❀Extra 2 YᴀɴɢYᴜᴇ : "Cᴏᴍᴘʀᴏᴍɪsᴏ"❀ II Parte
Lan JingLei tenía todos los motivos exactos para estar molesta. Oh sí, vaya que los tenía.
Resulta que en sus planes nunca estuvo empaparse por completa de pies a cabeza, y terminar en una fría cueva escondida detrás de la montaña. Durante sus años viviendo en el Receso de las Nubes, nadie le había hablado esa cueva. Ni siquiera shuzu.
Entonces, ¿de dónde demonios salió?
—¿Te encuentras bien? —la pregunta y la voz hicieron recordar a JingLei que no estaba sola. Para su bendición o desgracia ChengMei estaba ahí también.
Ella asintió. —¿Qué me dices de ti?
Jiang ChengMei la miró divertido. —A comparación con la laguna, estas aguas son peores. ¿Realmente ustedes los Lan pueden tolerar tanto?
—Somos instruidos para reprimir nuestras emociones y reacciones desde que iniciamos nuestros entrenamientos, Jiang Yang.
—.....—él la observó con una expresión de incredulidad—....Lan Yue, ¿acaso eres humana?
Ignorando por completo el dramatismo del otro adolescente, Lan JingLei se trasladó en dirección hacia donde fluía el agua, ingresando a otra especie de cueva. A diferencia con la principal, esta tenía un leve grado de profundidad. Aunque claro, no tan pronunciada.
—¿Conejos? —Jiang ChengMei estaba sorprendido—...míralos, se parecen a los de bobo y bodie.
Lan JingLei los estudió, y, algo hizo click en su cabeza ante la familiaridad de la escena. Demonios, ¿cómo esperaban que ella recordara eso? Fue hace casi diecisiete años después de todo.
Es exactamente como la trama de The Untamed. Por lo que, JingLei dirigió su atención hacia el centro de la cueva. Tal y como sospechó, un guqin descansaba bajo la resplandeciente luz similar a una gélida estalactita, sobre una gran columna de piedra.
—...no puede ser —murmuró, dando un par de paso en aquella dirección.
Jiang ChengMei al ver que la menor comenzaba a alejarse, él la siguió. Sin embargo, de un segundo a otro el sonido de las cuerdas de una citara resonaron en la cueva creando un eco, enviando a volar lejos el cuerpo del heredero Jiang.
Lan JingLei se detuvo para mirar a su primo, ella entreabrió sus labios sorprendida por el repentino ataque.
—¡¿Qué demonios?! —ChengMei se quejó poniéndose en pie—...¿qué fue lo que pasó?
—Acordes asesinos —dijo JingLei—...el guqin te atacó...
—Si me di cuenta... —él agitó su cabeza— la pregunta es, ¿por qué no te hizo nada a ti?
Lan JingLei parpadeó. —Supongo que reconoce sólo a los Lan, después de todo posee el sello de GusuLan.
Los ojos de ChengMei se abrieron en pánico. —¿Quieres decir que puedo volver a ser atacado por eso?
—Posiblemente —estuvo de acuerdo su prima. Y, justo cuando acababa de decir aquello, nuevamente las cuerdas se oyeron enviando otra onda de energía espiritual en dirección a Jiang ChengMei. Lan JingLei envió a Yaozu para que bloqueara el ataque, y lo deshizo con un movimiento de manos.
Entonces, los ojos de Jiang ChengMei viajaron hasta la criaturas que yacían en el lugar; se dio cuenta de que, cada uno de esos conejos llevaban la diadema de GusuLan. Eso quiere decir que sólo los que la posean, serían catalogados como Lan y no posibles amenazas.
Luego, con terror desvió su atención hacia la cinta de Lan JingLei. Demonios, él ya sabía lo importante de esa cinta pero, a situaciones desesperadas medidas desesperadas. No cree que la adolescente permita que nuevamente sea atacado. —¡Lan Yue, tu cinta!
JingLei bien sabía que esa era la única opción para impedir que el mayor fuera herido, contando con que él sabía también el significado de su cinta. Sumándole el hecho a que ya había aceptado lo del cortejo, no significaba que debiese tomarlo a la ligera.
Sin embargo, no había otra salida. Por lo tanto, era momento de ceder.
Ella se acercó hasta ChengMei, y se quitó su cinta. Con dos vueltas la ató a su muñeca, para nuevamente repetir lo mismo en su contrario. Luego, de un jalón aseguró el nudo.
Bueno, haber visto The Untamed sirvió de algo para esa idea.
Cuando miró a su primo, JingLei fue golpeada por una impactante hasta adorable imagen. Jiang ChengMei tenía su rostro totalmente ruborizado. No obstante, debió mantenerse al margen mientras luchaba por su propio impulso de sonrojarse.
Sólo sus orejas sufrieron las consecuencias.
Él balbuceó. —Lan Yue...t-tú...
Ella desvió la mirada instándolo a caminar. —Sí sabes su significado, no necesitas mencionarlo ahora. Espero que sea suficiente para que comprendas lo que yo pienso.
ChengMei parpadeó, avanzando junto a la menor. —¿Qué quieres decir? ¿Atarla de esa manera significa algo también? ¿Tan malo es?
JingLei se limitó a darle un vistazo, antes de ser quedar de frente con aquel instrumento. Era el arma más hermosa que había visto después del guqin de su padre. Un blanco tan pulcro como la nieve y una elegancia aguda.
—Vaya, es realmente impresionante —comentó el heredero Jiang, acercando su mano hacia el instrumento. Fue detenido por la empuñadura de Yaozu, y una JingLei mirándolo con frialdad.
—Es una reliquia ancestral, ten un poco de respeto por él —lo sermoneó, hablando por inercia.
—¡No seas tan aburrida, Pequeña Lan! —dijo ChengMei— sólo quiero mirarlo.
Nuevamente acercaba su mano, y JingLei otra vez lo detuvo. —Detente. —tiró de su contrario para rodear la columna que mantenía el guqin, y acomodarse en el asiento frente al instrumento—..conozco una manera de hacerlo.
Lan JingLei dejó su espada a un lado, antes de posicionar sus manos sobre las cuerdas de la citara iniciando su trabajo. Jiang ChengMei comprendió de inmediato al escuchar las notas fluir. —¿Inquiry?, papá me había mencionado sobre la técnica de los Lan que utilizan para hablar con el alma de los muertos.
JingLei mantuvo su mirada fija en el instrumento. Al no recibir respuesta alguna ChengMei optó por guardar silencio. Unos momentos después las cuerdas comenzaron a sonar. Él observaba la cueva estudiándola con curiosidad.
Lan JingLei frunció ligeramente sus cejas. —Está aquí —anunció, con un tono leve de sorpresa.
Jiang ChengMei volvió hacia ella parpadeante. —¿Quién?
Cuando Lan JingLei iba a responderle, fue interrumpida por una voz desconocida que retumbó en el lugar, anunciando los nombres de las Sectas. Esa voz declaraba con regocijo acabar con el Hierro Yin.
Lan JingLei suspiró con cansancio. Sabía lo que se avecinaba.
Durante los años post guerra, el Clan GusuLan tomó la tarea de destruir los trozos del Yin que estuvieron bajo la mano del Clan QishanWen. Si bien en el libro no fue el tema, en ese 'universo alterno' de alguna forma se mezclaron las cosas, pero por lo que JingLei ve, al parecer sus padres no pasaron por esto.
Según shuzu, no pudieron acabar con ellos y optaron por sellarlos momentáneamente. Lo mismo ocurrió con el Amuleto de su papá. Hasta el día de hoy no han encontrado la manera de deshacerse de ellos. Temen que si alguien se llega a enterar sobre su existencia, intenten algo en contra de ellos para robar las piezas.
—¿Lan Yue, qué son esas voces?
—No lo sé. Pero ten cuidado —dijo con tranquilidad de pie junto al mayor.
Cuando las voces se detuvieron, otra solemne e imponente, pero a la vez tan suave y gentil se escuchó por doquier. —"El Hierro Yin está maldito, no vale la pena mencionarlo"
Detrás de ellos una hermosa mujer vistiendo de blanco en combinaciones azuladas, que más se asemejaba a un celeste claro yacía sentada en donde estuvo Lan JingLei. Llevaba también la cinta de la frente categorizándola como miembro oficial del Clan Lan, ella cargaba un conejo entre sus brazos mientras lo acariciaba.
Reconociéndola, de inmediato la menor se arrodilló demostrando su respeto hacia su mayor y antepasada. —Lan Yue, descendiente adoptiva del Clan GusuLan, es un honor conocerla Lan Yi-qianbei...—JingLei formó un perfecto circulo con los brazos y se inclinó ante la mujer, quien le devolvió el gesto con una inclinación de cabeza.
Jiang ChengMei estaba estupefacto. —¿Entonces, ella es la única Líder mujer del Clan Lan, quien creó la técnica de acordes asesinos? ¡Lan Yi!
Bastó que la menor le diera simplemente un vistazo para que el heredero Jiang captara que debía inclinarse en muestra de respeto. Él repitió el arco de su prima. —Saludos Lan Yi-qianbei, Soy Jiang Yang, heredero del Clan YunmengJiang.
Cuando todo quedó en silencio ambos se pusieron de pie. ChengMei demostrando su curiosidad le preguntó por los conejos. Lan Yi confesó que ellos estaban ahí para darle compañía, sin embargo a lo largo de los años su energía se estaba debilitando.
Fue ahí que ella les contó la historia del Hierro Yin y cómo tuvo que recurrir a sellarlo, quedando junto con él atrapada en ese lugar. Ese objeto de los mil infiernos, fue su peor error pagando con su propio poder espiritual. Ella les dejó en vista la pieza que yacía contenida bajo su cuidado. —A pesar de ser algo que debía mantenerse oculto por siempre por su peligro, las cosas cambiaron, ¿no es verdad?
Lan JingLei. —Qianbei, los otros trozos se encuentran bajo el cuidado del Clan Lan. Cuando la campaña para derribar al sol llegó a su fin y QishanWen cayó, quedó en custodia de GusuLan con el fin de destruirlo.
Lan Yi sonrió en su dirección. —Sin embargo han tenido dificultades durante todos estos años, ¿o me equivoco?
La menor asintió en silencio. Jiang ChengMei parpadeó desconcertado. —Tenía entendido que sería destruido.
—El poder que posee es demasiado fuerte para hacerlo, shuzu y los ancianos han intentado destruirlo más de una vez —dijo JingLei presionando los puños— incluso el Amuleto de papá. A pesar de haber vuelto a cultivar, no ha logrado acabar con él.
Lan Yi habló. —Existe una razón para eso, Señorita Lan Yue.
Ante ello, Lan JingLei abrió sus ojos grandes. —¿Sabe usted por qué?
Ella asintió. —Es necesario contar con todas las piezas —hizo una breve pausa para dejar al conejo en el suelo con gentileza. Luego, añadió a sus palabras— sin embargo, una de ellas tiene que contar con energías puras para que tenga el efecto en todas las demás. —miró de Lan JingLei hacia Jiang ChengMei—...este trozo puede cumplir con esa función. Aun así, es necesario que ambos den también de su propio poder espiritual para darle más potencia.
—¿Nosotros? —ChengMei estaba encantado— ¡por supuesto, qianbei!
Lan Yi rio detrás de su manga. —El unir sus poderes, darán el más fuerte de los golpes de purificación. Después de todo, los sentimientos que ustedes comparten por el otro, son lo más puro que existe en el mundo.
Jiang ChengMei se atragantó, y Lan JingLei se petrificó. Por supuesto, sus reacciones provocaron que su mayor se sintiera divertida por la situación. —Puedo ver que la Señorita Lan Yue ató su cinta a su muñeca, Joven Maestro Jiang..
Lan JingLei quería estar en cualquier lugar menos ese.
—¿Hay algo malo en eso? —preguntó con preocupación.
La mujer lo miró con sorpresa. —Oh.. —luego volvió hacia Lan JingLei—...¿no se lo has dicho?
La Joven Madam Lan negó con frenesí, sin mirar a la mayor a la cara. Demonios, JingLei deseaba con todas sus fuerzas que otra fuerza misteriosa la tragara y sacara de ese lugar.
Comprendiendo el silencio de la Joven, Lan Yi sintió que no debería interferir mucho en ese asunto. —Veo —rio ligeramente entre dientes—...sin embargo, le aconsejo que debería ser sincera ante todo, después de todo para conseguir el potencial necesario, ambas energías deben fusionarse y en el proceso de unión, se lleva a cabo el conjuro.
—Lan Yue agradece las palabras de Lan Yi-qianbei —dijo Lan JingLei, con una reverencia rígida y sus orejas hirviendo jodidamente. Ella comprendió cien por ciento las palabras de su Mayor, y lo que significaba.
Lan JingLei quería llorar. Y Jiang ChengMei estaba más que perdido por sus palabras.
Luego del intercambio vergonzoso de consejos, Lan Yi prosiguió a entregarles la pieza. Claro que tuvo que utilizar las últimas reservas de energía para posarla en el conjuro sobre el guqin, antes de que se desligara del objeto.
Pronto Lan Yi comenzó a volverse traslucida.
—¡Qianbei!
—Está bien, mi final está cerca —trató de tranquilizarlos—...sólo he vivido para pagar mi deuda. Ahora que ustedes llegaron aquí, no necesito deshacerme en esfuerzos.
Lan JingLei se arrodilló frente a ella, formando un arco con sus brazos. —Como descendiente del Clan Lan, haré mi mejor esfuerzo para cumplir con su deseo; destruiremos el Hierro Yin, y usted podrá estar tranquila al fin.
Jiang ChengMei copió sus acciones. —Doy mi palabra de que haré todo lo que esté a mi alcance para cumplir con su deseo.
La menor internamente lloraba desconsolada. Por más que quisiera decirle al otro que no era un asunto de su incumbencia no podía. JingLei estaba cien por ciento segura que sus padres, tíos y hermanos se volverían locos. Jin Ziyu si bien haría escándalo, luego se burlaría de su desgracia.
¡Después de todo sí o sí tiene que ser ChengMei!
—Espero que logren conseguirlo y remediar mierror cometido. —Lan Yi sonrió porúltima vez antes de desaparecer dejando el silencio inminente dentro de lacueva. El Hierro Yin descansando sobre el guqin, de quien alguna vez fue laLíder del Clan Lan.
Mientras todos en el Receso de las Nubes buscaban con desesperación a los miembros herederos, una fuerza se esparció por todo el gran complejo terrenal de la montaña.
Lan SiZhui, Lan JingYi, Jin Ling y Jin Ziyu que buscaban en la zona por donde vino el repentino poder, corrieron en aquella dirección con la esperanza de por fin encontrar a sus primos, hermana y amiga.
Fue entonces que el ruido de voces se escucharon provenientes de una pared rocosa.
—¡Lan Yue ten cuidado!
Una figura cayó al suelo, mientras otra más pequeña caía sobre el primero.
¡Eran Lan JingLei y Jiang ChengMei!
Ellos quedaron boquiabiertos.
ChengMei miró a la menor que yacía encima suyo, preocupado de que pudiese haberse lastimado. —¿Te encuentras bien?
JingLei gimió parpadeando. —Lo estoy.
—No fue mi intención que cayéramos, lo siento.
—Está bien, no te preocupes —Lan JingLei le restó importancia poniéndose de pie, luego de darse cuenta en la comprometedora posición en la que ambos se encontraban.
—¿A-Yue, Jiang Yang?
Reconociendo la voz de su hermano mayor, JingLei de inmediato sintió que volvía a respirar. —¡Gege! —lo llamó, caminando en su dirección. Sin embargo, había olvidado por completo que aún estaba atada a ChengMei. Ella sintió el revoltijo en su estómago.
—Oh dioses... —Lan JingYi estaba pálido.
Jin Ling jadeó. —¡¿Jiang ChengMei, qué hiciste?!
La Joven Madam Lan comprendió que de alguna manera su hermano y primo llegaron a una conclusión errada. Y, a pesar de que, la verdad de las cosas era demasiado importante que estuviesen unidos con su cinta, ella trató de tranquilizarlos.
—¡No es lo que piensan, no había más opciones o Jiang Yang sería herido!
Lan JingYi entrecerró los ojos. —¿De qué no había opciones? ¿Era necesario usar tu cinta para eso?
—¡Da-ge!
Extrañamente Lan SiZhui, quien siempre actúa a la defensiva por Lan JingLei estaba en ese momento totalmente sereno. Él dijo. —Es mejor que vayamos con nuestros padres y los tíos. Tal vez puedas explicarnos con detalles lo que realmente ocurrió, A-Yue..
La niña suspiró con alivio, devolviendo su cinca a su lugar. —Gracias Er-ge, pero primero necesito ir a cambiar mi ropa. Llevo horas con las túnicas mojadas, no será bueno para mí.
Jin Ziyu que ya estaba buscando algún indicio de que la adolescente estuviese herida o algo fuera de lugar, la miró incrédulo. —¿Horas? ¡Niña, estuvieron un día y noche completa desaparecidos! ¿Por qué piensas que todos estaban vueltos locos buscándolos?
Ambos fugitivos abrieron sus ojos grandes. —¿Un día?
Si bien JingLei sabía que en Live Action fue de la misma manera, vivirlo era distinto. Ella realmente lo sintió como horas. Nunca imaginó que sería tanto tiempo. Era de esperarse la histeria en el Receso de las Nubes.
❈─────•✦•❅•✦•──────❈
—Entonces Lan Yi-qianbei dijo que todas las piezas debían estar juntas —explicó Lan JingLei—...la que tenía ella sellada, contiene energías puras para destruir el Hierro Yin por completo.
Lan QiRen asintió en silencio acariciando su barba de chivo. Wei WuXian y Lan Wangji yacían sentados uno a cada lado, sin intenciones de alejarse de su hija. Los dos padres casi vuelven locos a todos buscando a su pequeña niña.
Jiang ChengMei dijo. —Sin embargo, también mencionó que nosotros dos debíamos dar de nuestra energía espiritual fusionadas para que le diera la potencia que requiere.
Ante ello, Lan QiRen reaccionó de inmediato. —¡¿Qué?!
Como miembro más antiguo, conociendo muy bien la historia en el mundo de la cultivación. Lan QiRen bien sabe lo que Lan Yi estaba solicitando.
Lan XiChen parpadeó desconcertado, al igual que el resto. —¿Qué ocurre, shufu?
La adolescente sí había captado el porqué de la reacción de shuzu. Ella muy bien lo sabía. Después de todo, se leyó la biblioteca completa del Clan Lan con el fin de retroalimentar sus propios conocimientos. Por ello, ya una vez había leído sobre el ritual de purificación en algún objeto u arma que cuente con una gran cantidad de energía resentida como el Hierro Yin.
—Nuestros ancestros —inició Lan QiRen conteniendo el impulso de vomitar sangre—...crearon un ritual de purificación. Era catalogado como el último de los recursos para poder liberarse del mal que habitara en armas, objetos hasta personas.
Lan Wangji también comprendió, sus ojos se abrieron alarmados, mirando a su pequeña hija. —No.
Lan JingLei cerró los ojos lentamente. Wei WuXian estaba petrificado. —Oh dioses.
Ah, había olvidado que su papá es el curioso más curioso en el mundo mundial. Contando con una gran biblioteca, es de esperarse que él no desperdiciara la oportunidad de utilizarla. Después de todo, es el genio de la familia.
Lan XiChen y Wen Ning intercambiaron miradas, totalmente descolocados. El Líder Lan preguntó. —¿Qué tiene de malo ese ritual?
—Ese ritual, consiste en la cultivación dual.
Y el Mingshi se sumió en un absoluto silencio, permitiendo que aquella revelación ingresara en las cabezas de los que recién comprendían el peso de la situación. Jiang ChengMei estaba congelado en su posición; él miró lentamente a Lan JingLei, quien no se atrevió a devolverle la mirada. Más bien, los ojos de la adolescente yacían en dirección a su regazo en donde sus puños estaban presionados sobre sus túnicas arrugando la tela.
—Sin embargo —la voz de Lan QiRen interrumpió el caos mental de todos, para añadir—...que Lan Yi haya recomendado ese ritual a ambos, quiere decir que ella notó algo.
Entonces la compresión llegó a JingLei. Ella alzó la mirada rápidamente en dirección a Lan QiRen. —...yo...
—¿Qué sucedió, A-Yue? —inquirió Wei WuXian, apenas asimilando lo que debía hacer su preciosa niña, con el fin de ayudar a su propio Clan. A él le dolió totalmente el corazón.
Lan JingLei lo miró con ojos lastimeros. —A-Niang.
Oh, oh.
Wei WuXian ya comprendía que algo más ocurrió. Lan JingLei sólo lo llamaba de esa manera con ojos de gatitos, cuando algo muy, pero muy importante la tiene inquieta.
Él se obligó a respirar, para hablarle con suavidad. Lo que menos quería era angustiarla demás. —Muy bien, mi pequeña Yueyue. ¿Podrías decirle a A-Niang, qué fue lo que sucedió?
Entonces, con el corazón temblando y las orejas hirviendo, Lan JingLei les relató lo que tuvo que hacer para impedir que Jiang ChengMei fuera herido dentro de la cueva fría.
El heredo Jiang escuchaba en silencio, entre asombrado por la forma en que Lan JingLei se había dirigido a su tío como preocupado porque hayan hecho algo indebido. Después de todo, la cinta Lan es muy importante para los miembros.
Hubo un breve momento de silencio cuando JingLei acabó, el cual fue roto por la voz de Lan QiRen quien ya se había puesto de pie. —Le enviaré una carta al Líder de Secta Jiang, detallándole que lo necesitamos con suma urgencia.
Wei WuXian abrazó a su hija con fuerza. —Ah, ah, está bien Xiaoyue. Todo estará bien. —él acarició su cabeza—...sabes que no necesitas hacerlo, ¿verdad?
JingLei tragó en seco. Por supuesto que su papá le diría aquello. Él jamás la obligaría a hacer algo que no desea, ni menos a permitirle que se sacrifique en nombre del Clan. Pese a ello, de todas formas quiere ayudar para librarlos de ese potencial peligro. De esa manera también impedir que alguien intente lastimar a su familia y arruine la felicidad que han construido durante todos estos años.
Sin embargo, algo muy dentro suyo, se siente de manera extraña por todo aquello.
Aunque...
—No depende sólo de mí, A-Niang —dijo Lan JingLei, separándose de su papá para mirar a ChengMei—...Jiang Yang también tiene que decidir por esto.
Jiang ChengMei parpadeó en reiteradas ocasiones, antes de decir. —¿A qué te refieres?
Como ellos sabían que Jiang ChengMei no tenía ni la menor idea del antiguo ritual de compromiso del Clan Lan, además, sumándole el hecho de que ambos habían realizado los dos arcos previos sin darse cuenta de que lo hacían juntos. Demonios, ella no se había puesto a pensar en ello con detenimiento.
Era necesario explicarle detalladamente lo que estaba sucediendo.
No esperaban que fuera Lan Wangji quien respondiera, yendo directo al grano con su rostro impasible. —A-Yue y tú están comprometidos.
Los ojos de Lan JingLei y Wei WuXian se abrieron grandes, mientras ambos exclamaban un "¡A-Die!" y "¡Lan Zhan!" al unísono.
Jiang ChengMei quedó sin habla.
Ellos le explicaron lo que sucedió, y desde entonces Jiang ChengMei se mantuvo en total silencio sin responder a nada. Así que por ese día todos se habían marchado a sus aposentes. Sólo que a los siguientes, los llamaron de vuelta para reunirse y continuar.
Ya al quinto día de estar tratando de llegar a un acuerdo, los adultos decidieron dejarlos a solas para que charlaran, después de todo era decisión de ambos seguir con todo aquello.
Lan JingLei estaba sentada frente al escritorio dentro del Mingshi, totalmente en silencio. Ella no miraba al otro joven delante suyo, puesto a que aún estaba recuperándose de lo que había ocurrido. No imaginó que esto llegaría a tanto. Demonios, estaban en juego el destino matrimonial de ambos, y ella apenas iba a cumplir los dieciséis años.
De la nada, ChengMei habló. —Tú...¿ya sabías lo del compromiso cuando ataste la cinta a mí?
En silencio, JingLei asintió lentamente.
Él entreabrió su boca sorprendido. —¿Y, lo del ritual de purificación?
Otra vez solo recibió el movimiento de cabeza de la adolescente, afirmando a su pregunta. Jiang ChengMei sintió que su corazón se paralizaba. —¿Por qué?
Esta vez ella sí lo miró. Tenía sus cejas fruncidas. —¿Por qué, qué?
—No me lo dijiste —él respondió— no te habría pedido que lo hicieras.
Lan JingLei suspiró. Ella meditó unos momentos antes de decirle. —Era eso o dejar que te hiriera el ataque.
Jiang ChengMei resopló con frustración. —Independiente de ello, Lan Yue.
Lan JingLei pensaba que, a estas alturas cada vez que ChengMei la llamara por su nombre correría el riesgo de morir durante el proceso.
Él continuó. —Jamás te obligaría a hacer algo que no quieras. No soy así. No haría algo que te ponga incómoda, sería incapaz de hacerlo porque no lo mereces —Jiang ChengMei la miraba con determinación—...me gustas demasiado, y quiero conseguir llamar tu atención como es debido sin nada de por medio. Sin tener un deber como en este mismo momento, Lan Yue.
JingLei contuvo la respiración. Ella lo observaba, como si le fuese imposible creer lo que había escuchado salir de los labios de su contrario. Sí, Lan JingLei sabía que ChengMei tenía interés amoroso en ella como ella en él; lo sabe gracias a Jin Ziyu y porque más de una vez lo descubrieron dejando los presentes. Sin embargo, leerlo a escucharlo, eran dos cosas distintas.
Jiang ChengMei siempre le escribía lo mucho que le gusta. Tanto ella como su sonrisa, la forma tan cálida que tiene de mirar a su pequeño primo, hermanos, padres, familia en general. La tan dulce manera de ser con quienes interactúa, lo hermosa que se le hace cuando se sienta en la biblioteca a leer o cumplir con sus deberes. Incluso, recibió uno que otro retrato de ella precisamente de esos instantes hecho por el mismo ChengMei.
Le pareció tan lindo el gesto, y le recordó a su papá. Él había hecho lo mismo con su padre, inconsciente de sus propio sentimientos por el otro; en cambio con Jiang ChengMei es distinto, porque él y ella están conscientes de sus propios sentimientos.
Y escucharlo venir de él mismo, fue demasiado para su últimamente frágil corazón.
No sabe en qué momento el mayor ya se había trasladado hasta estar junto a ella; únicamente se dio cuenta cuando sus manos estaban siendo cálidamente sostenidas por otras, con toda la gentileza del mundo. —Te quiero, Lan Yue, y quiero que seas mi esposa algún día. Pero quiero conquistarte hasta conseguir que lo aceptes, no de esta manera.
Los ojos dorados de la adolescente se cruzaron con los cobrizos. En ellos, pudo leer perfecta y fácilmente cada sentimiento que eran transmitidos a través de ese mar de cobre; sintió que su propio corazón pulsaba más fuerte y veloz que nunca mientras las mariposas en su estómago lo colonizaban. Lan JingLei se tuvo que obligar a volver a respirar, antes de hablar con suavidad. —Tú...no necesitas hacer todo esto, Jiang Yang.
Él parpadeó en confusión. —Por supuesto que lo necesito. No me rendiré sin haber dado batalla.
Lan JingLei agitó ligeramente su cabeza; sentía sus orejas y rostro arder más que nunca antes. —No lo es, porque —esta vez, su mirada era la llena de determinación, devolviéndole el agarre con sus propias manos—...porque tú también me gustas.
Escuchó cómo el otro adolescente dio una brusca inhalada.
Jiang ChengMei quedó boquiabierto. Ella temió por haberlo roto o algo parecido.
El heredero Jiang estaba más que estupefacto. Nunca imaginó que algún día Lan JingLei le diría algo como aquello. Claro que él tenía la esperanza de que ambos compartieran sentimientos luego de la charla que tuvo con Lan SiZhui. Sin embargo, aun así la duda estaba.
Pero esa duda ya fue aclarada.
Ahora, que ella, la Joven que lo había conquistado desde que la conoció le estaba devolviendo sus sentimientos, no supo cómo reaccionar. Sólo se le quedó mirando como un completo idiota, admirando la belleza de la adolescente frente a sus ojos. Lan JingLei para él siempre fue y será la doncella más hermosa que ha visto. Y vaya que suerte tiene porque podrá apreciarla por el...
—Espera —habló en un arrebato. Sus ojos brillaban—...¿quieres decir que sí aceptas casarte conmigo?
La Joven Madam Lan parpadeó un par de veces, antes de, maravillosamente para ChengMei soltar una suave risita. Perfecto, él sintió que ascendía a los cielos en ese preciso momento.
—Así es, A-Yang —respondió, y, oh, lo llamó con su apodo. Cada vez más sentía que volaría por las nubes.
Entonces, Jiang ChengMei soltó las manos de Lan JingLei para con las suyas acunar el rostro de la menor, mirándola con tanta devoción que ella pensó se trataba de un sueño. Jamás creyó que algún día alguien la miraría de esa forma. Sólo lo había visto con sus padres entre ellos, y JingLei estaba demasiado encantada por eso.
Los ojos cobres se desviaron hasta los labios de ella, y JingLei ya sintió su corazón despidiéndose de su hogar. Cuando se encontró nuevamente con los orbes dorados de la menor, él preguntó por lo bajo, como si fuera algo secreto. —¿Puedo?
Lan JingLei, con su rostro ardiendo asintió lentamente.
No necesitó de más para que ChengMei se inclinara y reclamara sus labios en un tierno, dulce y cálido beso. Ambos estaban temblando al ser unos completos inexpertos. A JingLei le pareció hasta tierno que el mayor estuviese tan nervioso, aunque no se quedaba atrás por supuesto.
Desde la ventana del Mingshi, los espectadores miraban impactados la escena llevándose a cabo dentro del salón. Wei WuXian pareciera que lloraría en cualquier momento tanto de felicidad como de orgullo. —Te lo dije didi, mi A-Yue ya se está convirtiendo en toda una mujer.
Jiang Wanyin estaba incrédulo. Cuando le llegó la carta pidiendo su presencia en el Receso de las Nubes, nunca imaginó que sería porque su hijo y sobrina estaban comprometidos y resolviendo el caos de sus sentimientos; súmale el hecho a que ese compromiso de alguna manera salvaría al mundo.
No sabía cómo reaccionar.
Lan Wangji abrazó a su esposo, enterrando su rostro en los cabellos azabache del menor. Wei WuXian sabía que su amado estaba en un conflicto interno. Para él, Lan JingLei todavía es su pequeña y astuta lobita que conquistó los corazones de todos.
Jin Ziyu sonrió con arrogancia, en dirección a los menores. —Se los dije.
JingYi y ZiZhen se cruzaron de brazos luciendo molestos. Lan SiZhui simplemente negó con su cabeza, y Jin Ling todavía le costaba creerlo.
Una vez que ambos se separaron, Jiang ChengMei miraba tan maravillado el rostro de su amada. Él quería cerciorarse de que fuese real, y no un producto de su loca imaginación.
Lan JingLei posó sus manos sobre las del mayor; ella se inclinó levemente hacia el toque. —¿Qué ocurre?
Él inhaló y exhaló, como armándose de valor para responder. —Es tan, irreal.
—¿Por qué? —preguntó, sutilmente divertida.
—Porque, tu forma de ser difiere a tus pensamientos.
—Oh... —ella tarareó, con una sonrisa amenazando con tirar de la comisura de sus labios—...es algo hereditario.
Afuera Wei WuXian se atragantó con su risa y Lan Wangji sintió sus orejas calentarse.
ChengMei soltó una carcajada, atrayendo a la menor hacia sus brazos. No dejaría pasar ninguna oportunidad para disfrutar su cercanía. —Realmente eres igual a bobo y bodie.
—Dime algo nuevo —dijo ella—...soy su hija después de todo.
—Suenas demasiado orgullosa por eso —comentó divertido—...¿acaso posees una personalidad oculta?
JingLei lo miró con detenimiento desde su posición. —Te sorprenderías. Sólo pregúntale a ellos.
Ante su respuesta, ChengMei se quedó sin habla.
Esa tarde se anunció oficialmente el compromiso entre el heredero de la Secta Jiang y la segunda heredera del Clan Lan; también, Jiang ChengMei aprovechó de cumplir con la sugerencia de su prometida en preguntarle a sus tíos sobre la 'desvergüenza' de Lan JingLei.
Nunca imaginó que Lan Yue fue quien salvó a su papá, se enfrentó a los Jins, y salvó a su familia completa, todo a la edad de dos años y medio.
—A-Yue hizo que los ancianos del consejo entraran a reclusión, después de escuchar el sermón de una pequeña niña que vivió las crueldades de la vida, y a pesar de su edad saber muy bien lo que estaba sucediendo a su alrededor —le había dicho bobo, con una sonrisa melancólica.
Ahí supo que fue Lan Yue quien desenmascaró las fechorías de los Jins.
Realmente esa Joven es alguien especial y maravillosa. Pensaba, totalmente orgulloso de tener la oportunidad de desposar a alguien con tan gran corazón como el de Lan JingLei.
Nota: ¡Hola!✌✌
¿Qué les pareció el capítulo?
Como les dije, me base en la trama de The Untamed para hacerlo. Quería encontrar una razón para que esto ocurriera y además, aprovechar el empuje para que ese par se confesara.
Si bien Jiang ChengMei cambió mucho de su personalidad durante los años viviendo en Muelle de Loto, no olviden que de nacimiento el niño era ya directo xD
Con Lan JingLei, ella tiene una mezcla en la personalidad de sus padres. Claro que predomina un poco más la de Wei WuXian, después de todo desde pequeña ella ya era una desvergonzada 😂😂😂
¡Tenemos boda YangYue! 💜💙
Aclaro que, obviamente no se casarán de inmediato. Lan JingLei tiene aún 15 y medio. Jiang ChengMei tiene 18. 😂😂😂 ¡¡ALÓ, FBI!! ksmsksldl...
Claro que tuve que hacer cambios en la historia para eso. Sí me hubiese guiado por el canon, ChengMei tendría 22(?). Ahre. 😦😦😦
¡Espero que les haya gustado! ¡Nos leemos la protzima!✌✌
Nota: ¡Yay! ¡Sólo quedan dos partes y terminamos!
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro