Después de pasar vergüenza delante de mi esposo, él se ofreció a ir abajo donde se encontraba el restaurante del hotel a pedir una pizza con unas bebidas y mentalmente se lo agradecí, no tenia ánimos de salir a fuera a cenar y por lo que vi el tampoco quería.

Suponía que iba a cenar conmigo así que, guarde los objetos que estaban arriba de la mesa, donde esta estaba a un lado de la pared con dos sillas de madera. 

Mire mi vestimenta y hice una mueca; llevaba un short y una blusa de tirantes donde tenían un estampado de un unicornio rosa. 

Mentiría si no dijera que parecía una cría de trece años. Antes de darme cuenta Justin ya estaba abriendo la puerta de la suite y entrando tarareando una canción en voz baja.

Tenia que decirle que me diera las llaves de la suite, no podía ir por allí entrando a la hora que quisiese, además era la dueña de la suite.

Fruncí el ceño cuando vi que no traía nada con él.

─¿Y la pizza?─Pregunté hambrienta.

Se callo y giro hacia mi, su mirada recorrió toda mi cara. 

─La encargué, estará aquí en unos minutos.─Murmuro mientras se sentaba al final de la cama y encendía el televisor con el control remoto. 

Me senté como indio en la suave alfombra de pelo gris mientras observaba las paredes y todo lo que estaba en la habitación. 

Seguramente pensaran que estoy loca, pero con el, en el mismo sitio no puedo estar quieta, no quiero posar mi mirada en porque en segundos se daría cuenta que lo estaba observando y empezaría a molestarme como siempre y eso no es nada bonito.

Pasados unos diez minutos en puro silencio alguien toco la puerta suavemente y agradecí al quien fuera que toco por romper este incomodo silencio.

─Voy yo. ─Informe antes de ponerme en pie y caminar hacia la puerta.

Al abrir me encontré con un chico moreno alto, no pasaba de los veinte años. Este miro la placa dorada donde estaba el numero de la suite y bajo su mirada hacia un papel que mantenía en su palma de mano, en la otra cargaba dos pizzas y arriba de estas dos bebidas. 

─¿Justin Bieber?─ Su ronca voz salio de su garganta haciéndome estremecer.

Asentí con la cabeza mientras oía ruidos detrás de mi. El moreno volvió su mirada detrás de mi haciendo un asentimiento con la cabeza-suponía hacia Justin- mientras me tendía la comida. 

─Gracias.─Susurre mientras cogía la cena.

El nomas se limito a sentir con la cabeza. 

Gire para entrar y mire a Justin mientras ponía la comida en la mesa, este sacaba un billete de diez dolares y se lo entregaba al muchacho a continuación, cerro la puerta una vez que el chico no estaba a nuestra vista.

─¡Me muero de hambre!─Gimió mientras se sobaba la barriga y entraba al baño para lavarse las manos. 

Lo seguí y observe como sus manos grandes estaban en jabón y las colocaba debajo del chorro de agua. 

Era raro estar así con el por un largo tiempo, digo... porque siempre que estaba a su lado no pasaban ni cinco minutos y ya nos estábamos gritando uno al otro. Para mi era algo extraño porque ya me había costumbrado a nuestra rutina.

 Pero la tranquilidad no duro mucho que digamos...

─¿Vas a estar todo la noche parada allá?─Pregunto delante de mí. 

No dije nada mientras mi miraba estaba encima de la suya.

─Vamos niña, apártate de mi camino.

Entonces decidí hablar antes de que me lanzara otra ofensa en mi cara. 

─No se que te crees pero, recuerda que tu también eres solo un niñato mimado.─Hable mientras le dejaba el paso libre.

─Al menos yo no aparento aspecto de niña de diez años.─Me echo un vistazo de arriba a abajo.

─¿Que quieres decir con eso?─Pregunté confundida.

─Bonito pijama. 

Mordí el labio sabiendo de que estaba hablando ahora.

Lo ignore y pase por su lado a hacer la misma acción que hizo el hace unos minutos.

Oí una risa de su parte mientras negaba con su cabeza. Un infinito de insultos pasaron por mi cabeza mientras suspiraba y contaba hasta diez para tranquilizarme.

 Definitivamente si seguía viviendo con el una semana más, me volvería loca. 

Cenamos en silencio, y como no. Yo no levantaba la mirada y el viendo un programa de no sé qué. No me interesaba ahora eso, solo pensaba en como aguantare toda mi vida a su lado. ¿Siempre sería así? ¿Nunca no llevaríamos bien? 

Nunca pensé que pasaría el resto de mis días atada a un tío que ni siquiera conocía. ¿En realidad lo conocía? Aparte de su nombre ¡Claro que no! no sabia sus gustos, su comida favorita, que día cumplía años... No sabia absolutamente nada de el. Ni el me conocía a mí.

 Nunca pensé que mi vida llegaría a este tal punto. Siempre le contaba a Camila lo que soñaba cuando fuese grande; Me graduaría en la universidad, trabajaría para tener mi propio dinero y mi propia casa, me casaría a los veinte seis, me casaría con el amor de mi vida y luego formaríamos una increíble familia con dos hermosos hijos. 

Pero como dicen, nunca sabrás las sorpresas que te esperan en el futuro. Todo puede cambiar en un micro segundo. Tal vez dios me quiso esta vida, tal vez después de la tormenta saldría el sol, quizá.

Solo sabía que me habían obligado casarme con un desconocido.

No me di cuenta de que estaba conteniendo un sollozo, una lagrima se escapo de mi ojo. Parpadee varias veces, pero eso solo empeoro la situación, unas cuantas lagrimas saladas salieron disparadas hacia abajo haciendo una carrera entre ellas. Mis manos estaban temblando ligeramente arriba de la mesa, mientras sentía un nudo grande en mi estomago y otro en mi garganta que me ponía difícil poder tragar. ¿Porqué estaba llorando? ¿Porqué? No lo sabía.

Solo sentía la necesidad de gritar hasta quedarme afónica, maldecir a todos, pegar la pared hasta que me cansara, tirar todo al suelo y llorar hasta quedarme sin lagrimas... Solo eso es lo que sentía en mi interior, me sentía sola, triste, decepcionada. Seguramente me estaba dando una de esas tantas crisis que tenía siempre que me hacia preguntas o pensara mucho, una crisis existencial. 

En mis catorce años empece a tener esa crisis, des de entonces siempre evité pensar en cosas así de porque mi vida era así, por qué no era feliz o porque era la persona la que soy. Yo era feliz, lo era... 

Hasta ese día... 

Esa cena con mis padres, la confesión y lo que vino después.

Cerré fuertemente los ojos mientras un mareo me invadía, me agarre de la mesa.

─¿_____?─Su voz salió preocupada.

No puede más y explote, sollozando fuertemente.

Estaréis pensando que estaré exagerador, que siempre pienso lo mismo, que esto es absurdo pero no me encontraba bien, una crisis como estas me venia solo cuando realmente estaba muy mal, sentía un vació grande en mi interior, estaba enfadada conmigo misma, nerviosa e frustrada y totalmente cansada.

Justin se levanto rápidamente y vino hacia mi intento abrazarme pero lo empuje mientras me levantaba y le proporcionaba unos golpes en su pecho y empezaba a gritar de todo mientras lloraba. Sorprendente mente el no hizo nada, dejó que me desquitara con el. 

No era fácil parar esto, necesitaba mi medicamento antes de perder más el control y hacer una locura. 

Abrí la gaveta de la mesita y cogí una caja pequeña y de allí saque una capsula dura de color azul marino. Mientras temblaba cogí la botella que estaba a un costado arriba de la mesita y metí el medicamento en mi boca y tome dos tragos de agua.

Diez segundos después aproximadamente caí al suelo mientras escuchaba gritos a lo lejos que se iba desvaneciendo y como siempre... Todo se volvió negro. 

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Lo siento por la demora. Tarde 15 días en subir un capítulo, me merezco que me tiren una silla.

¿Os gusto Purpose? Dios mio *-* ¡Me encanto! 

No me gusto nada el capitulo :c y espero que os guste a vosotras/os (:

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kisses and lots of love♥