗘𝗟 𝗡𝗢 𝗟𝗘 𝗛𝗨𝗕𝗜𝗘𝗥𝗔𝗡 𝗔𝗥𝗥𝗘𝗕𝗔𝗧𝗔𝗗𝗢 𝗟𝗔𝗦 𝗣𝗔𝗟𝗔𝗕𝗥𝗔𝗦
Hvis de ikke hadde tatt bort ordene til Aredhel
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Aredhel estaba perdida en una inmensa arboleda que parecía no llevarla a ninguna parte. Su desesperación por encontrar la salida la condujo hasta la vivienda del gobernador más depravado y profanador del bosque Nan Elmoth: Ëol. En este instante, su perversidad lucía maquillada de una falsa hospitalidad muy creíble. La elfa, asustada y vulnerable, le explicó que se había perdido y que no conocía el camino que la traía de vuelta a casa. Para tranquilizarla, Ëol la invitó en su palacio y le sirvió una taza de té, aunque sus intenciones eran muy distintas a las que Aredhel creía. Ella buscaba alguien que la ayudara y él solo anhelaba raptarla y forzarla a sus deseos enfermizos. Quedó sentado frente a la muchacha, analizando su figura detalladamente mientras calcaba una expresión de interés que en realidad no importaba.

—¿Te han dicho nunca que eres muy bella? —Soltó, sonriendo con gracia mientras recostaba su pómulo en la mano.

La pregunta fue tan súbita y fuera de lugar que Aredhel se quedó callada y apartó la mirada hacia un costado. La confianza que tenía se esfumó como la niebla y se convirtió en una situación incómoda y turbada.

—¿Cómo...?

—Eso, Aredhel: tienes una belleza envidiable —recalcó, inclinándose hacia delante. Y el silencio abyecto regresó—. Hace un poco de calor, ¿verdad? Puedes quitarte la túnica, si quieres. Yo me quitaré la mía o terminaré asado.

La elfa respiró algo más alto porque el pudor empezaba a congelarla. Tan solo se mantuvo sentada, con la mirada agachada y las piernas cerradas junto con las manos. Ëol se deshizo de su chaqueta y, sin regresar a su sitio, volvió a examinarla con la mirada mientras comenzaba a tocar sutilmente sus pendientes de plata.

—Eres tan bonita... ¿Estás casada, Aredhel? ¿Prometida, quizá? —Coaccionó verbalmente, arrancando una risa no tan simpática, pero con intenciones de parecerlo. Ella negó cortadamente con la cabeza—. ¡Lo sabía! Intuí que no serías como las otras elfas: bobas, maternales, con deseos de casarse con el primer memo que pasa. Tú eres mucho más inteligente que ellas, ¿verdad que sí? A ti no te importan esas cosas.

—Señor —pronunció, temblorosa.

—¿Sí, querida?

—Debo irme.

—¿Por qué? Menuda decepción. ¿Así es cómo me agradeces el favor? ¿Bebiendo de mi taza y largándote sin más? Estás resultando muy descortés. Muy, muy descortés. No te creía así de malcriada —refunfuñó con un tono profundamente molesto y ofendido. Ëol acarició sus cabellos, conminatorio—. Pequeña, ahí fuera no estarás segura...

Acercó sus labios en el oído de la menor y cuando estuvo a punto de liberar la lengua, Aredhel le tiró el agua hirviente de la taza en la cara y salió corriendo, pero él logró alcanzarla antes de que pudiera hacer nada. Cuando la tuvo inmovilizada y la elfa rompió un llanto de puro terror, se quedó inconsciente por culpa del somnífero que el señor de estos bosques había usado para drogarla. Y fue en este instante cuando la maldad de Ëol arrebató su cordura y honra una y otra vez por un largo tiempo. Cuando despertó tras el primer forzamiento, su juicio estaba nublado por el encantamiento que Ëol le lanzó, causando un agujero tan abismal en su corazón que, con el paso de los años, jamás se remediaría.

𝐂𝐀𝐍𝐂𝐈𝐎́𝐍 𝐃𝐄 𝐋𝐋𝐀𝐍𝐓𝐎𝐒 𝐑𝐎𝐉𝐎𝐒
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XIII
SI A AREDHEL NO LE HUBIERAN ARREBATADO LAS PALABRAS

Hay tanto mal
en tu interior
Quiero escapar
huir de este lugar
Y no puedo hablar
solo habito el dolor

Tus labios son
veneno letal
Y tu corazón
un amor mortal
que me malea
¿Dónde estoy?
¿Qué me ocurrió?

Me robaste la voz,
me convertiste en un pedazo de carne
que consume y corta
mi olvidado honor
¿Por qué eres atroz?
Es la maldición

Frente a un cristal
transparente e ideal
me miro y sé
que algo va mal,
pero no puedo gritar
Cada acto vil
cada momento aquí,
es aún peor
Es la maldición

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XIII
HVIS DE IKKE HADDE TATT BORT ORDENE TIL AREDHEL

Det er så mye galt
inni deg
Jeg vil flykte
stikke av fra dette stedet
Og jeg kan ikke snakke
Jeg bor bare i smertene

Leppene dine er det
dødelig gift
Og hjertet ditt
en dødelig kjærlighet
hva gjør meg syk
Hvor jeg er?
Hva skjedde med meg?

Du stjal stemmen min
du gjorde meg til et stykke kjøtt
som forbruker og kutter
min glemte ære
Hvorfor er du fryktelig?
Det er forbannelsen

Foran et glass
gjennomsiktig og ideell
Jeg ser på meg selv og jeg vet
at dette er galt,
men jeg kan ikke skrike
Hver stygg handling
hvert øyeblikk her,
det er enda verre
Det er forbannelsen