Tom Hiddleston en tierras salvajes
El sudor bañaba mi piel mientras yo movía mis caderas, me encantaba tenerla debajo de mi escuchar cómo se retorcía de placer y gemía mi nombre. Unas cuantas embestidas más y ella estaba temblando del placer anunciando su orgasmo. Era lo más excelso que había visto en mi vida. Me corrí en su interior y con la respiración entrecortada me acosté a su lado. Ella se giró y puso su mano en su pecho, mis ojos se encontraron con los de ella. Mis ojos delinearon sus rasgos una vez más, lleve mi pulgar a su labio inferior y lo acaricie con delicadeza sintiendo el calor de su agitada respiración rosar mi piel. Necesitaba grabarla en mi mente, eran nuestros últimos días juntos, aún recuerdo cuando nos llamaron para actuar juntos en aquella película.
Era una noche lluviosa, típica de Londres, estaba a punto de irme a dormir cuando Luke, mi represéntate, me llamó a mi celular.
— ¡Lo tienes Tom! ¡Lo tienes! —Gritó al instante en el conteste la llamada.
— ¿Qué es lo que tengo? —pregunte confundido.
— ¡Tienes el papel para "Pasión Salvaje"! —Mis ojos se abrieron por completo al escuchar aquello.
— ¡¿En serio?! ¿Cuándo nos vamos?
—Estoy reservando tu vuelo para este viernes.
Aquella llamada sin saberlo cambio mi vida para siempre, atraje su cálido cuerpo aún más al mío y deje que ella reposara su cabeza en mi pecho, teníamos unas horas antes de volver a ir a grabar, así que podíamos tomar un momento para ir a dormir. Entre sueños recordé la primera vez que la vi.
África, no era la primera vez que visitaba este continente, pero era la primera vez que filmaba una película en dicho continente y eso lo hacía demasiado excitante. Me encontraba dejando mis cosas en mi carpa, hacía un calor de los mil demonios, no estaba acostumbrado a este clima, pero la filmación valía la pena.
— ¡Tom, ven un momento por favor! —gritó el director de la película, salí rápidamente y no podía creer lo que estaba viendo. Junto al director estaba una chica hermosa, un ángel de cabello negro cual noche y ojos como dos relucientes estrellas, ella al verme me sonrió y todo en mí se estremeció. —Ah Tom, ella es Katherine. Hará el papel de Margaret en la película. —la voz del director termino quedando atrás solo repetía su nombre en mi mente "Katherine, Katherine, hermosa Katherine".
— ¡Tom, es hora de grabar! —gritó Luke desde afuera de mi tienda, sin abrir los ojos palpe el lado derecho de la cama pero estaba solo, ella debía haberse ido.
Me levante de la cama y me dispuse a arreglarme para la siguiente toma, eran nuestros últimos días grabando, pronto nos separaríamos y no sabíamos si volveríamos a vernos.
—Muy bien—dijo el director desde su silla—empecemos desde lo dejamos hace unas horas. El momento del rescate. ¡Todos a sus lugares!
Mientras todos nos acomodábamos recuerdo la primera vez que la besé, tristemente fue ante una cámara, pero ese beso no fue para nada fingido.
— ¡Acción! —gritó el director mientras la cámara grababa.
—Margaret—camine hasta ella con paso decidido.
— ¡Jonathan! —dijo Katherine impresionada, ella sabía meterse perfectamente en su papel. — ¿Qué... que haces aquí?
Me detuve hasta que estuve frente a ella y acaricie con dulzura su mejilla, su piel era tan suave, deseaba acariciarla y llenarla de besos.
—No puedo callarlo más, Margaret—dije viéndola con cierta intensidad a los ojos.
— ¿Callar qué? —pregunto ella con grandes ojos abierto.
—De que estoy profundamente enamorado de ti—sin darle la oportunidad de decir algo más, uní mis labios con los de ella, sentí como si algo me quemara por todo el cuerpo, sentí el deseo correr por mi sangre. Sus labios correspondieron de forma apasionada aquel besó. Por un momento olvide todo, solo éramos nosotros dos. Cuando el director gritó "¡corten!" fue que volví a la realidad.
—Bien, se queda—dijo el director, mientras yo cargaba a Katherine en brazos y ambos nos mirábamos fijamente a los ojos. Solo faltaba una última escena y nos iríamos.
Katherine se quedó quita viéndome y después se dio media vuelta para marcharse. Quería ir corriendo detrás de ella pero no podía, había algo demasiado enorme que me lo impedía, pero aun así seguía enamorado de ella. No podía evitarlo, aún recuerdo aquella primera vez que la hice mía.
—Thomas. —gimió ella en mi oído y me estremecí al escucharla, nunca antes mi nombre se había oído tan erótico. Mis manos acariciaban con suavidad aquellas hermosas y perfectas curvas, abrí los ojos para encontrarme con los de ella. Sus ojos brillaban de completo placer y deseo. Aumente el ritmo de sus embestidas y sentí como se entregaba a mí de una manera tan gloriosa.
Después de haber pasado un par de horas entre las sabanas, de juntos descubrir nuestros cuerpos nos encontrábamos descansando en los brazos del otro.
— ¿Tom? —murmuró ella.
— ¿Qué pasa Katherine? —pregunte acariciando la espalda de ella con suavidad.
—Nadie tiene que saber lo que hacemos. —lleve mis manos a su negro cabello y observe como nuestra ropa estaba regada por todo el piso de su habitación.
— ¿Por qué? —pregunte confundido.
—Estoy casada...—murmuró y aquellas dos simples palabras habían derrumbado mi mundo. Me levante de la cama y comencé a vestirme.
—Bueno, nada dura para siempre—Sin decir más salí de su tienda.
Intente dejarla ir después de aquella declaración, pero la verdad es que ya era demasiado tarde, ella se me había metido en la piel, como ninguna otra. Aún recuerdo el gran drama que se armó cuando ella estuvo celosa de una de mis maquillistas.
— ¡Eres un bastardo! —gritó Katherine en su "papel de Margaret"
— ¡Pues bien que te revolcaste con el bastardo! —sentí un golpe directo en mi mejilla, me había dado una cachetada demasiado real, sentí en mi mejilla el escozor del golpe mientras todo el set se quedaba helado.
— ¡Te odio! —gritó y se dio la media vuelta.
— ¡Niña malcriada! —me giré y el director grito "corten".
Estaba tan molesto que patee algo de la utilería y el director vino hacia a mí. Me amonesto e igual lo hizo con Katherine. Antes de volver a hablar tome un tiempo para hablar con ella y resolverlo. Arreglamos aquello y esa misma noche la volvía hacer mía.
Durante tres meses hemos estado amándonos, a lo largo del continente Africano. Aun intentaba acostumbrarme a la idea de que ya no la volvería a ver que ella ya no sería mía, que en realidad nunca fue mía, que solo fue un sueño.
— ¿Tom? —Luke asomó su cabeza. —Está todo listo para la última escena, solo te estamos esperando.
—Iré en un momento—de un cajón saque la mascada que uso Katherine el día que hicimos el vuelo en avión... aun conservaba su delicioso aroma. Con pesadez me levante y fui al set para grabar la última escena.
Era un hermoso atardecer africano, la luz era perfecta, la luz ámbar bañaba a mi ángel de cabello negro de una manera celestial. Ambos nos colocamos en nuestras marcas, listos para el momento.
— ¡Acción! —gritó por última vez el director.
—Es momento de decir adiós, Margaret—la mire a los ojos y había cierta pesadez natural en mis palabras, ya que así era.
—Quédate conmigo—Suplicó ella con ojos llorosos.
—Sabes que no puedo—aparte mi mirada para ver detrás de ella hacia el horizonte.
—Al menos promete... promete que no me olvidaras—sentí un nudo formarse en mi garganta, mi mirada viajo con rapidez a la de ella y sentía mis ojos arder por las lágrimas venideras.
—No te olvidare...—lleve mis manos a su mejilla y la acaricie suavemente—recordare verte parada en tu hermoso vestido y como el atardecer te iluminaba tu rostro angelical—subí mi mano por su mejilla acariciándola con el dorso de mi mano—tus labios rojos—acaricie su labio inferior—y esas hermosas mejillas sonrosadas—tome sus manos entre las mías mientras la veía.
— ¡Jonathan, es hora! —gritó alguien a mis espaldas.
Lentamente comencé a separarme de ella pero ella se aferró a mis manos.
—Si no nos volvemos a ver... di... di que me verás de nuevo en tus sueños más salvajes.
—Ahí nos veremos—Solté sus manos y me di media vuelta para salir del foco de la cámara.
— ¡Corten! —gritó el director—Muy bien, terminamos. ¡Felicidades!
Todos comenzaron a vitorear y celebrar, yo le dirigí una última mirada a Katherine, la verdad es que era mejor despedirse así, no había nada más que decir, ella seguiría con su esposo y no podía cambiar nada.
6 MESES DÉSPUES
Los flashes de las cámaras golpeaban mis ojos, sonreía de manera amable a todas las cámaras que me apuntaban y contestaba una que otra pregunta que hacían los reporteros. Era la noche de pre-estreno de "Pasión Salvaje" después de un largo tiempo volvería a ver a Katherine, aquella mujer que ciertamente solo había vuelto a ver solo en mis sueños, aquellos sueños que me mantenían en vela toda la noche. Me encontraba demasiado nervioso, pero intentaba calmarme ya que probablemente la vería con su flamante esposo.
Los flashes y las cámaras dejaron de apuntarme a mí para fotografiar y filmar a alguien que iba llegando a la alfombra, mis ojos se desorbitaron cuando vi a Katherine bajar. ¡Estaba sola! No llevaba ningún acompañante ¿Por qué? Iba a comenzar a caminar hasta ella pero una mano me detuvo.
—Tom, cariño—Camille, mi prometida me llamo—nos están pidiendo una foto juntos—dijo ella rosando sus labios con los mío—giré mi rostro en dirección hacia Katherine y vi que ella bajaba la mirada al verme con Camille. Posé con mi prometida mientras escuchaba las preguntas que le hacía a lo lejos a Katherine: "¿Cómo se encuentra? ¿Cómo le va después de su divorcio?" ¿Divorcio? Ella... ella se divorció.
Los protagonistas de las películas y nuestras respectivas parejas posamos juntos, podía sentir la tensión entre Katherine y yo. Necesitaba hablar con ella, lo necesitaba urgentemente, pero entre tanta gente, no podía.
Todos pasamos a la sala de cine para ir a ver aquella obra cinematográfica que habíamos hecho. Todos de momento estaban contentos con nuestro trabajo. Katherine estaba sentada a 4 butacas de distancia, voltee a verla y ella me volteaba a ver a mí por momentos. Esperaría hasta que se acabará la película para hablar con ella. Fue como a la mitad de la película que voltee a verla y ya no la vi. Busque en todos lados y me incline para hablar con el director.
— ¿Dónde está Katherine? —pregunte en susurro y él se inclinó hacia mí.
—Dijo que se sentía indispuesta, que la disculpará, se acaba de marchar—contesto en susurro.
¡¿Qué?!Sin decir nada más me levante de mi asiento corriendo, corrí y corrí. El lugarya se encontraba solo, todos estaban en la sala entretenidos con la película.Por la puerta de vidrio alcance a verla subiendo a su auto. Salí corriendo atoda velocidad pero cuando llegue a donde estaba el auto era muy tarde, sehabía ido. Katherine se fue, pero no iba a renunciar tan fácil a ella. Lavolvería a ver y no solo en mis sueños más salvajes.
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