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ℂ𝔸ℙ 𝟙𝟞 > 𝕾𝖎𝖓𝖌𝖊𝖗



Narra Mills.

—¡¿TE BESASTE CON ASHTRAY?!— gritó Maddy por videollamada a las 4 de la mañana. Sí, mi mejor amiga y yo nos arreglamos después de que ella se besara con su maldito ex abusivo, siendo su excusa la de que estaba borracha, en fin...

—Sh, no grites, estúpida. Mi madre es sorda de un oído, por el otro puede aún escuchar algo.— expliqué concentrada en si escuchaba algún ruido en la habitación de mi madre.

—Perdón. Pero, ¿cómo que te besaste con Ash?— preguntó confundida.

Era viernes por la noche, bueno, ya sábado por la madrugada. Todos los viernes por la noche, Maddy y yo solíamos hacer videollamada la una con la otra, hasta prácticamente la mañana siguiente, y la que se durmiese, debía comprarle algo a la otra al día siguiente.

—Pues lo que escuchas, nos besamos dos veces después de la fiesta esa en la que bailaste con Nate.— no pude ocultar mi cara de asco ante aquel hombre, lo siento pero no pude, y creo que comprendéis el porqué.

—¡¿Dos veces?!— volvió a gritar, haciéndome apartarme de mi móvil a una considerable distancia. —Ay, perdón. Es que me emociono. Mi mejor amiga ya tuvo su primer beso... empezaba a pensar que iba a tener que dártelo yo o algo, porque teniendo casi 17 y siendo así de guapa, era bastante raro...— halagó haciendo que la rubia bufase. —Eh, ¿qué ocurre?

—Desde entonces... no me ha hablado apenas. Me está evitando, y lo sé perfectamente. Creo que únicamente fue el momento, ¿sabes?— comenté triste recordando ayer cuando entré a la tienda.

*Día de ayer*

Me encontraba en la tienda de Fez, comprando chicles de mora, sí, son mis favoritos.

—Son 2, 50 €, Mills.— me anunció el pelirrojo desde una esquina. Ustedes se preguntarán por qué son tan caros los chicles, bueno... compré 85 chicles...

—Voy.— respondí buscando en mi monedero.

De repente, un rapado vestido con chándal gris entró a la tienda, lucia bastante cabreado.

—Hey.— saludé esperanzada, llevaba varios días evitándome o simplemente ignorándome.

—Hola.— contestó con un muy mal tono sin ni siquiera dignarse a mirarme a la cara. Esto no va a quedar así, ya estoy harta de que me trate tan mal, ¿qué cojones le había hecho?

Aquí tienes, Fez, me marcho ya. Parece que por aquí hay un calvo que está con la regla...— dejé caer en el aire, haciendo que los dos hermanos me mirasen confundidos; mientras que Fez cambió su expresión a una divertida, ya que sabía que me refería a Ashtray, este último pasó a una cabreada mientras intentaba contenerse. Parecíame que quería asesinarme. —¡Oh, por cierto! Por si las dudas, no me refería a ti Fez por lo de calvo, aunque también podría ser...

—Hija de puta.— decía entre risas el pelirrojo, algo inusual en él.

*Fin del Flashback* (seguimos con la videollamada).

Será...— decía la pelinegra mientras se callaba. —y, ¿qué piensas hacer ahora, tía?

—No sé, supongo que esperar a que me hable o algo, ¿no?— pregunté confusa.

—¡No, no, no y no! ¡No, Mills!— gritó de nuevo haciéndome plantear si debería colgar el teléfono.

—Vale, vale, perdón...

—¡De perdón nada! Vas a ir a la fiesta de hoy,— decía haciéndome suspirar, ¿otra vez a una fiesta? —¡no suspires! Vamos a ir a la fiesta de hoy, Ash irá con Fez porque Rue me lo ha dicho, así que vas a vestirte, pero con ropa corta.

—¡No, ni de coña, Maddy!— esta vez fui yo la que grité.

—¡Sí! Siempre vas hecha una monja con la ropa que llevas.— soltó ofendiéndome. —Lo siento, pero es la verdad, Mills. Vas a una fiesta, no a misa, joder.

Sobre mis creencias, yo jamás había sido creyente, por ello creo que siempre sentí una parte de mí como si estuviese vacía. Sin embargo, un día, mi gatito Apolo de solo 1 mes y medio se perdió durante varios días. Mi último recurso fue el de rezar al tercer día, y encima en latín, sin apenas esperanza, pero sí que con constancia. Al día siguiente apareció sano y salvo, y desde entonces volví a creer y a ser cristiana. Por ello, siempre llevo mi collar con una cruz plateada, una pulsera con otra y otra pulsera con una Virgen.

—Bueno, cómo iba diciendo, mañana irás con ropa corta.— decía cuando volví a suspirar. —Así, se dará cuenta de lo que se perderá si no se espabila.

—Yo creo que hay otras maneras de que se dé cuenta de lo que "está perdiendo".— dije yo, ganándome una negación por parte de la pelinegra.

—Qué va, Mills. Todos los hombres son así.— contestó de repente una morena sumándose a la llamada.

—¿Kat?— pregunté confundida, no me la esperaba.

Ey, chicas.— saludó mientras Maddy le sonreía de vuelta. —Maddy tiene razón, Mills. Ya tienes 17 años, deberías vestirte más como una adolescente, cielo. Eres preciosa, y no pasa nada por ir un día algo más descubierta.

Yo...— mierda, ¿qué debía decir?

Kat tiene razón, Mills. Eres preciosa, y que le joda al que te diga algo.

—Bueno, está bien. En mi armario tengo varios tops y pantalones cortos, creo.— comenté mirando hacia el armario, sin poder no asustarme, odiaba los armarios, y aún más la oscuridad.

—¡Perfecto!— exclamaron las dos. —Mañana nos vemos en tu casa a las 5.


—Este top es la hostia, me encanta.— anunció Maddy mirando un top blanco que era bastante... suelto, por así decirlo.

—Pruébatelo, Mills.— me dijo Kat.

Yo hice lo que me dijeron. La espalda era totalmente descubierta, excepto de varias tiras en las que se amarraba el top, con un bastante pronunciado escote que dejaba a ver gran parte de mi pecho.

—Quítate el sujetador. Se te ve demasiado de él.— comentó Maddy haciendo que Kat asintiera.

—Pero... si me lo quito porque se me ve, entonces se me van a ver las tetas.— contesté yo sintiéndome una filósofa por la contestación que acababa de dar.

—Nos referíamos a la espalda, lista. Que se te ve el sujetador en la espalda.

—Ah, eso ya es distinto.— dije riendo. Me quite el sujetador y me sentía extraña. —Oye, esto no está muy...

—¿Suelto?— preguntó Kat haciendo que yo asintiera. —Apriétale las tiras, Maddy.

La pelinegra se acercó a mí e hizo lo que la morena le dijo. —¡Joder, Maddy, me vas a cortar la circulación!

—Perdón, perdón.— contestó entre risas soltando el nudo un poco. —¿Ahora?

—Oh, sí. Ahora está perfecto.

—Genial, ponte de pie para que te veamos.— me dijo Kat levantándome de la cama suavemente, una expresión de sorpresa se hizo presente en los rostros de ambas.

—¿Qué ocurre? ¿Está mal?— pregunte confundida, pero ambas solo negaron.

—Mills, se te marcan los abdominales.— contestó riendo la pelinegra señalándome el espejo.

Era cierto, me notaba más delgada, y mi torso estaba más tonificado. Llevaba como un mes y medio de entrenamiento con Ashtray. Ash... Mis abdominales se notaban considerablemente, y la verdad, me quedaban bastante bien, y hacían que el top se me viera de esa misma manera.

—Es por los entrenamientos con Ash.— no pude evitar ponerme triste al recordar cómo estaba aquel conmigo, seguramente se había arrepentido de lo que ocurrió aquel día. Ambas jóvenes notaron mi estado de ánimo cuando lo mencioné.

—Pues él se lo pierde, tía. Que le den.— contestó Maddy indiferentemente haciendo que yo riera suavemente.

—Ponte estos pantalones.— dijo dándome unos pantalones demasiado cortos negros. Me los probé, y la cara de desagrado que puse se me quedaba corta.

—Se me ve como... medio culo, ni de coña, Maddy.

—Anda ya, vas genial.— contestó de vuelta dando su aprobación.

Kat asentía con un pulgar elevado. —Opinó lo mismo que Maddy. Te faltan solo varios retoques, y unos tacones negros que sé que tienes.

En efecto, acabé pareciendo una cualquiera. Madre mía cómo iba... no parecía ni yo. Me puse unos tacones de aguja finos y cubiertos, junto a unos diamantes en la cara, sí, los de Maddy. Y como peinado, mi melena rubia suelta y lisa, excepto que a media melena empezaban unos tirabuzones que me habían hecho Maddy y Kat,

—Lo único que me gusta del outfit,— decía de mala gana. —son los diamantes y el peinado.

—Vale.— contestaron las dos mientras Maddy conducía.

—Os odio.— comente haciendo que ambas riesen suavemente.

—Ya veras cómo vas a triunfar, cielo.— respondió segura Kat.

Al entrar, el paisaje era azul. Sí, azul, todo estaba iluminado por luces y focos azules. El hecho de que estuviera prácticamente lleno de gente, hacía que me pusiese algo nerviosa; odiaba los ruidos muy fuertes y la gran cantidad de gente. Y allí lo ví... Ash. Llevaba puesto unos pantalones, ahora negros, rotos también, pero esta vez algo más. Junto a una sudadera negra con letras blancas, y zapatillas también blancas, y un collar plateado. Por último, esta vez llevaba 4 anillos en vez de 3...

Ashtray desvió su mirada hacia la entrada, donde estábamos nosotras. En su rostro, sus dos cejas se elevaron en sorpresa al verme así vestida, supongo. Se había hecho dos cortes en una de ellas, ya no solo tenía uno. Su expresión pasó a una sonrisa ladeada, para luego girar su cabeza hacia un lado mientras pasaba su lengua por su labio superior. Que alguien me agarre, que me da un parraque.

—No, no, no, me quiero ir, por favor.— supliqué tratando de irme, cosa que fue imposible.

—Calla, y venga, no seas tonta. Te hemos dicho que vas genial.

—¡Ey! Wow, Mills, vas genial.— anunció Rue llegando hacia nosotras, aún no estaba drogada.

—Por cierto, debemos dejarte con Rue. Tengo que ir con Kat a resolver las cosas con un chaval.—dijo Maddy maliciosamente, pobre de él.

—¿Podemos ir a la barra?— preguntó la de rulos haciendo pucheros mientras yo elevaba las cejas. —Por favor.

—Está bien.— accedí dándole la mano y guiándola hasta ella. — Me gustaría pedir algo diferente.

—¿Cómo que algo diferente? ¿Te refieres a alcohol?— me preguntó confundida, yo solo asentí dudosa. —¡Oh, Dios mío, no me lo puedo creer!

—Tampoco es para tanto, Jesús.— exclamé divertida rodando los ojos. —Y bueno... ¿me das alguna recomendación, Rue-Rue?

Pasó como... ¿1 hora? Joder, había perdido la cuenta, pero de lo que realmente la había perdido, era de las copas que llevaba... ¿5? O, ¿6?

—Oye, Mills. Creo que ya está bien. Se lo voy a ir a decir a Ash, y que se haga cargo de ti.— comentó Rue, haciendo que me preocupase.

—Nooooo, déjalo. Seguro está ocupado.— bufé algo mareada, hasta que escuché una voz que conocía bastante bien. —¡Hostia, han puesto The Weeknd! ¡Sujétame la copa, Rue! ¡Allá voy, Abel!

Corrí como pude hacia un pequeño escenario donde se encontraba el bendito DJ que había puesto a semejante dios. Joder, había puesto mi puta canción favorita, I heard you're married. El DJ me dio un vistazo rápido de arriba a abajo con una maliciosa sonrisa mientras me ofrecía el micrófono, esto iba a estar bien.

Narra Ashtray.

Llevaba como 1 hora vendiendo droga, una misma joven rubia no había parado de ir y venir a mi puesto, y sé que lo que no quería era drogas. Su tono de pelo era parecido al de Mills, pero no tenía punto de comparación con ella, mi rubia... Mierda, debía de explicarle las cosas bien, me odio ahora mismo.

—¿Me estás escuchando?— escuché una risita repelente por parte de aquella joven, que tía más pesada, Jesús. ¿Jesús? Eso lo dice Millie...

—No.— respondí sincero esperando a que se ofendiese y me dejase en paz. Sin embargo, solo recibí otra risa por parte de aquella, ayuda.

De repente, escuché que habían puesto The Weeknd dentro del local, a Mills le encantaba ese tío, ¿a quién no? Una idea se me vino a la cabeza, y si le explicaba y pedía perdón con aquella canción? Sería... bonito, ¿o no? Una morena de rulos vino corriendo hacia mí sin yo esperarlo, pegué un bote del susto que me dio.

—¡Ashtray! ¡Tienes que venir!— me gritó alertada, por lo que no pude evitar preocuparme por ella.

—¿Qué ocurre? ¿Estas bien, Rue?— aunque fuera una de las personas más molestas encima de la Tierra, era lo más parecido a una hermana que yo tenía, y por ello no podía evitar preocuparme por ella.

—Yo sí. La que no está bien es Mills.— me tensé al escuchar aquello, ¿qué le había ocurrido? Solté todo el dinero que tenía en la mesa, me daba exactamente igual. —Tienes que venir, Ashtray. Se han vuelto locos.— ¿han? ¿Quiénes?

—¿Quién diablos es Mills?— se me plantó aquella rubia por milésima vez en el día, ahora no, joder.

—Quítate ya, coño. Eres más pesada que una puta vaca en brazos.— solté empujándola lejos de mí y entrando en el local lleno de gente.

Estaba desorientado, no sabía hacia dónde ir. Las manos y la frente me sudaban de los nervios que sentía en aquellos momentos. ¿Le habría pasado algo? Mierda, no, no, no. ¿La habrían secuestrado? O peor... ¿le habrían hecho algo? Por Dios, más le vale al mundo entero de que no, porque me vuelvo loco aquí en medio y empiezo a matar a gente. Vale, Ash, concéntrate... tú la conoces mejor que nadie, si fueras ella, ¿dónde estarías?

Ohh, I heard you're married, giiiirl.— ¿oh, mierda en serio? —And I knew that this was too good to be true.

Escuché la voz de mi rubia de fondo cantando, lo cual hizo que me tranquilizase notablemente.

—Joder, ni borracha desafina la tía.— comentó Rue divertida, haciendo que yo la mirase mal. —Perdón.

Dirigí mi vista a un gran grupo de personas, todos hombres. No, Mills, ¿qué has hecho?

—Uh, can't be your side bitch
That shit ain't fly, bitch
Can't be your pilot
Can't be your private
Make me your obvious
If I ain't your husband, I can't be your hybrid
I heard you're married
I bet he treats you like Virgin Mary
You like it dirty and I'm Dirty Harry
I thought we were some love birds, canaries
Word to Larry
But I can't fuck with you
You put my love on the line and hang up on you
That's a long kiss goodbye, I gotta tongue kiss you
And when doves cry, we ain't got enough tissue
I'm still in love with you
Where the love at?
You walk down the aisle, I can make you run back
Like fuck that, where the love at?
Tell hubby I'll kill him, no hub cap

Joder, espero que nadie de aquí sepa inglés excepto ella y yo, porque la letra de la canción manda huevos. No me jodas, el escenario estaba demasiado alto, y la escalera estaba bloqueada por un guardia. Mierda, mierda, mierda.

—¡Millie!— grité mientras ella seguía cantando. Mierda, no me escuchaba.

Sentía todas las miradas de los presentes encima de ella, pero de una forma repugnante, putos cerdos asquerosos. De repente, unas voces y silbidos se hicieron presentes animándola, ella estaba situada en un extremo del escenario. ¡Mierda, ya sabía lo que iba a hacer!

—¡No, Millie! ¡No!— dije utilizando mis últimos esfuerzos, para luego ver como la rubia hacía piruetas y mortales en el escenario, mierda, se iba a matar.

Uno de los tíos empezó a darle bofetadas animado a las piernas de Mills, cosa que fue lo que ya me cabreo totalmente.

—¡Eh! ¿Pero que coño haces, tío?— exclamé furioso mientras empujaba fuertemente a aquel sujeto, haciendo que cayera al suelo.

—¿Ash?— escuché como Millie me llamaba a través del micrófono, me había visto.

De repente, un tambaleo surgió en ella, se estaba mareando, lo sabía puesto que su mano se había situado en su frente mientras tapaba parte de sus ojos. Se iba a caer.

—¡Mierda, Millie!— exclamé tratando de averiguar hacia qué lado iba a caer, y para la suerte de ambos, acerté.

Ella cayó en mi hombro, y yo la agarré fuerte para que no cayese al suelo. Estaba tensa, y bastante asustada, su respiración era agitada y tenía la melena algo despeinada.

—¿Ashtray?— dijo agarrándose a mi cuello para acomodarse.

—Sí, soy yo. Soy yo, te tengo.— le contesté tratando de relajarme, y ella haciendo lo mismo.

Salí afuera con ella en brazos, y noté que estábamos bajo la mirada de la tía que había estado antes conmigo, por favor déjame ya.

—¿Ashtray? ¿Quién es ella?— preguntó acercándose a mí algo incrédula. Cuando me dispuse a contestar, mi rubia se me adelantó.

—La pregunta aquí,— decía cuando pausó unos momentos. —es quién eres tú.

—Soy amiga de Ashtray.— respondió tranquila, haciendo que Mills riera. —¿De qué te ríes?

—De ti.— decía riéndose. —¿Eres su amiga... o su acosadora, guapa?— preguntó maliciosamente.

—¿De qué estás hablando?— oh, ahora se hace la tonta. —Vas borracha.

—Iré borracha, pero no estoy ciega. He visto cómo no parabas de molestarle...— dijo haciendo una mueca de dolor, proveniente de su cabeza.

—Claro que no lo estaba molestando, solo hablábamos.— se justificaba. Iba a responder que eso no era cierto, cuando la rubia volvió a adelantarseme.

—¿Hablabais? Bueno, a mi me pareció que hablabas tú. ¿Nunca te han dicho que cuando una persona te dice que por favor la dejes en paz, se le deja en paz y listo? ¿O necesitas que te lo explique en inglés?— pregunto irónica, bro, cuanto amo a esta chica.

A pesar de que Mills me estaba defendiendo en esta "pelea" por mí, no pude evitar estar pendiente de ella todo el rato. Se veía tan mona discutiendo y borracha...

—Claro que no. Díselo, Ash.— me reclamó la pesada esa, yo me quedé callado mientras la fulminaba con la mirada

—¿Sabes que lo que le estás haciendo se considera acoso?— preguntó Mills haciendo que la otra tragase duro.

—No, claro que no, yo...

—Sí, claro que sí. Y creo que es mejor que nos llevemos todos bien, no querrás estar en problemas, ¿verdad?— preguntó. Joder, para estar borracha intimidaba demasiado.

—Sí... lo siento.— se disculpó mientras se marchaba apuradamente.

—Mh, otra victoria más para Mills Walton.— comentó divertida cuando nos acercábamos a Fez. ¿Walton? No sería mejor... ¿O'Neill?

—¿Walton?

—Sí, por Javon Walton.— me confirmó, ¿aún le seguía gustando ese?

—¿En serio? Es un famoso, es raro que te vaya a hablar... ¿Te puedo preguntar algo?— mierda, ¿por qué le iba a preguntar aquello? Bueno, probablemente mañana no se acuerde.

—Sí, dime.

—Si te diesen a escoger entre ese Javon...— me pausé avergonzado. —y yo, ¿a quién elegirías?— la has cagado, Ashtray.

Ella solo sonrió mientras un brillo se reflejaba en sus ojos, el cual pude descifrar. —A ti, mil veces.— contestó mirándome a los ojos.

Pude sentir un gran nudo nacer en mi estómago, el mismo que siento cada vez que estoy cerca de ella, y de la misma fuerza del que cuando la besé.

—¡Feeeeeeezco!— escuché como llamaba a mi hermano sonriéndole.

—Joder, ¿va borracha?— preguntó Fezco confundido.

—No, se ha golpeado la cabeza y se ha quedado así, no te jode.— dije sarcástico, buah, qué gracioso soy.

¿Quéééé? Noooo, claro que no, Feeez. Solo... bebí.— contestó riéndose fuertemente.

—¿El qué?

—Pues... una bebida.— dijo obvia riéndose, yo la zarandeé algo brusco haciendo que se pusiese seria. —¡Au!

—¿Qué bebiste?— pregunté de nuevo.

Ella lo pensó un rato. —Ammm... ¿sexo en el agua?— preguntó confundida sin recordar.

—¡Oh, sexo en la playa! Bebió sexo en la playa.— afirmó Rue uniéndose a la conversación.

—¡EEEESO! Que no me salía.— contestó riendo la rubia.

—¿Has bebido una de las bebidas que más alcohol contienen?— preguntó ahora Fezco.

—Sííí, ¿y sabes cuántas?— dijo la rubia, haciendo que el pelirrojo negase interesado. —Nah, yo tampoco. Perdí la cuenta.

Rue y ella empezaron a reírse fuertemente.

—¡Nos vamos a casa!— ordené ya cabreado.


—AS LONG AS I'M HEREEE, NO ONE CAN HURT YOU...— sí, la que canta es Millie. Ambos nos encontrábamos en mi casa. Yo preparaba dos cuencos de leche con cereales.

—¡Millie, baja el volumen de eso, por Dios!— grité. De repente, el volumen se fue, y empezó una canción... ¿de bachata? Oh, no por Dios.

—Escucha las palabras...— empezaba a cantar. Por favor, que alguien me saque de aquí.

—¿¡Millie, qué coño has puesto!?— pregunté alterado dirigiéndome hacia ella.

—¡Bachata!— gritó riendo. Se acabó, ya no lo aguanto más.

Me desplacé hacia ella y la alcé en mi hombro, sin ser brusco. Ignorando varias quejas por parte de ella, la llevé hacia el cuarto de baño y la situé dentro de él. No dudé en encender la ducha al máximo frío posible.

—¡No, no, no, Ashtray no!— me pedía.

—Lo siento, nena. Pero eres un poco pesada.— contesté algo divertido mientras el agua la mojaba por completo. Me lo pasé bien con las caras que ponía, era demasiado tierna.


—¿Qué? ¿A qué ahora te encuentras mucho mejor?— dije irónico mientras me acostaba al lado de una sobria Mills.

—Cállate, ¿ahora sí me hablas?— dios, debía haberla dejado borracha.

—No empieces con eso ahora, Millie.— pedí con dolor de cabeza.

—Mh, está bien.— levantó sus manos en señal de paz y se giró dándome la espalda, debía hacer algo.

Escucha, Millie...— dije suspirando, no me contestó. —sé que jamás debí ignorarte o algo. Esto es algo nuevo para mí, y no me puedo hacer la idea de que te pase algo solamente porque estes cerca mía. No es justo que yo te tratase así después de... habernos besado, pero quiero que sepas, que jamás me arrepentí de nada, y espero que tú tampoco.— finalicé sintiéndome tranquilo, cuando ella se dio la vuelta con una tierna sonrisa en la cara.

—Oh, eso me llegó al corazón.— contestó divertida. —Eres muy lindo realmente, Ashy.

Aquel apodo no pudo evitar que una carcajada saliese de mí, ¿quién lo hubiera imaginado? Nuestras miradas se conectaron entre sí, Justo como aquella vez. Nuestras respiraciones volvieron a agitarse y a entrelazarse la una con la otra, mostrando todos los sentimientos que sentíamos el uno por el otro en aquellos momentos. Y volvió a ocurrir, nos acercamos impacientes para juntar nuestros labios por tercera vez en nuestra vida. Juro por Dios, que cada beso que nos damos es mejor que el anterior, esta chica me está volviendo loco.

Mi mano ascendió a su nuca, para atraerla más a mí y profundizar más el beso. Cuán la amaba era indescriptiblemente incalculable.

—Te quiero, rubia.— mencioné una vez un paramos y nos encontrábamos acostados cara a cara. Una leve vergüenza sentí, al igual que ella, podía notarlo en su rosita, así también como el de sorpresa que sintió al oírme mencionar aquellas palabras.

—Te quiero, Ashtray.— contestó ella sonriéndome y volviendo a acercarse a mí para volver a besarnos. Joder, cuánto me gustaban estos momentos con ella.

Holissss, les gustó el cap?? 😋😋

No se q mas decir xd.

~Pauu :)❤️

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