Clarissa

Este había sido un fin de semana bastante movido, y no de la forma en la que estaba acostumbrada. La noche anterior, había resultado bastante bien. Había podido explotar los que creía, eran todos mis poderes, y la noche había terminado con un sorpresivo cumplido por parte de Damon. Era sorprendente. Lo había conocido por un fin de semana, pero definitivamente se sentía como mucho tiempo más. Le atribuí esto a la percepción del tiempo un tanto distorsionada que al parecer tenían los vampiros.

Esta noche me había asegurado de llegar temprano, incluso llegué antes que Damon. La idea de esta noche era que utilizara mis poderes bajo presión, es decir, durante una lucha. Nunca había sido una persona que estuviese a favor de la violencia, pero era bastante cierto que en una vida tan larga se acumulan cientos de enemigos y que debía estar preparada para todo. Él utilizaría su telequinesia y la habilidad para aparecer cosas de la nada, que según me había dicho, se llamaba manifestación. Lo vi llegar y ni siquiera la distancia pudo ocultar su sonrisa cuando me vio esperando y luciendo aburrida, cuando en realidad estaba bastante ansiosa. Él estaba vestido con ropas deportivas, aunque estas no ocultaban sus atributos. Se veía muy bien, como siempre.

—Oye, novata, debo enseñarte urgentemente a hacer el escudo del pensamiento, porque hay muchas cosas que no necesito escuchar. —dijo al llegar hasta mi lado. Yo lo miré confundida.

—¿Qué escudo? Tú nunca me mencionaste nada de eso.

—¿Segura que no lo hice? Oh, debe ser que lo imaginé. —dijo, encogiéndose de hombros, con una expresión que me dejaba saber que lo había omitido a propósito.

—Estoy segura de que lo hiciste. Pero ya que mis pensamientos no estarán para entretenerte, enséñame a hacerlo.

—Bien, novata. Debes adentrarte en tu mente, pero no solo de forma superficial. Debes ir más adentro. Cuando consigas ese punto; ese en el que tus pensamientos se forman, debes tratar de rodearlo con una pared. Crear una fortaleza impenetrable. —Lo hice. Era interesante cómo me encontraba capaz de diseccionar mi mente, y encontrar diferentes cavidades en ella, que antes no sabía que estaban allí y que simplemente no podía acceder a ellas. Llegué al punto que Damon me indicó. Podía ver cómo era el origen de todos mis pensamientos conscientes, y puse una pared a su alrededor. Podía también sentir cómo esta muralla se alimentaba de mis fuerzas, así que supuse que si en algún momento yo flaqueaba fuertemente, el muro se derrumbaría.

—Listo, ¿qué te parece? —Él me miró y pude sentirlo mientras intentaba entrar en mi mente. Como unos ligeros hilos que eran ajenos a mi cabeza, y trataban de indagar en ella. No entendía cómo no había sido consciente de ellos anteriormente, pero ahora lo era. Así mismo, pude sentir los hilos chocar y arremeter contra mi muro mental, que se mantuvo totalmente impasible.

—Genial, novata, no puedo escuchar nada. —Yo sonreí, satisfecha, y pude ver que él casi sonríe ante mi expresión de felicidad, pero se las arregló para reprimir la sonrisa y mantener su máscara de seriedad pedante. Se aclaró la garganta. —Bien, empecemos. No te preocupes cariño, no seré duro contigo.

Creí que debía ponerme en posición; prepararme para la pelear, pero antes de lo que creí, Damon me dio una patada que me estrelló contra un árbol que estaba al otro lado del parque. Me hice muchas cortadas y torceduras, y recordé de forma muy clara la rama que había atravesado mi abdomen. Por suerte, todo esto sanó al cabo de milisegundos. Cuando levanté la mirada, Damon se dirigía hacia mí. Sabía que si llegaba hasta mí estaría perdida. Me concentré un poco, e invoqué la energía de la tierra, la cual llegó a mí rápidamente, gracias a que había estado todo el día practicando con eso. Sentí la energía ascender hacia mí con una fuerza y una velocidad que me sorprendieron, así que con apenas un movimiento de mi parte, levanté una porción de tierra frente a Damon, el cual con la velocidad que venía, solo eso bastó para que se tropezara, y saliera despedido por el aire, en el cual yo también tenía todo el control. Invoqué al aire, y me aseguré de hacer que Damon cayera al suelo con un poco más de fuerza de la necesaria.

Él cayó al suelo, y pareció aturdido por un instante. Yo estaba pensando en aprovechar su aturdimiento, pero tardé demasiado, y cuando me fijé, una banca que estaba bastante segura que Damon había manifestado, venía hacia mí. Podía esquivarla, pero se me ocurrió invocar el aire nuevamente, y con un esfuerzo considerable de mi parte, pude revertir el curso de la banca, enviándola con fuerza hacia él. Obviamente la banca no lo tocó, Damon la esquivó con agilidad, pero eso me dio la distracción que necesitaba.

Corrí hacia él, lo tomé del brazo y lo lancé con fuerza al otro lado de la plaza, aunque Damon se las arregló para caer perfectamente de pie. Antes de notarlo, estaba utilizando su telequinesia para hacer que un árbol me bateara. Utilicé mi energía de la tierra para contrarrestarlo, y hacer que la tierra casi abrazara las raíces de la planta. Estaba esforzándome mucho. Podía sentir que le estaba dando una buena pelea. Mi error, fue desviar la mirada y dirigirla hacia Damon. Cuando lo hice, él aprovechó esto y utilizó su poder con más fuerza, rompiendo mi agarre por completo, y dándome un buen golpe con el árbol en el proceso. Quebró mi clavícula. Lo sentí por completo. Pero también sentí mis huesos reconstruyéndose, lo cual en realidad me dolió más que el golpe en sí.

Caí al suelo y pude hacerlo casi tan bien como Damon, salvo por un pequeño tambaleo. Sin embargo, ya estaba perdida, y lo sabía. Esa pequeña lucha de poderes con Damon me había dejado bastante agotada. Antes de notarlo, lo tenía a mi lado, con su mano en mi cuello, y mi cabeza golpeaba fuertemente contra el suelo. Vi sus colmillos salir, y una especie de dejavú vino a mí. En una fracción de segundo, se inclinó con fuerza hacia mi cuello. Yo cerré los ojos. No sabía qué sucedería si un vampiro mordía a otro, pero creía que estaba por descubrirlo.

Cuando sentí rozar los colmillos de Damon contra mi piel, me estremecí. Y a él también lo sentí estremecerse. Esto me sorprendió, hasta que noté que en realidad se estaba riendo.

—¡Oh, vamos! No habrás creído en realidad que iba a morderte, ¿cierto? —dijo sonando bastante divertido por mi reacción. Yo simplemente no contesté y le di un empujón para quitármelo de encima. —Eres una tonta, novata. Pero diste una buena pelea. Admito que por un momento pensé que podrías contrarrestar por completo mi telequinesia. Lástima que te entretuviste con mi magnífica belleza. Y bien, tendremos que seguir practicando fuerte si quieres explotar tu máximo potencial.

—¡¿Qué?! —Él me miró divertido.

—No niego que has avanzado bastante, pero tienes que explotar más lo de los elementos, y cuando lo hagas, veremos qué más puedes hacer. Porque créeme, hay algo más allí.

—¿Estás loco? Estoy al borde del colapso. Estoy agotada en formas en las que nunca creí poder estarlo. Ni siquiera sé cómo me mantengo de pie, ¡¿qué más quieres?! —Al terminar de decirlo él se acercó mucho a mí.

—¿Qué es lo que quiero? Quiero que con el agua puedas crear un maldito maremoto en un río. Quiero que con el aire crees los vientos huracanados más fuertes que se hayan podido conocer en un continente entero. Quiero que tengas control y precisión acerca de lo que puedes hacer. Quiero que con el fuego traigas el jodido infierno a la tierra, y quiero que con la tierra seas capaz de crear una montaña en el centro de París. Todo eso, Clarissa, es lo que espero de ti.

—Wow, sí que esperas cosas grandes de mí. —Él me dio una media sonrisa.

—Eres especial, novata.

—Eso sonó casi como un cumplido. —Él giró los ojos, y me empujó levemente en la frente.

—No te hagas ilusiones, novata. Y, bien, como estás hambrienta, supongo que mañana podemos ir a cazar, y podrás ver más de cerca lo que es la vida real de un vampiro. —Me confundió eso.

—Espera... ¿puedes leer mis pensamientos? —Verifiqué en mi mente, y a pesar del cansancio, pude sentir que mi muro mental estaba completamente intacto.

—No, novata, ni siquiera lo estaba intentando, pero ¿recuerdas lo que te dije de los ojos? —Yo asentí. —Bien, tus ojos negros demuestran que tienes hambre, y mucha. Eso es debido a la gran cantidad de poder que utilizaste hoy. Mañana cazaremos, y te recomiendo no ir a la escuela.

—¿Por qué no? ¿Porque me "comeré" a alguien? Si es por eso, me quedaré en otra parte porque mi mamá... —Puso una mano frente a mí en señal de silencio.

—No, no es por eso, creo que podrías controlarte, es porque las leyendas del sol y los vampiros salieron de algún lugar. —Yo asentí.

—Yo no estoy muy segura de poder controlarme. Me ha costado estar alrededor de las personas, incluso cuando contengo la respiración el olor y la sed me controlan.

—Eso no es nada fuera de lo usual. Me sorprendería si no fuese así. Con el paso de los días, te acostumbrarás al olor, novata, y no te afectará tanto, a menos que estés realmente hambrienta. Ahora bien, volviendo a lo que te decía, cuando tienes hambre, te faltan los nutrientes necesarios para que tu cuerpo se mantenga intacto bajo el sol. Te conviertes mayormente en un animal salvaje; nuestra forma más primitiva. El primer efecto que tiene esto, como te dije, es que el sol se vuelve totalmente letal.

—Bien, entonces eso significa que debo quedarme encerrada en una cueva hasta que te dignes a buscarme para ir a cazar. —dije, mientras rodaba los ojos. De repente, un detalle vino a mí de golpe. —Espera... ¿cómo sabrás dónde buscarme si no te lo he dicho?

Él me guiñó un ojo. —Tengo mis métodos, novata.

—Bueno, eso fue bastante espeluznante. ¿Algo más que acotar? —Él lo pensó.

—Oh, se me olvidaba, ¿tú tienes la habilidad de controlar lo que las personas hacen? —Asentí. —Bien, eso se llama coacción; significa que tenemos la habilidad de entrar en la mente de las personas, o bien, de todos, no solo los humanos, y controlar lo que pasa por su mente. Puede que incluso lo hagamos de manera inconsciente ya que es una habilidad bastante natural de los vampiros, que incluso se confunde por el mal llamado "carisma". Con esta habilidad lo único que haces es acceder a esa parte de la mente que acabas de bloquear, e implantar pensamientos que no estaban allí anteriormente. Si tú quieres, puedes bajar por un momento ese muro que levantaste, y te muestro cómo funciona. —dijo, de forma bastante sugerente.

—No, gracias. Ni que estuviese loca. Dejaré mi cabeza y mis pensamientos para mí misma.

—Qué aburrida eres. Bien, continúo explicándote. ¿De dónde crees que vino la expresión de que los ojos son las ventanas del alma? La coacción solamente es posible, en la mayoría de los casos, si miras a los ojos de la persona en la que la quieres utilizar. Cuando ya se es un vampiro antiguo, se puede desarrollar la súper coacción, es decir, puedes controlar de esa forma a un grupo de personas al mismo tiempo. Sin embargo, esta habilidad es una de las más demandantes, lo que significa que gastas mucha más energía, y necesitas mucha más sangre. —Quedé atónita, no pensé que fuese algo tan complejo.

—Eso es... interesante, y genial. —Él sonrió, aparentemente un tanto sorprendido por mi comentario.

—Ya sabía que soy genial, novata. No tenías que repetírmelo. No trates de consentir mi ego. —Puse los ojos en blanco.

—¿Algo más que quieras decirme? —Él sonrió de nuevo.

—¿Además de que me encanta tu entusiasmo, y tus ganas de seguir buscando conversación conmigo? Sí, mañana pasaré a buscarte a primera hora de la mañana, antes de que salga el sol para ir a cazar.

—Aún no me has dicho cómo sabes dónde vivo.

Lo noté bastante entretenido. Me dio otra de sus sonrisas sinceras, de esas de las que no podía tener suficientes. No sabía si estaba quedando como una idiota frente a él, pero el obtener esa sonrisa a cambio me hacía pensar que valía la pena. Ya por suerte podía pensar en cuán bien se veía sin temor a que escuchara mis pensamientos.

—Eso lo mantendré como un secreto. Luego te veo, novata.

Me palmeó la cabeza como si fuera un perro, y desapareció sin más.