Propuesta Indecente
Era la noche de los premios BAFTA, me preparaba mentalmente para encontrarme con mucha gente, la cantidad gigantesca de flashes cegadores, fans gritando mi nombre y reporteros queriendo saber sobre mi trabajo y vida personal.
Me miro al espejo y compruebo que mi moño este bien atado y correctamente puesto. Asiento, me siento conforme con mi imagen. Tocaron la puerta de mi habitación del hotel y abrieron la puerta un poco, la cabeza de Luke salió y me sonrió.
— ¿Estás listo Tom? —me pregunto.
Tome el saco que escaba colgado y me le lo puse, me di una última mirada en el espejo.
—Listo—lo voltee a ver y sonreír.
—Perfecto, ya está el auto esperándonos.
Salimos del hotel y nos subimos al auto que había rentado Luke. Yo miraba por la ventana mientras en el estero del auto se escuchaba One more night de Maroon 5. Luke revisaba su celular, mientras yo murmuraba la letra de la canción.
— ¿Tom? —me llamo Luke y aparte mi vista de la ventana y lo voltee a ver.
— ¿Qué pasa?
—Después de los BAFTA, ya sabes, siempre hay una fiesta, este año la organiza…—reviso su celular y me volteo a ver— el señor Ricardo Montés—Ricardo Montés era un contrabandista famoso. ¿Por qué no lo habían detenido? Ni la más mínima idea. ¿Qué hacia un contrabandista en una premiación para gente famosa? La verdad es que ni siquiera el mundo de la fama se libra de la mafia. En todo lugar donde el dinero y la fama se movieran, la mafia estaba implicada— ¿Qué dices Tom?
—Luke—lo mire haciendo una mueca—sabes que no me gusta las fiestas donde la mafia está implicada.
—Thomas—suspiro—no tienes elección—bajo la mirada a su celular una vez más—el director de The night manager quiere reunirse y tener una charlar informal contigo ahí.
—Mierda—murmure— está bien—me recargue en el asiento y suspire.
La noche de los premios paso sin ningún incidente. Todo fue normal, tranquilo y divertido. Los premios terminaron y todos nos subimos a nuestros autos. El chofer condujo en la dirección que Luke le había indicado, me sentía nervioso por la fiesta, nunca había ido a una fiesta donde estuviera tan cerca de la mafia. Tenía un presentimiento muy extraño, sentía que algo malo pero excitante estaba a punto de pasar.
Llegamos al lugar, una lujosa mansión. Entramos y había un mar de gente, entre famosos y mafiosos, si no tenías tiempo moviéndote en este medio no sabrías quien era quien. Luke y yo nos encontramos con el director de The night manager, de fondo había música tranquila, algunos bailaban la música lenta que tocaba el grupo en vivo mientras otros platicaban y reían. Un camarero se me acerco con una charola llena de copas, tome una y le di un sorbo.
La velada pasaba, me estaba aburriendo, ya había terminado de hablar con el director, le rogaba a Luke que nos marcháramos pero el insistía en quedarse. Mire a mi alrededor buscando algo interesante con que entretenerme, varias chicas famosas o acompañantes de los mafiosos me miraban y me daban sonrisas insinuantes. Si, querían acostarse conmigo, yo sonreía levemente y las saludaba con la cabeza, era todo.
De pronto todas las miradas se enfocaron en la entrada de la mansión. Por la puerta entraron varios hombres trajeados, guarda espaldas, todos protegían a un hombre y a su acompañante. Era el mafioso más conocido, respetado y temido, su nombre era: Maximiliano Aldridge. Entro caminando de manera muy elegante y confiada, su cabello corto, ojos claros. Las miradas de todas las chicas se posaron sobre el mafioso y se podía ver en la mirada de las mujeres que se lo comían con los ojos. Sin embargo las miradas de todos los hombres se enfocaron en la acompañante de Maximiliano. Una mujer de tez ligeramente morena y cabello negro como la noche, toda ella poseía un aura misteriosa, incluso más misteriosa que la de su propio acompañante, mis ojos se pasearon por las peligrosas curvas de la mujer, intente apartar mi vista por respeto a la dama, pero no pude. No podía dejar de verla, su caminar tan elegante, la forma en que su negra melena se movía de un lado a otro cuando caminaba. Me sentí demasiado atraído a esa mujer. De pronto mi mirada se poso en una pulsera que tenía las letras “M A” en cursivas, era imposible no fijarse en la pulsera eran grandes.
—Tom deja de mirar a la chica—me susurro Luke al oído—Esta con el señor Aldridge. ¿Sabes lo que le hace a todos los hombres que intentan tocar o seducir a sus mujeres? —Negué con la cabeza mirando a Luke y de reojo volteando a ver la chica, parecía levemente aburrida— los entrega en pedazos. La pulsera que trae la chica es como si hubieran marcado a una vaca— voltee a ver a Luke asqueado. ¿Cómo un hombre podía tratar a una mujer como un simple pedazo de carne? ¿Marcado como una vaca? ¡Es una mujer un ser humano! —Todas las amantes que ha tenido usan esas pulseras, primero para que sepan que le pertenecen a él y segundo por si intentan fugarse, la pulsera tiene un dispositivo de búsqueda. Ese hombre tiene dos obsesiones en la vida: dinero y mujeres.
Finalmente aparte mi mirada de la chica, intente distraerme con mis amigos pero no podía, me sorprendía a mi mismo observando a la chica, tiempo después comencé a sentir una mirada sobre mí, voltee en la dirección en la que sentí que me miraban. Por primera vez en la noche mis ojos se encontraron con los de ella. Ambos nos sonreímos. Después de ese encuentro de miradas no pudimos apartarnos, nos sorprendíamos ambos mirándonos.
Sentí unos enormes celos cuando vi que la chica se acerco cariñosamente al mafioso. Después de eso ella se fue y la perdí de vista. A los segundos de que la chica se fue un mesero se me acerco entregándome la nota que decía: “Toca la puerta del baño de las mujeres, haz una pausa, cuenta hasta diez y vuelve a tocar pero ahora tres veces la puerta” Era todo lo que decía la nota.
Movido por la curiosidad decidí hacer seguir las instrucciones de la nota. Me encontraba parado ante la puerta del baño y seguí las instrucciones de la nota. Me sorprendí demasiado al ver que la chica de negra cabellera era la que abría la puerta.
—Hola—dijo con una sonrisa.
—Hola—sonreí aun perplejo, de cerca era más bella.
—Me llamo Tamara—sonrío y extendió su mano hacia mí. Tome su mano y sentí que una corriente eléctrica me recorrió, con delicadeza bese el dorso de su mano.
—Me llamo Tom—dije viéndola a los ojos.
Ella se sonrojo y sonrió ampliamente. Volteo a ver a todos lados de manera precavida.
—Sígueme—dijo mientras tomaba mi mano.
Ella me llevo a un rincón apartado de la casa. Estaba algo oscuro pero aun podía verla a la perfección. Entre los dos comenzamos a hablar, me pude dar cuenta que no solo era una mujer muy hermosa, era demasiado inteligente, tenía estudios y tenía sueños. Ambos platicamos muy animadamente, entre más hablaba con ella, sentía como se me metía en el corazón.
De pronto me encontraba muy cerca de ella, su rostro estaba cerca del mío. No pude evitarlo. La besé. Una vez que provee sus labios supe que sería adictos a ellos para toda la vida. Ella correspondió el beso con fervor. Cuando dejamos de besarnos nuestras respiraciones estaban agitadas y nuestros labios estaban hinchados. La mire con ternura y acaricie su mejilla.
—Dime… ¿has hecho algo travieso alguna vez? —sonreí y ella me miro traviesamente.
—Una aventura es más divertida si huele a peligro—dijo con una sonrisa amplia. La tome de la cintura y la pegue a mi cuerpo. En nuestros ojos podíamos ver lo mucho que nos deseábamos.
— ¿Que dirías si esta noche te seduzco y te amo como ningún hombre te ha amado antes? ¿Qué tal si te toco como ningún hombre te ha tocado? ¿Te parece imprudente esta propuesta indecente?
Ella se limito a sonreír, tomo mi mano y nos encerramos en una de las habitaciones de la casa. La recargue contra la pared y comencé a besarla apasionadamente, ella abrió la boca y mi lengua se puso a jugar con la suya, los dedos de ella se enterraban en mi cabello. Mis manos se posaron en su cintura, la aprisione entre la pared y mi cuerpo. Mi miembro comenzaba a erguirse dentro de mi pantalón y formaba un bulto, el cual comencé a rosar contra la entrepierna de ella. Ella soltó un sonoro gemido que solo me excito más. Ella enredo una pierna en mi cintura, baje las manos y las pose en tu trasero, mis dedos bajaron por su cuello, ella gemía en voz baja. La alce y ella enredo ambas piernas en mi cintura, esto me dio más acceso a acariciar sus piernas, mis manos subieron traviesamente por sus muslos. Poco a poco levanta su vestido, mientras no paraba de rosar mi bulto contra su feminidad. Estábamos muy excitados, no sabía si podría detenerme.
De la nada el sonido de un celular nos saco del transe erótico en el cual estábamos.
—Mierda—gruño la morena.
— ¿Qué pasa? —pregunte viéndola con preocupación.
—Tengo que regresar con Max—hizo una mueca— Lo siento, fue un placer conocerte—vi el dolor que había en sus ojos.
Ella se fue acomodándose la ropa. Estaba intentando procesar que había pasado. Y cuando lo termine de procesar llegue a una sola conclusión. No podía dejarla ir.
Me arregle antes de salir del cuarto. Regrese al lado de mi amigo Luke, busque a Maximiliano con la mirada y lo encontré y a su lado estaba la bella Tamara, triste y aburrida. Me dolió el corazón. Mi mente comenzó a trabajar ideando un plan para salvar a esa bella chica.
En la fiesta había varias chicas, el mafioso que ofreció la fiesta contrato un grupo de prostitutas para que hicieran compañía a los hombres que iban solos, me acerque a un grupo de chicas les di dinero y apunte a Maximiliano, ellas sonrieron entusiasmadas. Rápidamente ellas fueron con Maximiliano lo rodearon y comenzaron a acariciarlo, para mí era una manera de distraerlo. Maximiliano había hecho a un lado a Tamara, él estaba entretenido con las damas. Le dice señales a Tamara y ella se acerco a mí discretamente.
— ¿Qué pasa Tom? —pregunto ella.
—Te estoy ganando más tiempo—le dije.
— ¿Para qué?
Una música muy sensual comenzó a sonar era “Earnd it” de The Weekend.
—Para bailar—sonreí ampliamente y ella correspondió mi sonrisa.
Tome su mano y la lleve a la pista, ambos comenzamos a bailar lenta y sensualmente. Nuestro baile parecía como un arte. Ahí estábamos ella y yo, perdidos en el tiempo. Perdido en nuestras miradas.
Un grito nos saco del transe.
— ¡TAMARA! —grito Maximiliano con furia. Ambos volteamos a verlo, el miedo nos invadió, una furia ciega se veía en los ojos de Maximiliano— ¡MALDITA PERRA! —se volteo a ver a sus hombros y nos apunto con un dedo— ¡TRAIGANME A ESA PERRA MAL AGRADECIDA Y A ESE HIJO DE PUTA!
— ¡Corre! —me grito Tamara.
La tome de la mano y corrimos entre la gente, los matones de Maximiliano nos seguían. Vi que Tamara con agilidad se deshacía de la pulsera, tomaba una botella de whisky se robaba un encendedor ¿Qué planeaba hacer?
Intente correr con ella lo más rápido que pude, salimos de la casa y mi auto estaba cerca, estaba frente a mí. Cuando salimos de la casa Tamara se detuvo.
— ¿Qué haces? —le pregunte desesperado por intentar escapar.
—Ya verás—roció rápidamente todo el whisky a lo largo de la entrada, corrió conmigo al auto y lanzo el encendedor, este al caer en el whisky se provoco que se creara una muralla con fuego que no les permitiera salir.
Rápidamente subimos al auto. Al estar lejos de la fiesta, reímos a carcajadas. Ella se sentía feliz y libre. Y yo la tenía a ella. Ella había aceptado mi propuesta indecente, que al final… solo era una propuesta para amarla.
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