Décimotercer Capítulo
Miraba por la ventanilla del avión. Mi respiración empañaba el vidrio de la misma. Tenía la mirada fija en las esponjosas nubes pero mi cabeza solo podía pensar en una sola cosa. Una noticia que me había enterado el día de ayer y movía cielo y tierra para conseguir un pasaje de avión a Nueva York.
¿Por qué no había hecho lo mismo antes? ¿Por qué no insistí? ¿Por qué tengo que ser tan idiota?
Sentí como una lágrima descendía por el costado de mi mejilla. Una opresión en mi pecho hizo que curvara la espalda y me llevara una mano al corazón. Me dolía. Me dolía mucho.
Eran las tres treinta de la mañana cuando Alex y yo estábamos en mi apartamento. Ambas habíamos estado planeando un evento que se realizaría a finales de agosto (Lo sé, faltaba mucho pero es mejor estar preparados. Siempre es mejor organizar las cosas con un mínimo de ocho meses de anticipación).
Ella se había quedado dormida en el sofá de la izquierda mientras yo lo había hecho en el de la derecha. Fue entonces cuando el teléfono sonó rompiendo la atmosfera de serenidad.
Me desperté bastante adormilado, no entendía que era lo que sonaba. Tantee la mesita junto al sofá y pude tomar el teléfono.
_____: ¿Hola? —pregunté con la voz adormilada.
No escuche nada, solo un llanto incesable. Me incorporé de un salto y me quite el teléfono de la oreja para ver qué número marcaba el captor.
MAMÁ.
Me espanté. Mamá no llamaría a esa hora de la noche si no hubiese pasado algo grave.
_____: ¿Mamá que sucede? ¡Respóndeme!
Vi como Alex se iba despertando, al parecer estaba más despierta que yo porque se sentó de inmediato en el sofá. Posiblemente percibía las malas noticias.
— T...Tú padre…
____: ¿Papá? ¿Qué pasa con papá? —las lágrimas desembocaron en mis ojos rápidamente. Tenía una idea de lo que me podía decir pero no quería aceptarla.
— Murió… —y volvió a llorar.
¿Murió? No… no debía de estar bromeando, no podía morir. ¡NO! Aun no lo había visto. No me había podido despedir de él, ¡Ni siquiera tuve tiempo de verlo! ¡Él no puede estar muerto!
Mi mirada estaba clavada en la peluda alfombra blanca. Alex me dijo que las lágrimas caían por mis mejillas como si estuviesen en una pista de carreras. Mi cara estaba completamente roja al igual que mis ojos.
Colgué el teléfono, porque simplemente no podía seguir hablando. Alex comprendió todo en menos de un segundo y corrió a mi lado. Me abrazó como nunca antes lo había hecho y yo no me solté ni por un segundo de su agarre.
Mi papá. ¿Qué iba a hacer sin mi papá?... No había tenido tiempo de pasar con él sus últimos días. La última vez que lo había visto era hace casi dos meses… Y sé que dirán que eso no es nada pero aquel mes que estuve con él, era la primera vez en un año que lo volvía a ver. Y le prometí que volvería… Y ahora no podré hacerlo porque él ya no está más aquí… se fue lejos de mí.
El ver como echaban la tierra sobre su ataúd fue devastador para mí. Me di media vuelta y me alejé de allí, no quería ver aquello. No quería pensar que después de aquello solo vería su lapida.
Mire a mi alrededor y pude ver el bello paisaje del cementerio. Al menos estaría en un bello lugar. Él siempre había querido que lo enterrarán allí, después de todo su familia estaba en aquel lugar, por ello tuvimos que trasladarlo a Nueva York.
Nueva York
Esa palabra retumbó en mi mente. Había jurado no volver a aquel lugar pero ya veo que rompí mi promesa. ¿Pero qué más da? Solo habían pasado un par de semanas desde que me fui y desde que seguramente él fue internado. No hay manera de que éste allí ahora… ¿O sí?
Me detuvo en seco, y creo que mis lágrimas hicieron lo mismo. Tal vez el que estaba allí no era Logan pero definitivamente era pariente de él. ¿Qué hacía aquí? ¿Cómo se enteró?
Lucas vestía un traje negro y traía una rosa roja en la mano. Tenía una mirada triste en su rostro.
Lucas: Hola… —me dijo con timidez una vez que se acercó a mí.
____: ¿Qué haces aquí? —le pregunté tajante.
Lucas: Tú madre habló con mi abuela… pensó que tal vez decírselo a ella sería mejor que hablar directamente con nosotros… por todo lo que nos está pasando.
____: Oh… Pero quiero que sepas que yo no tuve nada que ver. Si fuese por mí no les hubiese avisado.
Lucas me dedico una mirada de tristeza.
Lucas: Si vas a estar enojado con alguien, que sea con Logan, no con nosotros.
_____: Ustedes fueron cómplices, pero ya me da lo mismo todo.
Lucas: ¿Por qué eres así? Dijiste que lo amabas y lo seguirías amando sin importar qué.
_____: Eso fue antes de descubrir la clase de personas que Logan puede llegar a ser —sentí un nudo en mi garganta. Fruncí mi nariz para que las lágrimas no salieran—. ¿Sabes qué? La muerte de mi padre fue muy dolorosa…. Pero me sirvió de práctica.
Lucas: ¿Qué quieres decir?
_____: Vi a mi padre solo un mes antes de su muerte… —hice una pausa—. Y no diré que Logan también morirá pero solo tuve un mes para estar con él. Yo me despedí bien de mi padre, le prometí que volvería y no lo hice y ahora no podré remediarlo. No puedo volver el tiempo atrás pero créeme que si lo hiciera no hubiese perdido el tiempo con Logan. ¡Sí él no quería que estuviese con él al momento de internarlo, me lo hubiese dicho desde el principio! Creí que me dejaría quedar, ¡pero solo me hizo perder el tiempo!
Lucas: No, escucha, eso te lo puedo explicar. Ayer…
_____: ¡NO QUIERO SABER NADA DE ÉL! —le grité furiosa—. Gracias a él no pude volver a ver a mi padre. ¡Gracias a él rompí mi promesa!... Me duele en el alma no haber podido volver a ver a mi padre… Si las cosas hubiesen sido diferentes como que yo ahora estuviese con Logan, está bien, no me dolería tanto porque ellos ya lo sabían y él me entendería… pero que Logan me haya hecho perder el tiempo para nada me hace enfurecer.
Lucas: ¿adónde quieres llegar con todo esto? —preguntó serio pero preocupado.
____: Lo que pasó con mi padre, y lo que está pasando con Logan es básicamente la misma situación. Y debo decir que la muerte de mi padre me tomó por sorpresa y me dolió en el alma. Sufro mucho por su pérdida pero… pero si a Logan le llegara a pasar lo mismo yo no podría sufrir por él. No podría sentirme mal por alguien que pone por encima lo que cree es lo mejor para los demás cuando no es así. ¡Él me obligó a irme! —intensifiqué el obligó—. No me dejo siquiera ayudarlo porque decía que no quería verme sufrir y demás… ¡él no controla mi vida! Pero tuve que hacer lo que él me pidió porque debía de elegir entre su muerte o su vida… Y yo elegí el que viviera… pero eso tiene un precio—hice una larga pausa, y creo que Lucas esperaba escuchar lo peor—. Si Logan muere o vive… no me lo digas. No me lo digas nunca. Si quieres, a partir de este momento has como si nuestras vidas toman distintos caminos y jamás nos volvimos a ver.
Lucas: Por favor no me pidas que le diga eso…
____: ¿Y qué esperabas? ¿Qué cuando él estuviese bien volvería conmigo? ¡NO! No permitiré que alguien como él se salga con las suyas. Él me hizo sufrir y para mal… Ahora es su turno. Le mostraré cuales fueron las consecuencias.
Lucas: No, escucha, tu no entiendes lo que…
_____: ¡Tú eres el que no entiende! —le interrumpí—. No quiero saber nada de él. Si está bien, si está mal, ¡me da lo mismo! No me importa Logan. ¿Cómo puede importarme alguien que ni siquiera me ama?
Lucas: Él te ama más de lo que tú crees.
_____: ¡Entonces me hubiese dejado quedarme! Que lo ayudará a superarse. ¡No a alejarme acostas de su propia vida!
Lucas: Sabes que es orgulloso pero estos días él…
_____: Orgulloso o no…. Esto es lo que se gano. Si en verdad dices que me ama, respetará mi decisión como yo respeté la de él. Yo no lo visitaré ni apareceré en el hospital ni nada… pero él debe prometer no cruzarse en mi vida nunca más.
Lucas: No sabes nada como para decir estas cosas.
_____: ¿Te duele? ¿O sabes que a él le dolerá?
Lucas simplemente no me respondió.
_____: Pues a mí también me dolió… Y aun así sigo en pie sin importar que —sentí como varias lágrimas caían por mi rostro—. Dile hasta pronto de mi parte —limpie mis lagrimas y rápidamente me di media vuelta para salir de allí.
¿Qué se suponía que debía decirle? ¿Qué Logan sufría por su ausencia? ¿Qué confundió a mi hermana con ella? ¿Qué ella era lo más importante en su vida? Pues nada de eso valdría la pena si se lo decía. Ella ya había tomado una decisión, y al igual que Logan (orgullosos y tercos), nadie la podría hacer cambiar de opinión.
Nunca le conté esto a Logan, sino cinco meses después de que sucedió, mientras estaba en una sesión de quimioterapia. Y para serles honestos, lo mal que lo había visto en el hospital se había quedado muy, muy pero muy atrás después de que le dije aquella noticia.
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