-IX-

Caminaba con la pequeña en brazos, se sentía un poco cansada los últimos días, así que si la llevaba en el coche con la capota cerrada lloraba, si la colocaba en la cuna sola seguía llorando, sólo quería brazos. Toqué el timbre de la casa moderna de mi amiga Daniela; ella abrió con ojeras, lucía bastante cansada, no era para menos.

-¿Qué pasó? ¿Estás sola?-Pregunté, observando a todas partes, buscando alguna figura familiar que la estuviese ayudando a cuidar de los bebés.

- Noah salió temprano, no le dieron descanso paternal. Cómo verás no he dormido nada, si no es que despierta uno, el otro llora-Explicó, noté en la sala a la pequeña dormida en una canasta, lucía limpia.

-Tranquila, vine a ayudarte-Mencioné, observé su rostro, el cuál se suavizo un poco.

Daniela de inmediato entró a asearse, mientras me quedaba a cargo de los pequeños, los acurruqué en mis brazos, tomé unas fotografías para publicar en mis historias de Instagram y Whatsapp, debía anunciar lo orgullosa que me sentía de ser tía. Isabella se quedó a gusto dormida en el mueble de la sala, la arropé con una fina cobija, las temperaturas cambiaban mucho y el frío comenzaba a venir.

Cuando Daniela salió envuelta en toallas, Santiago comenzó a llorar, lo acuné en mis brazos, mi nariz percibió un olor conocido como "caca", por lo tanto... entendí que él se había hecho encima, sin miedos lo tomé con delicadeza, le quité el bodie que llevaba, lo limpié con toallitas húmedas, le sonreí aunque sabía que no me podía ver, porque los recién nacidos tienen la vista nublada las primeras semanas; unos minutos después obtuve un bebé limpio, oloroso a flores, ya no a "caca".

Le acaricié su delicada piel, recayó en el país de los sueños felices. Daniela volvió, se recostó en el mueble, se durmió rápido, la dejé descansar porque lo necesitaba.

Aproveché que todos en casa descansaban, me adueñe de la cocina y empecé a preparar el almuerzo. Pronto empezó a llorar alguno de los bebés en la sala, corrí con prisas para ver de quien se trataba, suspiré cuando obtuve a Ana, le verifiqué el pañal, se lo cambié con delicadeza, luego le di un biberón con leche materna que se había extraído, mi gran amiga Daniela.

Acuné en mis brazos a Ana, le canté una nana que aprendí en el orfanato, volvió a dormir con tranquilidad, la dejé nuevamente en su canasta y descubrí que Isabella se despertó totalmente desorientada, cuando me halló con sus ojos, empezó a llorar, la tomé... no salía de un bebé para poder tomar a otro.

Llevé a Isabella junto a mí para cocinar, canté animada mientras servía los platos. Daniela despertó unos minutos después, almorzamos y le acoté a mi amiga salir al parque, la ayudé a preparar todo lo necesario, llevándolo en la pañalera. Vestimos a los bebés con una ropa nueva, y nos fuimos al parque caminando-

Recibí una llamada, de un número desconocido

-Hola Génesis, ¿Cómo estás?-Dijo una voz que desconocía.

-Hola, ¿Quién habla? ¿Cómo sabe mi nombre?-Exclamé desorientada.

-Es Matías, te tengo una sorpresa-Dijo, y recordé esa voz de nuevo. ¡No lo podía creer!

-¿Desde dónde pudiste llamarme? Oh, no sé qué será-Mencioné, sintiendo un poco de miedo.

-¡Nos vemos pronto!-Exclamó, colgó. ¡No podía ser!

-¿Quién era?-Interrogó curiosa, Daniela.

-Matías. Decía que tenía una sorpresa para mí- Respondí su duda. Me quedé pensativa.

Mi amiga y yo nos despedimos, luego de dar un ameno paseo. Quedamos en ir a hacer la prueba de talón a los bebitos. Llegamos a casa, directamente a descansar.

- - - - - -- - - - - -- - - - -- -- - - - -- - - - - - -- -- - -- ---- -

A la mañana siguiente, muy temprano, recibí un mensaje del mismo número desconocido donde llamo Matías.

-¡Hola princesa! Tengo tu sorpresa hoy en tu casa. A las tres de la tarde llego del aeropuerto a París. –Lo leo, analizo el texto y decido ignorarlo.

Me duché, me arreglé para ir a la universidad a entregar unos trabajos, tomé la pañalera, vestí a la bebé, la arrullé un poco en mis brazos para que conciliara de nuevo su sueño, cayó dormida como un angelito. Emprendí mi camino en el auto hacia la universidad; tardé unos veinte minutos en llegar a mi lugar de estudios, allí dure hasta las doce de la tarde con la bebé.

Salí con mi sobrina despierta en brazos al auto, le cambié el pañal, me encaminé nuevamente a casa. Apenas llegar preparé el almuerzo: sopa de verduras, pasta con albóndigas y manzana picada; almorzaba con la pequeña, viendo la película animada "El Rey León" en el desayunador, cuando escuché el timbre, me apresure a abrir,

Miré por el orificio que da vistas hacia afuera, abrí. Vi su cara de nuevo, lucía en aspecto más varonil, su cabello estaba más corto de lo normal, su barba no estaba notable y en brazos llevaba un bolso. Me saludó con un beso en la mejilla, entró y achuchó a Isabella en sus brazos, la besó en la frente depositándola de nuevo en la silla de comer.

Hablamos un poco de su viaje, sus nuevas conquistas, una supuesta adopción que tenía en marcha, y cuando se hizo de noche, bañamos juntos a Isabella, él le dio el biberón y la dormimos con un cuento.

Nos recostamos en el mueble, bastante alejados el uno del otro, viendo una película bastante interesante, cuando terminó la película él se había quedado dormido, lo arropé, le deposité un beso casto en los labios y me fui a la cama, pensando en que como ahora volvía, si todavía quedaban en mi interior, pensamientos de amor, o si solo entablaríamos una amistad.