C u a r e n t a y o c h o
Ni Jungkook ni yo creímos que acabaríamos nuestro día cuidando de Hayoung y, sobre todo, de Jihyun. De Hayoung ya me he encargado con enviarla a hacer sus deberes de la escuela y asegurarle de que yo cuidaría del bebé junto a Jungkook. Ahora mi único deber era Jihyun y Jungkook.
Pese que Jungkook tuvo un buen comienzo con Jihyun, cuando le pedía cargarle se negaba rotundamente, tomando así una postura como si le diera repelús tomar a mi hermano entre sus brazo. Mi solución a esto fue armar el piso de espuma que Byul utilizaba para que Jihyun jugara sin tener contacto directo con el piso. Me encargué de darle de comer a Jihyun de la compota de manzana que compré por el aplicativo mientras que Jungkook estaba haciendo no sé qué en la cocina.
Poco después escuché las pisadas de Jungkook cuando yo me encontraba limpiándole la boca a Jihyun, él se sentó a mi lado y mi gesto cambió ni bien lo vi. Para ser más exactos, miraba lo que traía en las manos.
Era la compota de Jihyun.
¿Qué rayos estaba haciendo Jungkook comiendo la compota de mi hermano?
—Disculpe, señor, ¿puedo preguntarle por qué está comiendo eso? —le digo. Jungkook repara en el pequeño frasco y encoje sus hombros como respuesta.
—Control de calidad, tal vez. —Me dice. Este hombre debía de estar loco—. ¿Compota? —me ofreció.
—¿Acaso querías comprobar que no me lo hayan vendido con veneno? —Jungkook vuelve a encoger sus hombros, no dice nada después—. Esto es increíble.
Jungkook resopla y deja la papilla a un lado.
—Yo no pedí venir a cuidar a un bebé.
—Dime que me estás jodiendo, cabrón. Tampoco te supliqué que te quedaras.
—Pues qué pena, ya estoy aquí.
Ignoré olímpicamente a Jungkook por el resto de la hora que me ocupé distrayendo a Jihyun con sus peluches. A esta edad se supone que bebés como Jihyun aprenden a gatear; por el momento no he visto hacerlo, así que no sé si él sabrá o Byul todavía no ha querido comenzar esos ejercicios con él. Por lo que, por el momento, Jihyun y yo estamos a gusto acostados en el suelo.
Al pasar de los minutos, Jungkook también se echa en el suelo para descansar un poco. De vez en cuando regresa a verme con su ceño fruncido ya que comencé a cantarle algunas canciones que eran de mi infancia a Jihyun.
—¿Qué? —le pregunto a Jungkook luego de un rato que me seguía mirando.
—¿No te parecen tontas las canciones infantiles? —pregunta no como si fuese una pregunta ofensiva, más bien era algo así como una pregunta filosófica que le vino del más allá.
—Para la edad a la que va dirigida está bien. Tampoco debe tener una letra tan profunda —contesto mientras sostengo a Jihyun entre mis brazos—. Además, que sea pegajosa para él sobra y basta.
—Por eso los niños son tontos e inútiles.
—Una canción infantil no hace daño a nadie. Es raro que pienses así.
—Solo digo: ¿De qué sirve que nos niños sepan de un sapo que nadaba en el río con su cacheta verde porque se moría de frío? —Vuelve a hablar. A este punto le pediré a Hayoung la cinta industrial para ponérsela a Jungkook—. En primer lugar, un sapo no viste ropa; en segundo, los animales pueden regular su propia temperatura, por lo que no necesitarían de una chaqueta. Es lógica.
—No discutiré esto porque es absurdo. Vamos Jungkook, no todo en la vida debe tener lógica —insisto antes de perder mi paciencia—. Ya olvídalo.
—Pero explícame cómo un sapo puede…
—¡Muy bien, me harté! — zanjé. Inmediatamente me levanté del piso y miré la hora en mi celular. Jihyun ya debía de irse a dormir—. Iré a la cocina para calentarle la leche a Jihyun. Cuídalo y no le digas nada que pueda traumarlo.
—No te preocupes, sé que las terapias luego son costosas —responde mientras se va alejando de Jihyun y se sube al mueble con las piernas recogidas en su pecho.
Jungkook se estaba comportando como si hubiese visto una rata pasar delante de sus ojos y se está refugiando de ser atacada. Esto era patético. ¿A qué le temía realmente Jungkook?
Confío en que nada más extraño sucederá y entro a la cocina para calentar la leche que Hayoung antes le había preparado a Jihyun. Busco una pequeña olla en donde verter la leche, miré por todos lados hasta que la encontré en el lavaplatos, sucia. Es un hecho que Hayoung no puede cuidar a Jihyun sola, o al menos este ha sido su peor día.
Escucho que una puerta se abre y deduje que se trataba de Hayoung que viene por algo en específico. Y acierto en la primera premisa, porque luego escucho a Hayoung hablar con Jungkook sobre no sé qué. Trato de terminar rápido de lavar la olla para ponerle la leche y dejarla bajo una de las hornillas a fuego bajo.
Me asomo por la ventana de la cocina que daba a la sala y veo a Hayoung sosteniendo a Jihyun para dárselo a Jungkook, el cual estaba negando con la cabeza y ocultando sus brazos detrás de su espalda.
—Jeon, a mí también me da miedo Jihyun. Parece aterrador, pero no hace nada.
—No me gustan los bebés.
—¿Y tú crees que a mí sí? —Resopla Hayoung—. Ya tómalo.
Jungkook curvea sus labios hacia abajo y, como si estuviese dudando, va acercando sus brazos a Jihyun. Hayoung lo deja en sus brazos y se asegura de que Jungkook no lo deje caer.
Jihyun mira a su alrededor hasta que repara en la cara miedosa de Jungkook. Intenta tocarle la cara, pero Jeon simplemente lo aleja, inmediatamente Jihyun suelta un quejido que se puede asemejar a una risa.
—¿Qué acaba de hacer? —pregunta Jungkook.
—Reírse. —Responde Hayoung tajante antes de irse de nuevo a su cuarto.
Regreso a la olla y veo que la leche ya estaba soltando un poco de burbujas. Apago la hornilla y muevo la olla a la de la derecha. Espero a que se enfríe un poco mientras voy limpiando el biberón.
Poco después regreso a la sala y veo a Jihyun sentado en el mueble y a Jungkook en el piso de espuma, casi a unos dos metros y medio de distancia de mi hermano.
—En serio, déjame preguntarte cuál es tu problema con Jihyun —Jungkook se cruza de brazos mientras va gateando hasta llegar a mi lado—. Te habías entendido bien con él.
—Tampoco es que lo haya pedido, tú solo me lo diste y… Se quedó tranquilo. Fue raro —me dice.
Tuerzo mis ojos antes de agarrar a Jihyun y destapar el biberón de lecho para ponerle la tetilla de la boca en la boca del bebé. Espero a que la reciba y comience a mamar de ella. En voz baja voy tarareando canciones de cuna mientras tomo la mano de Jihyun y la acaricio.
Jungkook se sienta a mi lado con cuidado de no distraer a Jihyun. Nos mira muy atento a los dos, más a Jihyun, quien le iba pestañando de vez en cuando y sus ojos divagaban a la dirección en la que Jungkook miraba. Regreso ver al pelinegro y este sigue absorto del lenguaje corporal del bebé, sin embargo, en sus ojos veo un destello que no había visto antes, era como si darle de comer a Jihyun fuese lo más grandioso y fuera de lo normal que hay en este mundo.
—Está tranquilo —dice sobre mi hombro.
—Es importante que el bebé y la persona que esté amamantando al bebé estén tranquilos. Es fundamental para ellos —digo.
—Tu hermano me está mirando mucho —me avisa. Regreso a mirar a Jihyun y efectivamente estaba atento a Jungkook como antes—. Dile que deje de hacerlo.
—Te está conociendo —Jihyun saca el chupón de su boca y estornuda antes de sonreírnos a los dos. Sus manos agarran una vez más el biberón y llevárselo a la boca—. ¿Por qué no intentas darle de comer?
—No, paso.
—Vamos. Si Jihyun sigue viéndote va a quedar bizco —Jungkook aplana sus labios y tira su cabeza para atrás—. Vamos, cariño, yo te enseño.
—Si Jihyun llora, es tu culpa —dice finalmente antes de extender sus brazos.
Saco el chupón de la boca de Jihyun y dejo el biberón entre Jungkook y yo. Tomo a mi hermano entre mis brazos y se lo paso a Jungkook mientras le voy indicando cómo lo debía de sostener, él lo va haciendo y de a pocos su temblor en las manos desaparece. Finalmente, Jungkook toma el biberón y le va restregando la tetilla entre la boca de Jihyun hasta que lo acepta.
Jihyun ahora está pendiente solo en Jungkook y viceversa. Pareciera como si yo no pintara nada ahí; pero igualmente me quedo por si las cosas se complican.
—Cantarle o hablarle también sirve —sugiero.
—Suficiente tengo con tenerlo entre mis brazos —dice entre dientes—. Además, ¿de qué se habla con un bebé?
—Entonces intenta cantarle —respondo.
Jungkook se lo piensa un momento hasta que lo hace. Empieza a cantarle el himno nacional de Corea del Sur. Esto debía de ser una broma.
—¿Qué es eso, Jeon?
—Una canción. —responde irónico.
—Pero esmérate un poco más. Otra canción —Jungkook frunce su ceño—. ¿Te sabes alguna canción de cuna? —él niega.
Decido ayudar a Jungkook con esa parte y busco en mi celular la letra de una canción que recuerdo que mamá me cantaba cuando era más pequeña. Esta era de una banda que a mi abuela le gustaba y a mi madre también.
—I don’t know what you do —empiezo a entonar la canción un poco insegura—. You make me think that you will change my life forever…
De pronto, la atención de Jungkook y la de Jihyun no estaba en el otro, sino en mí y en mi canto. Mientras que Jungkook estaba sonriendo de lado sin ser consciente de que la leche se estaba derramando por el cuello de Jihyun, mi hermano pestañaba de manera lenta y sus ojos se abrían un poco más. Asimismo, atrás de Jungkook apareció Hayoung para mirarnos a los y sonreír con satisfacción.
—You thrill me, you delight me. You please me, you excite me —mis ojos dejan de mirar a Hayoung y a Jihyun para concentrarme en Jungkook. Se supone que la canción estaba dedicada a mi hermano; pero poco a poco ese sentimiento cambió hacia Jungkook—. You all that I’ve been yearning for. I love you; I adore you; I lay my life before you, I only want you more and more. I’ve been waiting for you…
No sé si era porque me estaba volviendo loca o porque realmente estaba pasando; pero el ambiente cambió tan de repente cuando sentí como si Jungkook, Jihyun existiésemos nada más en este espacio. La forma en cómo Jungkook dejó el biberón de Jihyun a un lado solo para abrazarme y sentirse más cerca de mí, era como si estuviésemos actuando como una familia. Aquella que Jungkook quiere evitar por temor.
Jungkook se va acercando cada vez más a mí sin romper el abrazo y sin soltar a mi hermano. A la vez, yo voy haciendo lo mismo hasta sentir que nuestras narices se rozan y nuestros labios están a nada de tocarse.
«Ahora solo falta que Hayoung se entrometa» —pensé ni bien supe que Jungkook estaba decidido a besarme, como yo a él.
—Bueno, si se van a besuquear es mejor que me lleve a Jihyun —tercia Hayoung logrando que Jungkook se aleje de mí y le entre a mi hermana a Jihyun.
Hayoung acaba de declarar su sentencia de muerte.
—Es tu hermana que me quiere seducir —le dice Jungkook a Hayoung. No lo golpeo nada más porque estoy pensando en una forma de cómo matar a mi hermana sin ser descubierta; y estando cerca de Jungkook y su trabajo tengo tantos ejemplos—. Es su frustración sexual la que habla.
Esperen, ¿qué dijo este imbécil?
—Repite lo que dijiste si todavía tienes huevos. —Reparo molesta.
—Uhh, esto me huele a pelea —Hayoung se sienta en el suelo en medio de los dos con Jihyun en sus piernas.
—Ya sabes: frustración sexual —vuelve a decirlo—. No tienes porqué sentirte avergonzada, yo también lo tengo. Por eso siempre seguía tus jueguitos para provocarme y que termináramos fo…
Antes de que Jungkook siga hablando de nuestras intimidades —a pesar de que yo ya había hablado de ello con Hayoung hace mucho—, me avergonzaba que mi hermana supiese de más lo que Jungkook y yo hacemos. Y lo peor es que él tiene razón, la última vez que fingí estar molesta con Jungkook y decidí retarlo es para ver si él era capaz de hacer algo cuando me viera; pero tengo a alguien que respeta mucho las condiciones que le impuse en un comienzo y de las cuales me encargaré de deshacerme cuanto antes.
—Dices una palabra más y dejo que Hayoung descuartice tu cuerpo. —Digo entre dientes, muy cerca de su cara, antes de quitar mi mano.
—Solo es deseo y necesidad. Es normal entre dos entre dos personas que pasan mucho tiempo juntos y prácticamente están intentando ser algo.
—Estoy de acuerdo con mi cuñado —tercia una vez más Hayoung—. Cojan en la sala si quieren. Yo sé dónde Jeong-se tiene guardado sus condones; pero no lo hagan frente a Jihyun. Está muy bebé.
—Gracias por la sugerencia. Dame tres condones, por favor.
—Enseguida.
—¡No vas a ir por nada! —Y aquí es cuando mi paciencia se acabó—. Jungkook y yo estamos bien.
Hayoung suelta una carcajada y se tira al suelo con Jihyun en su pecho. No se detiene luego de unos cortos minutos, suelta a Jihyun por el piso y yo lo vuelvo a tomar para ya llevarlo a su habitación y hacerlo dormir.
Dejo al par de fenómenos en la sala y cierro la puerta de la habitación de Jihyun. Nuevamente vuelvo a cantar la canción de antes mientras voy golpeando levemente la espalda de mi hermano para hacerle eructar. Me paseo por la habitación de Jihyun para mirar todo lo que tiene; hay muchos cuadros de animalitos y algunas fotos de él, en la esquina derecha del lugar está su cambiador en donde se encuentran sus pañales y su talco para la piel, en la otra esquina estaba una mecedora de caballito de peluche, en otra parte estaba el sillón en donde Byul se encargaba de darle de comer y en el medio estaba su cuna blanca con su móvil de estrellas y nubes arriba.
Un primer eructo sale de él y yo me desconcentro de la canción al darme gracia. Poco a poco voy cambiando la canción a una que era muy especial para mí, puesto que mi madre la había creado solo para mí. Nada más tenía que cambiar mi nombre por el de Jihyun y ya se volvería “su canción”. Me fui a sentar en el sillón para estar los dos un poco más relajados y así lograr que se durmiese más rápido.
Pero un hombre de la oscuridad entró en mal momento a la habitación, haciendo ruido y provocando que Jihyun se alterara. El bebé comenzó a llorar, me vi obligada a levantarme del sillón y salir del cuarto sin dirigirle una sola palabra a Jungkook.
—Ay no —dice Hayoung con las manos en la cadera—, iré por la cinta y unos tapones de oído.
—No es necesario. Ahora me encargo de él. —Respondo cansada. Cuidar de un bebé me había quitado toda la energía que me quedaban, me urgía dormir.
—Primero, no pretendí que eso sucediera —aparece Jungkook atrás de mí—. Segundo, Hayoung y yo tenemos hambre, iremos a comer por aquí cerca. ¿Quieres que te traigamos algo de comer?
—Un wrap de pollo crujiente.
Jungkook asiente y me jala de mi cárdigan con cuidado para darme un beso en la mejilla e irse con Hayoung del departamento.
En cuanto a Jihyun, tuve que sentarme con él en el suelo para jugar a “¿Dónde está el bebé?” hasta que se calmara. Luego de repetirlo como unas cinco veces, mi hermano dejó de llorar y en su lugar comenzó a sonreír con ganas de aplastarme los cachetes con sus pequeñas manos. Después, para seguir con esa calma en él, me acosté en el piso y me puse de lado para hacer mover uno de sus peluches y fingir una voz más aguda; Jihyun se veía hipnotizados por el espectáculo que le armé. No obstante, poco a poco comenzó a acercarse a mí para acurrucarse en mi pecho y empezar a lamerlo hasta que se cansara; por otro lado, yo empecé a hacerle masajes en su cabello hasta que eso lo calmó y empezó a cerrar a sus ojos.
Asimismo, el cansancio me fue consumiendo de a pocos, pues este día he tenido que batallar con muchas cosas: Yoongi, Hayoung, yo misma, Jihyun y Jungkook. Este último fue el peor de todos.
Mis ojos comienzan a cerrarse y no demoro mucho en conciliar el sueño junto a Jihyun.
****
Hayoung y volvimos a su casa luego de no menos de una hora. Entrando vimos a Blake y a Jihyun durmiendo en el suelo en la pose de cuchara. Era una imagen sumamente tierna para mí, Blake tiene ese instinto maternal del cual me he enamorado en estas horas, su forma tan delicada de cuidar de su hermano y estar al pendiente de cada cosa fue simplemente bello. Por desgracia —para ella—, yo jamás lograría ser así con un bebé; comportarme tan atento y paciente como ella me tomaría años.
La hermana de Blake se acercó a ellos y tomó al bebé entre sus brazos con cuidado de que no se despertara mientras que yo dejaba la comida en la mesa de comedor y me acercaba a mi propia bebé grande. Muevo a Blake con lentitud hasta que ella misma se va despertando del sueño y en cuestión de milisegundos se altera por no tener a Jihyun en sus brazos.
—Jihyun…
—Hayoung lo llevó a su cama —le digo—. Vámonos a casa para que descanses. Allá puedes comer.
—No… Podemos quedarnos un rato más aquí. Hasta que mis padres vengan al menos —musita aún somnolienta—. Tengo miedo de que Hayoung y Jihyun se queden solos.
—Por mí no te preocupes, Blake. Puedo estar bien sola —tercia su hermana en la conversación—. Tú ya vete a tu casa con Jungkook, ambos me han ayudado bastante con Jihyun.
Blake intercambia unas cuantas palabras más con su hermana hasta que finalmente toma la decisión de dejarla en casa.
Antes de despedirme de la menor, agarré la comida que era para Blake y se la entregué luego de que terminó de abrazar a fuerzas a Hayoung. Yo solo me despedí con la mano y me fui del departamento al lado de Blake.
Ella estaba tan cansada de este día que tuve que cargarla hasta el coche y sentarla en el lado del copiloto. Mientras manejaba, de vez en cuando regresaba a mirarla para ver qué es lo que estaba haciendo, desenvolvió la comida que le compre y empezó a comérsela de a pocos mientras miraba lo que estaba al frente suyo.
Llegando a su casa, apagué el auto y me quedé haciendo nada. Esperaba que Blake se despidiera de mí; en cambio, me dijo:
—Quédate a dormir esta noche —pidió mientras se iba limpiando el resto de comida que estaba cerca de su boca.
No me negué a lo que dijo, de hecho, siempre me gustaba dormir con ella; pero en esta ocasión, no sé porqué siento mi corazón latir mientras que nos acercábamos cada vez a la puerta.
No un sentimiento de miedo o terror, con Blake jamás sucede aquello; pero sí se podría decir que era como nerviosismo, uno que me está atacando muy fuerte.
****
Luego de irme a cambiar de ropa y poner la otra en mi cesto de ropa sucia, regreso a la sala para encontrar con Jungkook y disculparme con él por lo de anoche.
Pero lo haría a mi modo.
—Creo que todavía no te he agradecido —digo mientras con caminando lentamente hasta el sillón.
Jungkook me mira sin expresión alguna para luego extenderme su mano y decirme, con tan solo esa acción, que la tomara. Extiendo también la mía e inmediatamente siento las caricias del pulgar de Jungkook sobre el dorso de la mano.
—¿Sobre qué? —Inquiere.
Me animo a mí misma a seguir con lo pensado y apoyo una rodilla al costado de la pierna de Jungkook mientras que voy apoyando la otra al otro extremo. Nuestras manos se sueltan y Jungkook, quien está debajo de mí, se tensa de tal modo que puedo verlo pasar saliva y apretar los cojines que están a su lado.
Por mi parte, solo sonrío ante su acción nerviosa y acaricio una de sus mejillas para calmarlo. Cuando Jungkook empieza a tranquilizarse, su mano pasa por mi muslo derecho para acariciarme, aún sin ninguna expresión en el rostro.
—¿Qué estás haciendo?
—Quiero agradecerte por todo lo que haz hecho por mí en este tiempo —finalmente me siento en el regazo de Jungkook. Él contrae sus piernas, nervioso, para luego volver a su anterior pose.
—No tienes que agradecer nada, Blake.
Mis manos suben por su pecho hasta colocarse detrás de su cabeza. Asimismo, mi cara se va acercando a la suya; nuestras narices chocan y eso hace que yo sonría ampliamente mientras que Jungkook lo hace de lado.
—Sí tengo que hacerlo. Quiero hacerlo —musito mientras que mis dedos juegan con su cabello, el cual ha estado creciendo últimamente—. Quiero agradecerte por haberme cuidado muy bien todo este tiempo.
Mi boca roza con la mejilla izquierda de Jungkook antes de depositar un beso lento. Él suelta una risa nasal que logró escuchar.
—También quiero agradecerte por haberme hecho sentir bien. Creo que por ti soy menos caprichosa que antes.
Ahora beso la punta de su nariz. Jungkook cierra sus ojos y deja que sus manos estén sobre mi cintura.
—De eso no me he encargado yo, bebé; lo hiciste tú —Jungkook me devuelve el beso en la mejilla con mucha ternura y paciencia.
—Lo hicimos juntos.
Me acomodo mejor en el regazo de Jungkook antes de acercarme a él y sentir que todo pasa en cámara lenta cuando mis labios chocan contra los suyos e iniciamos una sincronización perfecta por cada milisegundos que pasa.
Había pospuesto por mucho tiempo este momento, siendo tan ansiosa e insegura por no saber cuál era el momento indicado. Sin embargo, ya nada importante, porque ya lo estaba haciendo. Estoy besando a este chico que me gusta mucho, al que quiero conmigo por el resto del tiempo que nos permitamos estar juntos; y esperaba que eso sea para siempre, puesto que estoy segura de que seré incapaz de dejar ir una vez más a Jungkook.
Él es mi agente policial.
Él es mi Tokki.
Él es mi psicópata.
Él es mi Jungkook, porque es mi novio.
Sus manos son las que me están tocando ahora y no dejan de hacerlo durante todo lo que dura el beso. Mi piel lo siente y eso hace que lo sienta real, no es un sueño, está pasando de verdad.
No obstante, la confusión llega cuando Jungkook me separa y niega con la cabeza. No entiendo qué es lo que me quiere decir, pero ahora tengo tanto miedo de haber perdido el cariño de Jungkook por haber demorado mucho.
—No estás pensando bien, Blake. —Susurra—. Lo has hecho solo porque estás agradecida; pero no lo sientes...
—Jungkook...
—Luego pasará lo que pasó hace tiempo y yo ya no quiero volver a vivirlo —me mira a los ojos y ahí veo el miedo de Jungkook: No quería que le hiciera daño otra vez—. Dime que esta vez es de verdad, Blake; o de lo contrario, déjame ir.
—Es de verdad, Jungkook. Te quiero, me gustas; y no es porque me sienta agradecida —tomo el rostro se Jungkook entre mis manos y acerco otra vez mis labios a los suyos para darle un casto beso—. Te necesito conmigo ahora y para siempre si me lo permites.
—Dilo otra vez.
—Te necesito, Jungkook. Te necesito.
Y sin esperar más, Jungkook se acercó a mí para besarme y pasar una de sus brazos alrededor de mi cintura mientras que su otra mano desocupada acariciaba mi mejilla derecha. Se separó un poco del respaldo del sillón y yo pude aferrarme más a él con mis piernas.
Nuestro beso era eso que había dicho: necesitado. Ambos estábamos desesperados por sentir mucho más del otro, volver esto algo real y sentirlo como tal.
—Yo también te necesito, Blake —suspira Jungkook durante el beso.
Lo siguiente que hace es dejarme acostada sobre mi sillón para que su boca deje un último beso en mis labios antes de bajar por mi cuello para besarlo, lamerlo y morderlo. A la vez, va desabotonando su camisa para luego dejar su espalda desnuda y darme la libertad de arañarlo.
—Te quiero... —suspiro mientras que dejo caer una lágrima de felicidad.
*****
Bueno... QUE VIVAN LOS NOVIOS
¿Ya están felices? 👀✨
Quisiera tener un hermanito bebé para cuidarlo :c pero tampoco soy paciente. Tengo mi límite y sé que sería como Hayoung cuando ya no lo aguante... Así que mejor no :D
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro