~ 08 ~
Los ojos de Jungkook se aguaron. Creyó que nunca más volvería a sentir el sabor de los labios de Jimin.
—No me hagas esto —murmuró en cuanto se distanciaron. No podía creer que Jimin acabase de besarlo. Miró el rostro del mayor con súplica—. Te lo ruego, no lo hagas...
—¡Tú deja de hacerme daño! —contestó Jimin—, ¿No te das cuenta de lo mucho que me preocupo por ti? Ya basta, Jungkook. No sé cómo más mostrarte que me importas.
Mierda, no.
Si había algo peor a no ser correspondido por Jimin, era serlo cuando estaba planeando suicidarse.
—Aléjate —Jeon le dio un pequeño empujón tras recomponerse y trató de ganar estabilidad para poder sentarse por su cuenta, debido al golpe recibido seguía cerca del suelo. Logró que Jimin lo soltase—. No quiero tu lástima.
—No es lástima, grandísimo tonto —inmediatamente volteó a un lado para no mirarlo de forma directa, evitando así ver la sangre—. Tú me importas de verdad.
Jungkook se puso de pie con algo de dificultad, su ropa goteaba.
—¿Eso qué significa exactamente? —preguntó de mal humor—. Déjame decirlo por ti: te da culpa el haberme rechazado porque es la segunda vez que compruebas que ya no me importa vivir. ¿Me equivoco?
—Yo no-
—Y seguro piensas "Pobre tonto, le rompí el corazón y quizás esa sea una de las razones por las que quiere terminar su patética existencia" —lo interrumpió Jeon—. "Ahora que lo he pensado mejor, estoy dispuesto a darle lo que quiere para que no siga intentando suicidarse. Así me sentiré mejor conmigo mismo".
—¡¡Ya basta, Jungkook!! —se enfureció Jimin.
—¡¡Esa es la verdad, admítelo!! —le gritó de vuelta, enfrentándolo.
Jimin se concentró tanto como pudo en aquellos ojos oscuros que en ese momento estaban repletos de furia, de esa forma evitaba pensar demasiado en la sangre que Jungkook tenía a un lado de la boca. El muy ingrato tenía un punto, pero a pesar de todo el enojo que manifestaba, Jimin notó que también había tristeza y angustia en esa mirada suya.
—Entonces si digo que me agradas, ¿lo tomarás como falso? —le preguntó, de pie frente a él—. Si digo que en estos días dejaste de parecerme un estorbo y comencé a acostumbrarme a ti, ¿soy un mentiroso?
—¿Y qué soy para ti entonces?, ¿Tu perro de compañía?
—Tienes razón en pensar de ese modo. Mucho tiempo te traté mal, y me burlé de tus sentimientos por mí —aceptó el rubio, bajando levemente la vista—, pero ahora no es así. No eres mi perro de compañía. Eres-
—¿Tu amigo? —preguntó con disgusto.
—No, tampoco. N-no sé lo que eres, pero para mí tú significas algo. Algo que aún no sé cómo definir —admitió avergonzado. Reunió coraje y volvió a mirarlo a los ojos. Jungkook notó que las mejillas del rubio se sonrojaban—. S-sólo... n-no quiero verte así. Me preocupas. No quiero que te alejes, y no quiero que mueras.
Jungkook intentó sostenerle la mirada, pero flaqueó y se apartó, respirando hondo.
Quería demasiado a Jimin. ¡Lo quería, maldición! Ahora, que debía pensar con frialdad y dejar su corazón en segundo plano, no podía. Miró arriba, hacia el cielo gris, y se preguntó cuánto más tendría que soportar hasta que todo acabara. Continuaba respirando fuerte para intentar calmarse.
—Por favor —Jimin volvió a hablarle—. Déjame ayudarte. Y antes que digas que no puedo hacer nada, al menos déjame escucharte. Puedes compartir tu carga conmigo y de ese modo no será tan pesada —insistió—. Necesitas dejar de castigarte tanto, Jungkook. No mereces esto.
Maldita sea.
Jungkook apretó los ojos y unas pocas lágrimas brotaron de su desesperación y angustia, con su cabeza todavía inclinada hacia arriba.
Estaba asustado, y realmente quería apoyo y contención. Recibirlos del chico de sus sueños era lo que más anhelaba, pero involucrar a Jimin en algo tan irreal como Mundos Paralelos y personas con poderes le parecía demasiado. ¿Cómo saber si le creería?
—Ya no llores —el rubio se aproximó—. Ya pasó —siseó. Como no sabía qué clase de reacción tendría el menor, se acercó despacio, preparado por si Jungkook decidía apartarlo nuevamente.
Jungkook solo se quedó allí, inmóvil, haciendo el esfuerzo por calmarse y por dejar de tiritar.
Jimin lo tomó entre sus brazos con cariño, sin que el menor se opusiera. Sabía que Jeon tenía un lado frágil y pequeño. Ambos seguían empapados, así que el rubio comenzó a caminar guiándolos hacia la salida del lugar. Lo primero era regresar a casa, buscar prendas secas, y luego hablar. Escucharía todo lo que Jungkook quisiera decirle.
Aunque le costaba admitirlo, Jimin sabía que Jungkook ya no le era indiferente. Tampoco pretendía mentirle y decirle algo como que lo amaba incondicionalmente, sin embargo, algo de cariño sincero se había gestado entre los dos, y esperaba poder darle la contención que el menor necesitaba.
Desde el primer beso que se dieron en el hogar de Jungkook, Jimin lo mantenía en sus pensamientos. A veces para odiarlo, otras para recordar sus labios... y a veces para preguntarse por qué no podía sacarlo de su mente.
En el tiempo que llevaban relacionándose, Jimin comprendió que Jeon no era un mal sujeto. Era lanzado, ingenioso y hasta divertido. También era insistente por naturaleza, y a veces un poco melancólico. Le gustaban las series y películas de superhéroes, las botanas picantes, y la música Indie. ¿Qué tan terrible sería lo que había hecho como para que intentara quitarse la vida?
Jimin estaba decidido a averiguarlo.
♦♦♦
15:11 PM
—Aquí tienes —Jimin le alcanzó una taza con té humeante. Jungkook decidió recibirla, aunque se mostraba desganado.
Kook estaba sentado en el suelo afirmado contra una pared, con una toalla sobre su cabeza que caía hasta sus hombros y espalda, por encima de la ropa seca que Jimin le había prestado. Ahora estaban en su hogar.
Jimin encendió las luces y una estufa pequeña que acercó a su invitado, esta se encontraba a pocos metros de donde Jeon se había sentado con las piernas cruzadas. Nada como una buena estufa para recibir calor después de caer en las gélidas aguas de una piscina congelada.
—Vamos, bébelo —insistió, tras ver que el menor se había limitado a sostener la taza de color blanco entre sus manos. En un intento por sacarlo del estado silencioso, añadió—. Lo preparé yo mismo, tienes el honor de servirte un brebaje hecho por mis milagrosas manos. No lo desperdicies.
Jungkook no se inmutó.
Jimin suspiró. Había fallado.
Él también cambió su ropa por prendas secas, así que ahora vestía una camiseta blanca y pantalones deportivos. Estaba descalzo, incluso en invierno acostumbraba a pasearse por su casa sin calcetines ni pantuflas.
Se sentó en la pared opuesta a la que tenía la entrada principal. Estaba a la derecha de Jungkook, y también cerca de la estufa pequeña.
Ahora todo estaba un poco mejor, pensó. Jungkook se había limpiado bien el rostro y en realidad solo tenía el labio levemente inflamado, ya no más sangre. Ambos estaban secos y resguardados de la tormenta.
—No tenías que hacer esto —Jimin volteó a verlo, esperando que dijera algo más. En cambio, Jungkook volvió al silencio y por fin dio un trago a la bebida en su taza. Enseguida, su reacción hizo sonreír al mayor. Jungkook frunció el ceño y apartó la taza de sus labios.
—Rico, ¿no? —se burló el rubio.
—¿Qué le pusiste?
—Limón —respondió Jimin—. Limón y miel, en realidad.
—Eso no es todo, le pusiste algo más —adivinó Jeon.
—No, en lo absoluto —negó Jimin—. Se supone que ambos son buenos en el té y evitan que te enfermes. No me mires así, es la verdad. Vamos, debes terminarlo. Bébelo —insistió.
Jungkook desconfiaba, pero de todas formas continuó.
Jimin sonrió victorioso. En realidad, le había colocado un par de gotas de una medicación que él usaba cuando no podía dormir. Pensó que sería bueno "anestesiar" a la bestia durante algunas horas. Una vez que Jeon se despertara de su siesta, podrían hablar. Luego, como si recién tomara consciencia de que acababa de drogar a su visitante, comenzó a preocuparse pensando que quizás no había sido del todo una buena idea.
—¿Qué tienes? —le preguntó Jungkook tras verlo con expresión de pánico.
—N-nada, nada —Jimin negó con la cabeza, contrariado. En el peor de los casos, llamaría a emergencias. Esperaba que no fuera necesario, es decir, no le había agregado medio frasco al té, solo un par de gotas—. Uhm, ¿cómo te sientes ahora?
—Gracias por tu preocupación —le dijo el menor, luego de dar otro sorbo. Suspiró—. En realidad, nunca noté que estabas siguiéndome. Debí pensarlo.
—Soy el maestro del espionaje —bromeó Jimin, prestando atención a la taza que Jungkook todavía sostenía en manos.
—No, creo que más bien fue solo mi profundo deseo de desaparecer lo que me llevó a no prestar demasiada atención a mi entorno —resolvió Jungkook. Otro sorbo.
Jimin comenzó a preocuparse tras verlo beber tanto.
—De acuerdo, tú ganas. ¿Sigues pensando que frustré tu suicidio?
—No lo sé —Jungkook se encogió en su lugar—. Pero de no ser por ti, ahora estaría en otro sitio.
—¿Cómo sabes eso? Hubieras dejado de existir. No puedes estar en otro sitio si no "estás" en primer lugar.
Jungkook sonrió levemente ante ese comentario. A veces Jimin era demasiado lógico para su gusto.
El rubio aprovechó para arrastrarse impulsándose con las piernas y su trasero hasta que llegó a su lado. Jungkook amplió su sonrisa al ver que era demasiado flojo como para ponerse de pie y en su lugar prefería moverse como un cangrejo.
—¿Vas a empezar a contarme todo desde el principio? —le preguntó, como si estuviese listo para escuchar una gran historia.
—No sé qué clase de cosa quieras escuchar —se excusó. No opuso resistencia cuando el rubio sutilmente le quitó la taza—. Creí que mi obligación era beberlo todo.
Jimin dejó la taza un poco lejos, en el suelo, y luego volvió su atención a Jeon.
Ninguno dijo nada, pero se miraron fijamente.
—¿Qué? —preguntó Kook después de un momento.
—¿Qué de qué? ¡Habla!
—No es tan fácil...
—No importa, no voy a juzgarte —Jungkook escondió la cabeza entre las piernas y los brazos. Jimin le tomó una mano, haciendo que el menor se sobresalte—. Oye, ya basta de esconderte. Te he visto en peores situaciones, ¿lo recuerdas?... Dime la verdad.
Bien, estaba funcionando pensó, tras ver que Jungkook se mordía los labios con fuerza y parecía pensar en las palabras que él acababa de decirle.
—Yo... Hice algo malo —inició, con la voz temblorosa—. P-pero no fue a propósito. Es decir- y-yo no sabía que lo que estaba haciendo era algo tan malo, ¿comprendes? —balbuceó—. Y... eso trajo problemas...
Jimin intentó ser cuidadoso.
—¿Qué clase de problemas?... Jungkook, está bien —insistió, presionando su mano.
—Es difícil decírtelo —admitió el menor, desviando la mirada. También apartó su mano.
—¿Por qué?, ¿Te preocupa lo que yo vaya a pensar de ti?
—Me preocupa que no me creas —su voz se quebró ligeramente hacia el final.
—¿Por qué no te creería? —quiso saber.
—Es algo que me hará sonar como un loco —respondió Jungkook, sin molestarse en disimular que estaba asustado.
—Oye... —Jimin se acercó todavía un poco más, hasta que su cuerpo y el del menor estuvieron uno junto al otro—. Siempre supe que eras un sujeto extraño, eso no es nuevo para mi...
Jungkook volvió a esconder la cabeza entre sus rodillas y brazos, lucía agobiado.
—No puedo decírtelo. Creerás que estoy desquiciado.
—En realidad actualmente ya pienso eso —respondió Jimin—. ¿Qué crees tú que es lo peor que podría pasar por decírmelo?
—Que te alejes —murmuró—. Y que pienses que soy un- un f-fenómeno.
Jimin frunció el ceño, confundido.
—¿Por qué dices eso?... Escucha, si no me lo cuentas no habremos cambiado nada. Pero si lo haces, yo podría ayudar. O al menos, te aseguro que trataría de pensar en algo. ¿No crees que es mejor arriesgarte y que tratemos de averiguarlo juntos? —sugirió. Jungkook asomó su rostro despacio. Estaba empapado—. Piénsalo. Es decir, si ya decidiste renunciar a toda esperanza, ¿por qué no intentar esto y ver qué tal nos va? —insistió el rubio—. ¿Qué dices? —preguntó expectante.
—No importa el tiempo ni las dimensiones, siempre serás el chico más dulce que he conocido —respondió el menor.
Jimin bajó la mirada, avergonzado. En realidad, no esperaba recibir ese tipo de comentario de la nada, Jungkook era demasiado espontáneo a veces.
Kook creía que Jimin estaba en lo cierto. Ya había decidido que no había salida alguna para él, así que en realidad no tenía demasiado que perder al decirle la verdad.
—Soy un Ser del Continuo —confesó finalmente—. Es como, uhm- una especie de ser que tiene la habilidad de- de alterar el entramado espacio-tiempo. Tengo "poderes", pero no puedo usarlos ni controlarlos bien en este Mundo, porque en realidad pertenezco a otra dimensión.
Luego, se detuvo a estudiar la expresión de Jimin tras decirle eso.
El rubio parecía no haber entendido ni una sola de sus palabras.
—¿Un qué? —preguntó.
—Un fenómeno. Soy un fenómeno —respondió Jungkook, escondiéndose de nuevo.
—No, espera, aguarda —Jimin se afirmó sobre sus rodillas—. ¿Eres un humano con superpoderes?
—No soy humano, no más. Alguna vez lo fui, pero ahora soy una Entidad —contestó, todavía con la cabeza entre los brazos y las piernas.
—¿"Entidad"? ¿Y qué hacen las Entidades como tú?... ¿Qué cosa hiciste mal?
—Al-alteré el entramado y creé un Mundo Alterno porque pensé que iba a morir.
—¿Qué?, ¿¡Cuándo hiciste eso!?, ¿¡Cómo!?
—C-cuando el tren se accidentó —Jeon asomó con timidez su rostro una vez más—. Ese día, ese lunes, pensé que estaba en peligro de muerte y para tratar de salvar mi vida, creé un Mundo Nuevo donde nunca hubo accidente —confesó.
—¿¡Qué!? —Jimin no salía de su asombro—. ¿Estás diciendo que de alguna forma, tú, Jeon Jungkook, hiciste algo tan impresionante como "crear" un Mundo? ¿Eso qué significa exactamente?
—¡Es tal y como te lo estoy diciendo! ¡¡Creé un Mundo Nuevo, un lugar como éste solo que sin ningún choque de tren, y donde mi vida no corría riesgo!! No quería morir, lo hice para no morir —Jimin se quedó estupefacto. Jungkook tomó aire e imitó su posición, con las rodillas en el suelo para tratar de explicarse mejor—. L-lo hice porque no quería que mi vida terminase de ese modo. Porque aún tenía cosas por hacer, y n-no sabía que era tan grave... Ahora, esos Seres vendrán por mí y será mi final. Ellos ya saben que yo lo hice. P-por eso prefiero la muerte. No voy a pasar toda la eternidad atado a esa dimensión desconocida, no lo haré.
—Jungkook... D-debes hablar más despacio. ¿Cómo lograste hacer algo así? ¿A qué le llamas "Mundo Nuevo"? —preguntó. Frente a él, Jungkook comenzaba a temblar y su rostro se perdía en la nada, como si estuviese entrando en pánico.
—¡Nunca debí hacerlo! ¡¡No sirvió de nada!!... Ni siquiera pude conservar las cosas que más quería, ni a ti, ni a Taehyung, ni mi propia salud mental —balbuceó apresurado—. Ahora todo está perdido. No quiero morir, pero lo haré si con eso me libero de toda esta mierda. ¡¡Yo no pedí ser una Entidad!!
—Jungkook —lo llamó el mayor. Inmediatamente notó que comenzaba a tambalearse—. ¿Jungkook?, ¿Qué tienes?
—Me siento agotado... —murmuró, y poco después, su cuerpo a peso muerto cayó hacia un lado.
Jimin tuvo el reflejo de estirar los brazos y evitó que Jungkook golpease su cabeza contra el suelo. Se había dormido.
La medicina había surtido su efecto.
—Maldición —el rubio hizo un gran esfuerzo para traerlo de vuelta a su lado y lo recostó un momento sobre su propio pecho—. Sí que pesas.
Jungkook no se movía, tenía los ojos cerrados y una expresión tranquila, por fin.
—¿Qué cosa eres, Jeon Jungkook?... ¿Qué es una Entidad? Tendrás que explicármelo todo cuando despiertes —le dijo Jimin, sin estar seguro de si Jeon podía oírlo o no—. ¿Lo ves? Incluso si eres un fenómeno, no te dejaré.
Jimin se puso de pie con dificultad, y usando su fuerza y determinación, lo cargó entre sus brazos. Lo llevó a su habitación, y lo dejó recostado sobre las sábanas de su cama.
—Si no te hubiera dado las gotas yo mismo, estaría terriblemente preocupado por no verte despertar —agregó. El pobre era como una marioneta, totalmente carente de voluntad propia.
Jimin se dispuso a prender la lavadora para recuperar la ropa de ambos. Jungkook despertaría en algunas horas. De pronto, Jimin consideró que quizás la droga no tendría el mismo efecto en él si acababa de decirle que no era humano. Eso le dio ansiedad. Consiguió calmarse, y se dijo que intentaría despertarlo una hora mas tarde y que también trataría de dormir un poco.
Después de todo, él también necesitaba un descanso luego de oír algo que parecía un disparate.
♦♦♦
—¿Jinnie? —Tae se extrañó al ver que su novio no estaba a su lado.
Se sentó en la cama y frotó sus ojos, comprobando que efectivamente, Jin no estaba durmiendo junto a él.
Ambos tenían un nuevo hábito: dormir siesta. No era nada extraño sabiendo que estaban en pleno invierno y que algunos días a la semana, ambos estaban libres de obligaciones. A veces miraban alguna serie o película, y a veces simplemente se dedicaban tiempo el uno al otro hasta que caían rendidos al sueño.
Bostezó con pereza, y al ver por la ventana tanta luminosidad decidió que probablemente no había pasado más de una hora.
Lo normal era que también despertaran juntos, así que Tae se quitó las mantas y fue a ver qué estaba haciendo Jin.
No tuvo que recorrer mucho, tan pronto como llegó a la puerta de la habitación y miró hacia la izquierda, pudo ver a Jin de perfil en el baño, específicamente frente al espejo, con solo sus pantalones largos y mucha espuma de afeitar en su rostro. Pero, en lugar de estar usando la máquina, el mayor parecía nervioso enjuagando un lado de su mejilla una y otra vez, mientras murmuraba enfadado.
—¿Cielo? —dijo Taehyung, desde la entrada de la habitación. Seokjin se sobresaltó.
—Hola —volteó a verlo, y efectivamente, sólo su lado derecho tenía espuma de afeitar.
—¿Qué sucedió?, ¿Despertaste sólo porque decidiste afeitarte? —el menor comenzó a acercarse despacio—, ¿Cuánto tiempo dormimos? seguramente menos que otras veces...
—En mi caso, media hora, y tú un poco más —Jin volvió a concentrarse en su reflejo.
—Oh —Taehyung sólo entonces notó que su novio tenía un corte en la mejilla descubierta—. Tuviste un accidente...
—Soy tan torpe —protestó el mayor—. Como si no tuviese suficientes cicatrices en mi rostro, ahora acabo de ganar una más.
Tae sabía que a veces Jin se acomplejaba con su aspecto, especialmente con la piel de su rostro. Pero... no era habitual que Seokjin fuese descuidado o torpe. Tae sabía que detrás había un motivo más.
Sin perder tiempo, se puso en puntitas tras él y lo abrazó, viendo el reflejo de ambos en el espejo.
—¿Quieres ayuda? —ofreció con dulzura.
—No, no te molestes.
—Vamos, cielo... —Tae le besó la nuca y comprobó que la piel de Jin estaba fresca, seguramente porque acababa de tomar una ducha. Ronroneó mimoso acariciándolo con la punta de su nariz mientras ceñía los brazos a su cintura.
—Pero estoy bien. Molesto, pero bien.
—No, tú estás preocupado —adivinó el menor—. Y eso causó que estuvieras distraído y te lastimaras así —luego, volvió a ponerse en puntitas para ver mejor el corte—. No temas, no creo que te deje más que una pequeña marca —escuchó que Seokjin suspiraba.
—Mi rostro ya está lo bastante arruinado como para preocuparme por una marca más, supongo...
—No digas eso —Taehyung volvió a abrazarlo por la cintura—. Tienes el rostro más hermoso de todo el mundo, y esas heridas seguirán sanando.
Jin finalmente se dejó contener.
—Quizás Yoongi tiene razón. Sólo sé quejarme.
Tae confirmó que sus sospechas eran ciertas: Jin estaba estresado después de la visita de Yoongi y de todo lo que les había explicado.
No era como si él estuviese completamente relajado tras descubrir que era una "bomba" en potencia... pero, ¿qué podía hacer para cambiarlo? Nada.
Les había dicho a Jin y a Yoongi que procuraría no "estallar", pero en realidad no podía saber si algún día lo haría de manera inesperada.
Tae tomó la afeitadora y sujetó el rostro de Seokjin para continuar con el lado faltante. Al menos podía decir que su pulso era bueno. Con cuidado, elevó el rostro de su amado inclinándolo hacia un lado, y pasó la hoja metálica filosa por sobre la espuma de color blanco. Poco a poco, la piel clara de Jin asomaba por debajo.
En realidad, Tae también tenía miedo y se sentía preocupado, pero si lo demostraba delante de Jin sólo conseguiría empeorar las cosas. Tenía que ser fuerte y mostrarse convencido de que nada malo ocurriría. Estaba aprendiendo a no pensar todo de forma tan negativa, otro de sus propósitos de terapia.
Empezó desde abajo y comenzó a acercarse a la línea de la mandíbula del mayor. Intentó concentrarse en eso en vez de pensar cosas pesimistas y hacer más grande la nube gris que Jin parecía llevar sobre su cabeza. Era placentero apartar la crema y descubrir otro sector de piel. Tae estaba fascinado por los rasgos de Seokjin, aún si no se trataba de un lienzo completamente pulcro y sin cicatrices.
El único sonido en aquel momento era el agua de la canilla corriendo. Tae la cerraba y volvía a abrirla cada pocos segundos. Momentos después el rostro de Seokjin quedó impecable.
—Casi termino —murmuró por primera vez en minutos. Luego, centró su atención en el lado que él no había hecho, y comprobó que un delgado hilo rojo asomaba por donde estaba el corte que Jin estuvo lavando con abundante agua cuando lo vio desde lejos. Sería mejor ponerle una bandita una vez que la zona estuviese bien seca. Tomó la toalla y la usó para secar a toquesitos, cuidando no frotar para no irritarle la piel.
Cada tanto, los labios del mayor se curvaban en una sonrisa. Le parecía inmensamente tierno que su novio fuese tan cuidadoso con él.
—¿Listo?
—Falta el bálsamo —respondió Taehyung, girándose para buscarlo entre los productos que ambos tenían dentro de un gabinete tras el vidrio.
Se trataba de un spray con un líquido perfumado que además era ideal para usarlo después de afeitarse. Tae roció un poco en sus manos, y luego las pasó por el rostro de su novio nuevamente con pequeños y suaves toques de sus dedos, masajeando despacio la zona.
Jin se sentía en manos de un experto, logró relajarse y disfrutar del contacto cerrando los ojos con bienestar.
Finalmente, Tae lavó sus manos y las secó con cuidado. Inmediatamente después, dejó un beso bajo el cuello de su novio, y lo abrazó con cariño, su nariz rozando parte de sus clavículas al descubierto.
Seokjin no tardó en recibirlo y envolverlo con el mismo amor. Su gesto al decidir ayudarle a afeitarse le había devuelto la calma. Era maravilloso ser su novio. Era maravilloso que estuviesen juntos.
Tae presionó los labios para hacer que dejasen de temblar. No lloraría. No lloraría. No lo haría.
Para su mala suerte, Jin lo conocía demasiado bien.
—¿Tae? —preguntó, tras percibir algo extraño.
Taehyung tragó con dificultad, y con tanta estabilidad como pudo reunir, dijo:
—Te amo.
—Mi osito... —le tomó el rostro con afecto y cuando sus ojos se cruzaron, entendió que Tae había estado aguantándose las lágrimas—. No tienes que guardarte todo para ti solo.
Taehyung negó con la cabeza. Cerró los ojos y respiró hondo para calmarse.
—Disculpa. Creo que aunque intente no pensar en eso, no puedo evitarlo.
Seokjin lo atrajo a sus labios.
—Te amo mucho —le dijo con dulzura. Tae lo abrazó una vez más.
—¿Qué vamos a hacer, Jin? —preguntó, decidido a dejar de lado su intento de parecer fuerte y evitar hablar del tema—. Tengo miedo —admitió.
Jin lo resguardó entre sus brazos. Quiso contestar, pero no supo con qué.
—¿Sabes?... —comentó luego de un momento—. Me sentí exactamente del mismo modo cuando Yoongi me dijo que debías marcharte a La Central en cuanto yo regresara a este Mundo. Estaba frustrado, enojado, impotente... porque no había forma de evitarlo —todavía sostenía a Tae en un abrazo—. Hasta que él sugirió que intentaría hacer un "trato" para que ellos te permitieran vivir en el mundo humano. Cuando regresé, desperté en una cama, y sólo después de algunos días, conseguí averiguar que Suga había tenido éxito —explicó—. Fueron los días más angustiantes que viví. La incertidumbre y el dolor físico y emocional no me dejaban dormir bien por las noches. Después de saber que seguías con vida, decidí que no podía rendirme. Tenía que cumplir la promesa que te hice.
—Vivir, encontrarme, y enamorarme —respondió el menor, asomando su rostro para mirar a Jin—. Lo hiciste bien, Cielo.
—No fue fácil —admitió mirándolo atentamente—. Pero todo valió la pena por este momento, por esta realidad en la que somos novios y nos amamos. Y no importa si eres una Entidad y no un humano común. Eres Kim Taehyung. Eres mi Tesoro.
Los ojos claros de Tae volvieron a ponerse vidriosos.
—Jin, yo-
—Incluso si Yoongi dijo que eras un potencial problema o lo que fuese, tú sigues siendo tú. Nada cambiará el hecho de que eres mi Osito Mimosito y que te amo, ¿has entendido?
—También te amo y eres mi Ángel, y mi Cielo, y mi todo —contestó apresurado—. Yo n-no pedí ser esto. Nunca quise ser una Entidad, no sé por qué razón es que-
—No importa. Ahora nada de eso es importante —lo interrumpió Seokjin—. No tienes que sentirte culpable, no has hecho nada malo.
—¡Yo quiero ser normal! —protestó Taehyung entre lágrimas—. Y no quiero pensar todo el tiempo que pueden venir por mí y separarnos. ¡N-no sé qué hacer! Inten-to no darle atención, pero no puedo evitarlo, así como tú tampoco puedes evitar la preocupación y el estrés que eso implica. Siempre soy yo el que trae los problemas, perdóname por favor —dijo cabizbajo.
Era un poco repentino oírlo decir todo eso tras permanecer prácticamente en silencio desde la partida de Yoongi a media tarde. Seokjin entendió que su novio en realidad estuvo guardándose todos esos pensamientos para sí mismo, y quizás si él no hubiese insistido, Taehyung no se lo hubiese dicho.
—Ya, ya —siseó, volviendo a abrazarlo—. Tae, que no es tu culpa —insistió, sintiendo cómo el menor se aferraba a él con fuerza—. N-no sé mucho sobre Seres del Continuo, pero sé que pueden enamorarse como el resto de mortales, y pueden vivir como lo haría cualquier otro humano común, así que tranquilo...
—¿Ahora eres tú el que está calmado y no en crisis? —soltó una breve risita por la ironía.
—Sí. Tenemos que turnarnos, ¿o no? —buscó sus ojos y sonrió—. Imagínate si ambos entráramos en crisis al mismo tiempo, ¡este hogar sería un caos! —Tae volvió a reír y se limpió el rostro despacio.
—Lo siento, Jinnie.
—Ya basta de disculparte —se quejó el castaño, todavía acunaba su rostro entre las manos—. No puedo garantizar que tengas una vida sin estrés ni emociones fuertes, pero me esforzaré para que nada malo te pase. Los dos tenemos que poner de nuestra parte.
—Sí, sí, lo sé —asintió—. Supongo que si nada malo pasó hasta ahora, podemos confiar en que siga siendo así, ¿cierto?
—Cierto —Jin unió sus frentes—. Estamos juntos en esto. Así que no temas en ser honesto acerca de cómo te sientes...
—T-todavía me cuesta —admitió, un poco ruborizado—. Lo estoy intentando.
—Lo estás haciendo bien —le aseguró Seokjin—. No dejes de hacerlo. Podemos hablar sobre todo, especialmente sobre nuestros temores. Y podemos llorar juntos si es necesario, como sea, nos sentiremos mejor.
Tae lo miró agradecido, se puso en puntitas y le dio un beso. Y luego otro, y uno más, sujetándose a su cuello y permitiéndose prologar el contacto de sus labios.
—Te amo —susurró sobre su boca—. De verdad te amo, Kim Seokjin —sonrió, y volvió a besarlo con necesidad.
Se sentía feliz por poder besarlo y por sentir cómo Jin lo abrazaba con sus fuertes brazos. A Taehyung no le importaba ser una Entidad, estaba convencido de que haber coincidido con Jin era, probablemente, lo mejor que le había pasado en vida. Aunque estaba iniciando su camino en el amor propio y la autoestima, no podía dejar de pensar que él era su mundo.
Los dos se distanciaron después de oír un gruñido que venía del estómago de Jin. El mayor se sonrojó. Tae pensó que era adorable. Seokjin había comido poco con la excusa de que tenía el estómago cerrado.
—Me parece que ya tienes hambre... —Tae le tomó el rostro y le dio un beso en una mejilla—. ¿Quieres comer algo? Puedo cocinar para ti.
—¿En serio? —preguntó, todavía avergonzado—. Uhm, lo que tú quieras.
—¡Comamos crepes! —sugirió entusiasmado. Después de todo, ya sabía hacerlos a la perfección. Se detuvo en el marco de la puerta—. ¿Los quieres dulces?, ¿Salados? Podemos ponerles queso, o sino frutas.
—Muy bien, pero que sean salados —asintió Jin—. Tenemos queso y algunas verduras.
—Entendido —Tae dio algunos saltitos y luego corrió hacia la cocina para comenzar.
Jin amaba verlo tan feliz. Salió del baño poco después y decidió que ofrecería su ayuda. Cocinar de a dos también era divertido.
♦♦♦
—¿Jimin? —el nombrado abrió los ojos enseguida, y volteó. Jungkook lo miraba entre asustado y confundido. Él se sentó en la cama y se frotó los ojos.
—¿Cuánto tiempo ha pasado?
—¿Puedes decirme qué me pasó?, no recuerdo por qué terminamos aquí cuando estábamos en tu sala.
Los dos estaban en la habitación del rubio. Aunque esperaba despertar antes que él, Jungkook recobró la consciencia primero. Kook se veía inquieto.
—Bebiste un té con medicina —decidió confesarle—. Eran gotas para dormir.
—¿Qué?, no habías dicho eso antes... ¿Me drogaste? —preguntó el menor, con desagrado.
—Preferiría decir que te di un relajante, eso es todo. Sigues con vida, ¿no?
Jungkook suspiró.
—Sí.
—Bien —el mayor bostezó—. ¿Te sientes mejor ahora?
—Algo así —Kook se rascó la nuca, parecía contrariado. Jimin, por el contrario, se mostraba calmado. Mientras Jungkook estaba en su cama, él prefirió dormirse en un rincón donde tenía un poco de ropa. Ahora estaba todo adolorido.
—Bueno, espero que estés listo para terminar de contarme lo que dijiste sobre lo del Mundo Nuevo... —Jeon permaneció en silencio.
—Olvida eso, estaba delirando.
—¿Cómo dices? Por supuesto que no delirabas.
—Sí lo hacía, estar cerca de la muerte me hizo decir cosas sin sentido. Soy un humano común con depresión y otros problemas, eso es todo —se encogió de hombros.
—No finjas, sólo termina de escupirlo —se quejó Jimin.
—Mejor me voy —Jungkook se agachó para colocarse el calzado y salir.
—Ni pienses que te vas a marchar ahora —el rubio lo miró con intención.
—Entonces comienza tú. Volviste a besarme —le recordó—. ¿Sólo soy alguien que no quieres que muera?
—Me gustas mucho. Te amo locamente y quiero que seas mío —le dijo sin titubear. Jungkook enmudeció—. Ah, espera, estaba delirando —se burló.
—Imbécil —protestó de mal humor, comenzando a amarrar sus cordones.
—Tú eres el imbécil. Vamos, dime. ¿Qué es un Ser del Continuo?, ¿Y cómo es eso del Mundo que mencionaste? Habla de una vez.
Jungkook agachó la cabeza, resignado. Después de un momento, comentó en voz baja.
—¿Puedo irme a casa, por favor?
—¿Ahora intentas huir? No seas gallina. Ya comenzaste, sólo termínalo.
—No hay nada más por decir. Soy un fenómeno y ya lo sabes —respondió desanimado—. No puedes ayudarme de ningún modo, eso es todo.
Ahora fue Jimin quien suspiró. Sabía que tenía que manejar ese tema con cuidado a pesar de que sonaba como un disparate. Jungkook se veía derrotado, estaba con las piernas flexionadas y escondió la cabeza entre los brazos. Jimin sintió pena.
—Bueno... ahora intentémoslo de verdad —el mayor se puso de pie y caminó hacia la cama, para sentarse junto a él—. Entiendo que sea... difícil —dijo, mirando de forma distraída el techo de la habitación. Mantenía cierta distancia entre los dos—. Nadie más lo sabe, ¿cierto?
—Taehyung —murmuró Jungkook. Jimin no pudo evitar mirarlo con asombro.
—¿Él lo sabe?
—Él es lo mismo que yo —confesó el menor—. Pero de alguna parece haberlo olvidado todo... Y ahora me odia —de pronto su voz se quebró, Jimin notó que aquellos ojos grandes y oscuros se volvían cristalinos—. No tengo a nadie, estoy solo. Y ahora no tengo más opción que morir.
—Oye, calma... No tienes que morir. Seguramente hay otra solución que aún no descubres —trató de animarlo—. ¿P-por qué dices que Taehyung lo olvidó?, ¿Cómo pudo haber olvidado algo así?
—N-nosotros... —se limpió el rostro usando uno de sus puños—. Él y yo somos lo mismo, pero todo fue por casualidad. En el mundo habitan más seres como nosotros, que no son humanos, son Entidades —le contó—. Y por alguna razón que desconozco, Tae y yo somos Seres del Continuo.
—¿Hace cuánto?, ¿O siempre fueron así? —preguntó el mayor, cada vez más interesado en la conversación.
—No es de nacimiento. Es algo que le sucede a algunas personas de forma aleatoria, uhm- creo, y... cuando eso ocurre tienes tu "Despertar", me dijeron que pasa en edades cercana a los veinte años.
—¿"Dijeron"?, ¿Quiénes te dijeron eso?
—Las personas de La Central —al ver el rostro de confusión de Jimin, añadió—. Suena a ficción, pero cuando despiertas te llevan como en una especie de abducción alienígena durante un par de minutos. No son alienígenas, ni tampoco robots. Sólo son... Entidades.
Jimin tragó saliva.
—¿Son malvados?
—No lo sé, pero creo que si lo fueran me hubiesen asesinado o algo así. En cambio, me dijeron que debía unírmeles a ellos. Que había dejado de ser un humano común, y que permanecer aquí era peligroso para el resto de la humanidad y para mí mismo.
—¿Cómo lucen?, ¿Cuántos son?, ¿Es en algún sitio del espacio o más allá? —el rubio casi se atragantó con aquellas preguntas.
—No pude ver sus rostros, oía voces en mi mente y en todo el lugar. Es en otra dimensión. Había mucho espacio y muchas luces. No sé muy bien cómo más describirlo, pero sentí miedo hasta que ellos me explicaron todo —le contó Jungkook—. D-dijeron que unirme a ellos era lo correcto, pero luego me devolvieron a mi hogar, como si nada hubiese sucedido...
—¿No te capturaron?, ¿Y por qué debes unírtele a ellos? ¿Están formando un ejército para invadirnos? —preguntó con paranoia.
—No, no. No buscan conquistarnos ni invadirnos —le aclaró el menor—. Se supone que solo están allí haciendo que el Mundo funcione como debe funcionar.
—¿Como si fueran... ángeles?
—No creo que sean eso tampoco —Jeon negó con la cabeza—. No lo sé, es demasiado complejo. P-pero... cuando regresé, decidí que no iría.
—¿Eh? ¿Puedes escoger?
—En realidad creo que no. Pero nunca más volvieron a buscarme, ni yo a ellos. Decidí que no quería desaparecer. Si decido ir a esa dimensión, me borrarán de la faz de la tierra como si jamás hubiese existido. Ni tú ni nadie me recordará.
—¿Eso realmente es posible? —Jimin se retrajo, incrédulo.
—Suena imposible, pero después de todo lo que pasé, estoy seguro de que es perfectamente posible —afirmó Jungkook.
—¿Taehyung sabe todo esto?, ¿Por qué dijiste que lo había olvidado?
—Él lo olvidó, no hay otra forma... S-si lo recordara, estoy seguro de que no nos hubiésemos peleado —tembló, como si tuviese escalofríos—. Le hice algo malo, p-pero jamás fue mi intención. ¡Hice todo lo que pude por ayudarlo! —se cubrió el rostro, superado.
—¿Qué fue lo que hiciste?
—Cuando pasó todo esto del accidente, yo- creí que iba a morir. Soy un idiota, nunca estuve en peligro en realidad, lo único que obtuve fue una herida en el brazo y nada más. Qué imbécil —se pasó una mano por la frente. Cada vez que lo recordaba, se sentía el más tonto de todos los tontos—. Hice todo por miedo, esa es la verdad, actué por pánico y nada más.
Jimin trataba de ordenar todas esas palabras nuevas con lo que ya había escuchado y lo que sabía.
—De acuerdo, déjame ver si entendí —el rubio se acomodó en su sitio antes de continuar—. Todo iba normal, el tren choca, y tú, de alguna forma, hiciste eso del-del mundo nuevo, ¿no? —miró a Jungkook, atento a su respuesta—. Y ahora resulta que en realidad nunca estuviste en peligro de muerte, así que... técnicamente, hiciste todo eso sin que sea necesario. ¿Es así?
—Es así —afirmó Jungkook, sintiéndose fatal—. Pensé que moriría, y me negaba a hacerlo. Traté de pensar en lo mucho que quería seguir viviendo... y en las cosas que quería lograr. Y luego, simplemente... todo se estropeó. Yo lo estropeé. Hice de ese instante un periodo de quince días en otra realidad alterna —su mirada estaba fija en un punto de la pared—. Creé un Mundo Nuevo, donde tú eras mi novio, Taehyung salía con Seokjin, y Namjoon era un escritor famoso. L-las cosas eran diferentes, no perfectas, sino diferentes.
Jimin se quedó horrorizado al escuchar esa avalancha de palabras.
—Usé a Seokjin. Usé su vida, y creé el Mundo Alterno a partir de él. Lo arrastré a mis errores sin que lo merezca... y por eso tuvo ayuda de esa Entidad —balbuceó Jungkook, casi pensando en voz alta—. Por eso logró regresar. Y más aún, logró enamorar a Taehyung. Se ganó su amor. Superó sus heridas, y ahora es feliz —luego, una sonrisa irónica se formó levemente en su rostro—. ¿Le arruiné la vida?, ¿O se la arreglé?
—Jungkook, ¿qué le hiciste a Seokjin? —el tono de Jimin se volvió duro de pronto. Quería evitar pensar que Jeon lo había perjudicado adrede.
—Lo usé —admitió—. Hubiese usado a Namjoon, pero él se encontraba muy grave. No me quedó más opción que usar a Seokjin, y luego todo eso ocurrió —contestó vagamente.
Jimin se trasladó inmediatamente al momento en el que fue a visitar a su amigo en el hospital. Seokjin, por primera vez, mencionó el nombre de Taehyung. Jimin notó que estaba demasiado interesado en aquel sujeto, cuando nunca antes le había prestado atención. Poco después, Jin le dijo que Taehyung era la persona que él amaba. ¿Podía ser posible?
—Jin estuvo en el otro Mundo, ¿cierto? —la mente del rubio iba a toda velocidad—. Dijiste que Jin y Taehyung salían juntos. ¿Tú hiciste eso? —lo miró desesperado—. Responde.
—Todos estábamos en el Mundo Alterno —contestó Jungkook—. Pero Jin y yo éramos los únicos que teníamos recuerdo de este Mundo, el verdadero. Tú, Taehyung y todos los demás eran personas diferentes, con recuerdos diferentes —ante el rostro perturbado del mayor, continuó—. Es como si hubiesen "clonado" este lugar, con todas sus personas y lugares, pero conservando al Seokjin original y a mí también. Creo que pasó porque yo era la Entidad, y él la persona que tenía que usar como conexión —meditó—. Yo nunca pensé en que fuesen novios, eso simplemente pasó.
—Tú lo recuerdas todo... y- Seokjin también lo hace —entendió—, ¿es así?
—Sí. Por eso es que buscó e insistió tanto con Taehyung... —luego, sonrió de lado—. Se odiaban, luego se encontraron en una realidad alterna siendo novios, y aquí volvieron a enamorarse y a estar juntos —quizás en medio de todos sus errores, había logrado algo bueno para dos personas.
—Creí que era un capricho —la voz de Jimin se debilitó hacia el final de frase—. Todo este tiempo pensé que Jin hyung simplemente se había encaprichado con Taehyung porque todo fue demasiado repentino, y porque lo puso por encima de todo lo demás. ¿Dices que se amaban y que por eso él regresó y decidió enamorarlo de nuevo? —su corazón comenzaba a doler. Le quedaba una delgada luz de esperanza para sus sentimientos por Seokjin, pero ésta ahora estaba desvaneciéndose.
Luego recapacitó en que Seokjin realmente había cambiado después del accidente.
El Seokjin que ingresó en el tren aquella tarde del lunes, era diferente al que había despertado en la camilla del hospital.
La historia de Jungkook, por más loca que fuese, explicaba aquel cambio tan drástico en la personalidad del castaño. En su constante nerviosismo, en su atención centrada completamente en un "desconocido", en su empecinamiento por tenerlo como una prioridad, dejando de lado sus notas, sus estudios, su buen comportamiento con sus padres, y su propia salud.
¿Cómo iba Jimin a poder imaginar todo eso? El rubio se dejó caer hacia atrás, como todavía estaba en la cama, sus codos lo sostuvieron sobre las sábanas. Estaba pasmado. Las cosas tenían mucho más sentido y encajaban bien sabiendo la verdad sobre el asunto de Entidades.
Todos esos pensamientos caían sobre su cuerpo como un pesado balde de agua fría. Entenderlo era empaparse con la verdad, con la fría sensación de recibir la noticia de que quince días habían bastado para que Jin, alguien a quien él creía conocer muy bien, volcase todo su mundo en una sola persona: Taehyung. Se sentía disgustado, tal y como cuando alguien se moja por accidente, con el cuerpo temblando y los músculos contraídos. Justo como se sintió al salir del fondo de la piscina con Jungkook en brazos.
Entre tanta pesadez, lo golpeó una idea alarmante: Él estaba enamorado del Seokjin que subió al tren, no del que despertó hospitalizado.
Sí. Del Jin que sonreía a diario, que los fines de semana tenía "citas" con alguno de sus ligues, y se permitía presumirlos sabiéndose un chico atractivo. El que cuidaba de las pertenencias de Namjoon, y estaba atento a que Jimin y él comiesen bien para poder concentrarse en sus clases. El que iba a visitarlo y a despertarlo por las mañanas. El chico que podía divertirse y permitirse quedarse hasta tarde, pero que se esmeraba por asistir a clases sin faltar. El muchacho alegre y algo despreocupado que veía la vida sin demasiadas complicaciones. El que amaba nadar. Que se movía con velocidad bajo el agua, y que en ciertas ocasiones el frío le dejaba los labios morados, pero no le impedía sonreír. Ése Seokjin.
Ése Seokjin estaba ahora sepultado bajo uno nuevo. Uno que de pronto se volvía tímido en presencia de los demás, que evitaba las multitudes y que parecía constantemente estresado por algo. El que tenía marcas en su rostro, dificultad para caminar, y que había renunciado casi por completo a su antigua vida social. Jin se aisló. De sus amigos de natación, de sus muchos ligues casuales, y de sus compañeros de clase. Jin se aisló de todo el mundo, incluso de Jimin. Incluso de Namjoon.
—Oh Dios... —el rubio se cubrió el rostro. ¿Era posible que una persona lograse cambiar tanto en apenas dos semanas?... ¿O era más bien producto de todo el estrés post-traumático?
O quizás se debía a alguna consecuencia provocada por amor.
Jimin sintió ganas de llorar. Por fin comprendía que jamás lograría enamorar a su querido hyung, y que su querido hyung, en realidad, ya no era la persona de la que se había enamorado.
Jin ya no era el muchacho popular de sonrisa perfecta que se paseaba por el campus arrancando suspiros. Ya no era el que encaraba a los chicos en un bar, ni el que optaba por sexo casual de vez en cuando. Su vida había cambiado drásticamente, junto con su personalidad.
Bien, ¿y quién era él para juzgarlo? Quizás ahora Seokjin prefería los sitios solitarios, pasar su día cuidando a un gato, y le bastaba con tener el amor de su novio. No había nada malo en ello... simplemente... no era lo que le atraía a Jimin.
Quizás él también había cambiado después del accidente. Antes, tenía una novia bonita y un presente medianamente estable. Ahora, era un desastre andante que dudaba de su sexualidad, y que sentía que había perdido el rumbo. Luego, miró de reojo a Jungkook. Él estaba peor.
De hecho, la vida de Jungkook también había cambiado. Incluso la de Taehyung resultó afectada. Jimin comprendió que todos habían sufrido, en mayor o menor medida, una transformación a raíz de ese horrible incidente que dejó un gran número de heridos y muertos.
Si a eso le sumaba algo sobre quince días viviendo en una realidad paralela, todo se volvía más complejo.
Jungkook lo miraba con insistencia. El pobre tonto ni siquiera se preocupaba la mitad de eso por sí mismo, pero lo hacía por él. Jimin se limpió el rostro.
—¿Estás bien?
—Sí, lo estoy —contestó —. Uhm... creo que... si tú no fuiste el que provocó ese accidente, entonces no deberías culparte tanto.
—No sé por qué tuvo que ocurrir eso. Yo no fui, pero lo que pasó después, sí, y me arruinó la vida.
—Hacer lo que hiciste te salvó la vida —contrapuso el mayor.
—No. Me la arruinó —insistió Jungkook—. Traté de protegerme y de proteger a Taehyung en cuanto lo encontré allí, siendo tan golpeado por las circunstancias de su vida. Y luego... cuando quise hacer lo mismo aquí, terminamos peleados.
—¿Por qué crees que Taehyung no recuerda nada sobre lo que pasó? Debes tener alguna suposición...
—¿Qué cosa te puso tan triste de repente? —desvió el tema.
—Nada —Jimin negó con la cabeza en un gesto rápido. Después, suspiró y jugó un momento con sus manos—. Creo que algunos le llaman "madurar" —musitó—. Pienso que todavía debo madurar en muchos aspectos... —concluyó. Jungkook no se mostraba demasiado convencido tras escuchar esa explicación—. Ahora dime —continuó—. ¿Por qué crees que Taehyung se olvidó de todo lo que hiciste por él?
—Por culpa de esa dimensión. O de la Entidad.
—¿Cuál Entidad? ¿No se supone que ustedes dos eran los únicos raros?
—Hablo de la Entidad que acompañaba a Seokjin. Él recibió ayuda, probablemente de esos seres que fueron los que hablaron conmigo el día de mi despertar. El sujeto que acompañaba a Seokjin era una Entidad, y lo ayudó a volver. Estoy seguro.
—Más despacio, más despacio —se quejó Jimin—. Déjame ordenarme de nuevo. El tren choca, tú intentas salvarte y accidentalmente creas un Mundo Paralelo, todos teníamos vidas diferentes, pero como usaste a Jin, él y tú eran los mismos, ¿y al volver había un tercer sujeto?
—No, no —negó Jungkook. Se acercó a Jimin y otra vez estaban lado a lado sobre la cama—. El tercer sujeto apareció en el Mundo Paralelo, era una Entidad. Se acercó a Seokjin, y solamente él y yo podíamos verlo y oírlo. Nadie más podía comunicarse con él, pero... —tragó saliva—. D-de alguna forma pasé desapercibido porque nunca intentaron capturarme estando allí.
—¿Por qué dices eso?
—Porque de otro modo, probablemente ya me habrían hecho algo. Y sigo aquí —Jimin permaneció pensativo—. Estoy seguro de que si lo hubieran sabido, yo no estaría aquí ahora. No lo dejarían pasar.
—¿Y si son tan "estrictos" por qué no te atraparon en su momento?
Jungkook tragó duro.
—Por Taehyung.
—¿Eh?, ¿Por él?
—Desde donde yo lo veo es así: Los dos sabíamos que éramos Entidades, el tren choca, luego Tae gana una vida nueva siendo un humano, y al volver... olvida que es una Entidad. Ellos le hicieron algo. Pr-probablemente pensaron que él había sido el culpable.
—Jungkook... —Jimin sabía que eso tenía sentido, ¿pero era posible?
—Piénsalo —dijo el menor, jugando nerviosamente con sus manos—. La única "consecuencia" que hubo fue que Taehyung olvidase todo. Todo lo vinculado a que es una Entidad, y a los momentos que pasamos juntos a partir de eso. Él no olvidó nada más de su vida, sólo eso. Creo que pasó porque cometieron un error. Y por eso mismo, Taehyung tuvo que olvidar que es justo como yo.
—Bueno... es probable. Lo has pensado muy bien, ¿no?
—Llevo pensando en todo esto desde que ocurrió. Y al no tener con quién hablarlo, le he dado vueltas y vueltas hasta tratar de descifrarlo. Me da ansiedad —admitió, comenzando a morderse las uñas, un hábito que últimamente repetía a todas horas.
—No hagas eso —Jimin le dio un manotazo brusco tras comprobar que tenía rastros de piel como escamas y un par de heridas levemente visibles—. Supongamos que tienes razón en todo. Que Jin tuvo ayuda, que esos Seres no sabían lo tuyo, y que tomaron a Taehyung como responsable. ¿Eso qué tiene que ver con que haya perdido la memoria y que ahora tú estés en peligro?
—Pues, eso, básicamente —contestó el menor—. Si Tae no fue llevado con ellos y sigue aquí, es porque descubrieron que no era el verdadero culpable. ¿Entiendes?... Lo que se traduce en que están buscándolo, y no creo que tarden demasiado en averiguar que fui yo. Yo... Cerré los ojos y me concentré en hallar una salida —le contó—. Cuando vi un camino, Tae estaba conmigo, pero él estaba dormido. Yo lo guie conmigo hacia la salida. Después de eso, regresé a este Mundo. Al punto en donde el tren acababa de accidentarse y toda la gente corría y gritaba...
—Aguarda, si Taehyung y tú "volvieron" al mismo tiempo, ¿cómo puedes asegurar que lo tomaron a él como culpable?
—No lo sé. No es una teoría perfecta, tiene huecos. Como un trozo de queso —comparó—. No entiendo esa parte porque, como bien dijiste, ellos "devolvieron" a Taehyung, sólo que sin recuerdos. Y no estoy seguro de que Taehyung les haya dicho que fui yo. Falta algo en medio y no sé qué es —mordió sus labios, preocupado.
—Jungkook, escucha —Jimin se acercó un poco más a él—. Hiciste algo que se salió de control.
—Claro que lo sé. Aún si no fue intencional, aún si me llevé la carga más pesada, yo lo sé —admitió cabizbajo, con un claro tono de amargura en la voz—. Nunca creí que pasaría algo así.
Estaba claro que todo había resultado en un gigantesco problema. Jungkook se preguntó qué tipo de consecuencias a escala dimensional produjo su Mundo Alterno.
—Yo sólo pensé en vivir.
Pero a qué costo.
Los quince días que vivió como novio de Jimin fueron bellos, pero también estresantes. Y los que tuvo al regresar no fueron mejores. Sí, seguía vivo, y conservaba su cuerpo y sus recuerdos... pero no había nada más además de eso.
—¿Qué tan malo es lo que esos Seres quieren hacerte? —le preguntó Jimin.
—Supongo que me llevarán con ellos. Pero yo no quiero ir —se abrazó a sí mismo—. Yo soy Jungkook. Quiero vivir como Jungkook —declaró con firmeza—. Y también morir como Jungkook.
El rubio sintió compasión. Ahora que tenía toda la historia completa, podía entender mucho mejor el estrés al que Jeon estaba sometido. Mientras Jungkook volvía a encogerse abrazándose las piernas, él distinguió el miedo y la preocupación llegando a las esquinas de esos grandes ojos.
Jungkook había cometido un error, correcto. Pero fue involuntario, y en realidad, ni siquiera se benefició demasiado de sus propios poderes. Jimin ahora podía entender porqué estaba tan decidido a dejarse morir en vez de renunciar a su persona y entregarse como una oveja al matadero. Probablemente vivir eternamente en un sitio desconocido y sin recuerdos era mucho peor a la muerte.
El mayor se frotó los ojos y suspiró. Aunque intentaba hallar algún modo, no encontraba solución alguna que pudiese ofrecerle. De hecho, él siendo nada más que un simple ser humano, no podía hacer nada por Jungkook.
Aunque...
—Entonces, ya te has rendido por completo...
Jungkook asomó su mirada húmeda para buscar a Jimin.
—No tengo más opción.
—¿De verdad piensas eso? —Jeon lo miró con duda—. Ya lo has hecho una vez. ¿Qué te impide hacerlo de nuevo?
—¿Qué cosa?
—Crear un Mundo Nuevo.
Jungkook parpadeó dos veces, estaba anonadado.
—¿Te burlas de mí? —preguntó incrédulo.
—¿Qué?
—¡Te burlas de mí! —exclamó ahora, molesto—. ¿Piensas que puedo hacer algo así con sólo chasquear mis dedos o qué? —se puso de pie, perdiendo la compostura—. ¡¡No puedo controlarlo!!
—De acuerdo, de acuerdo, lo siento —se disculpó el mayor, levantando las manos en rendición. Vio que Kook suspiraba y volvía a serenarse—. Solamente creí... Creí que quizás podrías intentar protegerte haciéndolo de nuevo.
—¡Un nudo no se desata con más nudos, Park! —Jungkook volvió a enfadarse—. Demonios, piensa un poco.
—Ya. Perdona por no ser un experto en lo de tu problema multidimensional —contestó de mala gana al tiempo que se encogía de hombros.
Jeon comenzó a caminar de un extremo de la habitación a otro mientras se frotaba el rostro de arriba abajo con una mano. Jimin subió las piernas a la cama y esta vez fue él quien se abrazó las rodillas, pensativo. Los dos permanecieron en silencio un momento.
—Quizás Taehyung pueda ayudarte.
—¿Disculpa? —Jungkook se detuvo.
—Que Taehyung quizás pueda hacer algo por ti. Él es un bicho raro aunque lo haya olvidado, ¿no?
—No me creerá —respondió el menor resoplando una risa—. Ya no somos amigos, y él no tiene idea de todo lo que vivimos después de enterarnos que éramos iguales, ni de todo lo que pasó en ese Mundo Nuevo.
—¿Y si Jin ya se lo dijo? —Jimin parecía molesto ante esa suposición, pero lo dijo igualmente.
—¿Crees que le diría algo tan descabellado como que vivió quince días en un Mundo Paralelo? —preguntó escéptico.
—Te recuerdo que de alguna forma logró enamorarlo. Yo mismo fui testigo de cómo el imbécil de Taehyung lo rechazaba todo el tiempo, pero las últimas veces, ambos... —bajó la mirada, malhumorado—. Ambos se veían igual de enamorados.
—La última vez que lo vi me dijo algo como que había aprendido sobre el amor, pero no por mí —recordó Jungkook—. Y estaban juntos en ese restaurante el otro día... —de pronto, su mente lo llevó al momento exacto en el que Jimin y él los cruzaron en medio de la calle, en aquella esquina en la que Jin y Tae compartían una mesa en el exterior. Jin estaba sentado de espaldas, sumamente inmerso en la conversación. Cuando Taehyung vio que Jimin y Jeon se acercaban, simplemente los ignoró. Jimin y Jungkook hicieron lo mismo, continuando su marcha tranquila sin detenerse.
Jungkook pudo ver claramente la simétrica sonrisa de Tae mientras sus ojos mieles se centraban en Seokjin. Taehyung estaba bien, era feliz, y lucía auténticamente enamorado de su novio. El rubito delgado que amaba con su alma a Seokjin vivía dedicándole ese tipo de expresiones, y Jungkook las recordaba muy bien.
—Antes de que nos distanciáramos, Tae me contaba que Seokjin actuaba extraño —le dijo a Jimin—. Decía que se comportaba demasiado atento y cariñoso sin motivos, y que la situación le incomodaba mucho.
—Eso ya es pasado.
—Lo sé. Está claro que ahora sienten algo mutuo. Eso no es malo —reconoció Jeon—. Pero no estoy tan seguro de que Seokjin pudiese contarle toda la verdad a Tae. Además, no bastaría sólo con eso. Taehyung debería creerle.
—Tú acabas de contarme todo esto y aunque no puedas mostrarme pruebas, te creo —dijo Jimin, con intención—. ¿Por qué dudas de que Taehyung pudiese creerle? Ellos son novios.
—Es alguien bastante escéptico —respondió el menor—, pero entiendo tu punto. Si lo que dijiste es cierto, entonces Taehyung ya debería estar al tanto de todo. Bueno, casi todo —agachó la cabeza en un gesto de tristeza—. Él olvidó el pacto que hicimos. Prometimos ayudarnos y vivir como humanos comunes... ahora él no lo recuerda.
—¿Cómo estás tan seguro?, ¿Se lo preguntaste o qué?
—De hecho, lo hice. Le pregunté por el pacto, pero Taehyung no tenía idea de qué estaba hablándole, eso terminó por confirmar mis sospechas. Lo ha olvidado todo, y aunque Jin se lo contase, Tae todavía no recuerda lo que él y yo pactamos. Ahora es inútil.
—No creo que sea inútil del todo —opinó Jimin—. Si Jin recuerda lo mismo que tú, él debió contarle lo que pasó en ese Mundo. Dijiste que tú trataste de ayudar a Taehyung igual que aquí, ¿cierto?
—¿Por qué piensas que Seokjin le hablaría bien de mí? —Jungkook no dejaba de sorprenderse de la buena opinión que Jimin siempre tenía sobre el castaño.
—Jin hyung es una persona honesta. Quizás ustedes no se lleven del todo bien, pero él no mentiría sobre eso. Además, se supone que no sabe que tú fuiste el culpable.
Kook lo miró haciendo una mueca. Él no estaba tan seguro.
—Bien, asumiendo que estás en lo cierto, otra vez, dudo mucho que Taehyung quiera ayudarme. No lo haría. No lo hará.
—Yo casi no lo conozco, eras tú quien se besuqueaba con él sin ser más que amigos —le dijo Jimin.
—Auch —comentó frotándose un brazo—. Si no te conociera diría que eso sonó como un reproche —lo miró de reojo.
—¿Dije algo falso? —se defendió el mayor.
—No.
—Bien. Entonces, por más que haya olvidado todo eso sobre ustedes siendo el mismo tipo de Ser extraño, él recuerda que lo cuidaste y lo mimabas mientras eran amigos.
—Eso ya no le importa.
—Bueno, no me sorprende. Es un malagradecido.
—No, no lo es. Yo le dije algo que lo hirió mucho —admitió Kook.
—No sé que haya sido eso, pero vamos. Decir cosas hirientes no se compara con acciones, y tú lo cuidaste como por un mes entero. ¿Cómo pudo olvidar todo eso sólo por un par de palabras de una discusión? Las personas no decimos cosas lindas en medio de una pelea.
Jungkook sonrió. No podía justificar sus palabras hacia Tae, pero Jimin era la primera persona en defenderlo a él.
—Y dices que incluso cuidaste de él en el Mundo Paralelo —continuó el rubio—, ¿Qué le pasaba?
—Estaba enfermo. No tenía ni la mitad de las cosas materiales que tiene aquí, y había intentado suicidarse dos veces.
Jimin asintió con la cabeza.
—Ya veo. Imagino que de haber podido controlarlo, no le habrías dado una vida así. Y por ser tu amigo, le ayudaste —pensó en voz alta—. Como yo lo veo, Taehyung no merecía ni la mitad de las cosas que hiciste por él —decidió—. Podría devolver algo de todo eso dándote su ayuda. Te lo debe.
—No creo que él piense lo mismo.
—No pretendo que vayas a rogarle. De alguna forma siento que esto depende fuertemente de Jin hyung. Si él le dio su opinión sobre ti, eso debería ser suficiente para que Taehyung recapacite. Sé que es terco, pero creo que podría escucharlo a él.
—¿Entonces tu idea es que vaya a rogarle a Seokjin?
—¿Lo odias?
—No. Nunca me interesó demasiado, honestamente... Pero de alguna forma lo envidio —reconoció—. Lo último que Taehyung me dijo antes de nuestra gran pelea fue que Seokjin lo ponía nervioso. Que le molestaba quedarse congelado cada vez que se le acercaba demasiado y no sabía muy bien cómo responderle —luego, sonrió con algo de melancolía—. Yo le aconsejé que le dijese a Jin que dejara de hacerlo, y que si, por el contrario, le gustaba recibir su atención, que lo dejase estar. Él estaba tan confundido... pobre corderito.
—¡Ja! es la primera vez que escucho que alguien como Taehyung puede parecer un cordero. Déjate de tonterías.
—Taehyung tiene un lado vulnerable y pequeño que lo hace lucir como un corderito. Lo que sucede es que tú no lo conoces lo suficiente —lo defendió Jeon.
—A mí no me interesa conocerlo, estoy bien así —Jimin elevó el mentón hacia el techo y cerró los ojos, con actitud desinteresada.
—No pensabas eso en el Mundo Nuevo. De hecho, ahora que lo recuerdo, tú defendías mucho a Taehyung —dijo, frunciendo el ceño.
—See, claro —se burló el rubio sonriendo.
—Lo digo en serio. Ustedes se llevaban bien, eran como amigos.
—La única explicación para eso es que sea efectivamente en un Mundo Paralelo —resolvió Jimin.
—¿No tienes curiosidad de saber por qué se llevaban bien? —sugirió Jungkook con aire de inocencia, llevando los brazos tras la espalda.
—Creo que lo entendí. Dijiste que tu y yo éramos novios —finalmente, bajó las piernas hasta dejar la planta de los pies sobre el suelo, y miró a su acompañante fijamente—. Felicidades. Imagino que tu mayor logro en ese sitio fue que yo fuese tu novio.
Jungkook asintió con la cabeza y una repentina actitud que mostraba algo de timidez.
—Yo pensé en vivir. Vivir para ser capaz de lograr todas las cosas que quería —todavía estaba de pie a unos metros de la cama, y le sostuvo la mirada al mayor—. Una de esas, era que tu y yo fuésemos novios. En medio de todo el pánico que experimenté, pude ver tu rostro, y deseé con todas mis fuerzas ser capaz de verte una vez más. Con vida.
Jimin notó ese característico brillo iluminar los ojos oscuros de Jungkook, e inmediatamente pensó que era mágico verlos cobrar vida después de haberlos visto derramar tantas lágrimas.
—Jeon, estás-
—¿Loco?, ¿Jodido? —interrumpió—. Ya lo sé. Por ti —declaró—. Y en realidad, aunque no quiera dejar de existir, puedo decir que fui muy feliz contigo... y quizás eso sea más de lo que puedo pedirle a la vida.
Jimin bajó la mirada y negó con la cabeza.
—No tienes que volverme a mí lo mejor de tu vida. Hay más que eso —respondió.
—El amor es la fuerza más poderosa del universo... eso dicen, lo escuché en algún sitio —Jimin no contestó, ni tampoco fue capaz de volver a mirarlo de forma directa—. Admito que intenté enamorarte de nuevo, justo como lo hizo Seokjin con Taehyung. La diferencia es que Jin lo logró, y yo no —maldición, ponerlo en voz alta sí que era doloroso.
Ahora lo entendía. Jimin finalmente pudo ver todo en su debido contexto. Era inevitable recordar cómo Jungkook, que primeramente parecía huir de él, poco a poco fue ganando confianza hasta volverse un insolente descarado que robó la llave de su hogar, se mantuvo cerca sin su consentimiento y actuó insistente siendo un pesado. Jimin comprendió que Jungkook estuvo intentando recuperarlo. Jungkook no era un acosador, era un sujeto desesperado, justo igual que Seokjin. Eran como un reflejo el uno del otro, con la diferencia de que Jin sí había conquistado nuevamente a Taehyung. El rubio tuvo escalofríos al pensar en eso. Seokjin también había actuado como loco, cometiendo acciones impropias de él y arremetiendo contra el espacio de Tae. Insistiendo, insistiendo. Insistiendo hasta conseguirlo... Entonces, si el amor de Jin por Taehyung era completamente sincero, el que decía sentir Jungkook por él....
Jungkook notó que Jimin lucía bastante contrariado. En realidad, no lo había dicho con intención de hacerlo sentir así.
—Pero lo acepto —se apresuró a añadir después de tragar para fortalecer el tono en su voz—. Después de todo, estoy ahora mismo aquí contigo porque me permitiste acercarme. Y también... me diste algunos besos —recordó en una leve carcajada, intentando no mostrarse muy afectado.
—Jungkook... —el mayor logró reunir coraje para volver a enfrentar su mirada.
—Ahora que finalmente lo sabes todo, quizás puedas entenderme mejor —le dijo, con un nudo en la garganta—. Sé que todavía estoy a tiempo de resolver esto a mí manera. Es lo que haré.
Realmente esperaba que Jimin lo entendiera.
—T-todas mis locuras, mis momentos más decadentes y más extraños eran por esta carga tan pesada. Uhm- he hecho lo mejor que pude para no involucrar a nadie más, y por mostrarme como un ser humano normal... o medianamente normal —reconoció. Tuvo que volver a tragar duro—. De alguna forma todo resultó así. Ya no hay vuelta atrás así que... por eso será mejor que me marche.
En silencio, se limpió rápidamente la punta de la nariz con el dorso de la mano. Se agachó para amarrar sus agujetas una vez más, y luego salió del cuarto en busca de su ropa, ya que todavía vestía la de Jimin.
El rubio se quedó inmóvil. Oyó el sonido de la puerta de la lavadora en un cuarto contiguo. Poco después, Jungkook volvió vestido con la misma ropa de antes, ahora limpia y seca.
—Las dejaré aquí —el menor dejó las prendas de Jimin dobladas sobre un mueble—. Oye... —le echó un vistazo y notó que parecía un poco fuera de sí, sentado en la cama sin haberse movido en lo absoluto—. Jimin —lo llamó. El rubio no respondió, tampoco lo miró de vuelta—. Yo, uhm, gracias. Solo gracias. Por todo.
Ante su falta de respuesta, Jungkook decidió que tenía que irse de una vez. Era lo mejor. El pobre Jimin había hecho ya demasiado por él. Kook volteó y caminó dos pasos, cuando...
—Espera.
Jungkook sintió que el corazón le saltaba hasta la garganta tras escucharlo. Estuvo a punto de salir de la habitación. El silencio pesado que se instaló en el ambiente le recorrió toda la espalda, sintiéndose incapaz de voltear.
¿Eso realmente acababa de pasar?, ¿Era el mil-veces-soñado momento en el que Jimin finalmente lo aceptaba? Las esquinas de sus ojos se inundaron, no podía contener la emoción.
Jungkook lo oyó levantarse de la cama. Luego, algunos pasos le indicaron que el rubio estaba acercándose.
De pronto regresó a la realidad Real. No, Jimin no podía enamorarse de él sólo por haberle confesado todo. Simplemente estaba tratando de ser amable. Jimin era una persona amable y muy empática con los sentimientos de los demás. Eso era todo.
Jimin realizó un gesto suave tomándole una mano y tirando levemente de su brazo.
—No te vayas —susurró—. Acabo de decidir algo... —y con cuidado, giró al menor hasta que los dos estuvieron frente a frente.
Como era de esperarse, los ojos oscuros de Jungkook estaban empapados de nuevo. Parecía que realmente estaba sorprendido por esa acción de Jimin.
Era lógico que se mostrara afectado, pensó el mayor.
—Yo te ayudaré —declaró, al tiempo que se permitía sujetarle las manos con las suyas—. Estoy convencido de que existe alguna manera, Jungkook, y no tienes que morir, ni desaparecer. Vamos a resolverlo, ¿de acuerdo?
Jungkook quiso retraerse pero Jimin lo sujetó con un poco más de fuerza. La respuesta del pelinegro fue un quejido sollozante.
—P-pero n-no hay-
—Ya verás que sí —lo interrumpió el mayor, fortaleciendo su agarre—. Hay solución. Estoy seguro.
Que se lo dijera con tanta convicción la persona que él más quería ponía sus rodillas a temblar. Cuando creía haber perdido toda esperanza, la determinación en los ojos de Jimin parecía imponerse sobre toda la incertidumbre y la angustia. Jungkook sabía que tenía que ser fuerte, y que no podía permitirse flaquear en el punto en el que estaba.
Pero lo amaba. Amaba a Park Jimin.
Con el corazón entre eufórico y aterrado, le sostuvo la mirada como pudo. Estuvo días, semanas enteras pasando por estrés y preocupación, y sabiendo que toda la situación sonaba como un disparate, optó por tratar de solucionarlo por su cuenta. Llegó a la conclusión de que no tenía forma de acabar bien, pero ahora Jimin le extendía una mano.
¿Y si él estaba en lo cierto?, ¿Y si todavía tenía forma de lidiar con su situación?
—No temas. Lo resolveremos juntos —le dijo el rubio, regalándole una sonrisa amable.
Jungkook dudó. Sentía que el mundo para él había acabado, pero al mismo tiempo, su mundo estaba justo frente a él.
—Vamos, ven — Jimin extendió los brazos para recibirlo.
Jungkook de inmediato se refugió en ese abrazo con todas sus fuerzas.
Se aferró a Jimin.
A su vida.
♦♦♦♦♦♦♦
🤧
Bueno, este capítulo me trajo muchas emociones. ¡¡Gracias por leer personitas bellas!!
Me disculpo por las extensas semanas sin actualizar, pero este fic ya tiene su final listo, solo tiene que plasmarse en palabras y publicarse, je
Bueno entre otras cosas, quiero empezar el nuevo fic TaejinKook antes de que se termine el año. Tae será Rey, Jin un espía y JK el segundo al mando de Tae. También estoy esperando el single de Jinnie♥, y listísima para mi maratón de Run BTS! porque se van al servicio, pero sé que el tiempo se va a pasar rápido y aquí esperaré.
De paso voy juntando $$ xd
¡Buena semana! :)
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