-XIV-
En Amor
Me encontraba de nuevo, por tercer día consecutivo en la clínica, con Matías, dormida a su lado, esperando una señal por su parte. Le había hablado, los últimos días, sentía que él despertaría, lo sentía, y tenía esperanzas, daba lo mejor de mí por él.
Había dormido, la noche anterior y por eso, estaba enérgica. Leía un libro, mientras que esperaba una noticia, de vez en rato lo miraba, lo observaba y pensaba en mi futuro si tan solo despertara. Empecé a llorar, pensando en que si él no despertaba, no podría vivir sin su presencia, y sintiéndome perdida, tomé su mano llena de cables y la besé, mirando al infinito, me perdí.
De pronto, la maquinilla que hacia el bip-de su corazón, se empezó a desestabilizar, los doctores entraron de inmediato, las enfermeras me obligaron a abandonar la habitación, yo pataleando terminé en una camilla, adormitada, desperté mirando a ambos lados, observé a mi prometido con los ojos despiertos, recordé que le habían quitado el coma, y que no se sabía lo que podría ser de él en unas horas. Me levanté rápidamente, tropezándome y cayendo al piso, viendo todo negro.
Desperté, desorbitada, una enfermera se acercó a mi, me revisó, con ayuda me levanté, y me dijo:
-Señorita, necesitamos que por favor mantenga la calma, si necesita levantarse, yo la ayudaré-Dijo, y pude observar los ojos azules de esta
-Quiero verlo-Ordené, y ella me levantó, ayudándome a sentarme en una silla de ruedas, me llevó a su lado.
-Está un poco dormido, está consciente, pero no recuerda algunas cosas-Expresó, la enfermera. Y me estremecí, de que no recordara nuestra vida juntos.
-¡Hola! ¿Quién eres?- Preguntó. De mis ojos tristes, se escaparon algunas lágrimas, cuando mencionó eso, me conmovió y removió todo en mi interior.
-Soy tu prometida, nos íbamos a casar hace tres días, tuviste un accidente, pero estás despertando. -Expliqué , y limpié mis lágrimas, le mostré mi anillo que todavía no quitaba.
-Le recomiendo, que no le mencione tantos recuerdos, solo pocos-Acotó una doctora, que miraba los signos vitales de Matías.
-Oh, no recuerdo-Interpretó y llevó una de sus manos a su cabeza.
Pasaron los días, mi suegra empezó a hablarle y mencionarle de a poco recuerdos. Sus ojos por momentos, lucían desorbitados, se mantenía pensando en todo momento. La doctora me dijo, que me lo podía llevar a casa, con un tratamiento y una alimentación balanceada, su madre se vendría conmigo a casa, unas semanas, su esposo se iría a España de nuevo.
-Hoy nos vamos, a mi casa, allí vivíamos juntos-Mencioné, y le di un beso en los labios suave. Los últimos días, me acercaba y le daba uno que otro, pero sin confundirle para que no se sintiera extraño.
-Oye, Génesis...-Dijo, y se me acercó un poco hacia la cara, a centímetros. -¿Te puedo besar, siempre que yo quiera?-Preguntó, y me pareció un niño pequeño, yo solo asentí y reí para mis adentros.
Manejé a casa, con cuidado. Al llegar, mi suegra y yo lo acostamos, una enfermera nos vendría a visitar para revisarlo una vez por semana, hasta que lo viesen necesario. Me recosté, en la cama, abrimos el sofá-cama para mi suegra, para que descansara allí. En mi habitación, solo podían dormir dos personas, y esos éramos: Matías y yo, y en la sala dormiría mi suegra Lila.
Me puse a observarlo, él no se dormía solo miraba al techo, buscando algo.
-¿En nuestra vida, hay un amigo que se llama Noah?-Pregunto, mirándome fijamente expectante.
-Si, es un amigo de la familia-Susurré, y se acercó un poco hacia mí, hizo una mueca de dolor, sus costillas dolían porque un poco de vidrio del auto, perforó una de estas, y lo lograron sacar, pero necesitaba descanso para mejorar. Tomo un mechón de mi cabello, para apartarlo, se acercó a mis labios y los unió con los suyos con delicadeza, mordí uno de los suyos, con fiereza y solo sonrío al final.
-Esto se siente, especial-mencionó, volviéndose a unir en un beso
Finalmente, juntos en la alegría de ser pareja. Como dos jóvenes enamorados
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro