Anécdota de @InASppyCup

Mi prima me había invitado a una pijamada en su casa; en ese entonces yo era nueva con eso de Andrés (sólo me había bajado una vez) y pues según todo el cálculo que hice llegué a la conclusión de que me bajaría una semana después de la pijamada; así que no me puse una toalla.

Cuando desperté sentí mi calzoncito y pijama mojados, creí que mi prima me había hecho una broma mojándome. Pero cuando me levanté vi la cama, ESTABA MÁS PINCHES ROJA QUE EL MISMÍSIMO SATANÁS. Me asusté porque se adelantó el putito de Andres; luego empecé a pensar que NO IBA A DECIRLE A MI PRIMA QUE HABÍA MENSTRUADO EN SU CAMA.

Así que se me ocurrió que como soy muy sensible de la nariz (literalmente me toco y sangra), me la comencé a picar hasta que salió sangre (mucha, mucha sangre), manché un poquito la cama porque todas sabemos que la sangre de la vagina huele diferente a la sangre de cualquier otra parte del cuerpo.

Luego me cambié y fui abajo diciendo que me había golpeado la nariz, me había caído en la cama y la había manchado de sangre.

Y ME CREYERON.

Lección: Nunca confíes en tu propia vagina. Si manchas tu cama, pégate hasta que sangres y así podrás decir que te caíste.