Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 3


La luz del sol se cuela por su ventana, la ha dejado abierta desde la noche anterior y ahora una ligera brisa proveniente del mar hace ondear sus cortinas, estas terminan acariciándole la cara pero nada de esto hace que Cristel se inmute. Ella solo se da media vuelta y coloca una almohada sobre su rostro para poder seguir durmiendo.

Minutos después suelta una mueca, al parecer los dos litros de Coca-Cola que se tomó la noche anterior están deseosos de salir de su cuerpo. Su vejiga está a punto de explotar pero no tiene las fuerzas para levantarse. Se desveló toda la noche viendo La casa de papel y ahora su cuerpo le pesa demasiado, no posee las energías para siquiera mover un dedo

- ¡Cris levántate, ya son las 7:30, vas a llegar tarde al colegio!

Es la voz de su madre, que ha entrado a su habitación sin siquiera tocar la puerta.

- ¿No piensas levantarte?- añade al extender por completo las cortinas y voltear a ver a la pequeña bella durmiente que no da indicios de querer despertarse.

Cristel abre sus ojos con dificultad pero casi de inmediato se le cierran por culpa de la enceguecedora luz que viene de afuera y que sin piedad le quema las pupilas. Hace un esfuerzo más por abrir los ojos, para tratar de mantenerse despierta y sobre todo para que la luz no la deje ciega permanentemente. Lo consigue y al hacerlo sus ojos enrojecidos se topan con los de su madre que la miran muy sorprendida pero no tan sorprendida como Cristel a ella.

- ¿Tu no piensas correr la cortinas, acaso no ves que entra mucha luz?

- ¿No es mejor así? Además ya conoces las reglas si te...

- Sí, sí. Ya lo sé sí. Si tuve la voluntad de desvelarme también debo tenerla para despertarme, o sea ya me lo has dicho miles de veces-interrumpe Cristel mientras corre a correr las cortinas. Ya sus ojos no aguantan la excesiva luz.

- ¡Ten cuidado de cómo me hablas soy tu madre después de todo!

Se encuentran molestas la una con la otra. Cada una tiene razones válidas para enfadarse, pero es Cristel la primera en contraatacar.

- ¿Mi madre? Mi madre no habría dejado que mi padre aceptara una transferencia aquí. No me habría alejado de mis amigos y mis seres queridos. Pero no, tú tenías que aceptar con gusto venir a Limón-sentencia y comienza frunce el ceño mientras se cruza de piernas ya que no puede contener más las ganas de orinar, pero no piensa perder el duelo de miradas que ha iniciado con su madre.

Su madre no sabe que responder se ha quedado en blanco, no esperaba que su hija la tratase de esa manera.

-Y con su permiso me voy al baño porque me estoy orinando- añade Cristel aprovechando el desconcierto de su madre para correr a encerrarse al baño.

- No me quieras echar los trapos sucios en cara señorita-responde finalmente Paola desde fuera del baño mientras golpea la puerta indicándole a su hija que le abra.

Cristel se ha pasado de la raya, ¿hacer una rabieta como esas tan temprano por la mañana acaso es una niña de 6 años? Piensa su madre en tanto la espera parada detrás de la puerta. Pero muy en el fondo Paola entiende lo que está pasando su hija, cuando era joven también se tuvo que mudar y dejar todo lo que conocía atrás, así que entiende a la perfección lo que su hija está sintiendo pero de cualquier forma ella le ha faltado el respeto y no cree poder dejar las cosas así.

- Sé que es duro mudarse. Pero al menos tendrás a Sofia y a tus tíos. Además en todos los años que han vivido acá no les ha pasado nada malo así que no seas tan pesimista-señala Paola en un intento de hacer salir a su hija de su escondite.

Al ver que Cristel no piensa salir aun opta por irse a sentar a la cama de su hija mientras espera que salga del baño.

- Oye lo...lo siento por lo que dije me excedí-dice la chica de ojos negros al colocarse debajo del umbral de la puerta. Sus ojos apunta al piso, se siente apenada por la forma en la que ha tratado a su madre, además porque tiene miedo de lo que ella le vaya a hacer.

A continuación se lanza abrazarla. Su madre arroja una mueca al ser rodeada por los brazos de su hija. Está claro que aún se siente molesta con su ella, pero opta por dejarlo pasar ¡Por ahora!

- Tranquila está bien. Oye, ¿Crees que podrías dejar a tu hermana en la escuela por mí?

- ¿Dejarla en la escuela?-pregunta extrañada. Su madre hacia unos pocos minutos atrás le había dicho que ya iba tarde para el colegio y ¿ahora le pide que lleve a su hermana a la escuela?-. ¿No estas enferma o sí? Me has dicho que son las 7:30 si me voy a dejarla no voy a llegar a tiempo al colegio.

- Hija la verdad es que...es que eso ha sido una mentirilla piadosa para hacer que te levantaras. Apenas van a ser las 6:50 am.

- ¡Eres increíble a veces! Pero bueno. Yo la voy a dejar de camino al colegio.

Cerca de las siete de la mañana de ese mismo día.

Aun con el pelo goteando (no se lo seco bien al salir de la ducha) decide sentarse a la mesa a desayunar, ahí ya la están esperando su madre y su hermana menor.

- No te lo acabes todo, ¡Mama mira a Cristel no me quiere dejar panqueques!

Se queja María mientras señala a su hermana quien la fulmina con la mirada a la pequeña de 10 años y unos meses.

- Es para que no se enfríen, además comes muy lento-replica al tiempo que coge otro panqueque de la bandeja que se encuentra en medio de la mesa.

Su hermana frunce el ceño y trata de asesinarla con la mirada. Pero Cristel la ignorada se encuentra "muy ocupada" bañando sus panqueques con miel como para prestarle atención a las insufribles quejas de su hermana.

- ¡Eres mala, por eso no tienes novio!-murmura enojada mientras come un trozo de panqueque.

Pero ese pequeño soplo de viento llega hasta los oídos de Cristel logrando captar su atención. Entonces comienza a alzar la vista y la posa sobre la pequeña de diez años que comienza a lamentar sus palabras.

- ¡Ven acá, tengo algo especial para ti!-dice Cristel mientras en su cara una sonrisa perversa comienza a dibujarse; una sonrisa casi tan perversa como la del Guasón.

Se acerca un poco su hermana, está apunto de arrojarse sobre ella y bañarle el pelo con miel.

-Cris deja en paz a tu hermana-grita su madre mientras se dirige a abrir la puerta de la entrada principal.

Cristel suelta un puchero. Le dedica una última mirada asesina a su hermana y se va a su cuarto a terminar de prepararse para ir al colegio. Pero no sin antes pasar dejando los platos sucios a la cocina.

- Cris, Tamara te está esperando en la entrada-grita Paola desde la Sala de estar.

Tamara es una chica muy bonita de piel morena que conoció el día que se mudó a puerto Limón. Ambas congeniaron demasiado bien desde aquel día hacía ya 1 mes. Se han vuelto las mejores amigas, no parece que llevaran tampoco tiempo de conocerse. Ambas chicas comparten una afición por la lectura y en sus ratos libres escriben una novela que esperan algún día ver en la pantalla grande. Esa es quizás la razón principal del porque se llevan tan bien aparte de esa extraña habilidad de saber lo que piensa la otra o al menos la mayoría de las veces.

- ¡Demonios, Tamara!-murmura y rápidamente se termina de ponerse su blusa blanca y sus jeans ajustados.

Al salir del cuarto se topa con la morena quien la está esperando en la sala mientras conversa con Paola.

- Hola bebe, ¿Cómo estás?-dice tras darle un beso en la mejilla como tiene por costumbre.

- Hola-sonríe-. Pues no también como tú, estas preciosa.

- Gracias-responde mientras le guiña un ojo y le arroja un beso.

- ¿Ya estas lista para tu primer día de clases?

Cristel al escuchar a su amiga no puede evitar rodar sus ojos. En ninguna parte de su cabeza no le entra que alguien como ella siempre este de buen humor y con ganas de ir al colegio.

- Tal vez sí, no prometo nada-responde cortante.

- ¿Andas con Andres?

Al escuchar esto Cristel no puede evitar sentirse molesta con Tamara. Pero eso no es lo que decía su cara, la cual inconscientemente se tornó roja como las luces de un semáforo.

- Es solo una broma no te lo tomes muy a pecho-indica la morena para luego darle un abrazo a su amiga.

Es muy tarde, sin darse cuenta su pequeña broma si ha afectado su amiga. En realidad siempre le ha afectado mucho lo que opinen los demás acerca de ella.

- ¿Ya nos vamos?-interviene la pequeña María quien ha aparecido detrás de Tamara con su mochila de Soy luna en la espalda

-Hola Mari, si ya casi nos vamos ¿Verdad Cris? - suelta la morena con una sonrisa al ver a María para luego volver a ver a Cristel.

Acto seguido Cristel y su hermana acompañadas de Tamara se suben a un taxi. Tamara le dicta la dirección al chofer ya que Cristel aún no se siente capaz de dar direcciones, si no fuera porque Tamara siempre está a su lado cuando salen terminaría perdiéndose y posiblemente durmiendo en la calle. Las tres chicas parten rumbo a la "cárcel". Esa es la manera en que María llama a la escuela. Y es ella quien no ha quitado la vista de la ventana desde que se subió al auto. Es como si apreciará sus últimos momentos de libertad.

Para Cristel la vida en la provincia de Limón es más tranquila de lo que esperaba, incluso es más pacífica de lo que se pinta en los noticieros nacionales que la tachan como una de las provincia más conflictivas de Costa Rica. Pero - ¿Cómo podían decir eso de un lugar tan bello?- Se pregunta la chica quien hasta hace unos minutos atrás se arrepentía de haber dejado la capital para llegar a vivir allí.

Casi tan pronto como salieron de su casa llegaron al Instituto Técnico Don Cristóbal. Un colegio común corriente, como cualquier otro de la zona con la pequeña diferencia que alguna vez fue una cárcel durante la época colonial.

Los estudiantes eran iguales sin importar donde estuviera. Los hijos de padres medianamente ricos que se creen la última Coca-Cola en el desierto. Los deportistas, las divas, los chicos lindos entre otros.

María sale corriendo a las aulas de 5 grado de escuela sin que su hermana se dé cuenta. Si su madre se enterara de seguro terminaría colgando a cris del asta bandera. Pero no fu muy difícil para la pequeña desaparecer de la vista de su hermana porque desde que llegaron a la institución su mirada se cruzó con la de un chico y ella termino perdiéndose en sus hermosos ojos color verde. Hermoso, su parecer es el chico más lindo con el que ha cruzado miradas.

- Creo que lo he visto antes- murmura-. ¿Tal vez en mis sueños?-ríe dubitativa.

- Oye tú, ¿te le quedaras viendo a Jasón todo el día con ojos de animal a medio morir?-exclama Tamara al ver lo perdida que se encuentra su amiga

- ¿Ese es su nombre?

- Si, y es mi novio-suelta una risilla malvada la cual saca de balance a la pobre de Cristel que la mira con los ojos abiertos como platos-. Estoy bromeando, fuimos compañeros de aula en año pasado. Tal vez este año también y quizás pueda presentártelo.

- No, no gracias, No quiero parecer una lanzada.

- Es una lástima porque está bien sabroso, pero tú sabes que me gustan los morenos así que esta apenas para ti- bromea de forma coqueta mientras se dirige al tablero donde tienen escrito los nombres de los estudiantes y sus respectivos salones de clases.

Cristel no pueda evitar reírse, pero lo ha hecho de tal forma que el chico al que espiaba ha volteado a verla, para soltar una pequeña carcajada. Poco a poco la morocha siente como sus mejillas arden de vergüenza.

Entonces suena la campana que marca el inicio de clases.

- Que bien, salvada por la campana-susurra la morocha.

Entonces Tamara corre a cogerla del brazo mientras la arrastra por los pasillos hasta su salón de clases.

Cristel al ver esto no puede evitar gritar:

- ¿Oye que te pasa? ¿Te has vuelto loca?

- Yo no pero tú lo estarás muy pronto.

- ¿A qué te refieres?

- ¡Ya lo veras, solo entra al aula!-señala Tamara mientras le da un empujón a Cristel para que entre al aula.

La pobre chica se encuentra confundida a causa del accionar de su amiga. No entiende que está pasando, pero de pronto todo cobra sentido. ¡Allí está el!

Se ha sentado cerca de la ventana que da hacia la calle, si allí se se encuentra sentado el chico que le robo el corazón con una sonrisa.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro