De un sorbo me termine el liquido ambar de mi vaso de vidrio.
—John traeme otro por favor—le pedí al cantinero.
—¿Igual señor Hiddleston?—pregunto John.
—No, que esta vez sea doble.

Se preguntaran tal vez que hago en un lugar como este, bebiendo alcohol como si fuera agua. Todo empezó hace cinco meses.
Yo vivo en el mismo edificio que mi mejor amiga, ella vive un piso mas arriba que el mio. Ella decidió irse de vacaciones a España por un tiempo.
Todo el tiempo que estuve lejos de ella me sirvio para reflexionar y darme cuenta de algo. Me había enamorado de mi mejor amiga. Había decidido que el día que ella llegara le confesaría mis sentimientos por ella.
El día tan esperado llego; precisamente hace cinco meses, la invite a cenar a su restaurante favorito. Al llegar la vi con un tipo al cual ella me presento como su prometido que había conocido en España.
Aquello fue un golpe bajo, desde aquel día vengo todos las noches a este bar a tratar de ahogar mis penas en el alcohol.
—Aquí tiene señor Hiddleston—dijo John entregandome otro vaso de vidrio.
—Gracias—le di un sorbo y el liquido bajo quemando mi garganta.
Metí mi mano al bolsillo delantero de mi pantalón, saque mi iPhone y marque su numero.
Contestaron al tercer timbrazo.
—¿Bueno?—aun adormilada su voz se oía dulce.
— ___________ —dije arrastrando la lengua dormida por el alcohol.
—¡Tom! ¿Sabes que horas son?—pregunto molesta.
—¿Tarde?
—¡Son las 3 am!
—Perdona mi interrupción...
—Espera... ¿estas borracho?
—Solo un poco—un hipido salio de mis labios—te necesito ahora.
—Voy por ti ¿donde estas?
—En el único bar cerca de nuestro edificio.
—No te muevas.
Colgó, guarde mi iPhone en mi pantalón nuevamente y me termine mi bebida.
A los minutos de haber terminado la llamada ella llego y me llevo a regañadientes.
Me llevo a mi departamento, al entrar me tiro en un sillón.
—¡Estoy harta Thomas! ¡No pienso hacerle mas de tu niñera, más vale que te busques una nueva por que estando casada no voy a andarte cuidando! 
—Sabes que aun así te seguiras preocupando por mi.
—Siempre me preocupo por ti pero me canse de ser tu niñera ademas mañana es mi boda ¿como se te ocurre hacerme esto?
—Lo siento.
—No se te ocurra faltar mañana a mi boda, voy a necesitar a mi mejor amigo a mi lado.
—No pienso ir—dije molesto y ella se puso triste.
—¿Por que?—sus ojos comenzaron a humedecerse.
—Perdona mi dura reacción pero me estas poniendo en la mira pero siendo honesto espero que te des cuenta.
—¿De que?
—Te muestro que soy infeliz para que veas mi verdad.
—¿Cual verdad? Tom cuando estas borracho y quieres hablar como Shakespeare no se te entiende nada.
Me pare molesto y la tome por lo hombros.
—¿No lo ves? ¡No quiero amor si no eres tu! ¡No quiero oír las campanas de boda replicar si no son las de nuestra boda!
—Tom...—murmuro mi nombre.
—Te amo...—sentía las lagrimas quemar mis ojos y correr por mis mejillas.
Tome su rostro entre mis manos y la bese. Beses esos bellos labios rosados. Tenía tanto tiempo deseando que esto pasara y al fin esta pasando. Temía que ella no me respondiera el beso pero cual fue mi gran sorpresa cuando ella comenzó a devolverme el beso. Enredo sus brazos alrededor de mi cuello haciendo el beso mas profundo y dulce. La pegue contra la pared. No me bastaba con un simple beso ella tenía que ser mía y solo mía. Cuando mis manos comenzaron a aventurarse debajo de su blusa ella me detuvo.
—Basta Tom—dijo jadeando por aire y ella comenzó a llorar—mañana me voy a casar con un hombre maravilloso y la verdad me harías un favor si no aparecieras ahí mañana.
Ella salio corriendo y yo no hice nada para detenerla. Sus palabras me había herido en gran manera. Me había dicho que me necesita y después que le haría un favor si no iba ¿que quería decir?
Hace días había dado por perdida a mi mejor amiga, pero ahora estaba seguro de que la había perdido. Perdí a mi mejor amiga y perdí a la mujer de mis sueños.