〔001┊Sick Of Love〕
Título: Sick Of Love
Pareja: Jiro x Momo
Anime: BNHA
Cantidad de palabras: 2560
Tema: Primeras veces
La clase aún no ha iniciado, siquiera ha llegado gran parte de los alumnos.
La enorme puerta con un grabado del 1A se abrió y pasos delicados emanan de esta, dejando a la vista una figura curvilínea, alta y elegante.
En lo más recóndito del salón se puede divisar una joven avergonzada, con las mejillas completamente pintadas en carmesí, y sus sentimientos salieron a flote, pero no de la forma común a la cual muchos enamorados acostumbraban.
Etapa 1: Estornudos
— Achú — Se escuchó en todo el lugar, un estornudo calificado por algunos como "tierno", el cual era producido por Kyoka Jirou, quién ahora se encuentra preocupada puesto que no es capaz de parar los fuertes latidos de su corazón, era como si este estuviera a punto de salir de su cuerpo, y aquello solo podía significar una cosa...
Los estornudos se volvieron repetitivos, y para su suerte ya se encontraba preparada para este acontecimiento, por lo que toma su mochila y la coloca sobre sus piernas; rebusca entre sus cosas un rollo de papel higiénico.
— Maldición, maldición... — Murmura con gran fastidio la chica al no encontrar lo que buscaba frenéticamente en su entreverada mochila.
— ¿Todo bien, Jiro? — La mente de Jirou entró en pánico al escuchar aquello, repitiendo mentalmente una sola cosa "¡NO, NO, NO, NO!", conocía claramente esa voz, era la voz tan suave y melódica de su amada reina, pero aunque amara oír su angelical voz, prefería hacerlo en una distancia lejana en la cual ella pudiera considerarse "a salvo" a causa del padecimiento que le había sido diagnosticado de joven.
Y cuando todo parecía ir calmándose poco a poco en el palpitar, una delicada mano se posa gentilmente en su hombro, retomando una vez más los latidos fuertes.
Etapa 2: Lagrimeo y goteo nasal
— Estás buscando esto, ¿verdad? — Extendió su mano restante ofreciendo un rollo de papel higiénico mientras enseña una hermosa sonrisa chapada en diamante, tan radiante como el sol de verano, o al menos esa era la forma en la que la perdidamente enamorada joven la glorificaba.
Siempre era tan atenta con sus malestares a causa de su alergia ya que todos los días llegaba preparada con todo lo que ella necesitaba.
— S-sí, muchas gracias... — Habló por lo bajo e intentando evitar la mirada tomó el papel higiénico.
Inmediatamente tuvo que soltar el rollo dejándolo caer al suelo para taparse instintivamente la nariz a causa del estornudo que soltó, su rostro era un desastre, los fluidos nasales comenzaban a brotar y sus ojos se llenaban de lágrimas.
— Esto se ha vuelto una costumbre para mí, ¿sabes? — La millonaria la tomó del mentón y con un trozo del rollo de papel en su mano comenzó a limpiarle cara con la calidez en su sonrisa que la volvía inigualable.
El trabajo de la pelimorada se complicaba más, su respiración se había agitado, y cerró los ojos intentando meditar mientras Yaoyorozu terminaba de limpiarla como si fuera una niña pequeña.
Etapa 3: Escalofríos y fiebre
Rápidamente el sudor frío se volvió presente, su corazón no era el único que ahora ardía en llamas, sino también todo su cuerpo se encontraba en medio de un fuego ardiente que la abrazaba. No podía formular ninguna palabra por tener a quién le había arrebatado el corazón tan cerca, se sentía como un insignificante ser vivo al lado de una diosa convertida en mortal.
— ¡Jiro, otra vez tienes fiebre! — La joven sorprendida puso su mano levemente en su frente, y al sentir su calor su preocupación comenzó a aumentar — ¡Necesito llevarte a la enf-
— ¡Enfermería! —La chica de los mofletes rosados intentando detener la escena por la cual estaba pasando su amiga.
— ¿Segura que puedes llevarla sola? Creo que podría acompañarte o tal vez tú podrías-
— ¡Achú!—Estornudó la chica por la atención que le ponía su amada reina, pero para ella, lo más seguro era que fuera una simple preocupación de una amiga...¿verdad?
— No te preocupes Momo, lo tendré todo controlado, quédate aquí para avisarle a Aizawa de esto cuando venga.— Le sonrió intentando convencerla de que no las acompañara.
— Supongo que tienes razón...¡Cuídala bien, Ochako, por favor!
[•••]
Luego de escapar de la clase, ambas se sentaron en una de las bancas que estaban situadas frente al jardín de la academia.
— Ah... — Suspiró Jiro Kyoka, decepcionada de sí misma por su actuación tan vergonzosa frente a quien nombraba su verdadero amor, la reina de su corazón.
— Tranquila, cari — Puso sus manos sobre las de su devastada compañera —. Debes dejar de reprimir tus sentimientos, tal vez intentes guardarlos, pero estos saldrán de todas formas, y aún más con tu extraña enfermedad. Si de alguna forma le dijeras que estás enamorada de ella , tal vez consigas aliviarte con los estornudos y con el corazón.
— Eso intento, pero cada vez que lo hago comienzo a enfermarme por tenerla cerca...realmente me gustaría ser correspondida, pero...¡AAHH! — sus emociones crearon una explosión, se sentía una completa inepta por no poder confesar sus sentimientos, entre el odio a si misma y la vergüenza levantó sus piernas de el suelo y las abrazó aún sentada sobre la banca, esperando a que de un momento a otro consiguiera desaparecer y así hacer que sus problemas desaparecieran.
— Hey, hey, calma, Jiro — levantó el rostro de Jiro y la tomó de los hombros, la miró fijamente a los ojos y con un rostro comprensivo dijo —. Si decirlo directamente no es posible para ti entonces...¡Lo tengo!— Sacudió a la chica luego de haber pensado en una idea que ella consideraba fantástica.
— ¿Qué es lo que tienes pensado?— Cuestionó la inexperta enamorada mientras intentaba calmar los latidos de su corazón, jugando con los cables que tenía en sus orejas.
— ¡Una carta de amor!, ya sabes, esas donde escribes cómo te sientes, son muy románticas, y seguro del estilo de Momo.
— P-pero... nada me asegura que yo también le guste, ¿y si lo arruino y ya nunca más me vuelve a hablar?
— ¿Y si no lo arruinas?, tal vez te ama — centra su vista en ella intentando asegurarle con la mirada que todo estaría bien —, no, no, yo sé que te ama, ¿acaso no la has visto?, siempre que llega a clases va directo a ti en cuanto te escucha estornudar, y viene lista para atenderte, ¿realmente no lo has notado?, ¿o tampoco has notado esa sonrisa perdida que te lanza cuando se acerca de forma algo exagerada a ti?, quienes la vemos, creemos que de cierto modo, se contiene de querer abrazarte.
— ¿En serio crees eso? — Su voz se volvió una llena de vida, como si la esperanza de ser amada hubiera vuelto a ella luego de un largo tiempo.
— ¡Estoy segura! — Garantizaba con los ojos entrecerrados y una sonrisa marcada, tal vez no había tenido una respuesta clara por parte de la amante de los cafés de alto costo, pero leer y ver tantas novelas de amor, además haber estado en un lío de amor antes la hacía poder asegurar aquello.
— En ese caso...tal vez tengas razón, aunque fallar es aterrador... perderla sería devastador para mí, he pasado tanto tiempo escondiendo esto para no alejarla de mí...ya ha sido suficientemente raro de mi parte estar enferma siempre que está cerca, que si no acepta mis sentimientos, todo se volvería diferente...no estoy lista para olvid-
— ¡Jiro! — La ya mencionada salió de sus pensamientos y se concentró en su consejera del amor — Tranquila, ¿sí?, sé que es raro, pero encontraremos como solucionarlo si es que dice que no, ya sabes como hace la gente cuando alguien no te corresponde.
— ¿Decir que fue un reto o una broma? — Cuestionaba con los ojos algo llorosos luego de haberse dejado llevar por sus pensamientos.
— ¡¡EXACTO!! — Gritó y se levantó de la banca con las energías recargadas llamando la atención de las personas las clases cercanas.
— ¿Estás segura de ello? —Preguntaba para asegurarse de su decisión.
— Por supuesto que sí — Volvió a afirmar su amiga cercana.
— Entonces ven a mi habitación luego de clases, y ayúdame a escribir esa carta — Exhalaba fuerte para no dejar salir a flote su miedo.
— ¡A sus órdenes capitana!
[•••]
La habitación de la aficionada a la música estaba llena de emociones, miedo, alegría, pánico, tristeza y más, pero sobre todo de estrés, habían pasado quince minutos y la hoja estaba en blanco, ¿tanto le costaba plasmar sus emociones?
— No puede ser tan difícil ¿verdad?, tal vez yo lo estoy haciendo más difícil de lo que es — Intentaba demostrarse que sería un trabajo fácil si lo intentaba, pero mientras más trataba, menos lograba.
— ¿No crees que te estás forzando mucho? — Comenzó a interrogar levemente a su compañera —, quiero decir que solo debes escribir como te sientes, no intentes quedar bien con ella; siempre que la mencionas comienzas a glorificarla, y eso te está deteniendo justo ahora.
— Tal vez tengas razón, dejaré mi mente en blanco un momento para escribir — suspiró y con pluma en mano comenzó a escribir siguiendo los recuerdos que habían en su corazón...
"Querida Momo Yaoyorozu
He estado ocultando esto mucho tiempo, más que nada de ti, estoy segura de que te ha podido extrañar el hecho de mi enfermedad tan continua y repentina, es algo que conocí de mí hace unos años, nunca había sido tan grave como este tiempo a tu lado, pero para que lo entiendas...me enfermo cuando estoy cerca a la persona que amo.
Lo sé, es demasiado raro, pero es real y me pasa...contigo, te amo, mi corazón lo sabe y mis estornudos junto a otros síntomas solo lo confirman.
La primera vez que estornudé fue anecdótica, ¿la recuerdas?
Fue la misma vez en que nos conocimos también, al verte durante esa prueba de ingreso no pude evitar abalanzarme contra ti para que no fueras lastimada, y cuando ambas ya estábamos en el suelo, ver tu rostro fue como mirar de cerca a una divinidad; por unos segundos me perdí en mis pensamientos y mi rostro se volvió rojo y en ese instante pequeño estornudo, creo que fue la forma de conocernos más vergonzosa que pude haber imaginado sin embargo, no la cambiaría.
La primera vez que viniste a mi habitación pidiendo escucharme practicar mi música y cantarte fue hermoso, allí aún no tenía sospechas de que estaba enamorada, lo sentía en el fondo, pero un miedo de no merecerte me hacía dudar, y aún lo hace, me negué a ese sentir, hasta que cuanto más seguido venías, más me enfermaba, intenté nublarme el corazón remarcándome que el clima era el causante de mis estornudos descontrolados y mi fiebre alborotada, ¿pero qué clase de clima veraniego me haría tener esos síntomas tan seguidos?
Así que lo acepté, y caí en cuenta de que me había enamorado y ahora estoy nadando perdidamente en un mar de amor, intentando que tu melodía me guíe a la respuesta de si tú también me amas.
Sé que esta es una forma cobarde de contarte mi sentir, pero es en la única que puedo hacerlo con claridad.
Ven a las afueras de los dormitorios, bajo ese árbol de cerezos que siempre admiras a las cinco de esta misma tarde, tranquila, solo hazlo si realmente sientes lo mismo, si no, calma, haré como si esto nunca pasó.
Te ama, Jiro Kyoka"
— ¿Crees que me excedí? — Ocultaba su rostro enrojecido intentando mirar hacia otro lugar.
— ¡Para nada, esto es bellísimo! — Guardó la carta en un sobre y se dispuso a salir para entregarla — ¡Suerte!— Cerró la puerta de un portazo.
Una respiración acelerada, pesada, un mareo indescriptible, la vista estaba borrosa, el miedo se había transformado en una camisa de fuerza, pero no podía rendirse ahora, no cuando ya solo faltaba la respuesta, así que sin dudarlo tomó su celular y salió a enfrentar al destino.
[•••]
La hora finalmente llegó, el clima era cálido, como si la abrazara con calma, diciéndole que todo estaría bien.
Las hojas del cerezo bajo el que estaba sentada comenzaban a caer, como si estuvieran creando una alfombra rosa para la esperada gobernante del reino de Kyoka Jiro.
Los minutos que pasaban se hacían largos, y aún la vista frente a la joven solo constaba de edificios y mucha flora, pero no de su amada.
Ya eran las 5:15 pm... aún nada.
Y a las 5:20 pm, tampoco había nada.
El dolor punzante en el corazón llegó totalmente a las 5: 25 pm, un suspiro junto a un "lo sabía" se mezclaron, aunque la vista desde ese lugar fuera hermosa, se levantó, y miró al cerezo una última vez antes de empezar a retirarse.
— Aún recuerdo la primera vez que vine aquí, me trajiste porque este lugar era especial para ti y querías que yo fuera parte de él, espero no haber arruinado eso al venir aquí a declararme tontamente — Con lágrimas brotando de su rostro, miró hacia su falda y comenzó a sacudirla, intentando quitar el polvo.
— No lo hiciste — Esa voz era tan reconocible para ella, que no pudo evitar sentir un nudo en la garganta, era tan fuerte que no podía soltar ni una palabra y mantenía la cabeza abajo mientras cerraba los ojos intentando de manera inútil parar su llanto.
Momo, quien sonreía pacíficamente la tomó del mentón transmitiendo su afecto con un simple toque— Lo lamento, sé que tardé demasiado, pero creí que necesitarías esto — Sacó de su morral un trozo de papel higiénico, " tan cordial como siempre " pensaba Jiro mientras volvía a ser limpiada por ella.
Al terminar la adolescente mantuvo su mano en el mentón de Jiro, quien para evitar enrojecer y estornudar frente a ella cerró los ojos con fuerza — Abre los ojos, vamos Jiro — La mencionada negó moviendo la cabeza —. En ese caso..
La más baja de las dos sintió una respiración cerca a la suya, la podía escuchar con claridad, se habían vuelto unos segundos de silencio e intriga.
— Te amo, y quiero ser tu novia — En ese momento ni la vergüenza pudo lograr que mantuviera sus ojos cerrados , justo al abrirlos sintió como sus labios tocaban las nubes, y un sabor dulce se impregnaba en ella, era un beso, uno que había anhelado por mucho tiempo, no pudo evitarlo, lágrimas de felicidad cayeron mientras correspondía al abrazo que su amada reina le estaba dando.
Bajo un atardecer cálido se estaba pactando un amor puro y verdadero y que florecería desde ese mismo momento hacia un futuro prometedor, uno que forjarían juntas.
Luego de unos segundos, la falta de aire hizo de árbitro logrando que se separaran.
— Pensaba que te alejabas de mí, y por eso te ibas cada vez que me ofrecía a ayudarte llevándote a la enfermería, saber que eso se debía a que me amas, me hace feliz saber que podemos correspondernos mutuamente.
La bajita parecía muda, pero era porque sostenía una sonrisa atontada con unos ojos que parecían cascadas.
— Gracias... — Fue lo único que atinó a decir, la otra rió por la ternura y acarició su cabello enredando sus dedos en el.
— Sé que es precipitado de mi parte pero...¿te gustaría ir a un concierto conmigo? Sería como...nuestra primera cita — Sacó de su morral dos entradas a un concierto de rock.
— ¡Claro que... achú — Momo volvió a reir sabía que ese había sido un sí definitivamente.
Esta vez me basé en algo que me pasa a mí, yo me enfermo cuando me divierto mucho, sí, suena extraño y difícil de creer, pero es real, así que intenté plasmar eso con este escrito pero en el amor, y me alegra mucho haberlo hecho con esta pareja, espero que lo hayan disfrutado tanto como yo.
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