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Prólogo

Advertencia: para leer esta segunda parte y comprenderla mejor, se debe haber leído previamente Kilig.

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Yuanfen: Es el equivalente a "destino" para nosotros. Se aplica a personas destinadas a conocerse y a permanecer juntas. El término yuan-fen consta de dos partes (緣分) que podríamos traducir por igual como "destino", aunque poseen sutiles diferencias en su significado: "Yuan" es la fuerza responsable del encuentro de dos personas; es casualidad, suerte u oportunidad. "Fen" es lo que asegura que esas dos personas permanezcan juntas; es casualidad, designio o resolución.

Yuan es un destino sobre el que no tenemos control alguno: es inevitable encontrarnos con esa persona especial; mientras que Fen es un destino forjado a partir de ese momento del que ya somos partícipes. Uno es el destino escrito por un pasado ajeno, probablemente toda la historia del universo; el otro es un destino proyectado hacia el porvenir, ese que está siendo escrito ahora mismo.

Yuan es el destino que venía, es predestinación: Fen, el destino que vendrá, determinación.

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Prólogo.

La misma noche en la que Minho despertó producto de aquel sueño extraño y los gritos de sus padres, en un pequeño departamento ubicado en el centro de Hong Kong, China, Jackson Wang despertaba también de forma brusca debido a una pesadilla.

En medio de la oscuridad tomó aire, tratando de recordar la pesadilla que sacudió sus sueños pero no pudo rememorar lo ocurrido con tanta facilidad.

Entonces, escuchó el llanto viniendo de otra habitación.

La persona a su lado se removió con un quejido.

- ¿Jacky? - preguntó Wong Yuk Hei; o también llamado Lucas, con tono somnoliento - ¿Puedes ir tú, por favor?

Jackson miró al alfa con una mueca de fastidio.

- Eres un dolor en el culo - respondió, pero aun así se puso de pie, buscando su bata -, mañana tendrás que hacer tú el desayuno.

Oyó la risa ahogada de Lucas a lo que contestó con un bufido, saliendo del cuarto a oscuras para ingresar a la pequeña habitación donde un bebé de tres años estaba llorando.

- ¿JunHui? - preguntó con tono dulce -, ¿qué ha pasado, precioso?

Lo tomó en brazos y el bebé comenzó a sollozar suavemente, calmandose de a poco gracias a las feromonas maternas que Jackson estaba soltando.

JunHui le miró con ojos llenos de lágrimas.

- Pesadila.

Jackson sintió que algo se rompía cuando un viejo recuerdo volvió a su mente, un recuerdo que había ahogado para hacer sus días más manejables, más fáciles de llevar.

De pronto, el cabello castaño de JunHui se volvió negro, sus mejillas parecían más rellenitas, y le sonreía con sus ojitos un poco cerrados, mostrando todos sus dientes. De pronto, no estaba sosteniendo a JunHui, sino a Minho.

A su Minho.

Sus manos temblaron, pero se obligó a mantener el control.

- ¿Con qué soñaste? - preguntó sonriéndole.

- Con el come-pelo - sollozó JunHui.

Jackson sacudió su cabeza, caminando devuelta al cuarto mientras le acariciaba el cabello prometiéndole que no había ningún come-pelo en el pasillo, y Lucas soltó un nuevo quejido cuando el omega acostó al bebé a su lado.

JunHui no dudó en apegarse a su papá y, por supuesto, Lucas respondió al abrazo en señal protectora.

Sintió como otro recuerdo parecía golpearlo con fuerza: él acostado en una cama, suspirando mientras pequeños besos mariposas eran repartidos por todo su cuello, y Minho a su lado estaba durmiendo.

Casi podía sentir los labios de él sobre su marca, besando, lamiendo, chupando.

Se obligó una vez más a mantener el control.

Su marca ardió e hizo una mueca por el dolor.

A pesar de los ya casi catorce años que llevaba sin él a su lado, Jackson seguía sintiendo ese leve dolor que indicaba la necesidad de su omega.

Pero Jackson había aprendido a lo largo de los años que tenía razón: su omega estaba encaprichado y no necesitaba de un alfa a su lado.

- ¿No volverás a dormir, Jacky? - preguntó Lucas en tono ronco al verlo pasar por el cuarto.

- No - respondió distraído -, escribiré una carta.

Hubo un pequeños silencio mientras sacaba lo necesario, y se sobresaltó cuando de pronto el cálido aliento de Lucas golpeó su cuello.

Lucas comenzó a reírse.

- ¡No es gracioso! - se quejó Jackson con enojo.

Pero el alfa sólo volvió a reírse, caminando otra vez a la cama para seguir durmiendo.

- Sabes que esa carta tardará en llegar por la situación del país, ¿no? - preguntó Lucas acostado.

Jackson se encogió de hombros.

- No importa - lo miró de reojo con una sonrisa burlona -, no me dirán nada porque yo soy un buen ciudadano, no como tu.

- Touché, Wang Puppy - masculló Lucas cerrando sus ojos para dormir.

Jackson suspiró, mirando la hoja, y comenzó a escribir.

Querido Minho...

A veces se preguntaba a sí mismo por qué seguía escribiendo si nunca recibía respuesta. Por qué seguía volcando sus sentimientos en esas cartas si lo único que tenía a cambio era silencio.

Pero hacer eso parecía un pequeño refugio para Jackson, parecía una forma de sacar parte del dolor que todavía lo carcomía por dentro, y poder estar un poco más tranquilo.

Acarició la marca de él distraídamente, pensando en sus ojos oscuros mirándolo lleno de un amor tan infinito que no podía comprenderlo por completo.

¿Cómo estás, bebé precioso? Sé que ya no eres un bebé, pero de seguro debes ser el chico más guapo del mundo entero. Aun así, aunque no te guste, tú siempre serás mi bebé, así que tendrás que soportar que te siga llamando de esa forma hasta que muera, MinMin.

Cada semana se dedicaba a enviar una pequeña carta hacia Corea con la dirección de la empresa de él, esperando obtener algún día una respuesta, pero el silencio era lo único que obtenía a cambio.

Muchas veces pensó que quizás él nunca le entregó las cartas a Minho, sin embargo, descartó ese pensamiento cuando los días fueron pasando y su marca seguía allí, en señal de que él no había marcado a Kyulkyung u otro omega. Entonces, simplemente imaginó que Minho no quería responderle, y Jackson no podía culparlo por ello.

Porque lo había abandonado sin mirar atrás.

Porque desapareció de la faz de la tierra y comenzó una nueva vida en otro lugar.

Porque había roto su promesa.

Pero aún así, Jackson seguía escribiendo.

Ya has comenzado un nuevo año escolar y espero que te vaya muy bien, eres un chico muy inteligente, lo sé, y también imagino que debes tener a algún o alguna pretendiente por allí, después de todo, siempre has sido precioso, no como yo, que he sido siempre un desastre.

Espero que tu padre esté muy bien también y no siga tan gruñón, ¿ves que siempre anda de mal humor? Parece una mezcla de un gatito enfurruñado y un oso panda por lo dormilón que es.

Se echó hacia atrás, mirando a Lucas durmiendo con JunHui, roncando en voz baja por el cansancio, y mordió su labio inferior.

La situación aquí está algo tensa, ya debes saberlo por las noticias, pero espero que pronto se solucione todo.

No tengo nada más que decir por hoy dia, he tenido una semana algo aburrida, en la biblioteca no ha pasado nada nuevo, así que me despido por hoy, MinMin.

Te ama, mamá.

Dobló la carta para luego guardarla en un sobre, suspirando, y luego de anotar la dirección la guardó en el abrigo de Lucas, sabiendo que el alfa se haría cargo de enviarla.

Luego, se recostó al lado del mayor, cubriéndose con las frazadas.

- ¿Jacky? - preguntó Lucas girándose.

- ¿Qué ocurre, Xuxi? - se burló Jackson acomodando a JunHui en sus brazos.

- Eres un pendejo - se quejó Lucas, haciendo una pequeña pausa - ¿Mañana podrías llevarle uno de tus estofados a ChenLe?

Jackson le miró, viendo sus ojos llenos de tristeza.

- ChenLe dijo que no quería verme más allí - una pequeña pausa -, ChenLe sólo quiere ver a JunHui.

Lucas hizo una mueca.

- ChenLe sabe que no puedo llevarlo a la cárcel, Jackson.

El omega le tomó la mano, dándole un pequeño apretón.

- Lo sacaremos de allí, lo prometo - dijo Jackson con tono serio

Lucas asintió, sin perder esa mirada triste, y luego acercó su rostro al cuello de Jackson, inhalando su aroma.

- Eres un gran amigo, Jacksonie - murmuró Lucas dándole un beso en la mejilla.

Jackson se recordó cinco años atrás, cuando trabajaba en la biblioteca, y conoció al alfa por primera vez, lo esquivo que era con él, lo grosero y maleducado que se comportaba a su lado, hasta el punto de que incluso llegó a tirarlo el agua de su botella para alejarlo.

Pero Lucas, a pesar de todo, había insistido en estar a su lado.

Jackson se giró, dándole también un beso en la mejilla, y le sonrió antes de verlo quedarse dormido.

Sin embargo, su sonrisa desapareció cuando miro el techo, y un breve pensamiento cruzó su mente.

Un gran amigo, Jackson. Pero no un buen omega. No un buen novio. No un buen padre.

A Jackson no le importaba. Hace mucho que había dejado de importarle.

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