Capítulo 2
— Elena, acabarás llegando tarde. —Dijo mi madre, sacándome de mi ensoñación. Anoche había dormido plácidamente al caer en la cama debido al viaje y ahora me encontraba en la cocina de mi nueva casa, con un café y unas tostadas a medio acabar.
— No te preocupes, llegaré a tiempo. —Di un último sorbo a mi café y me puse en pie. Hoy era mi primer día en la universidad. No era una mala estudiante pero odiaba tener que ir a la universidad, encontrar un trabajo y acabar siendo como mis padres. Los quería muchísimo, pero no quería esa vida para mi.
— Ten un buen día e intenta hacer amigos. —Me reprochó con una sonrisa, ya que yo no era muy dada a trabar nuevas amistades pues nunca encontraba nadie lo suficientemente afín a mí. Le sonreí y besé su cabeza para después salir por la puerta. Me ajusté bien las mangas de mi suéter mientras esperaba el autobús ya que, aunque tuviese el permiso para conducir, mi padre había salido temprano a trabajar, llevándose nuestro único coche. Vestía de una manera sencilla, nunca me había gustado llamar mucho la atención, calzaba mis inseparables deportivas y mis vaqueros rotos.
Cuando llegó el autobús me dispuse a entrar, dando los buenos días y me senté en uno de los asientos delanteros. No había mucha gente, como había supuesto. No era una ciudad muy grande.
Me pasé todo el recorrido sumida en mis pensamientos hasta que llegamos al gran edificio blanco. Me bajé y me apresuré a conseguir mi horario pues, encima que era nueva, no quería llegar tarde.
— ¿Elena? — Me atendió una mujer algo regordeta, con unas gafas de pasta enormes mientras me mostraba una dulce sonrisa. Asentí con la cabeza sonriéndole con levedad.
— Aquí tienes, no llegues tarde. —Me tendió un horario y caminé apresuradamente hacia mi primera clase.
Entré y me senté en uno de los asientos del fondo que quedaban libres. Abrí mi cuaderno dispuesta a tomar notas durante la clase aunque no me importase realmente una mierda. Volví a vagar en mis pensamientos, recordando aquel extraño sueño que tuve ayer de camino aquí. A veces soñaba cosas extrañas, casi siempre estaba en un bosque y con una gran luna rojiza pero nunca se habían sentido tan reales como el que tuve ayer.
— ¿Te importa que me siente? —Por segunda vez consecutiva una voz me sacó de mi ensoñación y dirigí la vista hacia la chica, que me miraba esperando una respuesta. Era algo bajita, rubia y muy guapa. Le sonreí y asentí con la cabeza. Debería ser amable alguna vez en mi vida.
— Me llamo Aileen, ¿Eres nueva, verdad? — Asentí con la cabeza.
— Me llamo Elena y también es mi primer día en la ciudad.
— ¿En serio? — La chica me miró sorprendida y a la vez muy emocionada.— ¡Podría enseñarte todo! Te enseñaré las mejores tiendas, dónde venden el mejor café e incluso podríamos ir de compras, es estupendo.— Habló apresuradamente y al ver mi cara de sorpresa, inmediatamente añadió, con algo de nerviosismo. —Sí tu quieres claro, discúlpame, casi nunca viene nadie nuevo aquí y me emociono muy rápido.
Solté una leve risa y le asentí.
—No te preocupes, me encantaría.
— Bien, después a la hora del almuerzo te podría presentar a mis amigos, ya verás, esto no es tan malo como parece.— Le sonreí y asentí nuevamente con la cabeza. De verdad esperaba que no fuera tan malo como parecía.
Después de largas horas de clases sobre cosas que, no me interesaban en lo más mínimo sonó el timbre que indicaba el descanso para almorzar. Salí rápidamente de la clase pues, no aguantaba ni un solo segundo más ahí.
Entré en el comedor dónde había una multitud de mesas repartidas a diestro y siniestro, comida de aspecto nada apetecible y muchísimos jóvenes. Busqué con la mirada a Aileen hasta que finalmente la encontré. Me miró y alzó la mano, indicándome que me acercara.
Caminé a pasos lentos, algo nerviosa hasta que llegué hasta ellos. Con Aileen había una chica de cabellos rojizos y despeinados rizos y, a su lado, un chico muy apuesto de ojos azules y cabello rubio. Era bastante guapo.
— ¡Hola! —Exclamó Aileen.— Estos son Derek y Clary, siéntate con nosotros Elena.
Los chicos me miraron con una sonrisa y yo se las devolví.
— Estoy harta de esto y aún no he acabado el primer día.— Dije con desgana, soltando un sonoro suspiro.
Clary rió.
— Yo igual, no puedo esperar a la hora de salida.
— Pues hablando de salida, podríamos hacer algo esta tarde, para enseñarle a Elena la ciudad y así, celebrar que hemos superado el primer día de este infierno.—Dijo Aileen, con un deje de emoción en la voz.
— Primero espera a que terminemos el día. —Dijo Derek con una nota de burla en su voz y reímos, pero estuvimos de acuerdo en quedar esa misma tarde.
Después de una larga conversación sobre cosas sin sentido, risas y más risas volvimos a nuestras respectivas clases. Me habían caído bastante bien y eso era muy raro en mí. Me senté con Aileen ya que compartíamos nuestra última hora.
Empecé a anotar varias cosas cuando, de repente, alguien entró en la clase.
— La clase comenzó hace 10 minutos.—Dijo el profesor, algo molesto.
— No he podido llegar antes.—Dijo el chico, bastante molesto.
Cuándo lo escuché, levanté la vista del cuaderno, buscando con la mirada al dueño de aquella voz. Era una voz seria, oscura y también bastante sexy, para que nos vamos a engañar. Pero eso no fue lo que me llamó la atención. Tenía la sensación de que ya había escuchado esa voz antes, pero no sabía donde.
El chico era alto, bastante apuesto. Su espalda era algo ancha y su pelo bastante oscuro. Tenía unos ojos verdes muy penetrantes y sus brazos estaban cubiertos de tatuajes. Siempre me habían atraído los chicos tatuados, tampoco nos vamos a engañar en eso... Lo seguí con la mirada hasta que se sentó en uno de los huecos libres, delante mía. Seguía mirándolo fijamente, bueno, ahora miraba a su espalda hasta que Aileen me pegó un suave codazo.
— Ni se te ocurra mirarlo.— Me susurró y pude sentir una pizca de miedo en su voz.
— ¿Por qué? —Pregunté algo extrañada, sin poder quitar mi vista de él. Y en ese momento se giró y me miró fijamente por, al menos un par de minutos hasta que bajé la mirada, algo avergonzada. El chico se volvió a dar la vuelta y pude sentir a Aileen tensarse al lado mía. ¿Qué pasaba aquí?
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Bueno chicos, aquí tenéis el segundo capítulo!!!!
Espero que os esté gustando y me encantaría que si es así, dejaseis un comentario o algo, un beso enorme.
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