— ¿Cuanto tiempo estuviste con vida? –exigió Shaun

"tenía que empezar por ahí", pensó Desmond mientras masajeaba sus sienes. Definitivamente no extrañaba los dolores de cabeza.

Desmond los había tele transportado a uno de los escondites de los asesinos(hackeo su sistema) justo a tiempo antes de que la condición de Rebecca empeorará. Los médicos que todavía seguían despiertos se tallaron los ojos para asegurarse de que no era una ilusión antes de comenzar a tratar las heridas de bala, que por fortuna, no daño un órgano vital.

Shaun alejo a Desmond lejos de los médicos tomando el cuello de su ropa a una habitación alejada de cualquiera que los pudiera escuchar. El británico dejó de lado su sentimentalismo y se enfocó en interrogar a su amiga que debería haber estirado la pata con su cadáver en los laboratorios de Abstergo.

— No estaba "viva" ni muerta del todo si es lo que preguntas

— ¿Cuanto tiempo? -vuelve a preguntar con más insistencia

— ... Desde que toque el ojo –responde por fin

El ojo de Shaun se crispo, no había que ser un genio para notar su visible enojo.

— ¡Idiota! Pudiste enviar un maldito mensaje todo este tiempo en lugar de espiarnos como una maldita acosadora.

Eso sonó peor de lo que Desmond pensaba

Desmond había subestimado la reacción de sus amigos y equipo, mentiría si dijera que no se sentía culpable de jamás haber dado una señal.

— Fue más difícil de lo que imaginarias –respondió eligiendo cuidadosamente sus palabras– En mi estado anterior era imposible salir del templo sin correr el riesgo de ser exterminada por Juno. Ella es más fuerte que yo y no ayudaba el hecho de que apenas podía dar tres pasos fuera del templo sin desvanecerme

Le tomó varios minutos explicarle lo que estaba haciendo y porque tenía que hacerlo. Sus reacciones fueron cambiando sin cesar, siendo algo extraño para un asesino.

— así que... ¿Estamos jodidos?

— En resumen... Parece ser que si, casi todos los caminos incluidos los más "seguros" terminan todos muertos o el sol nos termina aniquilando

— mierda, hicimos tantos sacrificios por nada y los templarios siguen cazándonos

— créeme, a mi tampoco me gustó saberlo

— ¿y como terminará este camino?

— No tiene un final claro

— ¿Por qué?

— El final está algo borroso, apenas puedo distinguir algunas cosas, como si estuviera inconcluso

— ¿y eso que significa?

— que este "camino" no estaba en los planes de los Isu, el que este viva es una de esas cosas

— Se te olvidan las alas querubín

— Cállate Shaun –levanta sus plumas en señal de amenaza

— Woah Woah, controla tus plumas angelito, pero enserio ¿qué más puedes hacer? a parte de enviarnos al otro lado del mundo sin mucho esfuerzo y mirar posibles futuros.

— puedo navegar en la red de Internet, al menos en espíritu

— Suena muy parecido a lo que hemos visto

— y existe la posibilidad de que pueda viajar entre el espacio y tiempo –ahí soltó la bomba

— ... Necesito un café en este momento, esto es demasiado para un día.

— para mí también, hace tiempo que no he bebido ni comido nada

— ...

— ¿Qué?

— todavía nos debes una de tus bebidas

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A causa de la pérdida de sangre, Rebecca quedó inconsciente durante una semana, era de esperarse, por suerte no fue nada letal y respondió bien al tratamiento médico, cuando despertó...

Le propinó una cachetada a Desmond

— que broma tan enfermiza

— me esperaba esto de Shaun, pero no de ti –se sobo la mejilla adolorida. Desmond no extraño el dolor en ese momento

Solo bastó una charla y un poco de alcohol para convencer a su amiga de que estaba viva y coleando. No le preguntes a Desmond como lo obtuvo o como se le permitió a un paciente beber.

Rebecca no fue tan evasiva y escéptica como Shaun, bueno, tuvieron experiencias más allá de la ficción, una más no lo los volvería locos.

— entonces dime, ¿cómo se sintió morir? –Rebecca tenía curiosidad sobre el más allá

— horrible –gruño

— vamos, necesito detalles del otro mundo

— me quemé viva, desperté con estas cosas –muestra sus alas– y minerva me dejó a mi suerte para que entrenará dentro del templo con un espíritu de un ciudadano del Edén

— ¿fue interesante?

— tuvo sus momentos–admitió–

— No quisiera interrumpir su charla de mujeres señoritas, pero no se les ha olvidado la parte de ¿nose? ¿quizás el poder que adquirió Desmond? Pero ¿que se yo?, soy solo un historiador –el sarcasmo de Shaun se notaba a leguas

— Es bueno tenerte de vuelta Shaun, te estabas volviendo un viejo cascarrabias –Rebecca le dio un leve golpe, todavía estaba débil

— hago mi mejor esfuerzo

— ¿son de verdad? –Galina señala sus alas, en sus ojos y postura quería acercarse a sus alas

A Desmond no le pareció una mala persona, más bien, le agradaba y sentía empatía y cierta admiración. Una asesina que lo perdió todo, pero continuaba con esta lucha Interminable... Le recordaba un poco a Ezio y a Connor

— solo intenta no acercarte demasiado a la base, estas cosas tienen mente propia

— me arriesgare –toca las plumas– wow...

— ¿que? –pregunta Rebecca

— ¡es lo más suave que he sentido en toda mi vida!

La curiosidad de ambos despertó. Rebecca y Shaun también se unieron a Galina.

— podría hacerme una almohada con estas plumas

— sobre mi cadáver, no dejaré que me arranquen ninguna pluma

— unas cuantas plumas no harán daño

— cállate Shaun –Desmond se estremeció, a veces su amigo le daba escalofríos

Fue la mejor charla que los tres tuvieron. Sin pensar en Abstergo, los artefactos, Juno, la guerra, Minerva...

Minerva...

Minerva.

¡¡MINERVA!!

— ¡maldición! –los tres asesinos se separan de las alas

— ¿que? ¿Te lastime? Apenas te toque –preguntaron seguidamente

— Minerva acordó reunirse conmigo cuando pudiera salir por mi cuenta

— ¿cuándo?

— en... Ahora

El equipo médico, las luces y todo lo que estuviera dependiendo de energía eléctrica se apagaron repentinamente. Lo único que los mantuvo iluminados fueron las alas de Desmond que estuvo en parte agradecido y en parte irritado por los apodos que le dirían en el futuro.

Cómo dijo Desmond, Minerva se presentó ante los tres asesinos. Su holograma carecía de su brillo usual, omnipotencia y se veía más traslúcido de lo que recordaban.

Le quedaba poco tiempo antes de que también se extinguiera.

— tu humanidad ayudó con tu progreso Desmond. Estoy sorprendida

— creo que es mejor dejar las formalidades y nos digas que me querías decir el día de mi muerte -ya estaba harta de resolver acertijos y andar por las ramas

— y tu impaciencia tampoco ha cambiado –la ironía no se le escapó a ninguno de los cuatro

— la vida que decidieron por mí me quito gran parte de ella

Minerva no le respondió, camino hacia la asesina parecía estar evaluándola.

— Estas lista para el siguiente paso, pero dependerá sólo de ti, no habrá marcha atrás después de que lo hagas

— ¿que dependerá de mí?

— cambiarlo todo

Continuará...