McGonagall me había citado a su oficina, cosa que había pasado con aún más frecuencia en este año. Pero no por algo malo, sino para saber si aún quería el puesto de maestra de Hogwarts después de graduarnos.

La verdad me lo había pensado mucho, ser maestra de defensa contra las artes oscuras no era cualquier cosa, era un puesto envidiado, que además, Snivellius quería y ganárselo sería como un plus.

Me imaginaba enseñándoles a los de primer grado, viendo sus rostros asombrados al ver lo que realmente podían hacer, sus capacidades para hacer maravillas, sería algo asombroso.

Además, la paga no era mala, y podría comer y vivir gratis en el castillo, el cual se había vuelto mi hogar después de la casa de los Potter, a donde íbamos con mi hermano cada que podíamos.

Además, el salario nos ayudaría a Remus y a mi, porque a pesar de que el estuviera saliendo con un Black, ese Black había decidido dejar su casa el año pasado y con eso también se había ido la fortuna.

La puerta de Minnie se abrió rápidamente, haciéndome sobresaltar en mi asiento.

—¡Minnie! No haga eso.

—Penny, te he estado esperando por una hora.–Me miró con desaprobación.

—He estado aquí todo ese tiempo.

—¿Y no tocaste?–Asentí con la cabeza–Bueno, creo que algo de este tiempo esperando es mi error, pero no importa ahora, pasa por favor.

Me levanté del asiento y camine detrás de ella, en su cabello perfectamente peinado se dejaban ver varias canas, muchas de ellas causadas por los destrozos de mis amigos, y algunas mías. Ella fue detrás de su escritorio y me señaló la silla tras de mi para que tomara asiento, seguí sus instrucciones y me senté.

Su oficina era muy pequeña, mucho más que la de Dumbledore, pero tenía una vista impresionante, ambas ventanas daban al campo de quiditche y no era secreto para nadie que ella era una gran fan, incluso había jugado en sus años en Hogwarts.

Jugué con mis manos viendo a mi alrededor, las fotografías con su esposo se hacían notar, además de algunos premios y sus diplomas variados.

—Penny–La mire–¿Tienes idea del porqué estás aquí?

—No realmente. Aunque, si recuerda que tal vez alguien pudo haber puesto polvo pica pica en las almohadas de los Slytherin, yo...

—No es nada de eso, pero... bien hecho–Sonreímos ambas–No, quería hablarte sobre quidditch.

—¿Qué hay sobre eso?–Pregunte con duda, realmente no era fan del quidditch, y solo iba cuando Marlene jugaba, o cuando James me obligaba.

Ninguna de las dos opciones se había repetido desde hace tres meses, cuando Marlene terminó conmigo. Había sido un desastre, tanto su manera de terminar conmigo, como lo mal que me había sentido cuando me dejó.

No salí del cuarto de mi hermano por tres días, me traían la cena y se aseguraban que siguiera viva, pero nada más. Y cuando salí fue porque recordé que al quedarme adentro era como mostrarle que me había perjudicado, y no quería que ella viera lo mucho que me dolía.

James no me volvió a obligar después de eso, ni siquiera me invitaba, no era un deporte que disfrutara y ahora después de lo de Marlene, ni siquiera quería acercarme a una escoba otra vez. Sirius me había tratado de engañar para que fuera con él, pero no lo había logrado.

—Sabes que tu hermano fue comentarista de quidditch por un par de partidos, ¿cierto?

—Si, después de que Pandora dejara el puesto.–Trate de no reír al recordar a mi hermano.

Recordaba muchas malas palabras, tanto en inglés, como en galés. Además de que se le quedaba viendo cómo idiota a Sirius y hasta lanzó el micrófono que utilizaba por la torre y se estrelló contra el piso. Que buenos recuerdos, aunque claro, el nunca se arrepintió de haberlo hecho.

—Si, Remus Lupin como comentarista en los partidos no fue nuestra mejor decisión.–Negué con la cabeza, divertida por la situación–Si recuerdas, parte de ser una 'Headgirl' o premio anual es ayudar a tu jefe de casa, en este caso yo soy la jefa de la casa de gryffindor.

—Si, lo entiendo.

—Entonces, quiero que estés abierta a lo que tengo que decirte.

—Minnie, usted sabe que es como una segunda madre para mi.–Su sonrisa se expandió aún más.

—Que bueno que lo dices, porque el favor que te pido es algo inusual y se que no te encantará.

—¿Mhm?

—Necesitamos a un nuevo comentarista de quidditch.

—¿Quiere que busque a alguien?

—No, lo contrario. Los jefes de casa y yo hemos hablado, y queremos que tú seas la comentarista del resto de los partidos de este año.

—¿Yo? Yo ni siquiera sé cómo pronunciar... ¿quiditche?

—Quidditch.

—Eso, yo no sé sobre ese deporte y no soy buena, además, no se hablar frente a la gente y...

—Eso es una mentira, eres muy buena hablando con las personas, eres una buena líder. Además, tendrás una semana antes del siguiente partido para entender todo.

—Pero yo no quiero.–Me levanté de la silla, ella también se levantó y me sentí como perrito regañado y ni siquiera me había dicho nada aún–Minnie, usted sabe lo que me pasó con Marlene, no puedo volver ahí, no quiero verla ya.

—Yo lo sé. Pero debes entender que así es la vida y que la tendrás que ver en algún momento, ella sigue siendo amiga de Lily Evans, y Evans novia de Potter, la tendrás que ver de nuevo algún día, y aquí puede ser mejor, porque aquí tú tienes el control de la situación, al menos aquí puedes tú hablar y ella no discutir.

—No se si pueda ser imparcial al verla, tal vez la insulte–Cruce mis brazos, ya estaba siendo mi única forma de intentar escapar de esto y, aunque ella tenía cierta razón, no quería admitirlo.

—No serías peor que Remus insultado, lo sé.

Me había quedado sin excusas, ella estaba ganando. Pero Minnie siempre ganaba, así que no estaba muy segura de que estaba esperando.

—Por favor...–Hice mi mejor cara de perrito, tratando de que mis ojos lograran algo y que ella se apiadara de mi.

—Te conozco Penny, te conozco desde que eras una niña que solo quería ayudar a su hermano a adaptarse, se que eres valiente y que siempre a has podido con todo lo que se te pone enfrente. Se la persona que sé que eres, solo te pido eso.

—¿Cómo está tan segura de que podré hacerlo sin salir corriendo?

—Porque eres una Gryffindor, y eres la mejor bruja de tu edad. Confío en ti.

Lo pensé, realmente no me quedaba salida, y además, el primer partido de la temporada sería de Hufflepuff contra Slytherin, así que, podrían pasar semanas antes de realmente tener que verla de frente, semanas para poder hacerme más fuerte para enfrentarla, porque sin importar lo mucho que la ignoraba en clase, al parecer el universo quería que nos juntáramos.

¿Quien era yo para pelear contra el universo? ¿Y peor aún, pelear contra McGonall? Nadie, no era nadie. Tendría que prepararme mental y físicamente, pero tendría que hacerlo bien.

Merlín, Sirius y Peter se burlarían de mi.

—...Está bien.

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