-XXIV-
XXIV-Capítulo Veinticuatro: El Regalo.
1 A ñ o de Vida.
Tener nueve meses dentro a Nicolle Sophie, fue el regalo más grande que nos pudo otorgar la vida, sentir sus movimientos, escuchar su corazón en cada ecografía, verla en las ecografías, esperarla, anhelarla, soñar como sería tenerla, cargarla, amamantarla, cambiarle un pañal, bañarla, verla crecer.
Y la vida nos cambió, porque ser padres primerizos es una de las experiencias más gratificantes de nuestras vidas. Todavía tengo grabado lleno de colores aquel día cuando nació, cuando tuve el placer de cargarla y sentir la sensación más tierna del universo. Ver como se quedaba tranquilita cuando su padre la cargaba, al escuchar a 5 Seconds Of Summer se tranquilizaba mucho más y cerraba los ojitos.
Nuestros días eran radiantes, llenos de colores, llantos y pañales, pero valía la pena ver esos ojos pequeños cada noche. Las anécdotas más hermosas fueron:
🌟 Su primera papilla. Era un puré de verduras. La detestó. La vomitó y la tiró. Enseguida empezó a llorar sentada en su silla de comer.
Al cabo de un día volvimos a intentar que comiera algo, pero nada pasó.
Cuando finalmente transcurrió una semana de sus seis meses de vida, su media vida al lado de nosotros, empezó a comer las papillas de fruta y de esas no se salvó, porque las amaba.
🌟 Sus primeros gateos.
Una de las etapas que más me daba miedo, era sus primeros gateos, porque... ¡Sí! tengo miedo como madre primeriza, de verla caerse, llorar. No soporto verla sufrir en sÍ.
Toda la situación de sus primeros gateos fue dándose de manera satisfactoria. Desde el nacimiento de Nicolle, empezamos a ir con nuestra doula a clases semanales e incluso algunas eran mensuales sobre: estimulación temprana, allí aprendí junto a otro grupo de madres primerizas a ser más seguras, productivas y capaces.
Afianzó una relación consigo misma. Ella misma empezó a gatear con ayuda de la estimulación de mi doula, después de allí no había quien la detuviera, era súper rápida y ágil.
Escuchaba estacionar el auto de su papá y enseguida empezaba a llorar para que la sacara del coche, la cuna, la silla de comer, la bañera y empezaba a gatear para saludarlo y darle una amena bienvenida, sin duda, ese fue y se convirtió en el mejor recibimiento, incluso llegaba primero a darle un beso Nicolás a su princesa Nicolle que a mi, pero es... ¡un amor verdadero, algo irreal!
🌟 Sus primeros pasos.
La estimulación temprana no solo funcionó para que Nicolle se convirtiera en una niña inteligente y creativa, sino para que también diera sus primeros pasos.
Un día mientras estábamos en el centro comercial, se salió del coche, no tengo idea de como se zafó, se soltó y empezó dando sus pasitos en medio de un jardín. Me quedé sumamente embobada, la grabé como pude y se lo mandé por Whatsapp a Nicolas, quien enseguida me mandó un montón de corazones y un mensaje hermoso.
<<Que esos sean los primeros de muchos pasos que dé nuestra princesa. Te amo, corazón. ¡Estás siendo la mejor madre para ella! Celebramos esos pasitos pronto. >>
Empezó caminando mucho más desde ese acontecimiento. Esos pasos fueron teniendo nueve meses, sí, señoras y señores, la estimulación a mi niña se le sentó de maravilla.
Para así... ¡Celebrar su primer cumpleaños con ella caminando muy veloz!
🌟 P R I M E R CUMPLEAÑOS.
"Hija de mi vida,
hija de mi corazón,
cambiaste mi perspectiva,
mi manera de ver la vida,
es mucho mejor, siempre"
Doce meses desde aquel maravilloso día. Trescientos sesenta y cinco días. Todo cambió desde que aquel ángel pequeñito cruzó nuestras vidas en aquella prueba de embarazo positivo. Mi mundo es colores y alegrías con ella en mi vida.
La primera palabra de Nicolle fue <<papa>, sumamente hermoso fue el momento cuando lo pronunció, en un viaje de tres, familiar lleno de romanticismo.
Con una niña tan pequeña lo menos que nos esperábamos era que otro milagro de vida podía estar en camino. Desde el día que tuve a Nicolle mi recuperación post-parto fue lenta, mi barriga no se redujo tan fácil, empecé Yoga, ejercicio, pero disminuyó notablemente fue con la lactancia materna, me sentía nueva y Nicolás me lo decía a menudo, según <<los dioses te han tallado perfectamente después del embarazo, amor>>, solo le sonreía y le agradecía por sus palabras.
Me cuidaba con una pastilla anticonceptiva compatible con la lactancia, pero no pensé que podía ser muy fértil estando con una bebé tan pequeñita. Siempre había pensado tener a mi niña grande y después tener otro bebé, pero mis planes cambiaron y fallaron.
Nos preparábamos para celebrar el cumpleaños número uno de nuestro retoñito, todavía una bebé que apenas hablaba, comía por sí sola, dependía de mí para cambiarle el pañal, amamantarla a demanda y hacer de su vida mucho mejor.
Llevaba sintiendo un asco terrible con olores que amaba como el perfume de Nicolás, además una noche me trajo chocolate caliente, porque era uno de mis postres favoritos y lo vomité. En mi embarazo anterior supere los síntomas, pero igual los experimenté.Alrededor de una semana algo en mí, una alerta se activó, me sentía extraña y para salir de dudas decidí ir a la farmacia, tenía que comprar esa prueba.
Recuerdo esa tarde de la prueba de embarazo. Estuve toda la mañana vomitando, pálida, no me provocaba comer nada, estaba terrible. Decidí que no podía seguir más con la duda, por ello, me fui a la farmacia, aproveché con la excusa de comprar pañales y algunas cositas que necesitaba para Nicolle, quien estaba conmigo por esa radiante tarde.
Había salido ese día del preescolar, pero lloró, quería estar enganchada al pecho, en mis brazos y súper mimosa. Nicolle, empezó teniendo once meses el preescolar, por varias razones, entre ellas, porque volví al trabajo, me sentía fenomenal haciendo lo que amaba medio día, aunque mis tardes eran exclusivas para mi princesa llena de luz. Además en decisión de pareja, acordamos que Nicolle debía interactuar, aprender y hacer otras actividades rodeada de niños de su misma edad.
Entré a la farmacia con Nicolle por fin dormida en el coche, llevaba un montón de nervios encima, no tenía idea de porqué, pero me permití dejarlo cuando sostuve la prueba de embarazo entre mis manos, tomé varias por si acaso, más vale prevenir que lamentar después.
Salí con mi bebé, las bolsas llenas de pañales, cremas, maquillaje, pastillas y las pruebas de embarazo. Manejé nuevamente a casa, aproveché que Nicolle estaba dormida tranquilamente para hacerme las pruebas de embarazo, oriné y esperé, ese proceso ya lo había vivido, pero jamás se había sentido tan terrible, quería llorar, me acosté en la alfombra con el celular encendido con una alarma para verificar los resultados. Decidí grabar el momento, porque... y sí, estaba... esperando. ¡Ay no!
No debería, pensé.
Nicolás es muy precavido. Él siempre me ha cuidado. Siempre se han encargado de ser mi custodiador. Hablamos sobre cuidarnos por varios años para criar a Nicolle.
Las pastillas todos los días me las tomé. Pero, pudieron no ser 100% efectivas, no ser compatibles conmigo, no funcionar porque eso pasa.
La lactancia no es un anticonceptivo. Además por días, Nicolle era sumamente demandante, me tenía literal como un chupón, tomaba por la mañana, cuando la recogía de la guardería, para dormir la siesta de la tarde, en la noche y en la madrugada, intentaba reducir las tomas, pero ella, por días era demandante.
No, no puedo estar embarazada.
Definitivamente no, porque... estoy siendo madre de una bebé de un año. ¡No, para nada podría estar embarazada! Simplemente no quería tener otro o otra bebé.
Tomé valor, respiré profundamente y me levanté de la alfombra del baño, tomé la prueba de embarazo entre mis manos y leí...
+(POSITIVO) en una prueba de embarazo.
Suspiré, eso no podía ser real. ¡Estaba embarazada de mi segundo bebé o mi segunda bebé!
Sinceramente no sabía cómo reaccionar ante lo que tenía en manos, en sí... quería llorar, pero me contuve.
Esta situación no puede ser... Mi niña es súper pequeña.
Todavía no celebramos su primer cumpleaños y ya estoy esperando otro bebé.
¡No puede ser! No podía ser verdad, pero lo era.
Decidí guardar la noticia para mí, oculté las pruebas de embarazo con mucha delicadeza en mi cómoda de ropa interior, allí jamás revisaba nadie y estaban seguras. Además no creía justo que mi niña tuviese otra noticia en medio de su primer cumpleaños, porque ese era su día, su momento especial.
El cumpleaños de Nicolle Sophie fue el mejor de todos los que pudieron existir en la historia, porque tenía a las mejores tías del mundo, la amaban intensamente e inmensamente, organizaron de manera exitosa una celebración con la temática favorita de la princesa: Minnie Mouse, ya que la vida de Nicolle giraba en torno a Minnie, estaba enamorada locamente.
Teníamos un pastel hermoso, un montón de regalos de toda clase, una decoración impecable, globos, música, colchón inflable, juegos, entretenimiento, suficiente atención, cantamos cumpleaños feliz, la princesa sopló la velita, abrió sus regalos los cuales amó: un bolso de Minnie Mouse que no quería abandonar, un traje de baño de Minnie Mouse y juguetes varios, los demás como ropa, zapatos, maquillaje, los abandonó.
Ese fue un día intenso, pero bonito. Finalmente mi bebé se durmió en mi pecho, era mi tesorito tan pequeño, por ello, no me atrevía a ser madre tan rápido, pero mi otro retoño también merecía vivir, pensé.
Después de mucho pensarlo, decidí revelar la noticia tras ir a hacerme la primera ecografía sola, con mucho nervio, pero para estar segura. Descubrí también tener seis semanas de embarazo, por ello, tendría que revelar la noticia pronto, pues... la pancita no tardaría en notarse.
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