Wildest Dreams (Pt. 4)
ADVERTENCIA: Este capitulo contiene una escena erotica.
Parte 4: Pasión
Había pasado una semana después del incidente de la fiesta. De alguna manera Kath y yo estábamos molestos, no nos hablábamos, no nos mirábamos y si podíamos evitar encontrarnos lo hacíamos. Deje de acompañar a Kath a la escuela y me dedique a trabajar solamente en el rancho.
Hace tres días que la madre de Kath se fue, dijo que tenía que ir a un viaje por negocios. Kath y yo estábamos solos. Extrañaba estar con ella, hablarle, tenerla cerca. Sentí una opresión en mi pecho que no me dejaba estar tranquilo.
Me encontraba trabajando en la parte trasera de la casa, de la nada un portal se abrió y cuando el portal se cerró vi que era el sirviente de Thanos el que lo había atravesado.
—Te dabas aires de grandeza como rey y mírate, estas como un sirviente y nada menos que de un humano.
Gruñí.
—Dime a que has venido.
—Tu tiempo en la tierra se está acortando.
— ¿Cuánto tiempo me queda? —y pensar que desperdicie tiempo estando molesto con Kath.
—Un mes más para terminar de investigar a los humanos.
—Necesito más tiempo.
—Es todo el tiempo que te queda asgardiano.
Camine nervioso por el lugar, un mes, solo un mes me quedaba para estar con Kath. Necesito más tiempo.
— ¿A caso ya te gusto convivir con los humanos?
—Claro que no.
—Un mes asgardiano.
Se abrió el portal y el sirviente entro y el portal se volvió a cerrar. Maldición. ¿Cómo le diré a Kath que me voy? No creo poder dejarla.
— ¿Loki? —Maldición. Era Kath— ¿Qué rayos fue todo eso?
Lentamente me voltee y la vi. Sus ojos abiertos en gran manera y su piel pálida como si hubiera visto un fantasma. Intente acercarme a ella.
—Kath.
—No te me acerques—se alejo unos pasos de mi— ¿Qué era esa cosa? ¿Qué era ese hoyo? ¿Quién eres realmente? —su voz temblaba y las lagrimas se comenzaron a agolpar en sus ojos.
—Katherine déjame explicarte—intente alcanzarla.
— ¡No! ¡Dime ahora que rayos era eso! —en sus ojos había miedo.
—Kath yo… no soy un humano—le dije viéndola a los ojos.
— ¿Qué cosa eres? Dime que no eres como ese monstruo.
—No yo…—suspiro pesadamente—Kath tengo un pasado y una historia larga.
— ¿Qué quieres de mi?
Sería más fácil decirle que no quería de ella, porque la verdad es que yo quería todo con ella.
—Kath no te hare daño—la vi a los ojos y por primera vez deje que desnudara mi alma. Ella me miro profundamente a los ojos. Asintió y ambos entramos a la casa.
Me senté en el sofá que estaba frente la chimenea y Kath avivo un poco el fuego de esta. Cuando termino ella se sentó a mi lado.
—Bien cuéntame todo y dime la verdad.
Suspire pesadamente.
—Bien, si es lo que deseas.
No sé de donde saque fuerzas, pero comencé a contarle mi historia a Kath. Le conté que venía de Asgard, que los nueve mundos de la mitología nórdica existían. Ella hacía preguntas ocasionales y me escuchaba atentamente. Le conté que yo era adoptado, pero no le conté que era un gigante de hielo.
Termine de contarle mi pasado a Kath, no me había dado cuenta de que estuve llorando. Kath pasó sus manos por mis mejillas y seco mis lágrimas con ternura, cerré los ojos dejándome llevar por el cálido tacto de Kath.
—Lamento todo lo que has tenido que pasar—susurro Kath.
Abrí los ojos y ella estaba tan cerca de mí, acaricie una mejilla con el dorso de mi mano, tenía la piel tan suave. Pase un pulgar por sus labios. Ella cerró los ojos y entre abrió los labios. Mi miembro dentro de mi pantalón cobró vida. Tome a Kath del mentón y la acerque a mí. Sentí su aliento chocar con el mío. ¿Qué esto que ella me hace sentir? La deseo pero no es solo eso, la quiero en cuerpo y alma. Quiero que sea mía. Solo mía. Rose mis labios con los de Kath. No podía, ya no podía mas, esta mujer me tenía hechizado en cuerpo y alma. Necesitaba que fuera mía y… yo quería ser suyo. Bese los labios de Kath lenta y tranquilamente, lo saboree con delicadeza. Sus labios sabían mucho mejor que en mis sueños. Kath poso sus manos sobre mis hombros. Puse mi mano en su nuca y enterré mis dedos en sus largos cabellos. Puse una mano en su espalda baja y la atraje más a mí. Ella abrió ligeramente los labios, aquello me dio espacio para meter mi lengua en su boca, saboree con mi lengua cada rincón de su deliciosa boca. La necesitaba más cerca de mí. La tome de la cintura y la puse a horcajadas sobre mí. Kath enterraba sus dedos en mi cabello, mientras yo me dedicaba a acariciar las curvas de su cintura.
Estuvimos así un buen tiempo saboreando nuestros labios y acariciándonos sobre la ropa y debajo de la ropa también. El beso había subido de intensidad. Llego el momento en que la ropa comenzaba a ser estorbosa.
Bese el cuello de Kath, dejando ligeras marcas sobre este, ella suspiraba y soltaba ligeros gemidos de placer. La erección debajo de mi pantalón se hizo notoria y era demasiado dolorosa.
—Te necesito Kath—murmure sobre su cuello.
—También yo Loki—dijo ella perdida en el placer.
Me levante, la tome de la cintura y ella enredo sus piernas en mi cintura para no caer. Subí las escaleras con cuidado, Kath y yo nos seguíamos besando, no tenía las intenciones de soltarle esos labios tan adictivos. Llegamos a mi habitación y abrí la puerta de un punta pie.
Recosté a Kath en la cama con delicadeza. Era una diosa. Me quite la camisa y me sube en Kath apoyándome en los brazos para no aplastarla con mi peso. Comencé a repartir besos en su cuello. Me deshice de la blusa de Kath fácilmente. Me tope con una extraña cosa midgardiana que le sostenía los senos a Kath. No me di tiempo de ver como se quitaba y rompí la simple tela. Baje mis labios hasta los senos de Kath, eran preciosos, los bese y pase mi lengua alrededor de su pezón. Por las barbas de Odín, ella era tan deliciosa. Kath se movía debajo de mí, se retorcía del placer que mis caricias y mi boca provocaban al estar en sus senos. Gemidos un poco más sonoros salieron de la boca de Kath.
Le desabroche el pantalón y se lo quite de un jalón. Bese los labios de Kath y una de mis manos bajo para acariciar la fina tela que cubría su feminidad. Estaba tan húmeda y lista para mí.
Deje los labios de Kath para comenzar a besar su vientre. Mientras más bajaban mis besos, bajaba también la tela que cubría su feminidad. Llegue a la feminidad de Kath y rose mi nariz, ella soltó un jadeo.
—Te deseo Kath—susurre.
Ella contesto con un jadeo, pase mi lengua por su feminidad y la saboree. El coro de sus gemidos me decía que a ella le encantaba lo que le hacía. Kath alcanzo el orgasmo. Levante el rostro y la vi jadeando y respirando agitadamente. Una fina capa de sudor cubría su exquisito cuerpo.
Me quite el pantalón y la trusa midgardiana que cubría mi miembro. Acomode mi erecto miembro en la entrada de ella. Puse una mano cerca de su cabeza. Con la otra mano tome su rodilla y la puse pegada a mi cadera. Entre de una sola y firme estocada. Cerré los ojos al sentir lo caliente y húmeda que estaba. Me quede quieto por un momento, si me movía solo tendría con dos penetraciones para correrme.
Cuando me tranquilice, me comencé a mover sobre ella, comencé lento y tortuoso, los gemidos de Kath se volvieron a escuchar. Le acomode las piernas de Kath en mi cintura, ella las enredo y eso hizo que mis penetraciones fueran más profundas. Teniendo las dos manos libres, apoye ambas manos a cada lado de la cabeza de Kath. Mis penetraciones aumentaron de ritmo, eran duras, secas y certeras. Ambos gemíamos y jadeábamos de placer. Sentí que la feminidad de Kath apretaba mas mi miembro, ella estaba cerca de logra su segundo orgasmo, un gruñido salió de mi garganta al sentir que estaba cerca de correrme.
Dos penetraciones mas y Kath alcanzo su orgasmo, yo quería disfrutar un poco mas de aquello. Di tres estocadas duras y violentas y termine corriéndome.
La mejor noche de mi vida.
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