
005
¿ᴊᴜɢᴀʀ ᴀʟ ᴜɴᴏ ᴅᴇꜱᴘᴜéꜱ ᴅᴇ ʟᴀ ᴄᴀʀʀᴇʀᴀ ᴇꜱ ʙᴜᴇɴᴀ ɪᴅᴇᴀ? Definitivamente no.
—¡Uno!— Exclama Mathias sentado junto a mí, lanzando su penúltima carta.
—¡Mis cojones! Tenías seis cartas hace dos minutos— Responde Liam señalando a mi mejor amigo con rabia.
Agradezco que los demás se hayan ido a comer o a descansar antes de que todos vuelvan a sus casas, ya que, los dos críos que tengo al lado están haciendo demasiado escándalo.
Río al ver como Mathias y Liam discuten para ver quien tiene razón y quien no.
Alguien llega por detrás de mí y apoya sus manos en mis hombros. Al darme la vuelta veo a Pierre mirando a mis dos amigos mientras ríe.
Hago un pequeño movimiento con los hombros, haciendo que el Francés me suelte y esta vez, apoye sus manos en la silla en la cual estoy sentada.
Ya tengo bastante con los comentarios que estoy recibiendo últimamente solo por trabajar como ingeniera, para que ahora me digan más cosas solo porque Pierre está cogiéndome de los hombros.
—Scarlett— Me llama Mathias, haciendo que levante la cabeza para mirarlo. —Stella me ha preguntado que de donde es el vestido rojo que llevaste en esa fiesta a la que fuiste hace unas semanas— Frunzo el ceño al escucharlo.
—No sé dónde lo compré, hace algunos años que lo tengo— Respondo confusa al ver como su novia quería algo que tenía que ver conmigo.
—Bueno, luego se lo diré— Responde Mathias dejándome más confundida aún.
Liam y Mathias siguen jugando al Uno mientras Pierre y yo nos limitamos a mirar, ya que, yo ya había tirado todas mis cartas minutos antes y solo faltaba hacer el desempate entre los dos hombres.
—¡Scarlett!— Exclama Famin desde la otra punta del garaje. Tiene la mano alzada y me está haciendo señas para que me acerque con prisas.
Me levanto de la silla y me alejo de los chicos para ver que me va a pedir mi jefe.
—Sé que dentro de unas horas te ibas, pero, ¿Podrías echarle un vistazo al coche de Pierre? Quiero asegurarme de que está todo en orden— Me pregunta con rapidez.
—Sí, claro. Sin problema— Me acerco al coche del piloto y empiezo a revisar cada detalle del coche.
Pero como es habitual, el motor tiene un problema. Esta vez, alguien ha dejado la tapa del tanque de gasolina suelta, haciendo que los vapores de combustible escapen del tanque de gasolina
Rezo para que el equipo tenga una tapa de repuesto para estos casos y para mi suerte, sí que tienen.
Conecto la correa presionando la clavija de bloqueo en el orificio en la puerta del tanque de combustible y por último, giro la tapa en el sentido de las agujas del reloj hasta escuchar 3 clics.
—Increíble— Dice una voz masculina detrás de mí. Al darme la vuelta me encuentro a cierto Francés con una sonrisa.
—Gracias, Pierre— Respondo dejando todas las herramientas en su sitio.
—¿Qué ha pasado esta vez?— Me pregunta acercándose a su coche.
—Alguien había dejado la tapa del tanque de gasolina suelta, he tenido que cambiarla por otra— Digo viendo el monoplaza para ver si encuentro algún que otro error.
Pierre asiente satisfecho varias veces y eso me hace mirarlo esperando alguna respuesta hacia su reacción.
—Scarlett, estás siendo la mejor ingeniera del equipo— Me dice al notar mi mirada sobre él.
Sonrío por lo bajo y rápidamente agacho mi cabeza al notar mis mejillas rojas y estoy segura, de que mis ojos han brillado ante esa frase.
—Bueno, ah... Iré a lavarme— Digo al ver que tengo varias manchas en las manos.
Intento pasar por su lado, pero su mano aferrándose a mi brazo hace que deje de caminar.
—¿Nerviosa?— Me pregunta con una sonrisa burlona.
—No— Respondo completamente segura de mi misma.
Me dirijo a uno de los baños del garaje y me lavo las manos para poder sacar las manchas de grasa. Finalmente, salgo del baño y vuelvo al lugar donde están mis dos amigos, los cuales, acaban de finalizar la partida del juego de cartas.
—¿Quién ha ganado?— Les pregunto al ver como recogen las cartas.
Liam señala a mi mejor amigo con una cara de desagrado, con lo cual, se me hace imposible no soltar una pequeña risa.
Entro a la cafetería, en la cual he quedado con Mathias para pasar el día los dos juntos y después poder ir al cine a ver alguna película de terror.
Me siento en una de las mesas y espero pacientemente a que mi mejor amigo llegue a la cafetería. Saco mi teléfono y empiezo a ver un poco de instagram para que el tiempo pase más rápido.
Le escribo a Mathias para ver cuando va a llegar al ver como ya han pasado diez minutos y aún no ha aparecido por la puerta.
Sin darme cuenta, ha pasado una hora y Mathias sigue sin aparecer, así que, me meto a su instagram y veo como hace unos minutos ha subido una foto con su novia, Stella.
—Genial— Digo sarcásticamente viendo como me ha dejado plantada como si nada.
Me doy cuenta de que a estas horas ya no pasa ningún autobús hasta mi casa y rápidamente me quedo pensando unos minutos para ver si se me ocurre alguna manera de volver a casa, pero, por lo visto, la vida no estaba de mi lado hoy, ya que, algunas gotas de lluvia han empezado a caer y rápidamente han mojado toda la calle.
Me meto a contactos y llamo a la persona que no esperaba ver hasta la próxima carrera.
—¿Scarlett?— Pregunta Pierre desde la otra línea del teléfono. —¿Estás bien?—
—Pierre, hola... Tal vez esto te suene raro, pero había quedado con Mathias y me ha dejado plantada, ya no pasa ningún autobús a esta hora y encima a empezado ha llover...— En el momento que iba a continuar hablando, el Francés me interrumpe.
—¿Dónde estás?— Me pregunta y rápidamente escucho el ruido de unas llaves de fondo.
—En prélude café— Respondo viendo como las gotas de la lluvia mojan el cristal.
—No te muevas de ahí, en unos diez minutos llego— Antes de que el piloto cuelgue, suena un motor arrancar desde la otra línea.
Recojo mis cosas y las guardo en el pequeño bolso que había traído. Me acabo de beber el café que había pedido mientras esperaba y voy a pagarle al camarero.
Me asomo de nuevo al cristal de la cafetería y enseguida visualizo un Alpine aparcar a un lado de la cafetería.
Salgo del pequeño restaurante y acelero el paso al ver como la lluvia empieza a apretar. Pierre al verme me saluda desde dentro y me deja entrar al vehículo.
—Te doy las gracias— Le digo una vez arranca el coche. —No quería
molestarte—
—No lo haces, tranquila— Responde él haciendo que sienta un gran alivio. —¿A dónde te llevo?—
Le digo la dirección de la casa de mi abuelo, la cual está al lado de su taller y enseguida Pierre y yo tomamos rumbo a mi destino.
—Te acompaño hasta la puerta— Dice el Francés desabrochando su cinturón.
No voy a insistir, porque sé que el piloto hará lo que le dé la gana. Así que, los dos bajamos del coche y entramos a casa de mi abuelo.
—¡Abuelo! Estoy en casa— Exclamo al no escuchar ningún sonido proveniente de dentro.
—¡Cariño!— Dice mi abuelo bajando las escaleras con rapidez, para poder venir a darme un abrazo. —Que rápido has vuelto de tu quedada con Mathias—
—En cuanto a eso, Mathias me ha dejado plantada— Respondo con algo de coraje atrapado en mi interior. —Me ha tenido que traer Pierre a casa—
—Un placer, señor Lambent— Dice el piloto estrechando las manos con mi abuelo.
—Por favor, dime Phillip— Responde mi abuelo con una sonrisa. —Espera un momento, tú trabajas con mi nieta—
—Así es, y tengo que decirle, que su nieta es la mejor ingeniera del equipo— Me alaga el Francés dándome un pequeño abrazo por los hombros.
Sonrío ante su cumplido y veo como mi abuelo nos mira con admiración y orgullo.
—¿Quieres quedarte a cenar? Hay comida de sobras— Lo invita mi abuelo sonriendo.
Pierre me mira durante unos segundos esperando alguna respuesta por mi parte. Me encojo de hombros dándole a saber que no me molesta.
—Claro, sería un placer— Dice él con una sonrisa plasmada en su rostro.
Los tres empezamos a preparar la mesa para poder cenar y una vez todos está listo, nos sentamos para poder empezar a comer la carne que ha hecho mi abuelo.
—Y cuéntame, Pierre... ¿Qué te gusta hacer en tu tiempo libre?— Le pregunta mi abuelo al Francés.
—No suelo hacer muchas cosas. Pocas veces salgo de casa, pero cuando lo hago, suelo ir a la montaña a caminar o a visitar a mi familia— Responde él dándole el primer bocado a la carne.
Me quedo en silencio mientras los dos hombres hablan sobre diferentes temas, mientras tanto yo, como sin ninguna molestia.
—¿Te ha contado Scarlett como le empezó a gustar los coches?— Pregunta mi abuelo como una sonrío burlona.
Pierre niega varias veces con la cabeza, antes de que mi abuelo empieze a contar la historia... Otra vez.
—Resulta que estábamos los dos en mi taller, con la televisión de fondo, la cual estaba dando uno de los entrenamientos. En uno de esos momentos, aparecieron varios mecánicos arreglando alguna cosa del coche y ahí es donde a la pequeña Scarlett se le iluminó la bombilla— Veo de reojo como Pierre escucha atentamente la historia. —Scarlett se acercó a uno de los coches que tenían el capó abierto e intento arreglar algo, no salió muy bien ese arreglo, porque alguna cosa del motor falló y una pequeña explosión acabo en la cara de mi nieta—
Me tapo la cara al escuchar la misma historia por milésima vez en tantos años.
—¿Te explotó el motor?— Me pregunta el piloto soltando una pequeña risa.
—Solo explotó un pistón porque penetró agua o combustible en los cilindros— Le respondo a la defensiva.
—Imagínate a la pequeña Scarlett con manchas por toda la cara— Responde mi abuelo siguiéndole la tontería al piloto.
—Debía parecer un dálmata— Dice Pierre, haciendo que los dos hombres de la mesa empiezen a reír.
Me limito a mirarlos sin ninguna expresión en el rostro, haciendo que ellos dos empiezen a reír más fuerte.
—Haré que a ti te explote el motor de verdad en la próxima carrera como no te calles— Le amenazo con los ojos entre cerrados.
Pierre me mira de la misma manera en la que lo miro yo y veo como está haciendo un gran esfuerzo para no soltar ninguna risa más.
Mientras los dos estamos en esta competencia de miradas, mi abuelo va recogiendo la mesa y yo me fijo de nuevo en los ojos del piloto; cada día son más bonitos.
—Me iré antes de que me mates— Dice él levantándose de la mesa.
—Será lo mejor— Respondo sarcásticamente con una sonrisa.
Mientras Pierre se despide de mi abuelo y él insiste en que se quede un rato más, yo quito el mantel de la mesa.
Una vez todo recogido y el piloto de Alpine en la puerta, me acerco a él para poder despedirme como es debido.
—Avísame cuando llegues— Las palabras salen solas por mi boca sin darme cuenta.
—¿Scarlett Lambent preocupándose por mí?— Dice Pierre bromeando ante lo que me he dicho.
—Anda, vete— Le digo riendo, seguramente con las mejillas rojas.
Me acerco a él y le doy un corto abrazo por los hombros. Al separarme voy a darle un pequeño beso en la mejilla, pero sin darnos cuenta, el piloto mueve un poco la cabeza para querer mirarme, haciendo que ese beso acabe en la comisura de su labio.
—Nos vemos, Scar— Finaliza él saliendo de la casa con una sonrisa.
Veo como su coche desaparece en la carretera y yo me doy cuenta de lo que acaba de pasar. Me froto la cara y entro a casa de nuevo.
Al menos ha sido en la comisura del labio, ¿No...?
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