Me gire para ver a Bieber y Beadles parados a un lado de la puerta principal. Justin coloco las llaves de casa y del auto en el cuelga llaves mientras dejaba nuestras maletas a un lado y volvió mi mirada hacia nosotros.

─Y bien, ¿no hablareis?─Dijo burlón. 

Mi vista fue a parar hacia Camila quien su mirada iba de Christian a Justin. Me mordí el borde del labio nerviosa.

─_____ y yo habíamos echo una promesa hace añ...─Le pellizque el muslo y contuvo el aire.

Entonces la mire mal y negué con la cabeza, si llegan a saber que promesa absurda hemos echo no dejaran de molestar y burlarse de nosotras.

─No es de vuestra incumbencia.─Levante una ceja retándolos.

Se miraron entre ellos y alzaron los hombros.

─Tarde o temprano lo sabremos.─Habló Justin mirándome fijamente.

Hice caso omiso y me volví hacia Camila quien tenia la mirada perdida en un punto fijo.

─Lo siento pero tu boca siempre te delata.─Susurré hacia ella. 

Rió y asintió.

─Lo sé, gracias por ello.─Susurró hacia mi. 

Un silencio lleno toda la casa, solo se sentía el televisor de fondo.

─Bueno...nosotros nos tenemos que ir.─Hablo Chris quien miraba a Camila.

Me levante de golpe y negué varias veces con la cabeza.

─¡No! ahora no, aun es temprano, quedaos a cenar por favor.─Los observe a los dos. 

Justin miro la hora y hizo una mueca.

─Son las ocho y cuarto.

Mire hacia Camila pidiéndole con la mirada que se quedara. No quería estar a solas con Justin en la casa, se que tarde estaré con el solos pero mejor tarde que temprano ¿no? Pensándolo bien... Ni una de las opciones.

─Está bien.─Murmuro Chris mientras se sentaba con Justin en el sofá que estaba en el minutos antes.

Le sonreí agradecida. 

Hice un gesto con la cabeza a Camila indicándola que me siguiera, camine hacia la cocina. No esta el personal así quiere decir que hoy me tocaba cocinar.

Agradecí mentalmente a Maria la ama de llaves que esta en la casa de mis padres, me enseño algunas recetas y platos para apañarme-las cuando ella no estaba y me quedaba totalmente sola en casa.

─Se notaba en tu mirada la desesperación que tenías cuando pedías a Chris para que nos quedáramos.─Se sentó en un taburete alto giratorio.─Tienes miedo.─Concluyo.

─Yo no...─Mi voz se fue apagando.

─_____ no puedes estar todo el tiempo huyendo de él, tienes que acostumbrarte así sera de aquí para delante, para siempre.─Suspiró.─Y entiendo que tengas miedo, pero todos sabemos que ocurrirá algún día.

La mire sin entender lo último mientras mis ojos picaban por atrás, quería llorar, necesitaba llorar para vaciar el dolor que siento en mi pecho.

─Me refiero a las relaciones sexuales.─Asentí entendiendo mientras que mis ojos se aguaban, tenia razón. 

Tenia miedo de él. 

─Entiendo.─Susurré.

─No, no entiendes. Si entendieras no estarías llorando ahora mismo.

Sollocé llevándome una mano en la boca mientras las lagrimas rodeaban mis mejillas.

No quería aceptar la realidad, Camila intentaba que abriera los ojos, sabía que tarde o temprano iba a ocurrir. 

Así que cerré los ojos mientras me limpiaba las lagrimas derramadas y inhale y exhale varias veces hasta establecerme.

─Gracias Camila.─Musite mientras iba hacia la gran nevera gris para abrirla.

─Sabes que aquí me tienes para todo amiga.

Gire para darle una sonrisa y volví para sacar lo necesario para una ensaladas y puse las verduras en la mesa delante de Camila esta cogió un bol y un cuchillo mientras empezaba a cortar.

Decidí hacer espaguetis a la boloñesa así que cogí una olla pequeña y vertí agua y un poco de sal para que se pusiera a hervir y así pondría los espaguetis.

Cuando terminamos todo, el reloj marcaba las nueve. Yo y Camila miramos nuestra obra antes de ir a poner la mesa mientras ella ponía los platos yo ponía los cubiertos y lo demás. 

─Ve avisar los chicos yo iré por la comida.─Dije mientras ponía un mechón detrás de mi oreja. 

Antes de ir por la cena, fui al baño a hacer mis necesidades y antes de salir lave mis manos. Cogí la ensalada y fui para ponerla en la mesa, cuando llegue me encontré a los chicos sentados, Chris alado de Cami y Justin delante de ellos. Puse el primer plato y fui para el segundo. 

No tuve más remedio que sentarme alado de mi esposo. Suspiré y llene mi plato de ensalada, me encantaba la ensalada. Y empece a comer con la cabeza baja mientras los otros charlaban animada mente, solo pensaba si el recordaba el trato que habíamos echo en Caribe, en la luna de miel. Deseaba que no, pero seamos realistas viniendo de Justin, quien no iba a recordar un trato así.

─Tierra llamada a _____─Canturreó Justin molestándome.

─¿Qué quieres?─Gruñí sin levantar mi mirada. 

─Guarda las garras, cariño.─Musito burlón.

Esta vez levante la mirada y lo fulmine. 

─Muérete.─Susurré mientras fingía una sonrisa.

─Hazlo tú.

─No, tú que eres un imbécil y no mereces vivir por idiota.

─Cállate malcriada.

─Yo...─Chris me interrumpió con un golpe en la mesa, mientras que nos miraba fijamente.

─Comportaos, parecéis críos de diez años por dios.─Casi gritó. 

Baje la mirada y de reojo mire a Justin quien hacia muecas raras.

La cena transcurrió en silencio des de lo sucedido, pocas veces mi mirada se cruzaba con la de Camila quien intentaba ocultar una carcajada, se lo notaba de lo roja que estaba, además de que conocía muy bien a mi mejor amiga.

Cuando acabamos Camila me ayudo rápidamente a llevar los trastos sucios a la cocina ya que Chris estaba inquieto y quería irse.

─Déjalos, yo los lavare.─Detuve su mano.─ Ve con Chris, no lo hagas esperar más. 

Asintió con la cabeza y me abrazo.

─Nos vemos cuando quieras _____, por favor comportarte con Justin.─Soltó una carcajada. 

─Esta bien pero no te prometo nada, te llamare.─Reí.

─¡Camila! ¡Me iré y te dejare aquí!─Gritó Christian. 

Me dio un beso en la mejilla rápidamente y se fue corriendo. Camine hacia el living y mire como se despidan con Justin.

─Adiós _____, cuídate.─Me miro Chrisitan mientras agarraba la mano de Camila y se iban. 

Justin cerro la puerta detrás de ellos con seguro y activo la alarma. Cuando estaba apunto de girar, fui corriendo a la cocina. 

Todo era de color negro y blanco mientras que el piso era de color beige brillante. En el medio estaba una mesa color negro y los taburetes que la rodeaban eran blancos toda la cocina era rodeado de encimeras color blanco, aun lado había la nevera, debajo de una encimera la lavavajillas y en otra la lavadora. Todo estaba bien colocado.  

Agarré los trastos sucios y los coloque en la lavavajillas mientras que ponía su detergente y la encendía para dejar que hiciera su trabajo.

Me voltee y me sobresalte mientras me llevaba el susto de mi vida al ver a Justin parado a unos metros de mí.

─Me asustaste imbécil.─Susurré llevándome una mano al pecho.

Se encogió de hombros y se acerco hacia mí.

─¿Recuerdas tus condiciones?─Dijo directo.

Moví mi pie nerviosa, sabía donde quería llegar. 

─¿Que condiciones?─Murmure haciéndome la tonta mientras retorcía atrás. 

─Oh vamos, el trato que hicimos hace un mes.─Dio unos pasos hacía mi. 

─Justin y-yo no re-cuerdo nada eso...─Maldita sea, no era la hora de tartamudear. Retorcí hasta chocar con la encimera. 

Trague saliva sonoramente. 

─Claro que sí, acepte todas tus condiciones mientras que yo solo te puse una condición.─Se acerco peligrosamente hacia mí.─ Y cumplí con el trato, ahora te toca tú cumplir el mio, dormir junto a mi en la habitación.─Coloco su cabeza en el hueco de mi cuello y inhalo profundamente haciendo que mi piel se erizara.

Me mantuve en silencio por que sabia que tenia razón en todo. Claro que le había puesto condiciones cuatro para ser exactos. 

─Esta bien cumpliré con tú condición.─Susurré. 

Lo sentí sonreír y dejo un beso húmedo en mi cuello.

─Buena chica. 

Lo aparte de un empujón y salí corriendo hacia las escaleras, por el rabillo del ojo no vi las maletas así que deduje que estaban arriba. Corrí todo lo que podía hacía el primer cuarto que estaba más cerca de las escaleras, me iba a encerrar allí, me negaba a dormir con él.

 Estaba a un paso solo, un paso para entrar a la habitación pero su mano agarro fuertemente mi brazo y solté un grito.

─¡Suéltame joder!─Grité de nuevo.

─Te lo pedí bien _____, no hagas esto.─Gritó.

Empezó a caminar hacia nuestra habitación mientras yo retorcía para que me soltara.

─¡No me puedes hacer esto! ¿Entiendes que no quiero dormir contigo, bestia? ¡socorro! ¡abusara de mí!─Grité mientras seguía intentando zafarme de el.

─¡Basta cállate!─Gritó mientras me empujaba dentro de la habitación y la ponía pestillo a la puerta. Saco su celular del bolsillo y lo lanzo en la cama. Me enseño la llave de el cuarto y corrí hacia el para coger la llave pero este alzo su brazo más arriba para no poder alcanzarlo.

─¡Dame la llave! ¡quiero salir por favor!─Salté varias veces intentando cogerla.

Parecía una niña pequeña pero no quería estar con el en una misma habitación. 

─¿La quieres?─Asentí vigorosamente con la cabeza.─Entonces cógela.

Y la metió dentro de su boxers de Calvin Klein. 

Grité frustrada mientras las lagrimas corrían por mis mejillas. 

─¡Te odio! ¡Eres la peor persona que pude conocer!

─¡Cierra el pico!

─No, no voy a callar y no me mandes.─Grité alzando mis manos al aire. 

─¡Ojala que te atropellen!─Gritó.

─¿Porque haces las cosas difíciles? Si no quieres que este al lado tuyo, déjame salir.─Hablé más calmada.

─No lo haré, así que vete acostumbrándote a dormir conmigo, acostúmbrate a vivir conmigo, acostúmbrate a verme cada día, acostúmbrate a mí tocándote, acostúmbrate a eso.

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La estrofa de este capítulo es de Get Used To It. 

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