Era raro ir caminando por waterfall cargando al pequeño niño monstruo. Demonios, como se queja, pensaban Frisk y Sans al mismo tiempo. Papyrus iba atrás, gritando y gruñendo que no entendía lo que sucedía.

-¡Yo!- gritó pataleando de nuevo el menor.
-¿esto cuenta como secuestro?- susurro Sans a Frisk en cuanto estaban apuntó de entrar al área de sombras.
La castaña se encogió de hombros. Entonces reconoció él área.
-¡Papyrus!- se escuchó el grito de una voz. -¡cuidado con el humano!- dijo al tiempo que separaba a los monstruos de la niña. Si, era Undyne, sin el casco de su armadura.
-y-yo...- ¡Porfin El Niño se callaba!
-U-Undyne, espera- comenzó a hablar el esqueleto más bajo.
La chica pez mantenía silencio. Entonces suspiro. -¿Eres Frisk?-.
La humana permanecía en silencio. Si no era Alphys quien la recordaba, era Undyne. Bueno, no era tan malo. -Si..-.
-¡¿y qué hacemos aquí, mocosa?! ¡Hay que ir con Alphys de inmediato! Mientras estamos aquí, ese monstruo mata a todos los presentes en underground-.
Todos asintieron. Sans ayudó a ir al laboratorio de Alphys con su "atajo".
Alphys se asusto. Luego llamó a Mettaton. Y luego todos los presentes, incluyendo a Mettaton, estaban en el laboratorio verdadero.

Mientras Alphys investigaba, notó algo. Una cosa que nadie podía ver mantenía a una furiosa Chara atrapada en Snowdin. No podía salir de ahí por más golpes y cuchilladas que lanzará contra aquella cosa invisible.

-¿cuánto tiempo nos dará, Alph?-.
-C-como va, quizás bastante, puede que semanas-.
-¡tiempo perfecto!- inquirió Sans
-¿para qué?-.
-oh, Papyrus, te lo explicaré todo-.

Decides contarle a Papyrus todo lo que sucedió.
Sans te apoya en esta decisión.

La tranquilidad tan rara que hay, te llena de determinación.