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Una vez el abrazo se rompió, Tsuna recibió a todo el resto en sus brazos uno por uno para consolar sus lágrimas de emoción y para intentar calmar el llanto a moco vivo junto a los gritos desesperados de Lambo llamando su nombre. Después de ello, los médicos se acercaron a la habitación para deleitarse con las palabras de agradecimiento que el joven y sus amigos les daban por haberlo cuidado durante ese tiempo y lo seguirían cuidando pues aún no le darían de alta ya que su estado seguía bastante deplorable.
Las chicas, su madre y los niños se marcharon prometiéndoles un rico almuerzo para todos ellos, ya que la comida que en el hospital servían no era del agrado de ningún paciente ni persona que se encontraba ahí, todos la rechazaban sin duda alguna y ellos no serían la excepción de minoría. Así que mientras esperaban por una delicia preparada con todo el cariño y amor del mundo por Nana, los mafiosos se acomodarnos mejor en el lugar, algunos de ellos sentados en sillas cercanos a Sawada y Hibari, por su lado, al lado de Hayato apoyados sobre el marco de la puerta, el peli-plata a la izquierda del castaño, cruzados de brazos.
-Bien, Tsuna. ¿Puedes decirnos por qué desapareciste así? -preguntó Yamamoto, hablándole suavemente, como si al cuestionar aquello el castaño fuera a perder el control de sus sentidos.
Al escuchar esas palabras, el castaño, que estaba bastante distraído y perdido del mundo real jugueteando con el camaleón mascota de Reborn parado en su dedo, alzó la vista. En sus ojos se percibía el miedo y su cuerpo comenzó a temblar como una hoja al obtener de regreso todos los recuerdos de las atroces vivencias de los últimos tres años. De su anillo salió un ruido suave de su pequeño leoncito del cielo, que con su leve "Gao" había intentado calmar los sentimientos de temor de su dueño, él también sintiéndose afectado por ello.
- Sawada, cálmate. Estás a salvo, nadie volverá a hacerte daño, pero necesitamos saber quién te hizo esto -Ryohei vio su oportunidad de acercarse, y puso ambas manos en los hombros del chico para detener sus movimientos desesperados para que los recuerdos salieran de su mente como flashbacks, conteniendo los fuertes deseos de exclamar su frase habitual.
La presión comenzó a hacer sentir pesado el cuerpo del castaño, que con su expresión de horror tocaba a gritos ahogados que se detuvieran esas preguntas y aquellos deseos de darse la cabeza con toda la fuerza posible contra la pared.
-Cierren el pico, herbívoros -Hibari amenazó con sus tonfas en los cuellos de Ryohei y Yamamoto, con sus ojos rasgados mucho más sombríos de lo que acostumbraban, mientras el peli-plata calmaba con un abrazo corto a su jefe-. O los morderé hasta la muerte.
-El Décimo debe descansar, nosotros lo cuidaremos mientras ustedes van a por Nana-san y los demás -apoyó el oji-esmeralda, con un leve tono rosado en sus mejillas debido al contacto tan fuerte con el aludido, podía sentir el líquido húmedo mojar un poco la camisa de su uniforme escolar, y los leves sollozos del oji-miel, palpando, junto a su temblor y gran necesidad de calidez humana, el miedo y la tristeza acumulada.
La escena de Tsunayoshi con su guardián de la tormenta destruyó sus corazones, y pronto todos se marcharon de la habitación arrepentidos por la presión que daba en aumento sobre los hombros del castaño con sus acciones imprudentes, incluso entre ellos Reborn, que muy callado y cabizbajo escondió los sentimientos que se hallaban en sus ojos con gruesas lágrimas rebeldes que amenazaban con salir descontroladamente, y su orgullo no permitiría que eso sucediera frente a los Vongolas más jóvenes.
La puerta se cerró, y cuando finalmente estuvieron en soledad, el mayor guardó sus armas, soltando un suspiro pesado y cerrando sus ojos. Tomó una larga bocanada de aire y caminó hasta la posición de ambos chicos, posando su mano suavemente sobre la cabeza del menor y acariciando un poco su cabello cariñosamente.
Tsuna separó su cara de la ropa húmeda y arrugada del peli-plata, y miró hacia arriba haciendo contacto visual con los ojos luminosos y la leve sonrisa del azabache, sintiendo la calidez de su mano rebalarse por la zona de las ojeras para secar los restos de lágrimas. Sus mejillas se tiñieron suavemente de un color carmín mientras seguía rodeando con sus brazos la cintura de su autoproclamada mano derecha.
Kyoya separó su mano de la cara ajena y volvió a su expresión seria de siempre.
Después de eso, no pasaron muchos segundos para que Tsuna perdiera la consciencia y se durmiera en su camilla. A los gritos, Gokudera llamó la atención de unas enfermeras que fueron rápidamente en busca del médico que lo atendía, y ambos fueron sacados de la habitación y guiados a la sala de espera.
▪×▪
Llevaban ya una hora esperando, estaban sentados con las cabezas bajas sin expresiones.
-¿Qué demonios le hicieron para que esté tan débil? -habló después de minutos adicionales de silencio el chico de ojos metálicos, entrelazando sus dedos mientras apoyaba sus codos en sus piernas.
Por su mente se cruzaron las imágenes del castaño en la camilla, llorando como un niño asustado después de ver su más grande pesadilla con sus propios ojos, y cuando cruzaron miradas, sus ojitos estaban titubeantes y empapados en lágrimas, nublados por recuerdos que lo atormentaban en lo más profundo de su ser.
-Me encantaría saberlo, Kyoya -se quejó su amigo, incorporándose en su asiento con un suspiro pesado, dejándose caer hacia atrás, con la mirada clavada en el techo blanquecino-. Han pasado tres malditos años, anda tú a saber qué hicieron los causantes de esto para dejarlo traumado al pobre Décimo.
-No.. Tiene que haber algo más detrás de esto -pensativo, posó una de sus manos sobre su mentón, apoyando su codo sobre su brazo libre-. Tsunayoshi, a pesar de tener sólo quince años cuando lo secuestraron, estaba perfectamente preparado física y psicológicamente.
-¿Dices que hay una relación en su puesto en la mafia con todo esto? -Gokudera se puso en la misma posición que su amigo.
-Probablemente -metió su mano en el bolsillo de su abrigo escolar, sacando de dentro un papel con un agujero prominente en la parte media superior, adjunto a un código en alguna lengua extraña-. Éste papel tiene algo que ver, debe tener relación con los secuestradores, si podemos traducirlo quizás seamos capaces de descubrir una pista.
En este momento estoy en el médico después del colegio, y como tengo datos y me aburro escribo esto (?)
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