Tras todo lo sucedido en "Devil's Nest", los hermanos Elric y tú decidisteis volver a Rush Valley para encontrar a la mecánica del rubio y así arreglarle su brazo metálico.

Os despedisteis de los Curtis y su empleado, agradecisteis su ayuda y enseñanzas y os monstasteis al tren mientras os despedíais con la mano.

Os sentaisteis de la misma forma que siempre lo hacíais, los hermanos al lado contrario al tuyo mientras tu observabas la ventana para poder contemplar el árido paisaje de esta zona.

Por fin teníais un tiempo libre para descansar tranquilamente después de todo el ajetreo causado durante estos días.
Observaste de reojo a los dos hermanos, los cuales hablaban enérgicamente contándose varios racuerdos de sus vidas o cosas que habían aprendido durante el tiempo estado en Dublith.

Sonreiste ligeramente para luego mirar de nuevo la ventana, no podías evitar pensar que las locas aventuras junto a este par de hermanos se acabaría cuando llegaras a la ciudad de Central.
Sacudiste tu cabeza ante tal pensamiento, ¡B-Bueno! ¡No hay tiempo para ser pesimista! Además, ¿¡Porque demonios extrañarías estar junto a estos dos atrae problemas?! ¡Claramente estarás mucho más tranquila recogiendo papeles con Sheska y escuchar al Teniente Coronel parlotear sobre Elicia y Gracia!..... ¿No?

Ugghhh, ¡callate de una vez mente! ¡Distraete con algo! Yo que se...
Ehhh, ¡como por ejemplo con lo que hay afuera y dentro del tren!, arena, cactus, montaña, cielo, nubes, asiento, suelo, mi salud mental-

Derrepente sentiste un dedo pinchar tu mejilla, haciendo que te asustaras por haber salido de tu hilera de pensamientos tan bruscamente.
Observaste al culpable, el cual era nada más ni nada menos que Edward, el cual te observaba con una cara de poker mientras devolvía su mano a su sitio.

"¿Q-Que pasa?" Preguntaste confusa ante la acción del joven alquimista, haciendo que este alzará sus hombros y te observara divertido.

"Te veías aburrida, por lo que decidí llamar tu atención... No sé para hablar o algo" Parpadeaste dos veces seguidas mientras observabas al par de hermanos.

"¡Cierto! Te veías un poco triste, nostálgica... ¿Y algo molesta? B-Bueno, que pensamos que sacarte de ese tren de pensamientos te haría sentir mejor" Continuó Alphonse amablemente mientras movía sus brazos ligeramente.

Observaste detenidamente a los dos hermanos, para luego ladear un poco la cabeza "No quiero que parecer grosera pero... ¿Por qué?" Preguntaste, haciendo que ahora los Elrics te observaran confusos.
No querías ser grosera ni mucho menos, pero... Era la primera vez en todo el mes que los conocías que intentaban actuar contigo de esta forma.
Normalmente en el tren eran las miradas incómodas o los temas importantes que empezaban una conversación "amigable" entre vosotros tres.
Por lo que los hermanos empezaran una conversación contigo solo para que os entretengais era algo nuevo para tí.

"¿Como que por qué?" Preguntó ahora confundido y molesto el rubio mientras se cruzaba de brazos observandote detenidamente, haciéndote sentir nerviosa por la mirada penetrante que te daba el joven.

"Lo hacemos porque somos amigos ¿no?" Respondió Alphonse como si fuera lo más obvio del mundo, haciendo que abrieras los ojos sorprendida ante la declaración del menor.

"¿A-amigos? ¿Me ve-veis como una a-amiga?" Preguntaste nerviosa mientras te señalabas a tí misma incrédulamnete.

"¡Por supuesto tonta! ¿Acaso no lo dijiste cuando íbamos a por Al? Dijiste, '¡como la amiga que soy de Alphonse y tuya voy a ir contigo blah bla blah y blah que tambien esta el míster Ouroboros y no se que más!'" Respondió el rubio mientras intentaba imitar tu voz, haciéndola más aguda de lo que és, causando que a Alphonse se le escapara una risilla.
Tras escuchar eso, giraste la mirada un poco roja de la vergüenza.

"¿¡D-De verdad dije eso?!" Preguntaste exaltada mientras te ponías tus dos manos a los mofletes, como para intentar ocultar el rubor de ellos "¡Pero soy vuestra escolta! ¡Y-yo no puedo......!" Arrastraste tus palabras al final confundida por tus propias palabras y decisiones.

Los dos hermanos te miraron incrédulos para luego mirarse entre ellos, y como si pudieran leerse las mentes, se rieron a la vez haciendo que fruncieras el ceño confundida y enfadada por su actitud.

"Es cierto que eres un perro faldero que nos sigue a todo lugar que vayamos-"

"Oye.."

"Pero eso no significa que no te veamos como una amiga, quiero decir ¡Incluso has sido nuestra compañera por ser alumna de la maestra! Solo por tener el trabajo de seguirnos a cualquier lado no significa que no podamos formar una amistad ¿no?" Terminó de hablar el rubio limpiandose una lagrima de la risa que le dió unos momentos atrás, mientras tú lo observabas sorprendida ¿Enserio el chico que se quejaba de todo te acababa de decir eso?

"No te comas mucho la cabeza ___ ¡simplemente déjate llevar!" Dijo la armadura mientras mantenía su típico semblante positivo haciéndote sonreír.

"¡Supongo que sí!" respondiste más alegremente para luego acomodarte en tu sitio. "Y bueno...... ¿De qué quereís hablar...?

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El sol pegaba fuertemente sobre vuestras pieles (menos a Alphonse por obvias razones) mientras caminabais por las rocosas calles de Rush Valley.
No hacía más de 10 minutos que bajasteis del tren y ya te sentías como un pescado frito.

Siendo sincera, no recordabas que pegara tan fuerte el sol en esta zona.
Deduciste que te sentías así por estar tan acostumbrada a las suaves brisas de Dublith...... ¿Enserio ya empezabas a extrañar a la pequeña ciudad?

"Bueno... Ahora hay que buscar a Winry ¿Alguien recuerda donde trabaja?" Preguntó el rubio mientras observaba a sus alrededores.
La armadura y tú negasteis con la cabeza desilusionados, haciendo que dieras un suspiro grupal.

Es cierto que tenías un borroso recuerdo de la rubia contándote muy ilusionada su nuevo establecimiento de trabajo, pero en ese momento estabas tan concentrada en que la chica no se abalanzara contra nadie que no escuchaste muy bien lo que te decía.

Lo bueno era que Rush Valley era un pueblo bastante pequeño, por lo que no sería muy difícil encontrar a la rubia que buscabais, y en efecto tras caminar unos minutos más, la encontrasteis llevando unas cuantas cajas de madera alegremente mientras se despedía de algún cliente.

"¡Winry!" Exclamaste aliviada de por fin encontrarla mientras corrías hacia ella para saludarla.
Esta tras reconocer tu voz, paró en secó y se giró a verte, la chica sonrió alegremente tras divisar tu figura y dejó la caja en el suelo para correr a recibirte.

"¡_____!" Exclamó contenta la mecánica mientras os abalanzabais para daros un fuerte abrazo. "¡Hayyy que feliz estoy de verte!" Exclamó la de ojos azules para separarse del abrazo y dejar sus manos sobre tus hombros.

"¡Hola Winry!" Saludaron los dos muchachos detrás tuya, haciendo que la rubia se inclinara de uno de tus costados y sonriera felizmente hacia sus dos amigos de la infancia.

"¡Ed, Al! ¡Que alegría veros a vosotros también!" Exclamó la chica aumentado su felicidad por ver a sus tres amigos junto a ella en estos momentos.

"Veo que el trabajo te está lleno sobre ruedas" Exclamó Edward sonriendo nerviosamente hacia la rubia.
La chica se separó totalmente de tí para que pudieras formar un pequeño círculo entre los cuatro.

"¡Si que está iendo bastante bien!" Dijó felizmente Winry mientras juntaba sus manos y obtaba una posición de la alegría, pero luego abrió un poco los ojos y os observó detenidamente "Ahora que lo pienso ¿Que hacéis vosotros tres aquí de la nada? Es muy extraño sobretodo para estos dos que me visiten así derrepente" Dijo la chica mientras entre cerraba sus ojos sospechando de vosotros tres.
Empezasteis a sudar en frío tras las palabras vuestra amiga.
Edward suspiró sabiendo que no podía esconder más el hecho y alzó su brazo metálico sonriendo nerviosamente hacia la rubia.
Alphonse y tú rápidamente os pusisteis detrás, señalando el brazo para dar más énfasis del problema y también para estar preparados por el ataque.

La chica se os quedó mirando con una sonrisa, que lentamente se volvía más y más tenebrosa, notaste como su semblante pacífico y alegre de antes cambiaba a uno de furia en tan sólo unos segundos, haciendo que temblaras en tu sitio y usaras a tu escudo (o también llamado Alphonse) por miedo de la joven.

"¡EDWARD!" Gritó la muchacha mientras alzaba una de sus muchas llaves inglesas mágicas, haciendo que el rubio diera un grito de horror.

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"Me alegro saber que ya no robas Paninya"

Después de que la rubia golpeara hasta el cansancio al rubio por su terquedad.
Los cuatro entrasteis a un establecimiento llamado "Atelier Garfiel", encontrándoos a la enérgica morena trabajando en el tejado de este.
Esta tras veros, rápidamente bajó a saludaros y a charlar un poco.

Mientras Winry regañaba sobre cómo de irresponsable era el chico con su Automail.
Alphonse y tú, os sentasteis para charlar con la morena, la cual os contaba anécdotas de las cosas que pasaron desde que os fuisteis.

"¡Yo también! ¡Al principio Dominic no quería aceptar el dinero, pero al final cedió por lo que eso es algo bueno!" Respondió alegremente mientras movía sus piernas infantilmente en su sitio.
Tú sonreiste encantada, ¡Al final si siguió el consejo de Winry! Parecía esforzarse cada día por ganar al menos un cenz haciendo lo que podía gracias a sus dos prótesis.

"¡Ah! ¿Y vosotros que tal vais?" Preguntó la chica mientras os miraba a los dos de una forma curiosa.
La armadura y tú intercambiasteis miradas y os pusisteis a pensar profundamente.

"Bueno.... Se podría decir que al menos tenemos una pista" Respondió el chico a lo que tú asentiste recordando los sucesos pasados.

"¡Me alegro!" exclamó Paninya poniendo sus dos manos sobre sus piernas metálicas.

"¿Y ahora? ¿Cuando será la próxima vez que romperás tu Automail?" Preguntó Winry mientras apuntaba algo en una hoja, haciendo que la atención de vosotros tres se fijara en los dos rubios.

"¡YO NO HAGO UN ANUNCIAMENTO DE QUE QUIERO ROMPERLO!" Exclamó el rubio enfadado por las acusaciones de su amiga.
Al muchacho le rebentaba el hecho de que la chica siempre se quejara de lo mismo, ¡no era su culpa el que la gente intentara matarlo todo el maldito rato!, suspiró para luego reaposicionarse en su sitio y mirar al techo un poco más calmado "Hemos decidido ir a Central para ir investigando algunas cosas" Respondió igualmente hacia la pregunta propuesta anteriormente, haciendo que a la rubia se le iluminara los ojos.

"¿Vais a Central? ¡Quiero ir tambien!" Dijo la chica ilusionadamente mientras salían destellitos de ella haciendo que goteras por la mejilla ¿Acaso estas sintiendo un deja vú, o ha pasado algo parecido cuando estabais en el hospital Central?

"¿Por qué quieres venir?" Preguntó confuso el joven ante la propuesta de la muchacha, está se sonrojó un poco por la pregunta y se rascó la nuca.

"B-Bueno, es que quiero saludar a la familia de los Hughes" Dijo Winry sonriendo recordando a la alegre familia, haciendo que los tres alquimistas saltaran tras oír el apellido.

"¡Se refiere al Teniente Coronel!" Exclamó Alphonse dirigiéndose a su hermano mayor.

"Si... Supongo que debo de agradecerle por visitarme cuando estaba hospitalizado" Dijo Edward de un firma pensativa mientras formaba una pequeña sonrisa en su rostro

La verdad, tú también querías ver a la pequeña Elicia y a su dulce y cariñosa madre.
Además también extrañabas un poco a tu superior, aún no te acostumbrabas a no ver a alguien que restregara fotos de su familia en tu cara con puro orgullo a todos lados que fueras.

"Ah..... Pero tengo trabajo" recordó derrepente la rubia mientras ponía una cara de desilusión, pero un hombre bastante afeminado se acercó por detrás de ella y le puso una mano sobre su hombro, haciendo que esta lo observara.

"No te preocupes querida, ¡has estado trabajando sin parar durante todas estas semanas! , además, ¡todo el mundo se merece un descanso!" Dijo el hombre que al parecer era el jefe de Winry, haciéndola sonreir.

"¿Enserio? ¡Muchísimas gracias señor Garfiel!" Exclamó la joven retomando su usual alegría, haciendo que sonrieras ante su acto. "Entonces...." Continuó la chica mientras os observaba de reojo, Edward sonrió hacia la muchacha y le dió un pulgar hacia arriba.

"¡Vámonos todos juntos!"

"¡Sí!" Exclamasteis Alphonse y tú por detrás ilusionados por la idea también.
Mientras planeabais y celebrabais un poco, la rubia terminaba de escribir lo último que tenía que hacer en una de las tantas hojas que tenía.

"¡Listo! ¡Checking terminado!" Exclamó la chica poniendo su pequeña tabla con hojas sobre una mesa para luego dirigirse rápidamente hacia afuera de la tienda "¡Tengo que ir a encargar unas cuantas piezas! ¡Así que iros a matar el tiempo por ahí!" Explicó la rubia despidiéndose mientras salía apresuradamente de la tienda.
Dejandoos un poco descolocados por la súbita acción tomada por ella.

"¿Matar el tiempo?" Repitió Edward ladeando la cebeza mientras observaba el lugar por donde se había marchado la enérgica mecánica.

"Si queréis podéis matar el tiempo conmigo" Ronroneó el hombre por detrás vuestra, mandándo unos fuertes escalofríos por vuestras espaldas.

"¡VAMOS A IR A DAR UNA VUELTA!"
Exclamasteis los tres a la vez corriendo despavoridos del lugar.

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"Se que dijimos que iríamos a caminar,pero.....solo hay establecimientos de Automail" Se quejó el rubio mientras sorbía de su bebida intentando refrescarse.

"¿Bueno, que esperabas? ¡Esto es Rush Valley! ¡El paraíso para cualquier mecánico de Automail!" Respondiste mientras lamías un poco de tu helado de (sabor que quieras).

"¡Ya! ¿Pero no hay nada...? ¡Yo que sé! ¿algo para turistas como nosotros?" Siguió Edward mientras exageraba un poco con sus brazos, aún el chico no comprendía como a Winry le emocionaba tanto la idea de estar en un pueblo con pura gente que no para de hablar de prótesis metálicas.

"Bueno... Pues Alphonse se lo está pasando bastante bien" Respondiste mientras observabas a la alegre armadura, haciendo que el rubio te observara sorprendido para luego mirar a su hermano menor.

"¡Si! ¡Es que aquí la gente piensa que tengo un cuerpo completamente de Automail, por lo que puedo caminar tranquilamente sin ser descubierto!" Respondió risueñamnete el menor haciendo que sonrieras alegre por él.

Debía de ser muy duro el estar condenado a vivir como una armadura y no poder sentir nada más a menos de tus propias emociones.
Comparado su problema con el tuyo te hacía ver que la verdad hizo un precio insignificante por tu parte, ya que solo se llevó tus dos brazos....

"¡Me alegro por tí Al!, pero yo...."Respondió el rubio mientras una gotita pasaba por su mejilla tras ver como un anciano se colgaba de su brazo metálico, no podiste evitar soltar una pequeña risa ante la vista.

" V-Ven, yo puedo reparar tu Automail ¡prometo que lo hago a p-precios muy bajos!" Insistió el hombre pero Edward lo manoteó y lo desprendió de su prótesis, para luego rápidamente ponerse al lado tuya.

"¡No los soporto! ¡Siento como si me violaran con la mirada! " Se quejó por lo bajo el rubio mientras sacaba su pajita de la bebida para ponérsela en la boca.

No pudiste evitar sonreír burlonamente y dar una pequeña risilla.

"¿Ves ahora la belleza de llevar manga larga?" Preguntaste mientras acariciabas con tu mano tu brazo contrario cubierta por la tela morada de la chaqueta.
Debías de admitir que llevar esta chaqueta te daba calor, pero a la vez te había salvado de los mecánicos de este pueblo.

"Nah, paso, hace demasiado calor" Respondió Edward sinceramente para luego avanzar hacia delante de forma despreocupada.
Ibas a seguirle, pero la ausencia de alguien hizo que pararas rápidamente en tu sitio.

"Oye... ¿Y Alphonse?" Preguntaste preocupada mientras girabas sobre ti misma intentando encontrar a la tremenda armadura.
El rubio tras escuchar tu pregunta, se paró en seco para luego también mirar a su alrededor preocupado por su hermano menor.

"¡Al!"

"¡Alphonse!"

"¡Aquí!" Escuchasteis su voz por uno de los callejones.
Lentamente os acercasteis al chico, el cual se encontraba de cunclillas observando algo en suelo.

"¿Un gato callejero?" Preguntó Edward alzando una ceja para darle un sorbo a su bebida.

"Emm bueno, algo parecido..." Arrastró sus palabras el menor para luego alzar una persona inconsciente.

El rubio escupió de la sorpresa el líquido que iba a tragar y tú sentiste como la bola de tu helado se caía al suelo.