Capítulo 36
Holap... no quiero ver comentarios de odio hacia Jk, ya que usará un vestido.
[...]
Los rayos del Sol entran por la ventana, Taehyung despierta primero, desenreda sus brazos de su adorable Omega y se levanta de la cama, mira el cuerpo tendido y flashbacks de lo que hicieron la noche anterior llegan a su mente.
Jungkook corriendo por el pasillo mientras Taehyung lo seguía entre preocupado porque se cayera y excitado por ver el maravilloso trasero desnudo de su chico, también recuerda la mirada lasciva de Jungkook cuando le pidió que le bailara mientras se quitaba la ropa, los movimientos lentos y torpes del Alfa hicieron que el ojiazul riera.
Ahora Jungkook está durmiendo plácidamente, la suave sabana cubre de su cintura para abajo dejando a la vista su vientre de casi seis meses de embarazo, su cabello es un completo caos y Taehyung puede ver huellas de la almohada en su rostro que dejó de tener pómulos filosos para tener adorables mejillas rosas.
El Alfa se arrastra a la cama nuevamente y besa la nariz de su Omega, luego baja un poco y besa su pancita, pasa su nariz por la redondez dejando suaves caricias.
—Hola pequeña, es papá —dice con suavidad —Papi aún está durmiendo, está muy cansado, yo solo quería darte los buenos días y decirte que te amo, te amo mucho bebé, prometo que haré feliz a tu papi, nos casaremos hoy y espero que te portes bien, no queremos que nuestro sol esté malhumorado, aunque es adorable cuando lo está, también es algo terrorífico —la bebé patea la nariz de Taehyung —Oye no seas grosera con papá, te juro que te salvaré de papi si está molesta contigo.
—Tae —dice la voz somnolienta de Jungkook —¿Qué haces?
—Buenos días, amor. Estoy teniendo una conversación importante con nuestra hija.
—Oh, está bien, continua —el Omega enreda los dedos en los rizos de su Alfa.
—Como decía, te protegeré de tu papi si está gruñón.
—Ohh, Kim. No me calumnies ante mi hija.
—No me interrumpas, estoy a punto de hacer negocios con Manchita.
—Eres ridículo.
—Mal educado, me interrumpes — refunfuña el Alfa —Bien bebé, te ofrezco un poni para cuando cumplas 5 y un Ferrari para tus 16 si dejas que papi tenga un día tranquilo hoy.
—Tonto —dice con dulzura el bonito castaño —No sobornes a Manchita, ella se portará bien porque papi se lo pide.
—Yo solo trato de hacer lo mejor para ti.
—Y lo harás, si me traes agua de coco.
—Estoy en eso —el Alfa se acerca y besa a su Omega —Te amo y cuento las horas para llamarte mi esposo.
—También te amo y espero con ansias llamarme Kim Jungkook.
—Oh cariño, suena perfecto.
—Es porque soy perfecto, TaeTae bebé.
El Alfa se levanta, le guiña un ojo y sale de la habitación en busca de coco para sus amores.
[...]
—¡No mires Taehyung, es de mala suerte ver al novio antes de la boda! —grita el ojiazul en cuanto escucha los pasos de su Alfa acercarse.
—Pero sol, tengo que cambiarme a menos que quieras que nos casemos mientras estoy en bóxers.
—Cierra los ojos, te pasaré tu ropa.
—Está bien.
Jungkook en realidad aún no está vestido, solo quiere molestar un poco a Taehyung, agarra las prendas que su Alfa eligió en la mañana y abre la puerta, el rizado está sentado con la espalda pegada a la pared, sus ojos están cerrados con fuerza, parece un pequeño niño regañando, Jungkook está tan enamorado de él.
—No abras los ojos, si lo haces te casarás con una piña y no conmigo —amenaza el mentiroso que solo viste su traje de baño.
—No lo haré —afirma con convicción el rizado que imagina con horror lo que sería casarse con la fruta.
Jungkook pone las prendas en las manos de su Alfa y luego pellizca una de sus tetillas, Taehyung grita de dolor pero no abre los ojos, solo escucha la puerta cerrarse y la risilla diabólica de su Omega, él lo ama tanto.
Taehyung solo niega con la cabeza y sonríe mientras camina a la habitación contigua para vestirse los pantalones de lino blanco y una camisa del mismo color pero de seda, no abotona los tres últimos botones, dejando a la vista su piel bronceada.
El Alfa ya había planeado esto con anticipación, al día siguiente de que Jungkook dijera que quería irse de vacaciones a Jamaica, Taehyung y Darkhor tuvieron una conversación y decidieron que sería estupendo casarse en la playa, así que organizaron todo y solo esperaban que su Omega aceptara adelantar la boda.
—Al fin nos casaremos —dice Taehyung.
"Y yo pensé que teníamos que secuestrarlo para que aceptara" responde Darkhor.
—Quiero hacerlo feliz, que lo hagamos feliz.
"Él es feliz Taehyung, nosotros lo amamos, lo respetamos, lo protegemos".
—¿Crees que algo sea diferente ahora que nos casemos?
"Por supuesto" dice el lobo "Ahora lo llamaremos esposo".
—Hemos esperado eso por años.
"Desde el primero día que lo vimos idiota, hasta hiciste el ridículo, Taehyung" se burla Darkhor.
—Y tú le tenías miedo, lobo cobarde —contraataca Taehyung.
"Mejor pasemos a temas más placenteros" dice el lobo "¿Quién tendrá el primer día de la Luna de Miel?"
—Claramente yo.
"Aceptaré eso para que cuando esté decepcionado de tu rendimiento yo lo haga mejor".
—Imbécil.
Taehyung peina su cabello, se coloca algo de perfume y sale de la habitación, toca la puerta donde Jungkook está.
—Cariño ¿Estas listo?
—Aún no, deja que me vea hermoso en nuestra boda.
—Tú eres hermoso todo el tiempo sol, ahora ¿podría entrar por un momento? Necesito sacar algo de mi maleta.
—Me esconderé en el baño —se escucha pasos en el interior y una puerta cerrase —¡Entra!
Taehyung ingresa y va hacia su maleta, saca la cajita negra donde están sus sortijas.
—¿Quieres que te espere o te veo allá? —pregunta el rizado.
—Espérame en el altar Kim Taehyung, veré si me apetece ir o no —es la respuesta descarada que recibe.
—Sufriría mucho si no llegaras, esperaría largos dos meses antes de buscar un nuevo Omega —dice Taehyung siguiéndole el juego.
—Agradezco el tiempo de espera, pero yo solo esperaría un mes y luego me casaría con unos de esos Alfas que viajan en sus yates por el mundo.
Taehyung gruñe, ya no le hace gracia el juego.
—Te amo —dice —Te esperaré.
—También te amo, ow, tu hija acaba de patear creo que dice que te ama.
—Más te vale mocosa, papá no te comprará el poni si no lo haces.
—¡Taehyung! —grita Jungkook —No seas bobo.
—¡No huyas Omega! —es lo que grita el Alfa mientras sale.
El sol en Jamaica está a punto de ocultarse, al aire libre y parado bajo un arco de flores silvestres se encuentra Taehyung esperando a su Omega.
La boda solo será simbólica, llegando a Londres irán al ayuntamiento y firmarán los papeles legales, luego se preocuparán por los reproches de su familia por no invitarlos a su boda.
—Él vendrá —le dice el juez de paz que Taehyung sobornó para la ceremonia ya que se tiene que estar casado para poder hacer este tipo de cosas.
—Lo sé, sabe lo que causa en mí y se está aprovechando.
Tres hombres vestidos con trajes locales se acercan, dos de ellos tienen tambores colgados en el cuello y el otro un instrumento que el Alfa no reconoce, empiezan a tocar y por supuesto que Jungkook tenía que hacer una entrada genial.
Mientras los tambores suenan y lo que sea la otra cosa, el Omega sale de la casa, lleva puesto el vestido de seda blanco con girasoles bordados que Darkhor le compró, sus hebras castañas están adornadas con una corona de flores amarillas y lilas, camina por la alfombra de rosas con los pies descalzos, su vestido se mueve junto al viento, se ve precioso.
Cuando llega al altar, su sonrisa hace que arruguitas aparezcan al costado de sus azulados ojos, mueve adorablemente la nariz cuando Taehyung deja escapar un suspiro soñador.
—Casi no vengo —dice casualmente.
—Te ves hermoso —dice el Alfa en cambio —¿Y donde conseguiste músicos?
—No hay nada que una búsqueda en internet no haga —encoge los hombros.
—Buenas tardes —dice el juez interrumpiéndolos —En vista de que esta no es una boda común, será más breve.
Alfa y Omega asienten sin quitarse la vista de encima, empeñados en no perderse nada del otro.
—Acudieron a mí para que los una pero ustedes ya lo están, basta con un minuto para saber que el amor entre ustedes es único, sus miradas, sus gestos y sus palabras son la mejor prueba de su unión —dice el hombre —Taehyung puedes decir tus votos.
—Amo cada pequeña cosa de ti, amo que te guste ponerte suéteres dos tallas más grandes, amo que te vistas con mi ropa y que me respondas con descaro que te queda mejor a ti que a mi, amo que odies el aguacate y que saques los vegetales de tu sándwich a pesar de que me los pides con ellos, amo que cuando eras niño pensaras que las luces de navidad las ponían porque era tu cumpleaños, amo que en un día lluvioso pongas Abba y te acurruques junto a mi al lado de la chimenea y te prometo Jeon Jungkook que continuaré por el resto de mi vida amando cada pequeña cosa de ti.
Taehyung finaliza con lágrimas en los ojos y Jungkook ya está llorando abiertamente, sus dedos temblorosos colocan la sortija dorada en el dedo anular de su Omega.
—Jungkook puedes decir tus votos —habla el juez.
—El día que nos conocimos iba a faltar al trabajo y aveces pienso que hubiera pasado pero estoy seguro que te habría encontrado, en esta vida o en la otra, te habría amado desde los 18 o los 28, no importa, lo hubiera hecho de todas formas, habría amado tus rizos, tus injustos hoyuelos porque oye, eres perfecto pero no, mi chico tenia que tener hoyuelos, no dejas nada para los mortales Kim —ríe de emoción —Habría amado tus ojos verdes y la forma en la que arrugas la nariz, todo de ti y aunque constantemente dices que yo soy tu hogar, tú eres mi ancla, siempre manteniéndome a salvo y defendiéndome de todos porque sabes que el mundo es injusto y que un amor como el nuestro debe ser protegido, juro hacer que cada uno de tus días sean felices Kim Taehyung.
Jungkook toma la sortija que le ofrece el juez y la pone en el dedo anular de Taehyung, su mano izquierda tiene sus característicos anillos siendo su mano derecha la que luce su sortija de matrimonio.
—Por el poder que me confiere el Estado de Jamaica y el soborno del señor Kim, yo los declaro marido y marido.
Jungkook sonríe cuando Taehyung lo toma por la cintura y lo besa, sus labios rosa se unen, sus lenguas danzan al ritmo de la música alegre que tocan a sus espaldas, están casados, no legalmente pero ellos saben que no necesitan un papel del ayuntamiento para afirmar su amor.
Su primer baile como casados se da mientras el sol se esconde y el firmamento se pinta de colores cálidos, la aves vuelan hacia el horizonte y ellos bailan envueltos en su burbuja de amor, sus pasos sorprendentemente son coordinadores y giran con gracia sacándoles sonrisas.
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