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Capítulo 24: Sensacionalismo

- Kushina Uzumaki, Kushina Uzumaki – susurraba la enfermera mientras revisaba los historiales de los pacientes.

- Pruebe con Kushina Namikaze – corrigió Sasuke al ver que estaba terminando con el cajón del archivador sin encontrar el nombre.

La enfermera observó a ambos chicos con algo de dudas. Ellos habían pedido Kushina Uzumaki y en la identidad requerida, Naruto salía como Naruto Uzumaki, lo cual le identificaba como familiar directo. Cambiar el apellido era sospechoso.

- Era el apellido de su padre. Tenemos la creencia de que pudo cambiarse el apellido al de su esposo.

Una vez más, la enfermera empezó a revisar los historiales. Esta vez buscando a Kushina Namikaze.

- Ajá, aquí está – sonrió la enfermera sacando el expediente – Kushina Namikaze, habitación trescientos cuatro. Sigue en coma.

- ¿Podríamos pasar a verla? – preguntó Naruto.

- No veo el problema en ello. Adelante.

A medida que caminaban por el pasillo, Naruto sentía que el aire abandonaba sus pulmones. Los nervios provocaban el sudor en las palmas de sus manos y el temblor de todo su cuerpo. Dieciocho años sin conocer a ni un familiar y ahora, estaba allí, iba a conocer a su madre.

Frotó las palmas de su mano contra su pantalón en un intento por secarse el sudor que se acumulaba. Cuando volvió a alejarlas del pantalón y a medida que caminaba por el largo y solitario pasillo, sintió los dedos de Sasuke acariciar su palma como si buscase su mano de forma tímida pero dulce.

Fue agradable sentirle. Sus dedos rozaban la palma de su mano y se cercioraban de la ubicación como si buscasen sus dedos. ¡Se entrelazaron! Lo que supuso el rubor en las mejillas de Naruto, que sus pies se congelasen y que su rostro mirase al de su compañero. ¡Como en las películas que ellos hacían! ¡Bueno no como en la suya precisamente donde Sasuke era un robot y no agarraría su mano! Pero sí como en muchas otras románticas. Sasuke estaba ligeramente sonrojado también.

Al ver que Naruto se había detenido, Sasuke trató de liberar su mano, obligando a Naruto a cerrar sus dedos con mayor presión entorno a los del moreno y evitar así que apartase la mano. Sonrió. Seguramente Sasuke había dudado de si era lo correcto o si Naruto deseaba ese contacto. ¡Lo deseaba! Ese apretón le indicaba que no quería que le soltase.

En serio que cada vez con mayor frecuencia, Naruto se preguntaba cómo pudo esa chica dejar escapar a un chico como él. Pese a su apariencia solitaria y tranquila, pese a esa arrogancia que a veces sacaba a flote, era un chico dulce y tierno que buscaba desesperadamente la aprobación de su familia y amigos.

- ¿Vamos? Ya casi llegamos al cuarto.

Naruto asintió con la cabeza y continuó andando al lado de su compañero. No pensaba soltar su mano por nada del mundo.

Al llegar al cuarto, los nervios se agolparon en su estómago. Como si hubiera bebido leche caducada, sentía que se revolvía. Sasuke apretó sus dedos en un firme agarre que pretendía darle seguridad y confort.

- Vamos – puso la mano Sasuke sobre la manivela y abrió la puerta.

El aire estaba un poco cargado. No debían abrir demasiado las ventanas y las máquinas no dejaban de hacer ruidos. Un tubo en su garganta era una de las cosas que la mantenían sujeta a la vida. El suero estaba a punto de agotarse, pero eran cosas en las que Sasuke se fijaba. Naruto, en cambio, estaba absorto en el rostro angelical de su madre, en su cabello rojizo como el fuego, sus delicadas y finas manos inertes sobre la sábana blanca a cada lado de su cuerpo.

- Es muy guapa – sonrió Sasuke.

La realidad para él, era que le recordaba a los últimos momentos en que pudo ver a su propia madre. Fue un duro golpe para Sasuke verla morirse en una camilla y esto le hacía rememorar ese hecho una vez más. Si sólo su madre siguiera con vida, quizá nada en su familia se habría desmoronado de la forma en que lo hizo. Con su padre sin apenas hablarle, con su hermano distanciado, con él cuidando de su sobrino porque no soportaba la idea de perder más familia.

- ¿Estás bien? – preguntó Naruto – pareces distraído.

- Voy a salir a por un café. ¿Vale? Lo necesito.

- Te acompaño.

- No, no. Quédate aquí con tu madre y cuéntale todo lo que quieras – sonrió Sasuke – yo volveré enseguida.

¡Algo le había afectado! Naruto fue consciente de ello tras ver su rostro, sus ojos cargados en una melancolía sin igual y por la forma en que salió a toda prisa de la habitación. No quiso meterse en el tema, dejó que se marchase y aprovechó el quedarse a solas para sentarse junto a su madre, tomar su mano entre las suyas y contarle cosas de su vida.

***

Una hora después, Naruto salía del cuarto. Los pasillos seguían desiertos pero era tarde. Por la noche poca gente se quedaba. Sasuke no volvió en toda la hora y por momentos, pensó si podía haberse ido a su casa, aunque lo dudaba. Se lo habría hecho saber. Él era así, modesto y siempre informaba de sus planes.

- ¿Sasuke?

Frente al gran ventanal del cuarto piso donde se encontraban, mirando las luces de la ciudad sentado sobre el brazo de un sillón, Sasuke mantenía un vaso de plástico vacío entre sus manos. Debió tomarse el café hacía horas, pero permaneció allí, mirando la ciudad.

Sasuke se giró hacia la voz de su compañero. Le había afectado estar en el hospital. Nunca pensó que volvería a rememorar algo semejante.

- Lo siento, Naruto, quería volver, en serio pero...

- ¿Estás bien? ¿Quieres hablarlo? – preguntó antes de sentarse a su lado apoyándose sobre el respaldo bajo del sillón y mirando también las luces de la ciudad.

- Me ha recordado a mi madre, pero ya estoy mejor. Lamento haber tenido que salir tan rápido.

- Lo entiendo. No fue fácil para ti aquella situación.

- A veces me pregunto qué habría ocurrido en mi familia si ella siguiera viva – sonrió con melancolía – ella era como el pegamento que nos mantenía a todos unidos. No habría permitido que nada de esto ocurriera o eso quiero creer. Todavía puedo recordar sus sonrisas cuando entraba en casa. Olía a té, preparaba el mejor té del mundo, suena estúpido pero... cualquier persona puede hacer un té supongo pero... no sé por qué el suyo era especial para mí.

- Debía ser una gran mujer.

- Lo era. Fuerte pero dulce. Tenía su carácter aunque casi nunca gritaba. Hablaba con un tono suave y te hacía ver que te equivocabas sin decírtelo directamente – sonrió al recordarlo – era increíble. La echo de menos.

- Yo no sé cómo es una madre, bueno, acabo de conocerla – sonrió Naruto – y ni siquiera es que pueda hablar con ella. Al menos ella no me responderá a mí. Pero imagino que es muy duro para ti estar hoy aquí acompañándome.

- Somos amigos, supongo – sonrió Sasuke.

- Temí que te hubieras ido, pero luego recordé que eres muy ordenado y disciplinado para todo, hasta para decir dónde estás o dónde pueden encontrarte, así que sabía que no te habrías marchado sin decírmelo.

- Pareces conocerme mejor que los demás – susurró.

- He pasado tiempo contigo. Ya te dije que me gustas, Sasuke. Me fijo en todo de ti y me duele lo mismo que te duele a ti. No puedo entender cómo tu ex novia te dejó escapar. Yo no lo habría hecho.

- Naruto – susurró Sasuke antes de agarrar su nuca con una mano y acercar sus labios a los del rubio.

El beso no lo esperó en un principio, pero sentir por primera vez que Sasuke tomaba las riendas y le besaba tal y como en la película, le hizo darse cuenta de algo. Realmente ese chico sólo estaba asustado de sus sentimientos, igual que el "robot" de la película, sólo tenía miedo a lanzarse a lo desconocido. Naruto no se apartó, sino todo lo contrario, apoyó su mano también en la nuca de Sasuke y profundizó el beso.

- ¿Te has lanzado a la piscina? – preguntó Naruto con una sonrisa tímida.

- Había agua – sonrió Sasuke antes de volver a besarle.

***

Cuando esa mañana ambos se despertaron en la casa de Naruto y desayunaron leyendo el periódico, se dieron cuenta de que todo iba a cambiar en un santiamén. Una de las revistas sensacionalistas tenía en plena portada, una imagen de ambos besándose en la cuarta planta del hospital frente a la cristalera. ¡Aquello iba a ser un bombazo para todos!

- ¿Sasuke? – preguntó Naruto con preocupación al ser consciente del fallo que ambos cometieron. Sabían que les espiaban y cayeron de lleno en la trampa. Sin embargo, Sasuke tomó un sorbo de su café con tranquilidad mientras continuaba leyendo las noticias del periódico –. ¿Has visto el titular de la revista?

- Sí – susurró dando otro sorbo. Ambos teléfonos no dejaban de sonar, seguramente, sus representantes.

- ¿Y no te molesta?

- No demasiado. Te gusto, ¿no? – preguntó Sasuke.

- Ya sabes que sí.

- También me gustas y me estoy arriesgando contigo. ¿Crees que no sabía que estarían espiándonos? Da igual, lo haré público.

- ¿Qué harás público?

- Que tú y yo estamos saliendo.

- Nuestros representantes nos van a matar.

- El tuyo puede que a ti, pero el mío es mejor que mantenga la compostura. Soy mayorcito para decidir sobre mi vida privada. Le contrato para mi vida profesional, nada más.

- Ya, pero esta parte personal afecta a la profesional.

- No demasiado para mí. Naruto, quiero estar contigo y es lo único que me importa en este momento.

Al escuchar aquello, Naruto sólo pensó en una cosa. ¡Ganaba la batalla! Podía estar con Sasuke, le daba vía libre. Por impulso, se lanzó a besar una vez más a su novio, porque aunque sonase raro, ya podía decir que eran novios.

Cansado de escuchar el teléfono sonar, finalmente, Sasuke lo tomó entre sus manos y respondió. Sin duda alguna y por la voz que puso, era su representante para informarse de lo que estaba ocurriendo. Él debería hacer lo mismo y responder al suyo.

- Podrías concertar una cita para una entrevista. Asistiré encantado a responder todas las preguntas que tengan – susurró Sasuke.

¡Sí que iba a ser un auténtico bombazo la noticia sobre su noviazgo! Y más a pocos meses del estreno de la serie. Ya estaba anunciada por todos lados. Aunque hablando en términos de audiencia, seguramente mucha más gente vería la serie tras enterarse de que sus protagonistas realmente estaban saliendo también en la vida real. Si tenían éxito, sería cuestión de tiempo que les hicieran firmar para una segunda temporada y el rodaje empezaría en unos meses.

- Esto va a ser un desmadre – susurró Naruto tras colgar a su representante.

- Van a concretar una rueda de prensa para que podamos explicar lo que está ocurriendo. ¿Te parece bien?

- Sí, claro. Iré donde quieras.

- Me parece que vamos a tener que sacar la mejor labia que tengamos para ese momento.

- Oh, soy un experto zalamero – sonrió Naruto – hasta he conseguido enamorarte a ti.

- Bueno... dejémoslo en que me gustas – se sonrojó Sasuke.

- Prefiero la versión de locamente enamorado por mi cuerpazo.

Sasuke sonrió al escucharle decir semejantes tonterías, pero en parte, aunque no se sentía completamente enamorado, sí sentía algo fuerte por ese chico y con el tiempo, estaba convencido de que acabaría completamente enamorado, tal y como decía Naruto.

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