Anécdota 52
Anécdota de @Aguss-ArBel
Había tenido mi primer periodo, por suerte en mi casa durante el verano. Pero al mes siguiente comenzaba primero de secundaria y si calculaba la fecha de mi primer periodo, el próximo coincidiría con la primera semana de clases.
En fin, pasé todo el mes feliz. Incluso había empezado clases normalmente sin rastro de Andrés. Hasta que llegó el día, precisamente un miércoles, y fue uno de esos días en los que, por lo menos a mí, me baja tanto que parecía las Cataratas de Iguazú.
En ese momento me llevaba un micro/bus y de tanto pararme y sentarme yo sentía cuando me movía. Entré al colegio y tenía que ir al baño sí o sí, aunque tuve que insistirle al profesor varias veces para que me dejara ir.
Cuando llegué al baño... Dios mío. ¡Toda la toallita estaba complemente llena! ¡Incluso pesaba de tanto que tenía! Y en menos de una hora. Lo peor era que también había manchado mis bragas. Por suerte llevaba un jean oscuro.
Bueno, me empecé a asustar porque creí que sangrar tanto no era normal; así que empecé a hacerme la paranoica porque me tendrían que llevar al hospital, etc. Cuando me doy cuenta, ¡las paredes tenían sangre!
Yo en ningún momento había tocado la pared y menos con sangre en las manos; lo que me puso peor. Traté de limpiar lo más posible y rápido, porque en el tiempo que había estado en el baño ya iba a ser la hora de receso.
Cuando salí, ya más calmada, tocó la campana. Lo cual me relajó mucho. Fui casi corriendo a mi salón avergonzada (no sé por qué) y me quedé allí todo el receso.
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