Capitulo 7
Lunes
Martina jugueteó seriamente con la propuesta de Jorge, mientras élestaba en la ducha. Esa mañana él le había preguntado nuevamente sobre mudarse con él. Le había pedido que renunciara a su trabajo; quería inscribirla en un prestigioso centro universitario de manera que ellos pudieran vivir juntos.
Ella dio un sorbo a su café y un mordisco a su tostada, mientras contemplaba su oferta. Nunca había soñado con convertirse en amante de uno de los hombres más poderosos de Tartav-V. O su novia, él había dicho. Martina exhaló un largo suspiro. Para ser honesta, toda esta dura experiencia la asustaba como el infierno.
No podía quedarse y aceptar su oferta. ¿Qué sería de ella cuando él se aburriera? Había leído acerca de sus romances en los noticieros. La mayoría de sus novias sólo duraban tres meses, por lo general menos. Si sus parejas de la Zona-Alta no podían durar más que tres meses ¿cuánto iba a durar ella? ¿Un mes? ¿Dos? Martina no podía soportar pensar que él la dejara.
Ella se rompería en pedazos.
Mejor apagar el fuego antes de que empezara. Así nadie se quemaría.
Su apetito desapareció. Tini abandonó su desayuno, caminó hacia el espejo de pie a unos metros de distancia. Estudió su reflejo con sentimientos encontrados. La bata rosa que estaba usando, uno de los regalos de Jorge, se veía muy bonita en ella. Tela de seda suave, hermosos lazos.
Ella nunca había tenido nada tan lindo como esto en su vida. Miró a su alrededor, a lo que la rodeaba, y pensó en su apartamento ruidoso en los barrios bajos de Portgraph. No podía sacudirse el sentimiento de que ella no pertenecía aquí. Ese no era lugar para una de la Zona-Baja como ella.
Su oferta era tentadora, pero su vida real estaba en Antara. La escuela, su futuro, un lugar donde podría vivir en paz sin ser etiquetada por su estatus social.
La imagen de estar con Jorge parecía maravillosa, pero no era más que una ilusión. Ella no podía correr el riesgo de quedarse desconsolada y sin un futuro cuando todo esto terminara. Era consciente de quién era él realmente Jorge Blanco Güereña, el soltero más codiciado en Tartav-V, también era un casanova de renombre mundial.
Martina tomó una decisión cuando Jorge salió del cuarto de baño.
Él sólo tenía una toalla envuelta alrededor de sus caderas, con su cabello y su cuerpo húmedo, escurriéndose por la ducha. Fue directo a besarla, deslizando una mano bajo la bata de seda de Tini para tocar su muslo desnudo.
-¿Adivina en qué estaba pensando mientras estaba en la ducha?
-Déjame adivinar ¿En mí?
-Estás en lo cierto ¿Qué tal uno rapidito? Creo que todavía tenemos tiempo antes de ir a Chessney.
Un ataque de pánico se apoderó de ella. Cuando éste pasó, se obligó a decirle sobre sus intenciones.
-Jorge.- La mente de Martina estaba dando vueltas, tratando de encontrar una manera de decirle sin herir sus sentimientos. -Creo que tengo que rechazar tu oferta.
-¿Qué quieres decir?
-Yo... yo no puedo ir contigo a Chessnney.
-Pensé que ya habíamos decidido sobre esto.
-Hoy es lunes.
-¿Y?
-Yo tenía la impresión de que el trabajo que me diste terminaba el lunes.
-¿El trabajo?- Pareció que le tomaba un momento recordar su acuerdo.
Él palideció.
-Mierda Tini. Esto no tiene nada que ver con el trabajo. Te llevé a mi cama porque me gustas, no debido a...
-¿Soy una buena pu%@, señor?
Jorge abrió y cerró la boca conmocionado. Él se recuperó segundos después.
-Nunca en mi mente he pensado en ti como una pu%@.
-¿Entonces cómo le llamas a una mujer que vende su cuerpo por dinero? Sé qué me contrataste para ser tu conservadora, pero nunca tuve la oportunidad de hacer mi trabajo. Incluso antes de conocer a alguno de los invitados a la fiesta, ya estábamos en la cama. Todo lo que he hecho para ganar mi dinero es acostarme contigo.
Martina sonrió débilmente.
-Yo entiendo que quieres lo mejor para mí Jorge. Pero enfrentémoslo tú estás fuera de mi liga. Eres alguien y yo soy nadie. No puedo vivir contigo.
-No seas ridícula.
Ella pensó en los pasados intereses amorosos de Jorge. Aquellas sofisticadas damas cuyo estatus social igualaba el de él y a quienes los medios siempre estaban cubriéndolas por todas partes. ¿En qué estaba pensando ella? ¿Que podría ser como esas mujeres? Un cerdo vestido de terciopelo era todavía un cerdo.
-No sería feliz aquí.
Jorge la miró con sorpresa.
-Dime lo que quieres y yo haré cualquier cosa que esté en mi poder para hacerte feliz.
-Déjame ir a casa.
Él la miró fijamente, con una profunda decepción en sus ojos.
-Jorge, ¿por favor? -
Él le agarró la mano y se la apretó con fuerza. -Dime la verdadera razón por la que quieres irte ¿Soy yo? ¿Hice algo mal?
-Orgullo -ella le respondió. Una verdad a medias. -Si tomas eso de mí, entonces no tengo nada. Seré nadie. He ganado mi dinero de una manera u otra. Por favor, déjame ir a casa con dignidad.
Jorge maldijo. Su mano se cerró sobre la de ella.
-Estamos tan bien juntos. Pensé que había algo mágico sucediendo entre nosotros. No quiero que te vayas. - Se veía absolutamente disgustado. -¿Puedo llamarte alguna vez? Todavía quiero verte ¿Quizá para almorzar? ¿O cenar?
Esta vez Tini no tuvo una respuesta para darle.
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Ohhh! Se acabo ya??
Subire otro!! Se lo merecen!!
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