C A P I T U L O 1
Holaaa, esta es mí primera historia espero qué disfruten leyéndola como yo lo disfruté escribiendola. Hay numerosas faltas de ortografía, lo siento de antemano.
Espero que les guste <3
EDITADO
CAPITULO 1:
Al fin sonó la campana indicando la última clase, desde que me había despertado no paraba de pensar en cómo sería mi vida a partir de este momento, por fin acababa el instituto. Pasé mi mano por mi coleta castaña llena de nudos. Y cerré mis ojos lo más fuerte que pude, deseando que el profesor nos diera vía libre para poder salir por patas de clase.
-Chicos, podéis salir, la clase ha finalizado.
Esas palabras hacen que evoque una sonrisa, por fin ya se acaba, ya podré disfrutar del verano.
Mientras recogía todas mis cosas alguien me tocó el hombro. Tenía al profesor detrás.
-Hola Alexandra, sé que es hora de irse, pero le recuerdo de que usted y yo tenemos que hablar sobre su media.
Oh no, la semana que viene es la graduación y aunque no apruebe una asignatura paso a la universidad, ya que todo depende de los exámenes de acceso, pero no me gustaría que Lengua se quedase por el camino ya que afectaría a mi media.
-Así es profesor, usted me dijo que estaba muy cerca del aprobado.
-Sí, respecto a eso tengo que hablarlo con sus demás profesores. Aún no estamos seguros de la decisión que vamos a tomar.
Asentí con la cabeza, no sé qué palabras decir ni como expresarme. Al fin me dió permiso para salir de clases e irme para casa.
Mi taquilla no queda muy lejos, hay alguna que se encuentra en la última esquina del instituto. Daniel, mi mejor amigo estaba esperándome como hacía siempre.
-¿Qué tal la ultima hora Alexandra? ¿Has soportado la clase de Lengua con el profesor Williams?- El sabe lo que ocurre con esa maldita asignatura y conmigo, lo hace aposta para chincharme.
-Si me lo he pasado genial, me encanta como ese maravilloso profesor intenta que mi verano sea más tranquilo y que no me tenga que preocupar por las recuperaciones.-Nótese el sarcasmo.
-Me alegro de que te lleves tan bien con ese profesor, lo importante ahora es que empieza el verano y dentro de una semana nos graduamos.
-Cierto, se me va a hacer mentira cuando durante estos meses no tenga que madrugar.
-Hablando del principio de verano, esta tarde quiero dar una fiesta en mi casa para celebrar nuestra libertad. ¿Te apuntas?
-Sabes bien que no hace falta insistirme mucho para que yo vaya a una fiesta.-Dije sincera- Y menos si es de mi sexy amigo.- Añadí con tono burlón.
Ambos nos miramos y empezamos a soltar una carcajada.
Era muy típico de nosotros ponernos motes cariñosos, aunque recuerdo que la primera vez que lo hizo se llevo una patada en la espinilla de mi parte, si mal no recuerdo aún tiene la marca. Sí, soy un poco agresiva.
-Creo que la fiesta será en la piscina ¿Qué opinas?
-No, no, no y no, sabes bien que odio el agua, soy como un gato.
-Venga, hazlo por mí, solo esta vez ga-ti-ta.- Usó sus mejores armas, poniendo cara de perrito abandonado a la que él sabía que no podía decir no. A veces me da miedo que me conozca tan bien.
-Pero solo esta vez, no te acostumbres.- Al final accedí una vez al año no hace daño, o eso es lo que dicen.
-Genial, bueno Ale me tengo que ir para prepararlo todo, hasta luego.
-Hasta Luego Dani.
Me empezó a vibrar el bolsillo trasero de mi pantalón. No sé quien me puede llamar a la salida del instituto.
Mi padre.
Mis padres se divorciaron cuando yo era pequeña, el se fue a vivir a otra ciudad y allí conoció a su nueva mujer, siempre me llamaba una vez a la semana, pero apenas le he visto durante estos últimos años.
-Dime Padre- Al final cogí el teléfono
-Hija sabes que puedes llamarme papá si quieres. Si me llamas padre me haces sentir mayor.
-Vale padre- Siempre me dice lo mismo y nunca se como contestarle. Notaba como desde la otra línea soltó un largo suspiro.
-Hoy te recojo del instituto, comes conmigo y con Melany.
Melany, ese es el nombre de la nueva esposa de mi padre, la he visto tan solo un par de veces y un día era el de la boda. Es la típica mujer extrovertida con mente de adolescente.
-Vale, estupendo
-Venga hija, sabes que es importante para mí, por favor pon buena cara y ahórrate algunos comentarios, aunque sé que vas a desear decirlos.
-Que si padre, no te prometo nada. ¿Sabe mi madre que voy contigo y con tu nueva mujer a comer?
-Si lo sabe, he hablado con ella. Te recojo en el parque cercano a la escuela, las otras calles están cortadas, te veo en diez minutos.
-Hasta ahora.
Ya estaba en los bancos de la salida del instituto, miré la puerta principal con nostalgia y dirigí la mirada al teléfono móvil. Esta vez tenía un nuevo mensaje, era Dani recordándome que esta tarde a las 8 fuera a su casa para la fiesta.
Sabe que a ti se te olvida todo.
No podía dejar de pensar en esa fiesta y lo bien que nos lo íbamos a pasar este verano. O eso espero
Hablando de Dani, le conocí cuando me cambié de colegio estaba en tercero de primaria, recuerdo la primera vez que hablamos, un balón sobrevoló y me dio en la cara, se ve que por esa época tenía un imán que atraía balones. Vino a disculparse y me tendió la mano para que me levantara del suelo y desde ese mismo momento nos hicimos inseparables. Me ayudo mucho con el tema de mis padres, es tierno y muy buena persona, aunque para mi gusto un poquito mujeriego. Si no ha estado con la mitad de la población femenina del instituto, no ha estado con nadie.
Es el típico chico de metro ochenta y tantos, rubio de ojos verdes. Parece sacado de una película o revista de modelos. No me extraña que las mujeres caigan en sus encantos varoniles.- No pude evitar omitir una sonrisa con el último pensamiento.
Me coloqué los auriculares ignorando a la gente de mi alrededor mientras iba de camino al parque. Sonó mi canción favorita y sin darme cuenta estaba tarareándola.
Me quedaban un par de minutos para llegar al parque cuando un chico sentado en un banco próximo a mi parecía mirarme. No me gustan que me miren fijamente, me pone muy incómoda.
Puse mi cara de pocos amigos para evitar que siguiera paseando sus ojos hacia mí, cuando caí en la cuenta de que estaba cantando a todo
pulmón por una calle llena de gente, paré instantáneamente y mis mejillas se tiñeron de rojo. Acto seguido pausé el playlist y me quité los auriculares. Me dio más vergüenza aún decirle algo a ese chico así que decidí no contestarle y seguir con mi camino.
En la entrada del parque siempre hay una mujer vendiendo flores, me llaman la atención las dalias de diversos colores. Mi padre se encontraba a escasos metros del pequeño puestecito. Anduve hacia el coche lo más rápido que pude y me senté en el asiento del copiloto.
-Hola hija, tardaste mucho.
Rápido Alexandra, invéntate alguna excusa.- A lo largo de mi vida he aprendido que mi subconsciente avisa cuando quiere.
-Ya es que estaba despidiéndome, ¿Nos vamos?
Intenté cambiar de tema y menos mal que no fue en vano. Ya me empezaba a incomodar esa situación.
-Espera, es que falta una persona.
-¿Una persona?- Pregunté extrañada.
-Si no tardará mucho ¿qué tal Liam?
Liam es mi hermano menor, nació poco después de que mis padres se separaran, es mi ángel de la guarda. Pero no voy a negar que sea un pesado. Está obsesionado con los videojuegos, pero aún así le machaco.
-Esta de campamento, vendrá en un mes. Y bueno, ¿Quién es esa persona misteriosa?
Antes de finalizar la pregunta subió en el asiento de atrás el chico que previamente había visto en el banco, tenía un ramo de flores en su mano.
Me quedé con la boca abierta y los ojos como platos. No podía ser posible, me negaba a creérmelo, que hace el aquí. Un montón de preguntas atraviesan mi mente de manera fugaz.
-Hola- Saludó el chico sin apartar la mirada de mi. Se ve que él tampoco se creía la situación, está claro que no esperaba que la loca del parque estuviera aquí
-Buenas tardes- Saludó mi padre- Alejandra saluda.- Mi padre mirándome a los ojos da más miedo que las llamadas perdidas de mi madre. Por lo que tuve que dar mi brazo a torcer.
-Emm, si, hola.
-Dajan, te quería presentar a mi hija Alexandra, Alexandra este es Dajan el hijo de Melany.
-¿Qué?- pregunte con la boca aún más abierta.
-Sí, son hermanastros- dijo mi padre leyéndome la mente.
-Padre nunca me dijiste nada de un hermanastro, ¡¡¡Ni siquiera lo vi en la boda!!!
-Ya lo sé, quería que fuera una sorpresa, no te enfades, y no le viste en la boda por que se fue a Inglaterra de intercambio.
Como para no enfadarme, mi padre me ha ocultado sobre la existencia de mi nuevo hermano mayor. ¿No tenemos suficiente confianza padre-hija?
Notaba como mi ira sobresalta por todos y cada uno de mis poros.
Respecto a él, hace unos minutos pensaba que eras una loca que cantaba por la calle a todo pulmón para llamar la atención. Aunque creo que sigue pensando que estoy loca.
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