## Midoriya Izuku ##

Me destrozaba ver llorar a Kacchan. No podía estar enfadado con él, no cuando estaba en ese estado en el suelo de mi habitación.

Lentamente ascendió su mirada hasta que pude ver sus ojos escarlata mirarme con frustración y confundidos. Verlo así me partía el alma. Pero de pronto sentí como esa confusión se convertía en ira y Kacchan se secaba las lágrimas con fuerza con su brazo.

Se levantó bruscamente girando sus ojos hacia la puerta.

-E-espera, Kacchan.- Lo sostuve de la muñeca.- Dime qué te pasa.

Pero simplemente soltó mi agarre con furia y salió velozmente dando un portazo, sin darme tiempo a reaccionar.

Me quedé estático. No sabía qué había sido todo eso. Pero me molestaba que Kacchan no se hubiera abierto conmigo y se hubiese ido de esa manera. Definitivamente la situación no había mejorado en absoluto, y eso me entristecía y enfurecía a partes iguales.

Pasé el resto de la tarde deprimido. Miraba los apuntes en mi libreta, pero realmente no les prestaba atención. Toda mi concentración se había ido muy lejos de allí, es como si no estuviera en mi habitación ni en ningún lugar cercano a ésta. Mi mente era un desastre.

Al momento de irse Kacchan, había pensado en seguirle, pero ya habían pasado varios minutos en lo que había permanecido inmóvil y sabía que ya habría huido, como era costumbre en él últimamente.

Entonces me había sentado con pasividad en la silla de mi escritorio. Y en ese momento estaba demasiado ido.

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## Katsuki Bakugou ##

Salí de allí disparado. Me sentía avergonzado y furioso por la situación. Estaba muy confundido, hasta el punto de querer golpear algo con todas mis fuerzas. Qué mierda había sido eso. Esta vez había ido más lejos, mis pensamientos eran un jodido mar de frustración.

Cuando llegué a mi habitación, cerré la puerta con fuerza y eché el pestillo, sólo por si alguien se atrevía a molestar. No estaba para nada de humor, es más, pensaba que si alguien entraba sin avisar o me dirigía la palabra siquiera, podría matarlo sin pensar.

Me tiré en la cama boca arriba y entonces mi cuerpo empezó a convulsionar. Temblaba de furia. Estaba confuso y desquiciado. "Ese idiota de Deku... Si no hubiera escuchado todo eso ayer y si no hubiera ido a su habitación. Tsk..." Esos pensamientos me martirizaban. Ya no podía cambiar lo que pasó.

Negué con la cabeza. Me estaba volviendo loco.

Cuando ya estaba más "calmado", me levanté y empecé a desnudarme. Necesitaba una ducha de agua fría con urgencia.

Aunque me negaba a admitirlo, incluso a mí mismo, me jodía que mi mente me dirigiera a recordar continuamente esa puta escena en la que Deku caía encima mío. Intentaba no pensar en ello, pero volvía una y otra vez como burlándose de mí. Maldecí internamente a ese imbécil de rizos verdes.

A ese paso mi orgullo se iría a la mierda.

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## Midoriya Izuku ##

Unos golpes en mi puerta me despertaron. Abrí los ojos desorientado. Me había dejado dormir con la cabeza sobre el escritorio.

-Deku-kun.- Hablaba Uraraka tras la puerta con preocupación en su voz.- ¿Estás bien? No has bajado a cenar.

Miré la hora. Me maldije internamente, era muy tarde. Por la ventana se podían ver las luces de las farolas iluminando la oscura noche. Había anochecido hacía horas. Me quedé mirando por unos segundos a la Luna, que apenas se apreciaba entre las nubes oscuras.

-¡Deku-kun!- Repitió Uraraka más alto.- ¿Estás ahí?

-¡Sí, Uraraka-san! ¡No te preocupes, ahora salgo!- Me apresuré a responder.-

No quería que entrara de repente y me viera así. Entre rápido al baño con nervios y me mojé la cara despejándome. Me sequé con firmeza y salí corriendo.

-Lo siento, Uraraka-san, no quería preocuparte.- Me disculpé con sinceridad inclinándome un poco. Odiaba preocupar a los demás.- S-sólo me distraje estudiando.- Mentí avergonzándome.- Ahora bajo a cenar.

Uraraka me miró con seriedad. Pero pronto se divisó una sonrisa de alivio en su cara. Bien, se lo había creído.

-Vale, Deku-kun. Pero no hagas ese tipo de cosas. Nos preocupas.- Dijo un poco apenada.- ¡Te acompañaré a la cocina!- Exclamó con entusiasmo cambiando repentinamente su gesto a uno de emoción.-

-N-no hace falta, Uraraka-san.- Agité los brazos con nerviosismo.- No tardaré mucho, y sólo te robaría tiempo de sueño.

-No, me gustaría acompañarte.- Sonreía ampliamente.- Anda, vamos.

Me cogió de la muñeca arrastrándome por el pasillo. Yo estaba cansado y me dejé llevar.

Al llegar al comedor, no había nadie. Era normal, al día siguiente teníamos que madrugar y había un examen. Me sentí culpable por estar molestando a Uraraka.

Entramos a la cocina y Uraraka empezó a coger cosas para preparar algo.

-No hace falta que me prepares nada, Uraraka-san.- Dije intentando sonar animado, pero se notó el cansancio en mis palabras.-

-No es molestia, y prefiero asegurarme de que comes algo en condiciones antes de irte a dormir. No acepto un no por respuesta.- Dijo decidida.-

Me rendí bajando la mirada al suelo y sentándome en la mesa de la cocina. Definitivamente estaba mal y no me gustaba preocupar a nadie, eso me hacía sentir peor.

Entonces se escucharon unos pasos y alguien irrumpió en la cocina.

-¡Bakugou-kun!- Se le escapó a Uraraka, que había dirigido su mirada a la entrada. Su cara era de sorpresa total.-

-Tsk... ¿Qué haces aquí tan tarde, Cara Redonda?- Su voz sonaba grave detrás de mí.-

Comencé a temblar ligeramente y mis dedos no se estaban quietos.

-K-kacchan.- Murmuré, dándome la vuelta y topándome con sus ojos ligeramente abiertos mirándome con sorpresa.-

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## Uraraka Ochaco ##

Estaba estupefacta. No podía creer que justo Bakugou entrara en la cocina a esas horas y menos cuando estaba con Deku. Pero lo que me pesaba más era la mirada repentina del cenizo sobre él. Se había producido un silencio tenso y ellos no quitaban su mirada el uno del otro.

Me molestaba. Esa cercanía que tenían ambos, aunque estuvieran separados por unos metros, como si se entendieran sin palabras. Sabía que eran dos chicos, era imposible, ellos sólo eran amigos de la infancia y ahora mantenían una relación extraña, una especie de rivalidad rara.

"Son dos chicos... Sólo eso, sólo son amigos o rivales o ambas... Sólo son dos chicos, es imposible." Me repetía una y otra vez. Pero entonces, ¿Por qué se miraban de esa forma? ¿Por qué Deku estaba excesivamente preocupado siempre por Bakugou? ¿Por qué cada vez que Bakugou estaba presente Deku estaba tan nervioso? ¿Por qué Bakugou se enfadaba más de lo normal en su presencia? ¿Por qué hoy cuando le había preguntado a Iida dónde estaba Deku él se había alterado de esa forma? ¿Y por qué ahora lo miraba fijamente con sus ojos carmines sorprendido?

No podía evitar los celos y apreté los puños. A pesar de que Bakugou es un chico, estaba celosa, sentía que estaba en medio, que no pintaba nada para Deku, y eso me molestaba.

-Deku-kun.- Rompí ese silencio que empezaba a irritarme.-

Bakugou me miro y sus ojos empezaron a teñirse de un aura asesina. Me sorprendió, pero le devolví la mirada desafiante.

-U-uraraka-san... Ka-cchan.- Deku pasaba la mirada de uno a otro intimidado.-

-Deku-kun, vámonos.- Dije, mirando aún a Bakugou. Tenía muchas ganas de sacarle la lengua.- Ya he preparado unos sándwiches.

Deku se quedó mirándonos indeciso, pero yo cogí la comida y tiré de él agarrándolo por la muñeca. Quería alejarlo de allí. Pero antes de salir giré mi cabeza hacia el rubio y le sonreí con un cinismo impropio de mí. Vi cómo me devolvía la mirada furioso, parecía que echaba chispas. Bajé la mirada a sus manos y salían pequeñas explosiones. Eso me hacía sentir orgullosa. Había desafiado al chico explosivo.

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## Katsuki Bakugou ##

Notaba la ira por todo mi cuerpo. Cuando me di cuenta, estaba sudando y mis manos echaban pequeñas chispas que apenas pude controlar. ¿Qué mierda se creía la Cara Redonda? ¿Por qué me había mirado desafiándome y sonreía llevándose a Deku?

Yo simplemente había bajado a por algo de comida porque antes había pasado de bajar para no encontrarme con los imbéciles de mis amigos. Pero en cambio me encontre al inútil de Deku junto a esa imbécil. ¿Por qué mierda me importaba? Maldición.

Seguía molesto por la situación de esa tarde. Jodidamente molesto con el estúpido de Deku. Pero no podía pasar por alto la mirada de la cara redonda.

Estaba tremendamente irritado. Cogí lo primero que pillé en la nervera echándomelo a la boca sin pensar. Masticaba con furia y pensaba en ir a por Deku y llevármelo a mi puta habitación. Pero debía controlar mi jodida rabia.

Además, como si me importara con quien estaba ese Nerd o qué hacía. Pero por más que intentaba pensar eso, sabía que no era verdad. Sí que me importaba, era una puta mierda que no quería admitir, pero me ponía malditamente mal verlo con esa idiota o con el dos caras.

Pensando así me iba a volver malditamente loco. Joder.

Me dirigí a mi habitación, pero no pude evitar pasar por el salón. Miré desde lejos a esos dos, que estaban sentados en el sofá de cara a la televisión apagada. Uraraka estaba jodidamente cerca del Nerd y me enfurecía.

-Oi, maldito Deku.- Solté de improviso acercándome.- No te acuestes tarde, imbécil.

Deku me miró confuso. Seguramente no esperaba que apareciese allí y menos que le dirigiera la palabra después de todo lo que había pasado.

-S-sí...- Murmuró más para sí mismo sorprendido y con los ojos mirándome embobado.-

Sentí la mirada de Cara Redonda clavándose en mí, pero la ignoré y salí de allí caminando rápido. Quería llegar a mi habitación de una jodida vez.

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Nota de la autora

Me pareció interesante meter a Uraraka, que además anda loquita por nuestro Deku, jaja.

Espero que os guste este nuevo punto de vista uwu. Me centraré en los principales, pero puede que vuelva a meter a Uraraka o quizás a algún otro. ¿Qué os parece?

Además, ¿Cuál es vuestra parte favorita de la historia? ^^

Gracias por leerme. ❤

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