~ 07 ~
—¿Dices que te compró este piso y el mismo día te confesó que tú le gustabas? —exclamó Suga con sorpresa, frunciendo el ceño—. ¿¡Estás mal de la cabeza o qué!? —se dirigió ahora a Seokjin—. Ahora entiendo mejor lo de la deuda eterna.
15:07 PM
Tanto él como Seokjin y Taehyung seguían en el departamento. Continuaban su conversación mencionando los últimos acontecimientos y poniéndose al día. Era como el reencuentro de un grupo de amigos que no se veía desde hace mucho.
—No es una deuda eterna —replicó Seokjin—. Uhm, no con la inmobiliaria al menos —se encogió de hombros restándole importancia. Estaba cómodamente sentado de piernas cruzadas en el sofá azul, Tae estaba a su lado y Yoongi estaba en el sofá rojo. En medio, una mesa pequeña contenía dos tazas humeantes de café y té.
—¿Entonces a quién le debes?, ¿Al banco? Eso es mucho peor. De haber estado aquí habríamos hecho las cosas de modo diferente.
—El dinero va y vuelve. Saldaremos la deuda, ya lo verás —dijo sin preocupación.
—Sí, y yo pondré la mayor parte, como debe ser.
—¿Ah sí?, ¿Cómo lo harás? —quiso saber Yoongi. Tenía curiosidad por la afirmación tan contundente que acababa de hacer Taehyung.
—Porque ahora tengo dinero, como Jinnie —resaltó.
—Déjame adivinar, ¿lo ganaste en un juego de apuestas?
—No. Pero hace poco me reencontré con mi familia biológica. Mi padre y mi hermana... más bien, solo mi hermana. Ellos tienen una buena posición económica, y por ser su primogénito tengo derecho a parte de la herencia familiar —le contó.
Los ojos de Suga se abrieron con sorpresa.
—¿Así que ahora eres millonario?
—No, tampoco es exactamente así...
—Bueno, recuerdo algo sobre que vivías en el campo así que tener herencia suena mucho mejor.
—No es tan agradable como suena —acotó Seokjin, mirando a su novio con una mezcla de pena y admiración—. Tae no lo ha tenido nada fácil, sobre todo estos últimos meses.
—Pero dijiste que estaba sano —replicó Yoongi, con el ceño fruncido.
—Lo estoy. No tengo ninguna enfermedad crónica... o debería decir... ¿estupidez? —sonrió con algo de vergüenza.
—La estupidez puede ser crónica, sí —aceptó el guía.
—No digas eso tesoro —Seokjin se aproximó lo suficiente hasta que dejó una mano sobre la del menor.
—Uhm, para resumirlo, llevo muchos años tomando malas decisiones... y eso trajo sus consecuencias —Tae aferró su mano derecha a la izquierda de Seokjin, con cariño.
Yoongi meditó esa respuesta antes de responder.
—¿Como la de no tener información sobre tus padres biológicos?
—Sí, podría decirse que sí.
—Oh, vaya —el guía cambió su expresión por una más seria—. Lamento oír eso. A veces la vida es dura.
—Por suerte Jin apareció en la mía —sonrió Tae, tratando de aligerar el ambiente—. Se comportó como un acosador, y se endeudó comprando este piso... pero hizo todo eso y más por amor.
—Ahora comprendo mejor. Si un loco hiciese algo así por mí, le habría puesto una perimetral. Comienzo a entender lo de tus malas decisiones, dejaste que Jin se mantuviera a tu alrededor hasta que caíste completamente por él —se burló Suga, cruzándose de brazos con media sonrisa.
—Es Kim Seokjin, no iba a poder escapar de sus encantos —mientras decía eso, le acarició el mentón unos segundos—. Al final logró enamorarme.
—Dime algo. Si tuvieras que evaluar lo difícil que fue enamorarlo del 1 al 10, ¿qué nota le darías, campeón? —le preguntó a Jin.
—Creo que un seis —contestó el castaño luego de pensarlo un momento—. Tae es bastante terco, y al principio no me aceptaba en lo absoluto.
—De hecho no, pero en mi defensa todos eran prejuicios por su pésima reputación en la universidad —dijo Taehyung.
—¿De qué reputación pésima hablas?, es buen estudiante, es guapo y además tiene dinero. ¿Qué podría tener de malo eso? —inquirió Yoongi.
—Que es un promiscuo que se acostó con medio campus —Jin se puso rojo al instante, sus orejas especialmente.
—B-bueno, nunca fui amante de las relaciones serias y largas, hasta que te conocí —lo miró pestañeando rápido varias veces, en un gesto inocente.
—¡Ohh!... No recuerdo que mencionaras eso en el Mundo Alterno, mi estimada anomalía. Un rompecorazones.
—Yo diría más bien un rompe-traseros.
—¡¡Taehyung!! —Jin se soltó de su agarre y dio un grito escandalizado. Yoongi largó una carcajada.
—¡¡Es la verdad!!
—¡C-claro que no! ¡Lo estás exagerando todo!
—Jin, el pasado es pasado pero no podemos borrarlo y lo sabes bien.
—¡Al menos deja de hacerme quedar tan mal delante de Yoongi! —el guía los miraba con diversión.
—Puedo confirmar que Jin es adicto al sexo, tuve que ser testigo en el Mundo Alterno, para mi desgracia.
—¿Lo ves? ¡Incluso él lo sabe!
—¡¡¡Ya basta!!! —Seokjin se cubrió el rostro, muerto de pena—. ¡¡Detesto cuando los dos se unen y se ponen en mi contra!!
—Sí, tengámosle piedad. Entonces, tenía una reputación de ser el rompe-traseros de la universidad y ¿por eso no te caía bien?
—No, no —Tae agitó las manos en el aire—. El problema era que Jin estaba interesado en Jungkook.
—¡¡Es cierto, ya recuerdo!! —dijo Suga con entusiasmo—. Cuando se cruzó con Jimin y Jungkook la primera vez, se deprimió mucho al verlos juntos. Luego me dijo que ésa era la razón.
—¿Te lo dije?, no lo recordaba —admitió el mayor con sinceridad, llevando una mano a su mentón.
—Sí, pero ese enamoramiento te duró muy poco —opinó Suga.
—Pues aquí, el Mundo Real, él quería a Jungkook para sus cochinadas. Jungkook era mi mejor amigo, y yo me sentía atraído por él.
Suga escupió.
—¿Dices que a ti también te gustaba Jungkook?
—Ajá —asintió Tae—. En realidad éramos buenos amigos, pero después del accidente nos volvimos más cercanos y éste baboso lo miraba mucho, eso me enfurecía. ¡Auch!, ¡Hey!
—No me digas baboso —lo reprendió Jin después de darle un pequeño golpe en el brazo.
—Pero no miento, tú babeabas por Jungkook, Seokjin. ¡Era tan desesperante!
—Me lo puedo imaginar —acotó Suga—, ¿Y luego?
—Luego —Taehyung volvió a mirar a Yoongi—, podrías decir que como a ambos nos interesaba el mismo idiota, nos odiábamos. Aunque bueno... en realidad creo que Jin nunca se fijó mucho en mí...
—Nop, yo sí que te odiaba —dijo despreocupado.
—Eso también puedo confirmarlo. Pero todo cambió después del beso que le diste en su departamento, cuando te vio por primera vez siendo Taehyung-su-novio-granjero-rubio.
—Oh, leí sobre eso en el diario —recordó Tae—. Aguarda, ¿entonces me odiabas? ¡Nunca antes me dijiste eso! —se horrorizó.
—¿Qué esperabas? Lo que se interponía entre Jungkook y yo eras nada más y nada menos que tú.
—De enemigos a amantes. Digo de una película, claro que sí —comentó Yoongi con intención.
—¿Estás diciendo que si no hubieses sido una anomalía y yo no hubiese sido tu novio, nunca te habrías enamorado de mí?
—No lo sé, pero sé que en ese momento de mi vida me parecías insoportable.
—¡Tú también me parecías insoportable!
—Escuchar esto es muy gracioso, continúen —Yoon hizo un gesto leve con la mano.
—¿Así que me veías como un obstáculo? ¡Qué interesante! —bufó Taehyung, de mal humor.
—¿Piensas decir que tú no me mirabas del mismo modo? No mientas.
—No, en realidad no. Porque Jungkook no tenía ojos para ti, mi verdadero rival siempre fue Jimin. Tú, en el fondo, me dabas lástima.
—Auch —dijo Yoongi.
—¿Cómo puedes decir eso cuando tú eras el más cercano a él y ni así le interesabas?
—¡Uhh! —ahora, Suga se sobó un brazo fingiendo sentir esas palabras como un golpe.
—¿Cómo estás tan seguro de lo que dices? —replicó Tae—. Yo y él éramos mucho más que simples amigos.
—¿Y qué?, ¿Alguna vez correspondió a tus sentimientos con sinceridad?
—¡Uff, golpe bajo!
—N-No —Tae tartamudeó con enojo.
—Ahí lo tienes —le dijo Jin, con suficiencia—. Ahora que lo mencionamos, ni siquiera sé por qué demonios me interesé en él. Supongo que porque tenía ese aire de joven inexperto e inocente.
—¿Lo querías en serio?, ¿o sólo para una de tus noches de acción? —quiso saber Taehyung.
—Para una noche, claro. Era lo único que buscaba en ese entonces —admitió Seokjin.
—Siempre lo supe —resopló con resignación—. Sólo querías divertirte con él.
—Pues... suena mal si lo dices así, supongo.
—¿Estabas al tanto de que su última relación fue abusiva y terminó en la corte?
—No.
—Yo tampoco sabía eso —interrumpió Suga, asombrado.
—Su ex novio lo golpeaba, fue durante la secundaria en su ciudad natal. Lo manipulaba, lo humillaba, y todo lo que ese tipo de relaciones conllevan... La pasó muy mal, era muy introvertido y solitario al principio. Por suerte logró salir de ese círculo vicioso y tuvo apoyo de su familia. Luego nos hicimos amigos.
—Uhm... —de pronto el ambiente cambió—, ¿Puedo saber por qué es que estabas tan enamorado de él? —preguntó Seokjin—. Entiendo lo de su amistad, pero...
—¿De Jungkook? —Tae bajó un poco la vista—. No lo sé. Creo que fue porque se trataba de la persona con la que más tiempo pasaba. Y se preocupaba por mí. Mi psicólogo dice que fui carente de muchas cosas en mi niñez, y una de ellas fue la atención. Jungkook siempre me dio eso: atención.
—Es similar a la respuesta espejo —dijo Yoongi—. Quizás te enamoraste de él porque estaba dándote algo que habías olvidado cómo se sentía. Me interesa saber si realmente fue un buen amigo para ti —admitió. Jin miró a su novio con atención, esperando su respuesta.
—Supongo, pero no estoy totalmente seguro.
—Porque déjame decirte que, en el Mundo Alterno, sí que lo fue.
Taehyung tuvo un sentimiento de culpa tras oír eso.
—Sí —continuó Jin—. Al principio no entendía por qué se acercaba tanto a ti si se suponía que no te conocía en lo más mínimo... pero luego de saber que él también conservaba sus recuerdos, todo su comportamiento es mucho más lógico. También celaba mucho a Jimin.
—En el hospital mencionaste que Jimin resultó estar enamorado de Jin —Suga se dirigió a Taehyung—, ¿es posible que Jungkook ya supiera sobre eso? porque entonces... incluso ese comportamiento excesivamente posesivo y dependiente tendría sentido —mencionó.
—Uhm... Bueno, de hecho, él decía que Jimin miraba demasiado a Seokjin. Quizás lo creía, no lo sé —Suga y Seokjin intercambiaron miradas.
—Vaya... pobre tonto. Es una Entidad lista, pero con la reducción de sus habilidades en esta dimensión, imagino que no pudo crear mejores condiciones, ni siquiera para él mismo. No estoy defendiéndolo ni nada —aclaró Suga, suspirando—. Esto demuestra nuevamente lo acorralado que estaba y lo precipitado que fue al definir solo un par de condiciones.
—¿Dices que si fuera una Entidad mas poderosa lo habría hecho de modo diferente? —preguntó Tae.
—Es difícil decirlo. Pero... estaba en medio de una situación límite. Eso es como darle el volante de un camión a un niño de nueve años en medio de la carretera. Hizo lo que pudo con lo que tenía y lo que sabía, ni más ni menos —explicó Yoongi.
—Hizo de mi vida un cúmulo de llantos y estrés durante esos quince días. Pude llegar a suicidarme y entonces todo había acabado —dijo Seokjin.
—¿Podrías haber hecho eso incluso siendo la anomalía? —le preguntó Taehyung.
—Sí. Si la anomalía decide suicidarse, la ruptura se repara. Seokjin era, de alguna forma, el nexo entre ambas Realidades —explicó el guía—. De haberse suicidado, la discontinuidad hubiera desaparecido. Pero Jin ya no formaría parte de este universo, ni de ningún otro.
El rostro de Tae palideció.
—¿Alguna vez pasó algo así?
—Sí. ¿Crees que experimentar algo como eso es sencillo? Despertar en una Realidad Alterna no es nada fácil. Muchos enloquecen, o quedan trastornados de por vida. Algunos simplemente deciden no enfrentarlo. Como le dije a Seokjin, representa un porcentaje dentro de las causas de suicidio en todo el Mundo.
—Oh... —Taehyung se mostró preocupado—. Yoongi, ¿me podrías recordar qué es exactamente una situación límite? Mencionaste lo del camión siendo conducido por un niño...
—Veamos, ¿Alguna vez has oído sobre los súper-humanos?
—¿Eh?
—Bueno, tal vez no sea un término tan popular como imagino. Se dice que cuando nos vemos en una situación de elevado estrés, nuestro cuerpo reacciona como si fuésemos "super-humanos". En realidad, es producto de, por ejemplo, niveles muy elevados de adrenalina y otras sustancias —explicó—. Un hombre logró correr trescientos metros hasta el hospital luego de recibir un disparo porque estaba escapando de un asalto, una mujer logró levantar seis veces su propio peso cuando su mascota quedó atrapada bajo una máquina de pesas en su casa, y un niño escaló un muro de casi dos metros para huir de un perro.
—Oh...
—Todas esas son comúnmente denominadas "situaciones límites" —dijo, usando sus dedos para hacer énfasis en las comillas—. Los humanos realmente poseemos la fuerza, la rapidez y la habilidad suficiente como para hacer cosas que parecen imposibles, pero sólo cuando estamos bajo peligro.
—¿Eso se aplica también a las Entidades? —preguntó Seokjin.
—Sí. En el caso de las Entidades, se trata de un esfuerzo más bien vinculado a la capacidad mental, algo que pueden hacer diariamente sólo si están en la dimensión de La Central —aclaró—. Jungkook, posiblemente asustado de que su vida estuviese en peligro, trató de pensar en alguna forma de escapar. Eso dio como resultado que "resolviera" el problema creando un Mundo Alterno.
—Eso es lo que no comprendo —el interés de Tae volvió a crecer—. ¿Cómo pudo hacerlo?, Y si ya lo hizo una vez... ¿Podría volver a hacerlo si quisiera?
—Mis superiores sostienen que Jungkook pudo crear el Mundo Alterno por tres razones —les indicó usando sus índices—. La primera: es un Ser del Continuo. La segunda: Descubrió cómo hacerlo porque estaba en una situación límite, y la tercera: disponía de alguien de su entorno para usar como anomalía.
—¿Entonces, si yo quisiera, podría hacer lo mismo?
—Deberían darse esas tres razones y, sí, quizás podrías hacerlo también —opinó Yoongi.
—Ya entiendo. Entonces no es como pensé... Creí que Jungkook podía crear el Mundo Alterno en cualquier momento simplemente usando su voluntad, pero no es así.
—No. De hecho, aunque todos soñamos con nuestro propio "Mundo Ideal" difícilmente pueda romperse el entramado espacio-tiempo por nada más que un fuerte deseo. No obstante, como les conté ayer, Jungkook definió unos pocos parámetros, lo demás fue consecuencia de que Jin fuese la anomalía, y todo el resto fueron condiciones aleatorias.
—Ya me parecía que no era posible que fuésemos tan poderosos...
—En realidad, es peligroso porque ustedes, Seres del Continuo, no pueden controlarlo. Jungkook jamás tuvo el control total sobre el Mundo Alterno, ni sobre cómo ni cuándo lo creó. Pudo haber sido incluso peor, pero por fortuna no lo fue.
—Eso es un insulto a todos los días de calvario que tuve que soportar —respondió Seokjin, ofendido—. Si bien me enamoré y tuve buenos momentos, la mayoría fueron terribles, y tú lo sabes.
—Lo sé, lo sé —Suga alzó las manos en señal de rendición—. No te sientas mal, pero la Agencia está conforme con que solo una persona haya padecido las consecuencias en lugar de toda una dimensión —Jin parpadeó dos veces, incrédulo.
—Deberían darme más crédito. Soy una anomalía histórica, ¡yo sacrifico mi salud mental por todas las cosas buenas que voy a dejarles!
—No son humanos, Seokjin. Son Entidades, no esperes mucho de ellos. Y por si acaso lo olvidaste, fuiste la excepción a la regla más de una vez. La prueba más importante de eso es la presencia de tu querido novio en este Mundo.
Enseguida, el castaño se abrazó a su novio.
—Taehyung se queda conmigo.
—Ya lo veremos —replicó Suga, de brazos cruzados.
—¡No!, No te atrevas a jugar con eso. Taehyung no se irá a ninguna parte, ¿me escuchaste? —sentenció con firmeza.
—Eso ya no depende de mí, Seokjin —Yoongi dio media vuelta y estiró los brazos, desinteresado—. Mientras cumplamos con La Agencia, todo seguirá como hasta ahora.
Tae tragó con fuerza. El asunto le preocupaba bastante porque tampoco tenía intenciones de dejar la dimensión en la que vivía siendo el novio de Jin.
—Uhm... Disculpa Yoongi —el nombrado volteó a mirarlo—. Si lo que dijiste es cierto entonces... ¿Jungkook hizo todo esto sin saberlo?
—¿"Sin saberlo"? Claro que no. Jungkook siempre supo lo que estaba haciendo.
—Pero sus intenciones no eran... malas, ¿o sí? —preguntó algo temeroso.
—No lo sé. ¿Es malo salvarse a uno mismo sin medir las consecuencias que puedan afectar a todos los demás? —contrapuso el guía.
Taehyung bajó la mirada y meditó esa pregunta en silencio.
—Todos somos egoístas —comentó Seokjin, quien todavía abrazaba a Tae con cariño—. Se supone que es la naturaleza humana.
—Ése es el punto. Un humano común siendo egoísta es un problema, pero una Entidad egoísta, capaz de alterar Realidades y manipular los planos temporales... es un problema mucho mayor.
Los novios se miraron con una mezcla de entre preocupación y resignación.
Por supuesto que lo entendían.
Si bien Jeon Jungkook supo lo que hacía y por qué, lo utilizó como instinto de supervivencia. Quizás nunca fue su deseo crear problemas o una discontinuidad, pero igualmente lo hizo. El argumento de Suga era claro. Las razones de porqué Jeon representaba un peligro para la humanidad en sí, era evidente.
Tae se sentía asustado. Tenía que hacer aquella pregunta incómoda que tenía en la punta de la lengua, pero que Jin odiaría escuchar.
—Si ese es el caso... —murmuró—. Yo también tengo potencial para ser un problema mayor, ¿no es así? Porque aunque lo olvidé, sigo siendo un Ser del Continuo —Seokjin lo miró con angustia—, ¿Qué opina La Agencia de eso, Yoongi?
—Sí, así es —admitió Suga.
—¡¡P-pero-!! —gritó Seokjin. Tae levantó una mano como gesto para que no interrumpiera.
—Adelante, puedes explicárnoslo —el menor se dirigió a Suga una vez más.
—Representas una bomba, Taehyung. La analogía puede ser chocante, lo sé, pero eso eres —obedeció Yoongi—. Puedes detonar, o puedes no hacerlo nunca. Nadie puede predecir el futuro, así que no es posible asegurar que vayas a hacer una de las dos y no la otra.
—Ya veo —comentó cabizbajo—. ¿Y no les preocupa?
—Claro que sí. Pero están dispuestos a correr el riesgo... siempre y cuando un Ser del Continuo permanezca allí como miembro fijo.
—Si yo también represento un peligro, ¿Por qué sólo se interesan por Jungkook?
—Por la misma razón por la que él "detonó" y no tú —respondió el guía.
—¿Estás diciendo que él puede serles... más útil?
—En cierto modo —aceptó Suga.
—¿Y aún así, si Jungkook va, están dispuestos a dejarme permanecer aquí siendo una bomba?
—Sí. Sólo serás un problema si detonas —se encogió de hombros—. Si no lo haces, no tendrás de qué preocuparte.
—Pero mencionaste que Jungkook no lo controló, que no podía controlarse —dijo Seokjin, alarmado.
—En efecto —ante la mirada desconcertada de la pareja, añadió—. La Agencia cumplirá con parte del trato original, que era que Taehyung pudiese vivir "como un humano normal". En ningún momento se dijo que lo sería.
—¿Acaso n-no hay forma de que deje de ser un Ser del Continuo? ¡Debe haber alguna manera! —se desesperó Seokjin.
—Lo siento. Taehyung olvidó todo lo vinculado a eso y a su despertar, pero nunca dejará de ser una Entidad. No fue capturado porque yo acepté ser un Auxiliar de redifinición.
—Dijiste que si no "detonaba" todo estaría bien... ¿Qué pasará si en algún momento lo hace?
Suga suspiró.
—La Agencia intervendrá, desde luego. Es probable que se lo lleven, como buscan hacerlo ahora con Jeon Jungkook. Taehyung podrá permanecer aquí siempre y cuando se comporte como lo haría un ser humano común y corriente —explicó—. Si no lo hace, entonces-
—¡¡Tú jamás mencionaste eso!! —Seokjin se puso de pie, perdiendo la compostura—. ¿Cómo es que lo mencionas recién ahora? ¡¿Se puede saber por qué nunca antes te molestaste en decirnos algo así?!
—Veamos, déjame pensar —Yoongi puso los ojos en blanco—. ¡Ah, ya lo recuerdo! ¡¡Porque morí en el momento en el que desconectaste mi cuerpo del respirador!! Claaaro, lo había olvidado —comentó con sarcasmo.
—P-pero s-se supone que eso no era así —contestó Seokjin—. Ellos debían dejar en paz a Taehyung, ¡dejarlo vivir y ya!
—Es lo que han hecho todo este tiempo —dijo Yoongi, como si fuese obvio—. Tu novio pudo desvanecerse a tu regreso, pero no fue así porque La Agencia no lo capturó. Mientras tanto, yo estaba desempeñando mis funciones como Auxiliar, hasta que me citaron para explicarme la situación que había ocurrido con Jungkook y comencé a trabajar con Namjoon —cuando notó que Jin continuaba enmudecido, se molestó—. Déjame ver si entiendo. Le di a tu novio mi existencia para que tú tuvieses otra oportunidad de encontrarlo y enamorarlo... ¿y ahora me dices que te parece poco?
Taehyung los miró con preocupación. Él sabía perfectamente que Yoongi les había dado todo lo que estuvo a su alcance, pero Jin lo hacía ver como si no hubiese sido gran cosa.
—Jinnie —lo llamó, estirando un brazo para hacer que volviese a sentarse y se calmara.
—No es lo que quise decir —se apresuró a contestar Seokjin—. Yo sé lo que hiciste por nosotros. Pero intenta entenderme tú a mí. ¡Siempre tienen condiciones! ¡Y ya sé que nada es gratis y todo lo demás! Pero-
—Si no te agrada, puedes enviar a Taehyung en lugar de Jungkook y problema solucionado.
—Eso jamás ocurrirá. ¿¡Quisieras dejar de hacer eso!? —le gritó Seokjin a Suga.
—Eres demasiado pretencioso, amigo. Deberías estar feliz de poder moverte por tu cuenta, de conservar tus sentidos, tu mente y a tu amado. Pero no, aquí estás otra vez, quejándote de lo desafortunado que eres por no recibir todo en bandeja de plata y simplificado —lo regañó el guía—. Despierta, Seokjin. Estás en el mundo real, deja de lloriquear como un niño.
—Cielo... —la voz suave de Tae acompañó su gesto de acomodarle el cabello tras una oreja. Jin respiraba agitado con la mandíbula tensa y los puños cerrados, mirando al suelo.
—Me preocupa que después de todo lo que pasó, Tae pueda desvanecerse como si nada, ¿¡Por qué no lo entiendes!? —gritó, exasperado—. ¿Cómo podría yo protegerlo si alguien de La Agencia viene a llevárselo?
—Nadie vendrá por él si no hace nada extraño.
—¡¡Pero no puede controlarlo!! —respondió Seokjin, suspirando enseguida para tratar de calmarse—. Me estás dando la solución y el problema a la vez. Ya entendí que mientras se comporte como un humano, todo estará bien, pero al mismo tiempo dices que no es posible que controle esos poderes que tiene por ser una Entidad. ¿¡Entonces qué!?
—Ruega porque tu novio nunca se encuentre en una situación límite que lo obligue a crear un Mundo Alterno.
—¡Eso y decirme que lo mantenga dentro de una caja de cristal es lo mismo! ¡¿Quisieras ser serio de una vez?! Maldita sea.
Taehyung los miraba con angustia.
—Por favor, no peleen. No vale la pena.
—¿Cómo esperas que yo te de la solución? —replicó Suga, ignorando a Taehyung—. ¡Ya te lo dije! Es lo único que puede hacer: mantenerse tal y como hasta ahora, por el resto de su vida.
—Suga... —Seokjin volvió a apretar los puños, usando un tono poco amable.
—Es la verdad, Seokjin. Es así como son las cosas —sentenció—. Mira el lado bueno, nunca, con lo compleja que ha sido su vida, ha hecho algo como crear un Mundo Alterno. ¡Bien!, ¡Pues que siga así! —señaló a Tae con ambos brazos—. ¿Quieres más consejos?: Que evite el estrés, el peligro, y todo lo que pueda provocarle preocupación excesiva.
—La vida no es así. No es como si pudiésemos erradicar eso por completo, aún si lo quisiéramos de verdad —dijo el mayor, contrariado.
—Bueno, al menos ahora está al tanto del potencial que tiene. Jungkook nunca tuvo esa advertencia —hizo notar—, quizás, de haberlo sabido nada de esto hubiese ocurrido, quién sabe.
—Está bien, lo entendí —habló Taehyung—. Lo entiendo. Si es así como deben ser las cosas, entonces lo acepto. S-supongo que no puedo prometer que conservaré la calma, pero lo intentaré —afirmó—. Además... creo que ya he pasado por muchas situaciones límites antes, y nada malo ocurrió.
—Tae... —Jin lo miró con dolor.
—Está bien, cielo —le tomó las manos con afecto, antes de dejarle un beso sobre el dorso—. Esta vez es mi responsabilidad. Suga y tú ya han hecho demasiado, ¿no lo crees?
—¿Cómo esperas que viva sabiendo que puedes dejar de existir de un momento a otro? N-no puedo ni siquiera pensarlo —sus ojos grises se aguaron.
—Ejem —carraspeó Yoongi—. Déjame decirte que así es como todos vivimos la vida: sabiendo que puede desvanecerse en un instante. Lo que sucede es que lo olvidamos.
—Hey, tiene razón —aprobó Taehyung, tomando consciencia de las palabras de Suga.
Seokjin se quedó pensativo un momento.
En realidad, tenía sentido. Todos estaban, en todo momento, expuestos a peligros y a la misma muerte en sí. Tae no solo podía perder la vida por ser capturado por La Agencia, en realidad, él ya estaba expuesto a morir en un asalto, en un accidente, por enfermedad, o por cualquier otra causa, justo como el resto de mortales.
—Si todos viviésemos siendo conscientes de que podemos morir en cualquier momento, seríamos unos paranoicos asustados de vivir —sonrió Yoongi, ante la ironía de sus propias palabras. Miró a Jin y ladeó la cabeza—. ¿Comprendes, Jinnie? —se burló.
Taehyung contuvo una carcajada.
—Sí. Comprendo —respondió el castaño.
—Bien. Entonces no te molestes conmigo.
Contrario a lo que esperaba el guía, Jin se disculpó cabizbajo.
—Lo siento.
Pensó que seguía siendo el mismo muchacho impulsivo y enamorado que había conocido en el Mundo Alterno. Suga suspiró.
—De acuerdo, está olvidado —resolvió. De nada servía que crearan una enemistad en el punto en el que estaban—. Ahora es mi turno, soy yo quien quiere respuestas. Por cierto, ¿qué hora es?
—Casi tres y media —respondió Taehyung—. Uhm, ¿debes marcharte en media hora sí o sí?
—Debería sí —asintió Suga—. Tratemos de hacerlo rápido, de todos modos podemos volver a reunirnos cualquier otro día.
—¿Qué cosa quieres saber? —le preguntó el de ojos mieles, dispuesto a contestar sus preguntas.
—B-bueno... son cosas más bien relativas a mi vida. ¿Cómo se supone que morí?, ¿qué paso con mi familia?... ¿y qué hay del gato que vivía aquí con ustedes?
Tae y Jin se miraron un momento.
—Uhm, yo responderé —inició Seokjin—. Como bien sabes, la principal causa de tu muerte fue asfixia. N-no quise buscar mucha información al respecto, pero supe que salió en algunos periódicos como un "extraño incidente" ocurrido en Daegu —explicó—. Las autoridades del hospital no declararon nada de modo oficial.
—¿Y qué hicieron mis padres? —preguntó Yoongi, interesado—. En La Central me informaron sobre algunas cosas sin entrar en detalles.
Jin bajó la mirada. No quería preguntar si su guía sabía sobre la muerte de su madre, pensó que saberlo lo destrozaría.
—B-bueno... No iniciaron acciones legales, si es eso a lo que te refieres...
—¿No? —preguntó Suga, confundido—. Juraría que mi madre no los hubiese dejado en paz ni por un segundo...
—Suga, de hecho tu madre... —Seokjin sintió una mano de Taehyung presionándole el hombro en señal de apoyo. Sabía que tenía que decírselo. Reunió coraje, y sin ser capaz de mirarlo a los ojos, añadió—. Tu madre ya falleció. Ella... estaba muy enferma y muy triste. Tu padre y tu hermano no pudieron hacer nada para ayudarla, lo siento mucho.
La expresión de Yoongi se quedó congelada unos breves instantes. Luego, sus ojos oscuros y pequeños mostraron un leve reflejo cristalino, y él tomó aire, desviando la mirada hacia un lado. Colocó los brazos tras la espalda, y suspiró.
—Oh, vaya... no lo sabía —declaró, era evidente que estaba afectado por la noticia.
—También lo lamento, Yoongi —comentó Taehyung.
El guía asintió despacio con la cabeza, todavía parecía perdido en sus pensamientos.
—Tu padre nos contó que ella quedó muy afectada después de tu accidente. D-dijo que la perdieron el mismo día que te perdieron a ti, porque aunque se esforzaron por ayudarla, ella no quería ayuda —continuó el de ojos grisáceos—. I-imagino que para una madre, ver a su hijo en el estado en el que tú estabas fue muy duro.
—Era una mujer fuerte —declaró Suga, y luego hizo un movimiento despejándose el rostro—. Pero era débil cuando se trataba de sus hijos. Sólo espero que no haya sufrido demasiado... mi pobre madre. Saber que yo fui la causa de su depresión me entristece mucho. Tienes razón, debió ser demasiado duro para ella tener que verme postrado en una cama sin un pronóstico favorable. Mi pobre madre... —repitió, pensativo.
Para Suga era difícil ser consciente de que su partida había herido a tantas personas, especialmente a sus seres queridos. Tras la muerte, las personas no tienen la oportunidad de ver todo el impacto que dejan en la vida de sus conocidos y familiares. Pero eso era diferente para Suga. Su destino terminó enlazado al de un caso tan particular, que incluso habiendo abandonado su cuerpo físico, se le permitió conectar a la frecuencia del mundo humano una vez más. Lamentablemente, no podía hacer nada para cambiar las cosas.
—¿Y qué hay de mi padre y mi hermano? —preguntó ahora—, ¿Ellos están bien?
—Fuimos a visitarlos unas tres veces, Tae fue conmigo la segunda ocasión —le contó—. Ellos están bien. La ultima vez, tu padre adoptó un perro de la fundación en la que Taehyung es socio. Es un perro de compañía, adulto y muy tranquilo. Lo escogió él mismo —añadió, con tintes de emoción en la voz.
—¿Trabajas en una fundación de animales? —se dirigió al novio de su anomalía.
—No exactamente, más bien soy un socio activo. Es un refugio. Rescatamos animales y los cuidamos para darlos en adopción. Tenemos perros, gatos y también aves y hasta caballos. Es una buena causa. Tu padre accedió a adoptar uno. Recuerdo que era un perro bajito y con pelaje marrón oscuro.
—Le gustan los perros —contestó Suga, con una leve sonrisa.
—Ahora se harán compañía mutuamente. Tu hermano trabaja en un banco y pasa muchas horas fuera de la casa, pero el amiguito que adoptó evitará que se sienta solo —dijo Taehyung.
—Bien, eso es bueno —aprobó el guía. Volvió a suspirar—. Después de todo, la vida continúa, aún con todas las pérdidas dolorosas que uno pueda tener. Mi hermano estaba intentando entrar a trabajar en el banco, es bueno que lo lograse.
—Pues, cuando nos conocimos por primera vez pensó que yo era banquero —le contó Jin.
—Siempre vistes como uno, no lo culpo.
—No siempre —se defendió el mayor—. Seguramente él es quien viste así ahora.
—Eso seguro que sí —sonrió Suga. Jin pensó que era bueno que se alegrara de escuchar las buenas noticias.
—Dime, ¿hay algo que quieras que yo haga por ellos?, ¿o que les diga en tu nombre?
Suga frunció el ceño y luego respondió.
—No lo creo, no —negó con la cabeza—. Dejemos las cosas por la paz, además ya ha pasado bastante tiempo. Me basta con saber que siguen con sus vidas y que están bien. Eso es suficiente.
—De acuerdo —aceptó Seokjin.
—Ahora cuéntenme lo del gato —se relajó un poco, estirando los brazos hacia arriba—. Dijeron que vivía con ustedes, ¿qué le pasó?
—Yoonie.
—Ah, cielo santo —puso los ojos en blanco—. Tenías que llamarlo como yo...
—¡Es que era idéntico a ti! —protestó Jin—. Además tiene sentido porque al final es tu alma reencarnada.
—Yoonie era un lindo gatito blanco de ojos azules —dijo Taehyung.
—¿"Era"?, ¿Murió o qué? —quiso saber, arrugando la nariz—. Déjenme decirles que no me entusiasma saber que mi alma reencarnó en un gato. Además, ¿no se supone que los gatos blancos y de ojos azules son sordos?
—Yoonie no era sordo, pero tampoco era totalmente blanco, tenia una mancha negra pequeña en una de sus patitas —recordó—. Él conoció primero a Tae, y rondaba por este vecindario buscando comida.
—Yo lo alimenté algunas veces porque guardo cosas del refugio y tengo algo de alimento de gatos y perros —explicó el menor—. Aunque le daba comida, no dejaba que yo lo acaricie. Pero cuando vio a Jin, se acercó de inmediato a él.
—Conmigo siempre fue dócil.
—Eso no suena nada como yo —se quejó Suga.
—Bueno, entonces te dará gusto saber que era un presumido y que adoraba dormir en el sofá rojo.
—¿Ah sí? Puedo decir que tenía buen gusto. ¿Era un gato callejero?
—Nunca actuó como si fuese uno —recordó Jin—. Era más bien mimado y perezoso. Además estaba haciendo frío, no podía dejarlo congelarse afuera. Tan pronto lo traje se acomodó en el sofá y se portó bien.
—No me quedó más opción que aceptarlo —añadió Taehyung—. Tenía mucha afinidad con Jinnie, y aunque pusimos anuncios informando que lo habíamos encontrado, nadie lo reclamó.
—Qué extraño. Un gato que vive toda su vida en la calle no debería estar tan cómodo encerrándose de un momento a otro —opinó Suga.
—Yo creo que antes tenía hogar, pero quizás se perdió o lo abandonaron —sugirió Tae—. En fin, comenzó a vivir con nosotros. Y al principio no me quería.
—¿No? —preguntó el guía, divertido.
—Yo tengo la teoría de que no te aceptaba porque tú no me aceptabas a mí. Luego de un tiempo, eso cambió. Además, te defendió cuando pasó lo de Jimin... ¿recuerdas?
—¿Qué cosa hizo Jimin?
—Ese patán —murmuró Tae, molesto—. Se atrevió a venir hasta aquí y besar a Jinnie sin su consentimiento. Después, se burló de mí.
—¡Oh! ¡Cómo se atreve! Le diste su merecido, ¿correcto?
—¡¡Suga!!
—¡Claro que lo hice! —le contó el menor—. Pero Jin se enojó conmigo por golpearlo. Tampoco fue para tanto...
—¡No lo minimices! Dejaste a Jimin con la cara deformada y no parecías querer detenerte. Dios, de solo recordarlo se me revuelve el estómago.
—¡Jimin fue quien se lo buscó! ¿Cómo pudo hacerte eso y luego reírse de mí?
—Tiene razón, Jin. ¿No se supone que sabía que ustedes eran novios? —intervino Yoongi.
—Lo sabía, pero no le importó. Finalmente, Yoonie se puso de mi lado y le gruñó a Seokjin cuando él estaba gritándome.
—Ya comprendo. Es un gato listo, seguramente yo hubiese hecho lo mismo.
—Dejemos eso en el pasado, por favor —Jin suspiró—. No he perdonado a Jimin, desde ese día no hablamos. Y es mejor así.
—Vaya, todo un drama... ¿Qué mas hacía el gato?
—No mucho, dormía casi todo el día. Le gustaba jugar con un ratón de hule y se acostumbró a que los domingos le diera alimento blando, así que cuando no se lo daba, se molestaba. Comenzaba a afilarse las uñas en los muebles y a rasgar las cortinas.
—Criaste a un monstruo, Seokjin —se burló el guía.
—No, era más bueno que malo —lo defendió—. Un día, salimos a pasear y un gigantesco perro se cruzó en nuestro camino. Yoonie se asustó mucho, y tiró del arnés hasta romperlo. Salió huyendo sin detenerse. Yo todavía usaba un bastón, así que me costó trabajo alcanzarlos. Cuando lo hice, el perro estaba mordisqueando el arnés de Yoonie, pero no había rastro de él...
—Maldito perro —comentó Taehyung—. Por su culpa pasamos días muy malos.
—Es del vecino que vive a dos cuadras de aquí —les informó Jin—. Un rottweiler gigante, que según su dueño, detesta a los gatos pero nunca había perseguido así a uno. Él también rompió la correa de su dueño para perseguir a Yoonie. Se disculpó, claro, pero eso no me devolvió a mi gatito.
—¿No te ayudó a buscarlo?
—No. De hecho, cuando todo pasó yo no noté que había un humano con él. Le perdí el rastro luego de que lo alcancé junto al arnés de Yoonie. Resulta que tras todas las calles que corrió detrás de mi gato, se desorientó y su dueño tuvo que comenzar a buscarlo como hice yo con Yoonie. Hablamos recién al tercer día, cuando nos cruzamos en la calle, los dos buscando a nuestras mascotas.
—Oh... ¿Apareció?
—Sí, ambos lo hicieron. El rottweiler era intimidante, pero no era agresivo con las personas. En cuanto a Yoonie, dimos difusión de su extravío con ayuda del refugio. Una chica lo encontró y lo devolvió cuando notó que lo estaban buscando.
—Entonces es un gato con suerte —opinó Suga.
—Mucha suerte, debo decir... ¿Sabes quién lo encontró?
—¿Su antiguo dueño?
—No. Alguien mejor.
—No comprendo.
Tae sonrió sin intervenir. Seguramente le haría feliz saber la noticia.
—Decidimos que lo mejor era dejar que esa chica se lo quede. Yoonie estaba muy feliz con ella... —dijo Jin, con intención. Luego, miró a su guía con insistencia.
Suga le sostuvo la mirada. Hasta que una idea alocada llegó a su mente.
—Espera... ¿Estás diciendo que esa chica..?
—Recuerdas a Mi Suk, ¿no es así?
La expresión de Yoongi pasó de la sorpresa a la alegría y luego a la incredulidad, en solo un par de segundos.
Se llevó una mano a la boca, y luego ambas a la cabeza, como si le costase creerlo.
—¿Dices que Mi Suk se quedó con el gato? —preguntó finalmente. Sus ojos resplandecían con un entusiasmo que fue más que evidente tanto para Jin como para Tae—. ¿Ella está aquí, en Seúl?
—Sí, vive aquí. Fue compañera de trabajo de Tae, y también trabajó como su tutora algunas semanas. Se mudó desde Daegu, vive sola, hace poco consiguió empleo en una academia —mientras las palabras de Jin salían de sus labios, la alegría en el rostro de Suga era cada vez más visible.
—Es- es una locura. Mi Suk se quedó con el gato —comentó, en medio de una risa animada—. Ella está aquí, no puedo creerlo. Ha pasado tanto tiempo...
—Exacto... pero de alguna forma terminó en nuestras vidas. Y si lo piensas, jamás salió de la tuya. Supe que Yoonie debía quedarse a su lado después de verlos juntos —le contó Jin—. Ella era la indicada para él, y él la amaba.
Los labios delgados de Suga temblaron levemente.
—Mi primer y único amor. Es b-bueno saber que está bien, y que también continúa con su vida —comentó, algo sobrellevado.
—Mi Suk es buena profesora. Y aunque tuvo algunas dificultades, está saliendo adelante por su cuenta. Trabaja mucho, y es dedicada —le dijo Taehyung.
—Y a ella sí le gustan los gatos —recordó Suga, sonriendo.
—Sí... —asintió Jin—. Yoonie vive con ella ahora, así que una parte tuya sigue con el amor de tu vida.
—Gracias —el guía simplemente no podía dejar de sonreír. Era una caricia a su alma saber eso tras recibir la noticia de su madre. Al final, no todo era tan terrible.
—Creo que volveré a preguntártelo... ¿hay algo que quieras que yo le diga en tu nombre?, ¿o que haga por ella?
Esta vez, Suga dudó.
Bajó la mirada y no respondió de inmediato.
—¿Sabes?, podemos darle algún mensaje cuando Jin vaya a visitar a Yoonie. Mi Suk le permitió verlo algunas veces a la semana. O incluso puedes venir con nosotros.
—Pero qué dices... —se negó el guía.
—¿Por qué no? No podrá verte, ¿o sí? Pero tú si a ella... Y podemos idear algo para que se lo digas. Creo que no es mala idea, porque tú quieres verla, ¿o me equivoco? —le preguntó Jin—. Mírate, por supuesto que deseas verla.
Suga sonrió con timidez, ya estaba mordiéndose las uñas.
—No creo que deba, no.
—No pasará nada, anímate... Sólo... uhm, te dejaré pensarlo unos días. De todos modos, iré a visitar a Yoonie. Mi Suk me dijo que puedo ir a jugar con él los martes y jueves. Si lo decides, vendrás conmigo también.
—¿Pero para qué?
—¡Para verla! —insistió el castaño—. No es necesario que le digas nada si no lo deseas, pero puedes visitarla.
—No lo sé, Seokjin —contestó nervioso. Era claro que tenía algunas dudas.
—Muy bien, puedes pensarlo y darme tu respuesta después. No tienes que venir si no quieres...
—No creo que les lleve mucho tiempo, y ya que puedes alejarte de Namjoon por cierto periodo, es una buena oportunidad —sugirió Tae.
—No lo sé. Lo pensaré.
—De acuerdo, de acuerdo —aceptó Seokjin. Después, miró a Tae con una sonrisa cómplice.
—Bueno, creo que va siendo hora de que regrese con Namjoon —se recompuso, y luego enfiló hacia la entrada—. Vienen conmigo, ¿cierto? no tengo idea de cómo volver.
—Sí, vamos juntos —le dijo Jin.
En poco tiempo, dejaron las tazas en la cocina y tomaron nuevamente sus abrigos para salir.
Tae notó que no habían hablado casi nada sobre cómo podían capturar a Jungkook, así que decidió preguntarlo durante el viaje en ascensor hasta planta baja.
—Yoongi, ¿cómo se supone que atrapemos a Jungkook y lo llevemos a La Central?
Jin dio un respingo, no había notado que habían olvidado hacer esa pregunta crucial.
—Bueno... deben darse una serie de condiciones muy específicas, tal como cuando se produjo el regreso de Jin a este Mundo —respondió el guía—. Jungkook, primero, debe admitir que él fue el responsable de todo. Sabemos que no lo hará, porque eso es decir básicamente que es culpable, y es lo que ha estado evitando todo este tiempo. Eso nos lleva a la segunda condición: debe estar en lo más parecido a una situación límite, y eso implica un riesgo, por lo que la tercera condición, es que solo puede haber una persona cerca de él cuando esto ocurra.
—¿Eh?, ¿Cómo que una sola persona?
—Debemos crear un escenario donde una persona lo obligue a confesar. El estrés causado por la "pseudo" situación limite, debería bastar para que hablara. Cuando lo haga, La Agencia intervendrá. Es fundamental que confiese de su propia boca lo que hizo, de este modo, tenemos la garantía de que asume la culpa.
—Uhm —Jin tragó saliva—. ¿Eso no es casi como torturarlo?
—Dependerá de él —resolvió Suga—. Si coopera desde el inicio, no debería ser tortuoso. Por el contrario, si intenta escapar, se convertirá en una cacería. No es lo que busca La Central.
—¿Cómo podría escapar? —preguntó Taehyung.
—Aunque no lo creas, lo más probable es que ya tenga la sospecha de que estamos tras él. Sigue siendo una Entidad, así que podemos esperar cualquier cosa de su parte. Por eso debemos hacerlo dentro del tiempo de un mes. Mientras más tiempo le demos, es más probable que ideé algo para salvarse —explicó el guía—. En este momento, debido a que yo estoy aquí, es como que podemos "monitorearlo" hasta cierto punto. Pero no podemos permitir que se escape.
Antes de que pudiesen hacer más preguntas, las puertas metálicas se abrieron y los tres debieron salir.
El camino de regreso hasta donde estaba Namjoon fue más bien silencioso.
♦♦♦
Diez días restaban para finalizar el año.
El frío invierno se volvía cada vez más crudo. La nieve se abarrotaba en las copas de los árboles, los balcones de los edificios, y las calles.
Viernes, 08:43 AM
Taehyung tenía que asistir nuevamente a la corte para declarar sobre el caso del burdel clandestino. Las causas judiciales avanzaban lentamente, y tanto él como sus compañeros tendrían que asistir cuando fuesen llamados a testificar.
A Tae no le gustaba para nada presentarse a ese lugar lleno de abogados, hombres de traje con rostros serios y gente de la prensa, pero sabía que era su deber. Todo, con tal de que sus jefes acabaran tras las rejas.
Ese día, declinó la oferta de Jin de acompañarlo. Prefería que su novio no fuese acosado por periodistas ni estuviese siendo observado por los curiosos como un objeto de exhibición. Lev lo dejó a dos calles del juzgado, y luego él caminó a paso rápido ignorando al tumulto de gente que se abarrotaba en las puertas. Como ya había ocurrido antes, un grupo de periodistas lo acompañaron unos pasos mientras le hacían preguntas como: "¿Ya te has insertado en el mercado laboral?", "¿Qué sientes al saber que tus ex-jefes y ex-clientes pueden acabar en prisión?", "¿Requeriste tratamientos de algún tipo después de abandonar el burdel?".
Su abogado le recomendó evadir a los reporteros y mantener un perfil bajo. De nada le servía dar declaraciones que serían televisadas y transmitidas por diferentes medios.
Después de ingresar, Tae notó que Hyun y su hermana Yumi estaban presentes en la sala. Unique les brindó asistencia legal, así que cada tanto también eran citados por la justicia mientras el caso continuaba abierto.
Yumi sonrió al reconocerlo desde lejos. Tanto ella como su novio vestían formalmente, y los acompañaba un señor de aspecto extranjero que Tae ya había visto en ocasiones anteriores, era su abogado. El de Tae debería llegar en cualquier momento, lo había conseguido por recomendación de su hermana.
La mañana se volvía larga en medio de la lectura de los reportes, expedientes y más papeles que Tae no comprendía. Había un jurado presente formado por doce personas, y tomaban nota de todo lo que pasaba. Él estaba ubicado en una de las filas de asientos donde también estaban Hyun y Yumi, y donde luego se ubicaron dos de sus compañeros: Ja Eah, y Kyunshin. Nunca citaban a todos a la vez, había turnos diferentes para cada grupo.
Revivir el recuerdo de aquella fatídica noche le erizaba los vellos de la nuca.
Era traumático el simple hecho de recordar que le habían colocado una bolsa en la cabeza para impedirle respirar, y que fue golpeado hasta quedar inconsciente. Además, todavía estaba tomando medicación bajo un tratamiento con un neumonólogo como consecuencia de haber inhalado humo por el incendio.
No eran declaraciones específicas sobre esa única noche, sino también sobre el funcionamiento en general del club y del burdel.
Ninguno de los acusados estaba presente en la sala, ellos también eran citados en días particulares, y la mayoría se trasladaban desde prisión al juzgado, y luego de nuevo a las celdas.
No era suficiente. Para Taehyung y el resto de los empleados no bastaba con mantenerlos encerrados temporalmente, querían una condena. Una severa.
Ser el foco mediático del caso que todavía estaba siendo seguido atentamente por los ciudadanos, generaba conflictos como dificultad para encontrar empleo. Tae todavía pensaba presentarse en dos lugares más, porque no hallaba ningún trabajo aún. Estaba decidido a darle ayuda económica a Jin, y necesitaba el dinero para enfrentar sus gastos diarios como el psicólogo y la renta que debía entregarle a su novio.
Cuando la mañana en el juzgado terminó, Tae se quedó conversando un momento con Yumi y Hyun en un rincón de la sala.
—Esto es tan tedioso... —se quejó, estirando el cuello y oyéndolo tronar tras sus orejas.
—Sí, lo es. Pero piénsalo así: es un día menos para que esos bastardos reciban lo que merecen. ¿Cómo has estado? —le preguntó Yumi. Lucía un abrigo claro que tapaba su vestido y tenía un peinado prolijo, con el cabello hacia un lado.
—Bien. Todavía sigo buscando empleo.
—La oferta de Unique sigue en pie —le recordó Hyun—. A tu amigo Min Jae le está yendo bastante bien. Es muy bueno con las computadoras.
—Estudió ingeniería —sonrió Taehyung—. Me alegra saber eso. Sé que será un buen agente. En cuanto a mí, intentaré conseguir algo en una farmacia y luego en un café. Al menos logré conseguir entrevistas ahí.
—Muy bien, felicitaciones —sonrió su hermana, complacida—. Y dime, ¿piensas hacer algo por tu cumpleaños?
—¿Eh?
—¡Anímate! —le dijo entusiasmada—. Deberías dar una fiesta. Es muy bueno que cumplas un año más, puedo ayudarte tanto como lo necesites.
—Lo siento, no sé si estoy de humor para celebraciones —respondió Taehyung, cabizbajo—. Estamos atravesando muchos gastos con Jin, y no quisiera generar más deudas. No pensaba organizar nada, mi prioridad ahora es conseguir trabajo —admitió sinceramente.
Yumi pareció desanimarse, pero lo aceptó. Hyun y ella lo despidieron poco después.
—¿Crees que sospeche algo?
—Nop —Yumi sonrió satisfecha. El plan iba de maravilla, su hermano estaba demasiado ocupado con sus pensamientos como para esperarse una sorpresa así.
Tae caminó de regreso hasta encontrar el coche de Lev y luego regresó a su hogar.
♦♦♦
—Gracias por la comida —Jungkook juntó las palmas de las manos y luego cerró los ojos, haciendo una reverencia leve.
13:08 PM
—Te dije que yo era un gran chef, ¿lo ves? —se regodeó Jimin—. No pienso lavar los platos, eso es tú responsabilidad.
—Ya te oí —respondió Jungkook, comenzando a recoger todo lo que estaba sobre la mesa.
Jimin prácticamente se había mudado a su hogar. Jeon no podía decir que estuviese molesto por eso, pero intentaba no hacerse muchas ilusiones. Jimin seguía siendo solamente un buen amigo. A veces era fastidioso, y otras veces era amable.
En realidad, lo que Jungkook no sabía, era que Jimin procuraba no dejarlo solo mucho tiempo. Todavía temía que Jungkook intentase estupideces. No habían vuelto a hablar del tema, por lo que el mayor esperaba que Jeon en algún momento decidiese contarle todo. Para su sorpresa, Jungkook parecía decidido a no abrir la boca.
—¿Qué quieres hacer ahora?
—¿No dijiste que tenías que viajar de regreso a la casa de tus padres? Faltan apenas diez días para las fiestas de fin de año —recordó el de cabello negro.
—Sí, bueno, no tengo prisa —se excusó Jimin, levantando los hombros con indiferencia. Definitivamente no iba a hacer algo como comprar un boleto sabiendo que Jungkook no estaba estable. Continuó recostado en el suelo mirando al techo—. ¿Qué es lo que vas a hacer tú?
—Supongo que también viajaré a visitar a mi madre —contestó Jungkook desde la cocina. La mitad de sus brazos estaba cubierta de espuma por el detergente.
Jimin supo que no estaría tranquilo sino hasta que lo viese en compañía de su madre.
—¿Cuándo?
—Aún no lo he decidido —admitió.
—¿Cómo es ella?
Jungkook se extrañó ante la pregunta.
—¿Mi madre?
—Sí —Jimin solo quería generar conversación. El silencio que últimamente caracterizaba a Jungkook no le gustaba nada.
—Es bonita —respondió desde donde estaba. Tenía que hablar un poco fuerte para hacerse escuchar por el sonido del agua corriendo en el fregadero—. Y es una persona muy amable.
—O sea, lo opuesto a ti —se burló el mayor.
Jungkook sonrió, pensando que quizás realmente era así. En ese momento, recordó que de no ser por ella, quizás habría saltado de la terraza del edificio cuando tuvo la oportunidad. En aquella ocasión, la voz de su madre lo ayudó a calmarse. Lo bueno de ambas realidades, era que su madre todavía lo amaba.
Quizás ese era el único amor sincero que Jungkook había experimentado en toda su vida.
Terminó de lavar todos los platos y utensilios de cocina, y secó sus manos para luego regresar afuera, donde Jimin estaba recostado cómodamente.
—Estoy seguro de que es una buena madre —comentó el mayor, tras ver que Jungkook lucía otra vez perdido en sus pensamientos. Cuando eso pasaba lo mejor era dejar las bromas de lado.
—Sí. También lo creo —el pelinegro se sentó en otro extremo del salón, abrazándose las rodillas.
—Le dará mucho gusto volver a verte —añadió Jimin, con intención. Jungkook notó el trasfondo de esa frase.
—Créeme, no me haría nada feliz saber que yo le causé tristeza —respondió con honestidad—. Es mi madre. No merece pasar por algo así.
Jimin lo miró irguiéndose como pudo. Luego, decidió sentarse para poder estudiar mejor la expresión de su compañero.
—No le harías algo así, ¿cierto?
—Sé que la lastimaría. Sólo quisiera que no pudiera recordarme, para que no sufriera en lo absoluto.
—Jungkook...
—Me pregunto si eso realmente es posible —comentó dubitativo.
En realidad, se lo habían explicado durante su "despertar". Nadie en aquel mundo lo recordaría si él decidía desaparecer para tomar su rol como Entidad. Sería como si jamás hubiese nacido. No quedaría registro alguno de su presencia.
Pero Jungkook estaba aterrado ante la idea de ser olvidado. Prefería morir, y ser el recuerdo y el luto de los demás antes de que su existencia fuese la nada misma.
Y también prefería morir antes de tomar su lugar como Entidad.
Patético. Ni siquiera por amor a sus seres queridos podía dejar de ser egoísta. Acababa de decir que su querida madre no merecía sufrir su pérdida, pero a la vez sentía que de no hacerlo, él nunca podría decir que existió. Su existencia estaba en el limbo ahora mismo. No había demasiadas opciones. Si aceptaba la muerte, sería recordado con dolor. Y si aceptaba su naturaleza como Ser del Continuo, sería como si no hubiese existido.
No tenía intenciones de herir a nadie, pero no había otra forma de escapar. La única escapatoria era su muerte. Y ni siquiera tenía el coraje como para terminar con todo de una vez.
—Jimin, ¿preferirías recordarme con dolor?... ¿o no haberme conocido en lo absoluto?
—¿Qué dices?
—Cuando algo nos lastima, lo normal es querer erradicarlo por completo, ¿no es así? Arrancarlo de raíz —aclaró—. ¿Me arrancarías de raíz de tu vida si eso te evitase sentir dolor?
Jimin se quedó paralizado un momento, antes de sacudir la cabeza.
—Ya estás de nuevo con esas preguntas extrañas.
—Sólo respóndeme.
—No lo haré —sentenció el mayor—. Te responderé sólo si me dices lo que te está pasando. Debes decírmelo de una vez, Jungkook. ¡Deja de guardártelo todo! ¿Qué ganas haciendo esto? —Jungkook desvió la mirada—. ¡Mírame, vamos! Sé valiente y dime qué es lo que tanto te preocupa. Tendrás que decírmelo en algún momento.
—No gano nada diciéndotelo —apoyó la frente contra las rodillas, escondiendo el rostro—. Nada.
—¿Y qué tal la posibilidad de recibir ayuda? Yo quiero ayudarte, Jungkook —declaró con firmeza—. Pero debes permitírmelo.
—¡No puedes hacer nada! ¿No lo entiendes? —se molestó, descubriéndose y volviendo a mirarlo—. ¿¡Qué más podría querer yo que tu atención, tu tiempo y tu cariño!? ¡Pero eso no sirve de nada! —volvió a decir—. Si tú, el chico de mis sueños pudiese ayudarme, habría buscado tu ayuda desde el principio —luego, se puso de pie apresurado—. Pero no puedes ayudarme. Nadie puede, entiéndelo de una vez.
—Aguarda, espera, ¿a dónde vas? —Jimin se puso de pie enseguida tras verlo dirigirse al perchero donde estaban los abrigos.
—A caminar. No vengas, déjame solo —se colocó la campera y una bufanda, y tan pronto como pudo abrió la puerta principal. Una ventisca helada con algunos copos de nieve le heló la piel del rostro.
—Cómo detesto cuando haces eso —se molestó—. ¡Bien! Quédate solo. Ni creas que voy a rogarte, lo mejor será que regrese a mi hogar. Piérdete por donde quieras, no me importa —bufó. Jimin tomó sus cosas y luego salió por la puerta antes de que Jungkook lo hiciera, dejándolo de pie a un lado.
El corazón se le encogió tras ver al rubio salir tan disgustado. Hubiese querido despedirse de otra manera, y no con una discusión.
Jungkook se tragó las lágrimas y luego cerró con llave. No pensaba volver.
Con la bufanda cubriendo hasta su nariz, guardó las manos en los bolsillos y comenzó a caminar. Estaba nevando con viento de por medio, así que el clima no acompañaba en lo absoluto. Las pisadas de sus zapatos se hundían levemente en la primera capa del manto blanco que cubría todo: automóviles estacionados, arbustos y ramas de los árboles.
El ruido constante del viento molestaba en sus orejas, obligándolo a cubrirse más con la bufanda. Ese mismo viento helado rasgaba parte de sus mejillas y nariz, se sentía cortante.
Había pocas personas caminando bajo una tormenta así, pero el movimiento citadino se mantenía. Las tiendas lucían decorados rojizos, verdes, blancos y dorados. Algunos incluían adornos de papel, de madera o luces. Era una época colorida que no se veía opacada por el frío invierno.
Algunos todavía podían sentir calidez y esperar algo bueno de las fiestas de fin de año.
Jungkook pasó varios minutos deambulando sin rumbo. Pensando en su propia estupidez, y en la ironía de que fuese una criatura con poderes que no le permitían salvarse.
En realidad, creó el Mundo Alterno por miedo a morir. Finalmente, su única herida había sido un corte en el brazo.
La paranoia y el temor lo obligaron a suponer que estaría muerto si permanecía en ese tren. Así que, teniendo la posibilidad de evitarlo, creó un Mundo completamente Nuevo. Un sitio para protegerse, porque nunca tuvo intenciones de dejar de existir.
Y luego, todo se fue al traste.
De haber sabido que sólo terminaría con una herida menor, no hubiese alterado nada. No habría cambiado el curso de las cosas, ni hubiese modificado el universo generando problemas.
Ahora era demasiado tarde.
Jungkook saltó y trepó por la cerca que era un poco más alta que él. Funcionaba como entrada al natatorio de la ciudad. Como era de esperar, nadie estaría nadando en pleno invierno. Tenían piscinas exteriores, y algunas de interior. El lugar estaba completamente vacío. Había un par de carteles de advertencia, porque a veces los niños querían patinar sobre el espejo de agua congelado sin medir las consecuencias. Jungkook comenzó a arrastrar los pies y sus zapatos se deslizaron despacio sobre el hielo. Estaba más sólido de lo que esperaba.
Nunca aprendió a patinar en hielo, pero no era demasiado diferente a hacerlo en la acera de asfalto. La nieve todavía seguía cayendo, empapándole el rostro y parte del cabello. Jungkook se deslizó de un extremo a otro cuidando no perder el equilibrio. La piscina era enorme. Tenía poco más de treinta metros de largo y casi tres metros en la zona de mayor profundidad. Allí era donde él estaba ahora.
Aunque no había seguridad ni personas vigilando, las piscinas interiores estaban resguardadas bajo techo y las puertas estaban cerradas con candado. Sólo había un puesto de seguridad, ahora vacío, a la entrada del natatorio, junto a la cerca que Jungkook había saltado.
Tenía buen equilibrio, y cuando parecía que iba a caer, bastaba con agitar un poco los brazos para encontrar su estabilidad nuevamente. De pronto, comenzó a ganar velocidad y empezó a usar los brazos para impulsarse un poco más, yendo de un extremo a otro. Patinar en hielo era sencillo, se dijo. Estaba pensando que talvez, de haberlo elegido con atención, hubiera podido ser un deportista exitoso dentro del Mundo Nuevo. Quizás su vida sería más emocionante si tuviese que ceñirse a horas exhaustivas de entrenamiento para poder competir.
De un momento a otro, el hielo cedió. La capa blanca, que al principio le pareció demasiado resistente, se desmoronó tragándoselo por completo. Su cuerpo se sumergió en el agua helada y cayó sin atinar a hacer nada más que mover ligeramente los brazos por no percibir el suelo bajo sus zapatos.
Cuando se dio cuenta de que estaba hundiéndose, dejó de luchar. Se concentró en relajarse, y dejó que el peso de la gravedad actuase, guiándolo cada vez más y más abajo. Algunas burbujas escapaban por sus laterales, y él veía como su entorno se llenaba de oscuridad. Se suponía que en algún momento tenía que tocar fondo, pero extrañamente no parecía existir. Bien, se dijo, cayó en el agua fría y moriría antes de poder llegar al suelo.
La presión comenzó a hacer que sus oídos dolieran. Su cuerpo se sentía realmente pesado y su nariz y garganta ardieron. Con las pocas fuerzas que le quedaban, decidió mirar hacia arriba. La luz del día se observaba lejana, en forma de delgados hilos que se alejaban cada vez un poco más, sus ojos sólo distinguían imágenes borrosas.
Eso era lo mejor. Eso era lo que debió hacer desde un principio. Su vida ya no era suya y nunca más lo sería. Prefería desaparecer entre las aguas heladas, y no desvaneciéndose sin dejar rastro.
Trató de mantener sus ojos abiertos tanto como pudo. Y de pronto, una silueta extraña se acercó a él. El sonido del silencio y la calma se desvanecieron. Fue violentamente arrastrado desde las profundidades hacia la superficie, y cuando su rostro estuvo en contacto nuevamente con aire fresco, comenzó a toser.
—Eres un idiota —escuchó que lo insultaban. Con dificultad, enfocó su vista en la persona que acababa de arruinar su suicidio: Jimin.
Jimin tironeó de sus brazos hasta que lo sacó del agua y lo dejó a un costado, mientras se recuperaba.
Jungkook continuaba tosiendo y escupiendo agua, de pronto la nieve volvió a empaparle el rostro y el viento penetrante se sintió incluso más helado que antes.
—¡Mierda, hace frío! —el rubio se puso de pie y se sacudió levemente la rompa empapada, sus dientes comenzaron a castañear—. Rápido, ponte de pie. Si alguien nos ve aquí, tendremos problemas. ¿No me escuchaste? —lo miró con fastidio—. ¡De pie, ahora!
—Debiste dejarme ahí.
—¡Eres un...! —Jimin le dio un golpe en la quijada usando su puño. Jungkook cayó hacia un costado apoyando las manos en el suelo. Sí, probablemente se merecía ese golpe—. ¡Levántate! —le ordenó.
Jungkook también tiritaba a causa del frío. Con dificultad, se limpió los labios y notó que tenía un poco de sangre. Decidió que lo mejor era ocultarla de Jimin, así que se mantuvo con la cabeza baja.
—¡Mírame, Jeon Jungkook! —demandó, todavía de pie frente a él.
Kook estaba algo aturdido y temblaba. Por eso, cuando Jimin lo tomó del cuello con un gesto violento, él tardó un poco en reaccionar.
Y tardó más, después de sentir que los labios del mayor se posaban sobre los suyos.
♦♦♦♦♦♦♦
¡Gracias por leer! Regresó Trust Me por fiiin
Me disculpo por los meses sin publicar, estoy aprendiendo a gestionar mi tiempo mientras me dedico a mi posgrado.
Este capítulo me dio tanto alegría como tristeza por partes mientras lo escribía 🤧🤧 espero que les haya gustado.
Buena semana :)
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