Mía estaba espantosa, tenía las manos temblorosas, el maquillaje corrido y el pelo hecho un desastre.

—Jungkook. —Fué lo primero que dijo, y temiendo lo peor la incité a que continuara. —El... El...

Me paré del sofá con las manos igual o más temblorosas a las de Mía y fuí a la cocina en busca de un poco de té que nos calmara a ambas. No sé por qué pero tengo un mal presentimiento sobre todo esto.

—El ha formado un escándalo en la entrada de mi casa. —Continúa una vez que le entrego la tasa con el líquido dentro. —En mi vida lo había visto tan agresivo y violento. —Toma un sorbo. —Tenías que haberlo visto, lía, estaba como loco, no paraba de preguntar por tí y de exigirme que lo llevara contigo.

—Pero, ¿estás bien? ¿No te hizo daño? —Pregunté sintiendo que el enojo y la furia me sobrepasaban.

<¿¡Cómo es capaz de llegar a tanto!?>

—No te preocupes, estoy bien... Al parecer él te estuvo esperando en la puerta de tu casa como hasta las once y media, y al ver que no llegabas supongo que pensó que estabas allí conmigo. —Toma otro sorbo y me mira con los ojos cristalinos. —La verdadera pesadilla comenzó cuando yo le dije que no estabas allí... La mirada le cambió, lía, se puso a gritarme y a decir maldiciones. Decidí salir cuando comenzó a golpear cosas con mucha fuerza... Yo simplemente me asusté mucho y vine a buscarte por miedo a que me golpeara.

<Esta vez se pasó de la raya>

—No te preocupes, ahora mismo me cambio de ropa, te acompaño a tu casa y voy a enfrentar a Jeon jungkook.

<Esto tiene que acabar sí o sí>