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𝟎𝟐;; 𝐬𝐨𝐧 𝐦𝐢𝐬 𝐛𝐞𝐛𝐞́𝐬

- ¿Y ahora por qué pelean? - Jennie escuchó la voz de la alfa y sintió el familiar aroma cítrico de las naranjas en cuanto la tuvo sentándose junto a ella en la mesa de la cafetería.

Jennie se encogió de hombros con la sonrisa divertida observando la manera en que las tontas cachorritas discutían cerca de la tienda del instituto, llamando completamente la atención. Los lobos pasaban de ellas sólo enviándoles miradas extrañadas, aunque eso no parecía importarles demasiado. Una risa se escapó de la garganta de la omega al ver a Lalisa rodear el cuello de la rubia desde atrás para hacerle una llave improvisada, mientras Roseanne manoteaba el brazo y lanzaba codazos para liberarse. Sus muecas del esfuerzo y su rostro enrojecido en verdad gracioso.

- Dije que tenía hambre.

La alfa asintió comprendiendo, riéndose cuando Roseanne lanzó una patada hacia atrás logrando que Lalisa perdiera el equilibrio y entonces aprovechara para correr, no pudiendo hacer mucho pues Manobal se aferró a su tobillo y Park cayó estrepitosa contra el suelo donde ambas comenzaron a forcejear.

- ¿No deberíamos detenerlas? Se van a lastimar.

- Nah ~ sólo están jugando - cuando Manobal se subió colocando ambas piernas a los costados de Roseanne, ambas empezaron a lanzarse manotazos como niñas pequeñas -. ¿Ves, unnie? Son unas bebés.

Hirai afirmó ante la pelea infantil, que terminó limpiamente con el duelo final de piedra, papel o tijera. Quien se levantó para correr gritando alegre fue Lalisa al haber ganado, mientras Roseanne se dedicaba a refunfuñar derrotada sacudiéndose la suciedad de sus ropas y acomodándose el cabello que Manobal despeinó. La alfa menor no estaba mejor, Park le había logrado rasguñar un poco el brazo, aunque eso no parecía importarle mucho, ni siquiera se molestó en acomodarse las ropas.

- Ow... quería que Rosé me comprara el almuerzo, ella siempre compra galletitas de nuez - la omega puchereó, aunque tampoco se quejaba en serio. No cuando Manobal parecía realmente feliz escogiendo un almuerzo para ella.

- ¿Y por qué dejaste que se pelearan?

- Porque es divertido - Momo negó superada por la sonrisa inocente de la omega -, y además mira, Lili compró comida, pero dejó que Rosie comprara el refresco.

Y era cierto. Lalisa sólo movió la cabeza con la sonrisa ilusionada en su rostro para dejar que Rodeanne se encargara de la bebida, provocando en la rubia mayor una enorme sonrisa de oreja a oreja. Ambas cachorras siempre terminaban aliándose a pesar de derrotar limpiamente a la otra, al final repartiéndose algo para hacer feliz a la bonita omega. Y Jennie sonrió cuando notó a Rosé pedir un empaque de sus galletitas favoritas.

- ¿Por qué no les das una oportunidad? - Momo cuestionó realmente curiosa, mirando a las cachorras regresar a ellas sonrientes - En verdad están enamoradas de ti.

Jennie se encogió de hombros, susurrando: - No puedo tener dos alfas y tampoco quiero romper el corazón de una de ellas, las quiero a ambas, son mis bebés.

- ¿Quién dice que no puedes tener dos alfas?

Jennie miró a la alfa a su lado, aplanando los labios. Mentiría si dijera que antes no había estado pensando en ello, porque en realidad sí que lo hacía. No podía ni quería tener que rechazar a una y tener que ver sus ojos tristes y esa expresión que le oprimiría el corazón. También había querido evitar que ambas se ilusionaran, pero fue demasiado tarde cuando se dio cuenta que ese par tenía sentimientos por ella. ¿Por qué tenía que ser tan difícil? Jennie ni siquiera conocía sus propias emociones, sólo sabía que quería a ambas, pero no estaba segura si era de la manera amistosa y fraternal de siempre o de alguna forma romántica.

- Sólo... no puedo...

- Entonces será inevitable que rompas el corazón de una - dándole un par de palmaditas se levantó en cuanto los tuvo más cerca, murmurando muy bajito: -. Ellas ya están muy ilusionadas, sé gentil cuando la rechaces.

- ¡Hola Momo unnie!

Roseanne fue la primera en saludar con alegría a la única alfa que no celaban cuando estaba cerca de Jennie. No podían hacerlo cuando sabían que Momo ya estaba emparejada con la omega que resultaba ser también la hermana menor de la castaña. La aludido sonrió con ternura, despeinando a ambas cachorras con cariño, ganándose gruñidos tan bajos que bien pudieron tener parecido a los ronroneos de un gatito mimado. Si ambas tuvieran colas físicas, estaban seguras que se moverían en completa euforia de un lado a otro con las orejas agachadas.

- Hola chicas, no puedo quedarme mucho, vine a buscar a Dubu. ¿Saben dónde está?

- Dubu está jugando a las carreras con los demás, quizás ya hasta esté toda llena de tierra - Roseanne negó arrugando la nariz -. Esa omega siempre se ensucia mucho.

Momo rió dándole la razón, porque sí que era verdad que Dahyun siempre terminaba repleta de tierra cada vez que retaba a las demás en carreras amistosas. Tampoco se quejaba, no cuando su omega se divertía tanto en ello, porque le gustaba estirar las piernas y derrotar a alfas al ser impresionantemente ágil y rápido. Incluso Hirai fue una a quienes aplastó, y gracias a eso terminó rendida ante sus encantos. Dahyun era una omega traviesa, pero era su omega traviesa. Así que, volviendo a sacudirles los cabellos, Momo se dio media vuelta para ir a buscar a las canchas a quien llamaba pareja, dejando a Jennie solo con ambas cachorras, quien le miró irse con pasos calmados, hasta que desapareció al doblar por el campus en dirección a las canchas deportivas.

Lalisa entonces colocó el almuerzo frente a ella, logrando llamarle la atención cuando el aroma de la comida le llenó la nariz. Jennie vio con ojos hambrientos a la gran hamburguesa partida a la mitad de carne doble con lechuga que sobresalía y tomates del vivo color rojizo mostrándose jugosos. Incluso habían dos sobres pequeños de kétchup a un costado que Lalisa se había tomado la molestia de abrir y dejarlos para que la mayor pudiera colocar la cantidad que quisiera. Con una sonrisa, Jennie sujetó la mitad entre sus manos para echarle un poco del kétchup y anticipó su sabor cuando la acercó a su boca, dándole una gran mordida que movió los ingredientes un poco. No pudo evitar gemir de satisfacción por lo malditamente buena que estaba, devorando el resto casi de inmediato para saciar su hambre.

- ¿Le gustó, unnie? - Lalisa sabía la respuesta por la expresión de goce en su rostro, pero quería escuchar que había hecho un buen trabajo escogiéndole el almuerzo.

La omega asintió y con eso obtuvo una sonrisa amplia y satisfecha de la de flequillo. Roseanne también sonrió y estiró el brazo para darle las galletas que Jennie recibió con gusto.

- Rosé-ah, ¿quieres? - Jennie partió la mitad de una galleta cuando hubo abierto el empaque, ofreciéndosela. La aludida asintió y con ojos ilusionados se inclinó para tomar el aperitivo entre sus dientes directamente de los dedos de su unnie, quien seguía sin borrar su sonrisa - Vengan, siéntese y coman conmigo.

Ambas obedecieron sin objeciones, acomodándose a cada lado de la omega que les compartía de sus galletas mientras ella se terminaba su hamburguesa felizmente.

Dahyun pasó su antebrazo por su frente para quitar el sudor sin importarle demasiado si pudo o no haberse ensuciado más de lo que ya estaba. Su ropa se pegaba en ciertas partes debido a la transpiración que le hacía brillar la piel, con su respiración agitada de tanto correr y su cabello revuelto entre seco y húmedo; las rodillas de sus pantalones estaban cubiertas de tierra y polvo, junto a su camiseta y brazos, también parte de sus mejillas, e incluso su codo derecho tenía un pequeño raspón al haberse caído en una ocasión cuando llegaba a la meta. Era un completo asco. Estaba cansado, había hecho tres rondas en las cuales ganó todas aplastando totalmente a esos alfas y betas presumidos, quienes estaban en el suelo intentando recuperar aire.

- Creo que... me deben dinero - aunque se escuchaba agitada, eso no borró el tono fanfarrón con el que se les dirigió, recibiendo miradas fulminantes -. Vamos chicas, pudieron haberlo hecho mejor ~

- Es que... tú eres... muy rápida... al ser tan pequeña...

- Voy a dejar pasar que me llamaste pequeña sólo porque ya aplasté mucho tu orgullo, Tzuyu - Dahyun le sacó la lengua a la alta alfa de piel tostada y atractivas facciones que acostada sobre su espalda en medio de la cancha deportiva respiraba con dificultad. Chou le frunció el ceño, aunque terminó riéndose ante la altanería de esa omega.

Mientras las perdedoras se acercaban entre quejidos para entregarle el dinero de la apuesta al de cabellos morados, un cítrico aroma picó de pronto en la nariz de la omega. Resaltó entre los perfumes de sus contrincantes que se mezclaban con el sudor, e hizo a Dahyun suspirar con adoración cuando estuvo cada vez más potente, reconociendo a su alfa de inmediato. De pronto había dejado su lado petulante y digno para volverse un manojo de sonrisas tiernas y aromas despampanantes de alegría a causa de aquella chica pelinegra que se aproximaba con pasos calmos hasta que ya no pudo más cuando la omega la tacleó en un apretado abrazo que las tiró a ambas en un sordo golpe.

- ¡Bebé! - Dahyun saludó alegre, besándole los labios mientras felizmente se sentaba sobre el regazo ajeno, colocando ambas piernas a los costados y le sujetaba las mejillas. Sin importarle en absoluto que estuviera sucio ni que tuvieran espectadores - Te extrañé mucho, mucho ~

Momo rió por las cosquillas de ese beso esquimal, dejando descansar sus manos en los muslos de su pareja. Respirando hondo para llenarse de la envolvente fragancia a coco que le regocijó el pecho.

- Hola bebita, ¿cuántas derrotaste esta vez?

- ¡Cinco! Tres alfas y dos betas que ni siquiera eran oponentes dignos.

- ¡Hey! Respeta a tu unnie - la beta de ojos pequeños se quejó mientras se levantaba con ayuda de una alfa alta de llamativos cabellos rojos, llamando la atención de la omega quien dejó su dulzura a un lado para mirarle con indiferencia. Un claro contraste que no sorprendió a ninguna, totalmente familiarizados con el favoritismo a su pareja.

- Lo lamento Seulgi unnie, pero usted no fue muy rápida.

- Esta niña - la unnie se sacudió las rodillas, mirando después a la alfa que se hallaba todavía capturada por la única omega en el lugar -, es una omega altiva.

Momo asintió confirmándolo y Dahyun sólo se dedicó a sonreír acurrucándose en su torso logrando abultar su mejilla al aplastarla contra su pecho, casi ronroneando afectuosa por el cítrico perfume que le llenaba de paz. Momo la abrazó levantándose con dificultad al todavía sostenerla, lográndolo con ayuda de un par de las alfas que Dahyun derrotó. Después sujetó sus glúteos para alzarla y hacer que se sostuviera mejor en sus caderas, los brazos ajenos afianzándose en su cuello, teniendo a la omega abrazada a ella como un koala que seguía soltando suspiros de goce al tener a su pareja abrazándola.

- Tenemos que limpiarte, bonita - Moml le murmuró, girándose para despedirse de los demás -. Suerte a la próxima chicas ~

En cuanto se volvió para dirigirse hacia los baños con tal de asear la suciedad en Dahyun, la omega miró con ojos fríos a las chicas y les sacó la lengua infantilmente antes de sonreír con soberbia.

gracias por leer (*'˘'*)♡

holasoyblink para que no estés triste ksksjdjd ('-ω-')

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