Lo había conseguido, lo había logrado, finalmente lo había echo.

Mentira.

Había sido la peor semana de mi vida, estaba de mal humor, lloraba por todo, gritaba y insultaba a Justin por cualquier cosa. 

Estaba cansada, lo habíamos intentado todas las noches y hasta a veces por la mañana, pero nada. 

No podía; empezaba él y a los cinco minutos estaba en el baño llorando y lamentándome por no poder hacer una cosa simple. 

Hicimos mil cosas para intentarlo, mil maneras para hacerlo pero ninguna funcionó.

Hasta apagamos la luz mientras Justin me iba diciendo los movimientos que hacia. 

─Ahora mismo, me estoy quitando los boxers, cielo, no te asustes será rápido verás que no te haré daño.─Había dicho. 

En ese entonces yo estaba desnuda, si hasta las mismísimas bragas las había quitado y quien sabe donde habían volado, Justin se había emocionado tanto a tal punto de romper la lámpara de la mesita. 

Me abrió las piernas y ...

Le metí un golpe en su paquete para después salir corriendo al baño.

Si, de lamentable era esto. 

─¡Te odio! ¡Te odio! Eres tan cobarde que morirás conservando tu virginidad─Gritó en tono ronco.

Juré escuchare llorar.

En resumen; había sido un total fracaso.

Suspiré bajando de mis pensamientos y miré a Justin por el rabillo del ojo. Tenía la mandíbula tensa y apretaba el volante. 

Íbamos a terapia, hoy tocaba terapia con Abie después de una semana, se suponía que entraría siendo mujer, sin pánico sin nada.

Sin miedo.

«Espero con ansías el día en que te atrevas a abrirte de piernas tu solita, estaré viendo todo en directo con unas deliciosas palomitas» 

Cállate. Entonces esperarás toda una eternidad cielo.

El trayecto fue silencioso, cuando llegamos nos bajamos y entramos al edificio. De tantas veces que he venido juraba que podría ir hasta Abie con los ojos cerrados.  

Nos sentamos y esperamos durante unos minutos hasta que salió Abie con otra paciente, esta se fue con una gran sonrisa. 

Me miró y sonrió.

Trague saliva nerviosa, se llevaría una gran decepción de mi parte.

─Cariño puedes pasar.

Caminé con pasos lentos hasta entrar a la habitación y camine aún más lenta hasta llegar al gran sillón de la consulta, típico.  

─Estoy tan emocionada de tenerte otra vez aquí, quiero los detalles desde la primera letra hasta la última, cielo.─Vociferó rápidamente mientras se sentaba y cruzaba sus manos sobre sus rodillas.

Mis ojos vagaron por toda la sala, mirando con detalle cada cosa.

─¿____?

Nuevamente me hice la sorda y miré mis manos.

Oí un suspiro provenir de mi terapeuta y unas ganas de llorar me invadieron.

─Yo...y.. no...─Tartamudee y me callé al no saber que decir. 

─Está bien _____, te entiendo.─Murmuro.  

─¡No, no me entiendes Abie! No sabes lo estresante que es esto, no sabes el miedo que siento cuando estamos apunto de unirnos, no sabes lo que es sentir temor de tu propio esposo en ese momento, no sabes los pensamientos que pasan por mi cabeza en ese instante, no, no sabes.─Hablé con voz agitada, no quería llorar, no más lágrimas. 

Un silencio inundo el despacho, solo se podía oír mi respiración acelerada y el movimiento constante del reloj.

Abie aclaró la garganta mientras se levantaba a por la jarra de agua que estaba en su mesa, vertió agua en un vaso y me lo dio. 

─Tomate esto y tranquilízate cariño, todo va a estar bien.

Me lo bebí y después de unos minutos, Abie se acercó a la puerta y la abrió para después mirarme.

─_____ puedes salir y esperar en la sala, envíame a Justin por favor.─Habló lentamente.

Suspiré haciendo lo pedido, pues no iba a llevarle la contraria otra vez. 

─Claro.

Cuando salí de la consulta, vi a Justin sentado mientras sus manos tapaban su cara, estaba cansado, se notaba por sus ojeras y por sus expresiones.

─Justin, Abie te espera en la consulta.─Hablé al mismo tiempo en el que me sentaba a su lado.

─¿Para qué me necesita a mi?─Pregunta con fastidio.

Me encogí de hombros negando, no lo sabía.

El bufando se levantó con pereza y caminó hasta que lo perdí de vista.

Estaba al cien por cien que ya tenía harta a Abie con mis estúpidos temores, se estaba desesperando ya no sabe que hacer conmigo, así que supongo recurrió a hablar con Justin para ver que podía hace más conmigo.

Di un salto cuando escuche un gritó provenir de Justin:

─¡No, no haré eso! Prácticamente es violarla.

Se oyó el grito de Bieber desde el consultorio, un sentimiento de miedo creció en mi interior al escuchar eso.

¿Le estaba proponiendo Abie abusar de mi? 

«No seas tonta, ella nunca haría algo así.»

Después de unos minutos más donde se me hicieron eternos y molestos con los pensamientos que llegaban a mi cabeza asustándome más de lo debido, salió Justin pensativo, con un papel en su mano, parecía una recta de algún medicamento. 

─Vayámonos. 

─¿Porqué, ya acabó la visita?─Me levanté y empecé a seguir a Justin.

─Si... y creo que hoy será tu última vez aquí porque Abie ya encontró la...la...la solución supongo.

Paré de caminar y fruncí el ceño. 

¿Qué? ¿Qué era esta solución para ser mi ultima visita aquí? O más bien... ¿Qué estaban tramando Justin y Abie?

─Pero... ¿Cómo?─Pregunté confundida en el ascensor.

─Ni yo lo sé como lo haré─Dijo más para si mismo pero lo llegué a oír.

Cuando estuvimos en el coche, Justin se quedo mirando un punto fijo antes de encender el motor y acelerar por un camino distinto, iba hacia al centro.

─¿Dónde vamos?─Pregunté inquieta.

Pero no obtuve respuesta así que insistí dos veces más.

─¡Cierra el pico o te lo cerraré yo y no de una bonita manera!─Gritó golpeando el volante cuando la luz estaba en rojo. 

Aguanté la respiración por unos segundos y lo miré con los ojos bien abiertos.

Me miró y rodó los ojos.

─Me sacas de mis casillas ____ Bieber, que no te sorprenda si algún día mi puño se estampe en tu bonita cara.

─¿Eso es una amenaza?─Pregunté molesta.

─No, solo te estoy advirtiendo, cielo. Además ya recibí bastantes golpes de ti ¿No crees que yo también pueda devolverlos? 

Cielo.

Me aclaré la garganta incómoda, pues tenía razón, en esta semana había recibido bastantes golpes en sitios que no deberían de ser golpeados. Ustedes dejen su imaginación volar. 

─También que no te sorprenda si me quedo estéril por tu culpa.─Añadió. 

Soltó una risa cuando vio mi boca abrirse y cerrarse como un pez.

No reaccione hasta que el semáforo se puso en verde y Justin paso por una calle estrecha, paró delante de una farmacia y la miró por bastante tiempo para después negar con la cabeza y prender camino hacia la siguiente calle.

Pude jurar que estábamos girando en la misma calle una y otra vez, paraba en el mismo sitio y conducía tiempo después.

Me estaba mareando de tantas vueltas. Y al final paró nuevamente delante de la farmacia y me miró decidido. 

─Pase lo que pase, haga lo que haga ¿No pasará nada entre nosotros verdad? Quiero que sepas que lo hago por por...─No terminó la frase cuando negó con la cabeza gruñendo y salió dando un portazo caminando hacía la farmacia con pasos dudosos.

No paso ni diez minutos cuando salió con el ceño fruncido agarrando una bolsa en su mano.

Entró en el auto y lo puso bajo su asiento nervioso. 

─¿Qué compraste?

Me miró por un largo momento y se encogió de hombros.

─Más condones.─Mintió.

─¿Más de los que ya tienes? 

─Te recuerdo que usé 15 condones esta semana en vano, ni los llegue a usar lastimosamente.─ dijo mientras empezaba a conducir.

Me callé, no sabía con que contestar.

Pero había algo más en esa bolsa, algo que me escondía.

Claro que había algo más, hoy sería una noche larga.

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¡Helouu!  Me da hasta vergüenza aparecer aquí...

Yas estuve desparecida tres meses o más, en estos tres meses pasaron bastantes cosas. 

Pero aquí tienen el capítulo después de todo ¿no? Mejor que tarde que nunca.

Las extrañe muchísimo, gracias por la paciencia y los mensajes que me mandan, así me ayudan a seguirla. 

No se preocupen, esta vez no tardare tanto, eso espero...

HORA DE PREGUNTAAS💬👻; 

¿Qué creen haya en esa bolsa?

¿Qué traen entre manos Abie y Justin?

¿Porqué Justin se encontraba tan pensativo y nervioso?

Kisses and lot of love, see you soon💕🙋🌸