𝙻𝚎𝚒𝚐𝚑 𝙴𝚟𝚊𝚗𝚜 𝚢 𝙹𝚊𝚖𝚎𝚜 𝙿𝚘𝚝𝚝𝚎𝚛
"Estás en mi cabeza y no puedo sacarte de ahí"
1 de septiembre de 1974
El tiempo había pasaba demasiado rápido en compañía de los Merodeadores y las chicas, nunca creí que sería tan divertido convivir con ellos. En casi todo este año había sido un poco más abierta y casi siempre solía pasar tiempo con todos ellos. Lo que estaba segura de que hace un año no me lo hubiera creído para nada.
Era divertido pasar tiempo con ellos, porque cada día era una aventura nueva con ellos. La verdad es que me había sorprendido, porque hace tiempo había dicho que prefería estar sola en todos los aspectos y ahora tenía nuevos amigos y unos bastante buenos que hacían de mis días mejores.
Marlene y Alice estaban demasiado orgullosas por mí y cada vez que podían me lo dejaban saber, en parte fue todo gracias a ellas que también me ayudaron bastante.
Incluso en unos días se cumpliría un año desde que hable con James por primera vez y podía admitir que era un chico increíble y si ya me gustaba antes, pues digamos que ahora me gustaba más.
Pasar tiempo con él era demasiado bueno, los días que estábamos juntos debía admitir que se estaban convirtiendo en mis favoritos sin duda alguna.
Podía hablar con él de cualquier cosa, ya que nunca se aburriría. Solía venir conmigo a la Biblioteca a estudiar o a veces también solíamos ir al Lago, según él le encantaba que yo le leyera mientras él ponía su cabeza en mis piernas.
Esos momentos de paz eran mis favoritos, aunque también solíamos ir por las noches a la Torre de Astronomía para conversar de cualquier cosa o simplemente para admirar las estrellas.
El año pasado también había conocido a Regulus Black, hermano pequeño de Sirius y era un chico bastante encantador y a los dos nos encantaba la Astronomía.
Es cierto que había días donde mis inseguridades ganaban, pero era algo en lo que estaba trabajando porque no quería que incluso afectara a mis amigos que eran como una familia. No era lindo tener un bajón o que algún día estuviera insegura, pero ellos lograban hacerme sonreír, por lo que estaría demasiado agradecida.
Ahora nos encontrábamos mi familia y yo a punto de ir a la Estación para que Lily y yo pudiéramos cursar nuestro cuarto año. Las cosas con Petunia seguían empeorando, y bueno Lily yo estábamos bien. Así que las cosas estaban bien en la medida de lo posible, las clases iban muy bien y bueno, la verdad es que tenía muchísimas ganas de ver a los chicos y de cursar un nuevo año.
Otra nueva aventura comenzaba y estaba demasiado entusiasmada por ello.
—¡Leigh! —me giré con una gran sonrisa al saber de quién se trataba, vi a James corriendo emocionado hacia mí.
Sonreí cuando me estrecho en sus brazos.
—Yo también te he echado de menos idiota —él me miró con una gran sonrisa y me dio un beso en la mejilla logrando que me sonrojara.
—Estás preciosa —volteé los ojos divertida.
—Solo han pasado unos dos meses más o menos, tampoco es que pueda cambiar mucho.
—Cállate pelirroja de mi corazón —reí por ese apodo tan horrible, pero debía decir que cuando lo decía él, era demasiado lindo.
—Qué horrible apodo —él me miró ofendido.
—Los dos sabemos que te gusta el apodo, no intentes esconderlo —miró a mis padres con una sonrisa—. Buenos días señores Evans.
—Buenos días querido —mis padres le regalaron una sonrisa y Petunia lo vio con mala cara.
—Lily-Flor —mi hermana volteó los ojos divertida.
—Potter —él rio y me abrazó por los hombros.
—Niños debéis cruzar —miré a James.
—¿Y tus padres?
—Ya están ahí, yo quise venir a buscarte como el buen caballero que soy —Lily rio despidiéndose de nuestros padres mientras cruzaba el andén.
Yo también me despedí de mis padres y me acerqué a Petunia para darle un abrazo que llego a sorprenderme porque me correspondió, pero no le di muchas vueltas. Me despedí una vez más y junto a James cruzamos la barrera, logrando que pudiera ver el tren que me llevaría devuelta a mi segunda casa.
James en ningún momento me dejo sola y me ayudó a dejar las cosas en el tren mientras me contaba lo que había hecho en verano.
—Perdón Leigh si hablo mucho —le regalé una pequeña sonrisa, si supiera que me encantaba escucharlo, hablar de cualquier cosa.
—No te disculpes, me encanta escucharte James. Todo lo que dices en serio suena demasiado interesante —él se sonrojó un poco.
—¿En serio que no te molesta que te hable tanto?
—Claro que no, me gusta mucho escucharte. Es lindo ver la emoción que tienes cuando cuentas algo que te gusta.
Él me dio un beso en la mejilla y me tomo de la mano para despedirnos de los padres de James. Ellos al vernos nos regalaron una pequeña sonrisa mientras Euphemia me abrazaba.
—Cuídalo por favor y cuídate tú también —asentí con una pequeña sonrisa, los había conocido en Navidades y eran unas personas maravillosas, incluso me invitaron a pasar las Navidades con ellos. Fueron tan encantadores y tan acogedores que lograron que me sintiera en casa.
—Lo haré —le regalé una pequeña sonrisa y me despedí de su padre para que luego él volviera a agarrarme de la mano mientras entrabamos en el tren.
No sabía donde podrían estar los chicos y las chicas porque pensé que los veríamos fuera, pero me equivoque porque James me llevo a un compartimiento donde ya estaban los tres ahí hablando animadamente.
El primero en darse cuenta de nuestra presencia había sido Peter, que se levantó emocionado para abrazarnos a James y a mí.
—Pero si es mi pareja favorita —tanto James como yo nos sonrojamos.
—Nuestra pareja favorita querrás decir —me di la vuelta para ver a Marlene con una gran sonrisa, la abracé muy fuerte mientras la escuchaba, soltar una carcajada y abrazarme con la misma intensidad.
—Cierto rubia de mi corazón.
—Cállate idiota —me separé para verlos divertida y me acerqué a Remus para abrazarlo.
Lo había extrañado demasiado.
—Te extrañé Leigh.
—Yo también —unos minutos después nos separamos y miré a Marlene.
—¿Y Ali?
—Con Dorcas, Mary, Pandora y Lily —asentí con una sonrisa.
—¿Queréis quedaros un rato con nosotros? —nos preguntó Sirius con una sonrisa, miré a Marlene y las dos asentimos con una gran sonrisa. Ella se sentó al lado de Sirius y yo al lado de James.
Después de saludarnos todos nos sentamos y empezamos a hablar de como habían sido nuestras vacaciones y de todo lo que haríamos este nuevo año de Hogwarts. Los chicos nos contaron alguna que otra broma prevista y nos pidieron un poco de ayuda, mientras que Remus solo volteaba los ojos divertido porque sabía en los líos que ellos se meterían este año.
Más tarde Marlene y yo decidimos ir con las chicas un rato, así que nos despedimos de ellos y las dos caminamos por el pasillo mientras Marlene me abrazaba por los hombros y hablábamos de cualquier cosa, incluido James.
—James, el amor de tu vida —volteé los ojos con una sonrisa mientras notaba mis mejillas calentarse—. Ohh, que linda estás sonrojada.
—Cállate —ella rio.
Al llegar saludamos a todas entre abrazos y risas porque sí que nos habíamos extrañado demasiado.
Sin duda alguna los había extrañado demasiado, ya estaba demasiado emocionada por saber qué pasaría este año en compañía de todos ellos.
NOTA DE AUTORA
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