Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

𓄹⠀𓈒⠀ㅤׄ 010. ⠀ㅤ𓄼


🦊🏹

Su siguiente destino fue Japón. Umiko fue la que decidió esto ya que necesitaba cerciorarse que todo estuviera bien en su hogar, o al menos no tan mal. Clint estuvo de acuerdo, de todas maneras ya no tenía otros destinos en mente y parecía que los Yakuza se reproducían como cucarachas. Sería una buena opción.

Ciertamente no era el infierno pero tampoco llegaba a ser el paraíso. Los Yakuza seguían ocasionando problemas aunque sabían que esta vez sería más sencillo enfrentarse a ellos. Sin embargo, era evidente que se habían asentado cómodamente, muchos negocios estaban hechos cenizas o estaban completamente vacíos y cerrados. Era una pena ver aquel lugar en ese estado.

Umiko casi se sentía arrepentida de haberse ido. Si se hubiera quedado tal vez nada de eso habría pasado. Tal vez habría defendido a toda su gente y evitado que los Yakuza quedaran al mando.

Sin embargo, no existía el tal vez. Ahora sólo podía enfrentarse a la realidad y arreglar las cosas.

La antigua casa de la chica era un desastre. Se notaba que alguien había entrado a saquerla al darse cuenta que estaba vacía y pese a la seguridad con la que contaba su hogar, habían logrado entrar. Faltaban muchas cosas pero nada que resultara completamente indispensable para Umiko.

No le importó mucho, pues ya no habían cosas de gran valor y los objetos de valor sentimental seguían en su lugar o habían sido asegurados en una habitación secreta.

Umiko tomó una foto donde estaban su padre y ella. La miró con nostalgia durante un momento. Era una foto donde había terminado la preparatoria y le habían dado un reconocimiento honorífico por haber sido la mejor de su curso. Aún usaba ese tonto uniforme que jamás le gustó y su padre se veía mucho más joven de lo que recordaba. Sonrió sin querer y llevó su mano al cristal.

—Conozco un escondite, nunca me arriesgue a ir sola porque allí se ocultaban los peces gordos— miró a Clint, quien estaba en el marco de la puerta con los brazos cruzados— pero creo que podemos ir juntos.

El arquero asintió.

—Esta noche.

Esta vez Umiko movió su cabeza de forma afirmativa y dejó la foto en su lugar.

—Veré si encuentro algo de comer y trataré de arreglar un poco este lugar.

A la chica le incomodaba estar mucho tiempo en silencio con Clint. Se formaba un extraño ambiente entre ellos cuando eso ocurría y la verdad era que prefería salir huyendo.

Umiko salio de la habitación y Clint tomó asiento para verificar sus armas. Ya estaban por acabarse sus balas y debía tener cuidado de usarlas bien. También debía conseguir más flechas pero aún tenía las suficientes para un par de semanas.

Miró su katana y sonrió al recordar a Umiko. Gracias a ella había mejorado significativamente su técnica y aunque no le gustaba admitirlo en voz alta, era cierto que era terrible con ella.

Un par de horas más tarde, Ichigo hizo acto de presencia con algunos alimentos enlatados. No eran muchos pero al menos sobrevivirían esa noche en lo que buscaban más alimentos.

—Además, estaba revisando las habitaciones de la casa y encontré esto— puso una katana sobre la mesa y la miró con nostalgia— era de mi padre. Pero ahora es tuya, Clint.

La deslizó por la mesa para que llegara al hombre. Barton la miró con sorpresa. No podía aceptar algo así. Sabía lo valioso que era, no sólo monetariamente, sino sentimentalmente.

—Umiko, no creo que...—

—Has aprendido bien— lo intertumpió— le darás un buen uso, y es mejor que sea usada y no que se quede sólo para acumular polvo— sonrió— yo no soy capaz de usarla, pero sé que tú le tendrás el respeto que merece.

Clint se puso de pie y tomó la katana, la sacó de su vaina y admiro el arma. Jamás había visto algo tan hermoso hecho metal. Casi era como si tuviera vida propia.

—Gracias— volvió a guardar el arma.

Umiko asintió y acomodó todos los enlatados en una bolsa de tela.

—Hay que comer algo y más tarde iremos en busca de esos criminales.

Clint sonrió. 

—Genial, porque muero de hambre.

Ambos se dirigieron a la cocina, la cual tuvieron que limpiar un poco antes de utilizarla. Su larga ausencia había hecho que todo se llenara de polvo.

Una cosa era cierta, Clint estaba feliz y comenzaba a tomarle un especial cariño a su compañera y no podía negarlo más. La quería... sólo un poquito.


nova wayne ┊ 2024 edition

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro