Aun recuero el día en que lo conocí. Creí que iba a ser un día como cualquiera otro en el club, pero no fue así. Lo vi en el instante en que llegamos. Tome la Polaroid que me regalaron mis padres antes de morir. Le tome una instantánea sin que él se diera cuenta. Tristemente, yo no era la única chica que se había fijado en él. Mi hermana había puesto sus ojos en él. En el preciso instante en que las miradas de mi hermana y de ese apuesto chico se encontraron, lo di por perdido. Aunque simplemente, no pude evitar enamorarme del novio de mi hermana: Tom Hiddleston.

Pegué la foto que recientemente le había tomado a Tom. Dejé un beso en la esquina de la foto y comencé a dibujar alrededor de la foto, para hacerle un lindo marco. Escribí el nombre de Tom en diferentes tipos de caligrafía. Me encantaba su nombre, era tan sofisticado: Thomas William Hiddleston Servaes, parecía nombre de príncipe. Nada comparado a mi nombre. Mi mejor amiga incluso decía que tenía sobre nombre de prostituta.

—Halsey—alguien toco mi hombro y me hizo sobresaltar, cerré mi cuaderno de golpe. Voltee a ver sobre mi hombro y vi que era mi novio—, ¿qué haces?

—Un dibujo—medio dije la verdad—, pero aún no está listo.

Con rapidez comencé a guardar tocas mis cosas en mi mochila. ¿En qué momento se había terminado la clase? Halsey, necesitas dejar de soñar despierta. Suspiré y me levante de mi pupitre para ir a la salida. Mi novio me alcanzó con rapidez y tomó mi mano.

— ¿Te llevo a tu casa?

—No, mi hermana me presto el auto mientras pasa unos días fuera de la ciudad.

—Bien. Tengo entrenamiento, ven a verme.

—Claro.

Dejó un rápido beso en mi mejilla y se fue. Suspiré con pesadez. Quería mucho a Tyler, pero... mi corazón estaba aferrado a alguien más. Vamos Halsey, Tom y Maggie llevan cinco años de novios, es obvio que nunca la va a dejar, además, no puedes salir con el ex de tu hermana, es la regla. ¿Regla? ¿Quién invento esas estúpidas reglas? Estúpido código de chicas. Estúpido código de hermanas. Abrí la puerta del baño de mujeres y ahí me encontré con mis amigas.

— ¡Halsey! —Gritó mi mejor amiga—La única razón por la cual amo los lunes.

Reí mientras negaba con la cabeza.

—Te envidio—dijo Melanie—. Ojalá pudiera pasar todo el fin de semana con Tom Hiddleston.

—Claro, si es que te gustaría verlo besuquearse con tu hermana—murmuré con algo de fastidio.

—Anda, mujer—me apresuró mi mejor amiga—. Déjanos ver a ese sensual hombre.

Entre risas deje mi mochila en el suelo y saque el cuaderno donde siempre guardo las fotos que le había tomado a Tom. Les enseñé las instantáneas a mis amigas y ellas chillaron de la emoción. Mientras ellas parloteaban emocionadas sobre lo guapo que salía Tom en las fotos, mi mente viajo a aquel fin de semana.

Mi hermana se iba a ir de la ciudad un par de días, así que se le ocurrió la brillante idea (sarcasmo) de hacer una cita doble en la casa. Tom se veía tan guapo en su traje de diseñador. En toda la velada no podía apartar mi mirada de él, pero era imposible no verlo ni admirarlo. Escucharlo hablar sobre su trabajo con tanta pasión, era algo que podía llegar a obsesionarte. Casi muero de vergüenza cuando anoche él me sonrió, creí que se había dado cuenta de lo embobada que me tenía, hasta el momento en que se señaló la barbilla. Me estaba dando a entender que me había embarrado de puré de patatas en la barbilla. Torpe. Torpe.

La campana anunció que iba a empezar la penúltima clase, así que guarde mis cosas de nuevo en la mochila. Por ser parte del grupo de porristas a mí y a mi mejor amiga nos tocaba entrenamiento al igual que al equipo de futbol, al cual pertenecía Tyler. Dejé mi mochila en el vestidor y me puse mi ropa de porrista. Al salir al campo de futbol vi que mi novio hacía estiramientos con todo el equipo. Él me saludo y yo le devolví el saludo. Mientras mi amiga y yo esperábamos a que las demás chicas estuvieras listas nos sentamos en las gradas a ver al equipo.

—No te entiendo—murmuró mi mejor amiga sin apartar la mirada del campo.

— ¿Qué es lo que no entiendes?

—Tyler es un gran chico, ¿por qué no olvidas a Tom y te enamoras de Ty?

Suspiré pesadamente.

—Yo... no lo sé—suspiré pesadamente—. Es solo que Tom es...—la voltee a ver y ella me miró—. He intentado olvidarlo, de mil maneras, pero...

—Hace o dice algo que te vuelve a enamorar—asentí levemente—. Sabes que lo he conocido en persona y creo que es un gran tipo. Tu hermana, en cambio, ella es una víbora.

— ¡Abby!

—Es la verdad. ¿Sabes?, a veces tengo el presentimiento de que tu hermana solo lo quiso porque tú te fijaste en él.

Las palabras que me dijo Abby me dejaron pensando. Nunca me lo había planteado hasta que ella me lo dijo. Pero es que eso era algo totalmente imposible. ¿O no?

Cuando el entrenamiento termino, corrí hasta mi casillero para guardar el cuaderno donde tenía todas mis fotos con Tom. Aquel era el mejor escondite que tenía, sabía que ahí nadie las encontraría ni las vería.

— ¡Adiós, Tyler!

Escuché que alguien gritó a unos cuantos metros de distancia. Maldición. Voltee a ver en la dirección que habían gritado, ahí venía mi novio hacia acá. Maldición. ¡Vamos, Halsey! Estúpido candado abre. Abre, abre. ¡Ábrete!

— ¿Te ayudo con eso, nena?

Sentí que el cuaderno con las fotos de Tom se estaba deslizando de mi brazo. Maldición, Tyler no puede tomarlo.

— ¡No!

Me giré para evitar que él tomara mi cuaderno. Aquel giro fue tan brusco que provoco que el cuaderno de se cayera y todas las fotos de Tom terminaron desperdigados por todo el pasillo. Con rapidez me arrodillé para guardar las fotos sin que mi novio las viera. Tyler se arrodilló frente a mí y él reía por el accidente, aunque para mí no tenía nada de gracioso. Él tomo una de las fotos y sus risas cesaron, de reojo vi como frunció el ceño mientras miraba fijamente la foto. Me levante con lentitud al haber tomado las fotos del suelo. Me quede pegada a mi casillero mientras Tyler veía las instantáneas con molestia, su mandíbula estaba demasiado tensa y mis piernas temblaban como gelatinas.

—Qué asco, Halsey.

Fue lo único que murmuró, ni siquiera me miró a los ojos. Me entregó con brusquedad la foto y yo ahogue un sollozo. Tyler se alejó y golpeo con furia el casillero de enseguida, me sobresalte por el golpe y después me encogí. Abracé con fuerza mi cuaderno con las fotos y me mordí el labio inferior para que me dejará de temblar. Me sentía desnuda y sucia. Salí corriendo de ahí y subí al auto, arroje mis cosas al asiento del copiloto y golpee el volante, pegue mi frente y comencé a sollozar. Sé que está mal amar a un hombre que es como veinte años mayor que yo, y que además, es el novio de mi hermana, pero simplemente no pude evitarlo. Ya sé que Tom jamás se fijará en mí y que debería enamorarme de chicos como Tyler, pero Tom me tenía en sus manos y él no lo sabía. Él es tan maduro, tan sabio y además es muy divertido.

Llegué a casa antes de que se acabará la escuela, no me atrevía a volver a Tyler y tal vez él había esparcido el chisme en toda la escuela. Arrastraba los pies por la casa y caminaba con la mirada baja. Me encamine a la cocina para tomar el bote de Nutella y después irme a mi habitación. Al escuchar ruido en la cocina me sobresalte, ni siquiera me había dado cuenta de que había alguien más en la cocina. Maldición, es Tom. ¿Qué hace él aquí? Él se giró se sorprendió al verme.

—Halsey, ¿qué haces aquí? ¿No sales dentro de una hora?

—Yo... no me siento bien—murmuré.

Tom me inspecciono, en ese momento recordé que tal vez mi maquillaje debía estar corrido y mis ojos enrojecidos al igual que mi nariz. Rayos, debía estar hecha un asco, que vergüenza.

—Oh, Halsey. ¿Qué te paso?

Él rápidamente se acercó a mí y me tomo entre sus brazos, me envolvió con tanta dulzura y ternura. Mi corazón se detuvo por un momento. ¿Esto es real? Maldición, no importa. Aspiré su aroma y me llene los pulmones. Me drogue con su dulce olor y por un momento olvide mi nombre. ¿Empezaba con H? ¿Era Hayle?

—Halsey—ah, ese era mi nombre—, ¿qué pasó?

—Tyler termino conmigo.

Eso era más o menos cierto. Lo único que él había dicho era que le daba asco, pero supongo que el que se diera cuenta de que estoy enamorada de alguien más contaba como terminar.

—Cariño—murmuró Tom mientras tomaba mi rostro entre sus manos. Maldición. Tom me dijo "cariño". Creo que me estoy derritiendo. Él dulcemente limpió el rastro de mis lágrimas con sus pulgares—, no vale la pena. No llores por él.

Sus caricias en mis mejillas eran tan suaves que me hacían estremecer y mi corazón latía tan rápido que creía que se me iba a salir del pecho.

— ¿No?

Un momento, ¿de que estábamos hablando?

—No, Halsey. Él es un tonto por dejarte ir.

No podía apartar la mirada de esos hermosos ojos azules, él tenía una mirada tan intensa y yo me estaba hundiendo en ese mar. El tiempo se detuvo por un momento. Recordé todas esas veces que había intentado dibujar y pintar su ojos, pero nunca conseguía mezclar los colores correctos para conseguir ese tono exacto de azul, ni tampoco podía plasmar la intensidad de su mirada. Cielos, lo tenía tan cerca que podía oler su aliento, incluso su aliento estaba rosándome los labios. Él va a besarme. Cerré los ojos y esperé para sentir sus labios sobre los míos.

—Halsey, Halsey, ¿sigues ahí?

Abrí los ojos de golpe y Tom se había alejado para ir al horno.

— ¿Perdón?

— ¿Quieres un poco de pay de manzana? Yo lo hice.

—Oh, sí por favor.

Le ayude a Tom a sacar los platos, tenedores y un chuchillo para el pay mientras él lo sacaba del horno. Él nos sirvió una rebanada y mientras comíamos, él me estaba haciendo reír con sus típicos chistes que tanto me encantaban.

—Te vez más bonita cuando sonríes—dijo de repente y mis mejillas comenzaron a arder.

—Gracias.

Me le quedé viendo y deseaba no haber olvidado la cámara en el auto, esa sonrisa que tenía en el rostro era perfecta para una foto, pero solo quedaría grabada en mi memoria. Tom estiró su mano y con el pulgar quitó unas migajas del pay. ¿De nuevo? ¿Por qué soy tan torpe? Maldición, tal vez debe de pensar que no se comer como la gente normal. El pulgar de Tom siguió acariciando aquella zona de mis labios y después siguió el camino hasta mi labio inferior. Me estremecí ante aquel contacto y sentí como mi corazón se detuvo. Su presencia era demasiado embriagadora. No podía pensar de manera coherente cuando él estaba cerca de mí. Llevé mi mano a mi mejilla y la acaricié. Mi mirada se desvió de sus ojos a sus labios. Como deseaba besarlo, pero estaba resignada a que eso nunca pasaría.

Cerré los ojos solo por un momento, para imaginar que él me besaba, que podía sentir la calidez de sus labios, ese sabor dulzón que imaginaba que tenía e incluso un poco más dulce por el relleno de manzana con canela del pay. Maldición, casi podía sentirse real, esa calidez de sus labios, su lengua abriéndose paso en mi boca en busca de más. Abrí los ojos y si no estuviera sentada me hubiera caído de espaldas. Esto no era una fantasía. ¡Tom me estaba besando! Oh por todos los cielos. Me estaba besando con el novio de mi hermana. Y, sinceramente, no me importo.