20/6/2025
Comencé a abrir los ojos y con mi mano derecha comencé a buscar el cuerpo de mi esposa, a mi lado. Al no sentir nada me levanté rápidamente y revisé toda la habitación con la vista. Salí en busca de Charlie y al llegar a la cocina la vi comiendo ¿pescado?.

—Buenos días—me sonríe para luego seguir comiendo.

—¿Qué haces comiendo pescado a esta hora de la mañana?—pregunto.

—¿Un antojo?—suena a pregunta y niego con la cabeza.

—Debes llevar una dieta más balanceada—dije caminando hacia la alacena y coger los cereales para desayunar.

—Ya el doctor dijo que estoy fuera de peligro con estas pastillas. No hay muchas probabilidades de aborto—me senté a su lado preparando mi tazón de cereales.

—Pero las hay—la miré mal y subió los hombros restándole importancia.

—Mis abuelos vinieron hoy a la ciudad—fruncí el entrecejo—. Hace años no los veo, y tú no los conoces. Podría hoy ser una gran oportunidad. Se están quedando con mis padres. Mis hermanos también Irán a verlos hoy. Prepararán una rica cena.

—¿Me estás dejando caer todo esto para que te acompañe?—ella asiente muchas veces y sonrió.

—No me dejas hacer nada. ¿Al menos podemos ir?, suficiente fue con pedir la baja en el trabajo.

—Vale, podemos ir. Y de paso podemos decir que estás embarazada—sugerí y negó.

—Aún no, debemos estar seguros de que nacerá.

—Tú misma dijiste que es muy poco probable que tengas un aborto instantáneo—contrataqué e hizo una mueca—. Siempre tardas en contar nuestras cosas. Lo mismo fue con nuestro compromiso.

—Perdón, ¡solo trato de que todo sea seguro antes de ilusionar a medio mundo!—subió un poco su tono de voz mientras se levantaba de la silla.

—Es seguro, ya el bebé está ahí—señalé su estómago y se va de la cocina—¡Por cierto, feliz 6 meses de matrimonio!—le grité y no recibí respuesta.

Sé que no puede estresarse porque es malo para el feto pero es tan imposible. Ella por todo discute, siempre ha sido así, y yo no sé callarme.

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Miré la puerta frente a mí y Charlie procedió a abrirla sin mirame. Aún estaba enojada conmigo y lo peor es que ¡no tengo culpa de nada!. Entré a la casa tras ella y vi a sus hermanos sentados en el sofá. Luego de saludarnos me senté al lado de Charlotte esperando ver a los tan amados abuelos.

—¿Dónde están los abuelos?—pregunta Charlie.

—Están arriba—responde Clave y mi esposa me da una última mirada de odio para subir las escaleras.

—Con permiso—dije para luego seguir a mi mujer. No pensaba seguir esta discusión absurda.

La vi a punto de abrir la puerta de su antigua habitación y la tomé de la mano.

—Creí que buscarías a los abuelos.

—Estoy cansada, quiero descansar un rato—se suelta de mi agarre y cuando iba a abrir la puerta nuevamente la tomé.

—¿Te sientes mal?, ¿algo relacionado con el bebé?—pregunté preocupado y ella negó.

—No es nada que te interese, tu hijo está bien.

—Si es algo relacionado contigo claro que me interesa.

—Claro, por eso siempre estás de acuerdo con mis decisiones—se vuelve a soltar para cruzarse de brazos.

—No, por eso apesar de odiarlas me quedo a tu lado. Honey, no hay que discutir por cosas tontas.

—No son cosas tontas. Son para mantener mi buena estabilidad emocional—solté un suspiro.

—Nada pasará, te lo prometo. Todo saldrá bien—ella asiente y finalmente le dejo abrir la puerta. Vimos adentro y por un minuto mis ojos comenzaron a arder. Charlie se quedó sin saber que hacer por lo que yo cerré la puerta impidiendo seguir viendo esa imagen.

—Me he traumado—susurra viéndome con los ojos abiertos.

—No me lo puedo sacar de la cabeza—susurré igual.

—Creí que a esa edad ya no...—guarda silencio y rio.

—No quiero volver a tener sexo en mi vida—seguí riendo.

—Los hombres me dan asco—ella aún tenía cara de horror.

—A mí también las mujeres—estuve de acuerdo—. Vamos abajo mejor—tomé su mano y comenzamos a bajar las escaleras.

—Deberían estar cansados del viaje—susurra otra vez para que nadie escuchara.

—No lo suficiente al parecer—aguanté mi risa.

—¡Hija!—escuchamos el grito de la Sra. Duncan y Charlie se suelta de mi mano para caminar hacia ella y darle un abrazo.

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Finalmente los abuelos se habían dignado a honrarnos con su presencia. Pero estaban ahora apartados en un sofá hablando ellos dos solos mientras todos los demás están parados hablando sobre como les va a los menores de la familia.

—Son lindos—me dice mi esposa y presté mi atención a los mayores—. Es increíble como después de tantos años se siguen aguantando y amandose.

—Así seremos nosotros—me puse frente a ella para acariciar su mejilla—. Siempre y cuando no me lances una espumadera cada vez que tengas la regla.

—¡Solo fue una vez!—chilla y reí—. Ya no me dan asco los hombres. Me parece adorable, no asqueroso.

—Un poquito asqueroso sí.

—Bueno sí—ríe y sonrío—. Les diré sobre nuestro problemita—hace una mueca.

—No le digas problemita—la regaño y asiente.

—Perdón. Lo haré ahora mismo—deja un casto beso sobre mis labios y camina hacia sus padres—. Familia—los llama y yo olvidé como respirar—, Kyle y yo tenemos algo que decirles—sonríe y sus abuelos caminan hacia ella.

—¿Que sucede, cariño?—pregunta la Sra. Duncan-madre.

—Kyle y yo estamos esperando un bebé—dice sin más y me mira sonriente.

—Que poco tacto—susurro y vi como el Sr. Duncan-hijo no apartaba la mirada de mi cuerpo—. Señor no me mire así, estamos casados.

—Veo que no somos los últimos que olvidan el condón—se burla el Sr. Duncan-padre con su esposa haciendo que ría.

—¡Abuelo!—lo regaña Charlotte.

—¿Nadie nos va a felicitar?, que poco amor—gruñe Charlie y Clave corre a abrazarla.

—¡Seré tía!—chilla y fruncí el ceño.

—¿Tía?—pregunté y todos me miraron como si estuviera loco.

—Kyle Lynn, ¿cuatro años en esta familia y no sabes qué Clave es gay?—pregunta la chica de mi edad y niego con la cabeza haciéndola reír.

—Bueno eso ahora da igual—le resta importancia mi suegra—. Lo importante es que seremos abuelos—comienzan a gritar y de repente la felicidad es interrumpida por la Sra. Duncan-madre.

Olvidar los nombres de estas personas me está pasando factura.

—¡Esperen!—grita—. Viejo, seremos bisabuelos—mira con horror a su esposo.

—Ya nos tocaba, vieja—bufa—. Ya nos tocaba—rien y Charlie camina hacia mí.

—Feliz 6 meses de matrimonio—susurra sonriendo.

7/8/2025
Vi una vez más la cara de tristeza de mi esposa antes de abrir la puerta de nuestra casa. Al ver adentro todo estaba decorado con globos rosas y azules, flores de los mismos colores y un pastel con dos mitades de diferentes colores. Fruncí el entrecejo al ver a todos mis amigos y les regalé mi mejor cara de odio.

—¿Que pasó?—preguntó Matthew y no pude responder ya que las chicas comenzaron a gritar.

—¡¿Qué es?!—miré a mi lado para ver a quien le preguntaban y era obviamente a una Charlie de 4 meses de embarazo que recién entraba por la puerta.

—No quiso dejarse ver—dijo con tristeza caminando hacia nuestro sofá.

—Oh, ya entendí porqué la cara—medio susurró Kelly pero todos pudimos escucharlo.

—¿Estás bien?—pregunta Grey sentándose al lado de la embarazada mientras cargaba a Henry quien ya tenía casi 2 años.

—¡Mi hijo no quiere que lo vea!—chilla y comienza a llorar.

—Oh no, no, amiga. Los bebés aveces no se dejan mostrar hasta los 5 meses—trata de consolarla Hana pero los llantos de la madre de mi hijo no sesaban.

—Tía, no llores—escuchamos la tierna voz de Henry y la respuesta de su tía fue tomarlo en brazos y abrazarlo fuertemente haciendo que el pequeño pusiera una mueca en su rostro que nos hizo reír.

—Cuidado con la barriga—dije y ella me saca el dedo del medio—. Claro, siempre el odio es hacia mí—caminé hacia Owen que estaba apoyado en una pared lejana. Ya bastante la consolé en el auto de camino hacia aquí.

—Es una locura—habló y asentí.

—Lo sé. Les dije que no prepararan una fiesta—bufé—. ¿Para cuando tu bebé con Hana?—bromeo y me dio una colleja.

—No juegues con eso—gruñe y aguante mis ganas de reír.

—Grande barriga, ¿has probado a rodarla?. Tal vez pueden ahorrar en gasolina—miré mal a Thomas y él asintió varias veces—. Lo siento, me pasé. Eso es un chiste más propio de Kelly.

—¿Qué pasó conmigo?—pregunta el asiático llegando a nuestro lado.

—Que eres imbecil—le responde Owen.

—Eso dijo ella—ríe y aguanto las ganas de lanzarle el pastel por la cabeza.

—¿Cómo te va con Charlotte?—pregunto.

—Bastante bien—habla con seguridad.

—Henry está gigante—cambia de tema Thom—. El tiempo pasa tan rápido. Matthew debe es...—Kelly lo interrumpe con un grito.

—¡Vale, no!—todos lo miramos con el ceño fruncido—, no estamos bien. Paren de insistir con que se los diga. Es demasiado complicada, nada le gusta. Pero es tan linda a la vez—cierra los ojos y apoya su cabeza a la pared como un adolescente enamorado—. Sus labios, su cabello...—no escuchamos nada más ya que Owen nos hizo un movimiento con su cabeza para decirnos que nos fuéramos de ahí sin que él se enterara. Ahora estábamos junto a Matthew, y Kelly hablaba solo.