## Midoriya Izuku ##

Cuando sonó el despertador, me sorprendió la pesadumbre con la que lo apagué. A decir verdad, el día anterior había sido un caos. En concreto, había sido mi último día de castigo después de la pelea contra Kacchan, pero Todoroki fue el único que se acercó para estudiar y estar un rato conmigo porque supongo que pensaría que yo me sentía mal por estar excluido esos días.

Lo interpreté como un gesto de amabilidad, y aunque seguía en "arresto domiciliario", pensé que no sería tan grave pasar las últimas horas con él poniéndome al día con los deberes, sobre todo porque a Aizawa se le había pasado el enfado y nos dejó unas horas de descanso esa tarde.

Lo que no sabía es que Todoroki tenía otra intención al pedirme estudiar con él en mi habitación. Aún me sentía mal por haberlo rechazado cuando se declaró, pero no podía estar con él si no sentía lo mismo.

Me vino a la cabeza Kacchan y mi ánimo empeoró. Estos días de castigo habíamos pasado mucho más tiempo juntos que en los últimos años de secundaria y preparatoria, y Kacchan no me trataba mal, al contrario, estaba muy callado, e incluso me dio un consejo cuando le pregunté.

Y pensar en que el día anterior había sucedido ese percance. Estaba seguro hasta entonces de que Kacchan se había abierto algo conmigo y empezaban a mejorar las cosas, pero verlo de tan mal humor y huyendo a su habitación, dejándome una vez más fuera de su vida, me había afectado hasta límites que no había creído posibles.

Para colmo, tenía una sensación en el pecho que dolía y sólo tenía ganas de llorar, pero ya había pasado la noche sin apenas dormir pensando en todo eso, así que sacudí mi cabeza para despejarme, pasando las manos por mi cabello para intentar relajarme. Entonces me dirigí al baño y entré a la ducha.

Sentí el agua caliente bajar por mi cuerpo casi con lentitud. O quizás fijarme tanto en los detalles hacía que el tiempo pasara más despacio. Intentaba concentrarme en ello para que los recuerdos y sentimientos no vinieran a mi mente.

Al final, mojé mi cabeza con agua fría para despejarme del todo, aunque terminé tiritando y corrí hacia mi habitación de nuevo para ponerme el uniforme. Al mirar la hora, vi que se me había hecho más tarde de lo que pensaba y me apresuré para llegar a clase.

Mi arresto terminó antes que el de Kacchan, y pude verlo de camino a clase, pero no pude mirarlo a la cara, pasé de largo como si lo ignorara, aunque por dentro deseaba gritarle y pedirle explicaciones. Otro sentimiento se apoderó de mí aparte de la rabia, era una sensación extraña, de preocupación, pero muy fuerte, como si quisiera abrazarlo para protegerlo de todo. Ignoré también ese sentimiento y seguí mi carrera hacia la clase.

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## Katsuki Bakugou ##

Mi humor era más oscuro que el traje de Eraser Head. Me regañé a mí mismo por el chiste tan malo que acababa de pensar. Me sentía como un imbécil por haberme pasado la noche en vela pensando en gilipolleces. Mi frustración y las lágrimas que solté a solas se quedaron en mi habitación para dar paso a una ira irracional hacia mi mismo y hacia todo aquel que pasara por mi lado. Sí, tenía un humor de perros. Y encima me había tenido que levantar temprano para comenzar el último día de castigo limpiando.

Estaba pasando la aspiradora con tanta ira contenida que creía que en cualquier momento explotaría y me la cargaría. Entonces lo vi. Deku pasó por mi lado sin mirarme y no pude evitar sentirme como un idiota, pero aliviado porque no tendría que enfrentar mis sentimientos... aún.

¿Pero qué le iba a decir? De ninguna manera asumiría que ese Nerd estaba empezando a despertar sensaciones inimaginables en mí. Era mi principal rival, y aunque esos días hubiésemos "hecho las paces", no significaba que eso cambiara todo el pasado anterior.

Aunque intentaba pensar eso con todas mis fuerzas, mentalizarme de que seguía siendo todo igual, que Deku seguía siendo Deku, simplemente no podía. No después de la pelea. No después de haber estallado como lo hice y soltarle lo que me llevaba callando tanto tiempo.

Sentí de repente una mano en mi hombro. No me había percatado de cuánto me había sumido en mis pensamientos. Cuando me giré, mis ojos se posaron en el bastardo mitad y mitad.

-Ey, Katsuki, ¿Estás bien?- Su pregunta me sorprendió y molestó a partes iguales.

-No te incumbe, idiota de las mitades.- Mi tono no era tan molesto como de costumbre, aunque sí algo ronco, pero era normal, eran las primeras palabras que pronunciaba en voz alta después de estar llorando y frustrado.

-Pues no pareces demasiado bien, espero que las cosas vayan mejor entre Deku y tú.- Ya está, la había cagado.

Pude notar como mis ojos se hinchaban y una vena en mi frente se hacía paso con velocidad. Lo cogí de la corbata con furia. Odiaba que justo él, que se había declarado a Deku como si nada la tarde anterior, me dirigiera la palabra para preguntarme algo tan hiriente. Pero a Deku no le gustaría ver cómo le exploto la cara a ese imbécil, así que lo solté con fuerza hacia atrás tratando de calmarme.

-...

Solté un suspiro que se escuchó más como un gruñido molesto y seguí con mi labor. Él casi se cae al suelo y estaba ahí, parado y algo conmocionado por mi actitud.

-Bakugou...- No le respondí ni me giré a mirarle.- Sé que no es de mi incumbencia... Pero aún así...

Se quedó un rato callado. Me empezaba a poner nervioso porque nunca me había dirigido especialmente la palabra y sonaba raro. No sabía qué pretendía decirme.

-Tú...- Me estresaba cada segundo más y estaba apunto de gritarle para que me dijera de una vez.- ¿Escuchaste la conversación que tuve ayer con Midoriya?

Dejé de aspirar de forma automática. ¿Qué había dicho ese bastardo? Me quedé en shock. Aún seguía de espaldas a él y no sabía qué cara tendría, pero se quedó en completo silencio. Después escuché unos pasos decididos acercarse, pero no podía darme la vuelta, no podía mirarlo a la cara, me había quedado estático por la impresión.

Vi cómo se puso delante mía y su gesto era extraño, indescifrable.

-Está bien, creo que eso es una afirmación.- Tenía tanta seguridad en su voz que me ponía enfermo.- Oye... Creo que la persona de la que está enamorado Midoriya...- Quería explotar en aquel momento, pero no podía.-... Eres tú.- Dijo por fin con un tono algo más bajo, como con resignación.-

No pude evitar que el ritmo de mis latidos subiera y mis ojos se abrieran aún más. Entonces estallé.

-¿DE QUÉ COÑO HABLAS?- Solté con todas las fuerzas que me quedaban.

Empecé a respirar fuerte porque había retenido el aire por demasiado tiempo.

-TÚ NO TIENES NI IDEA, BASTARDO MITAD Y MITAD... ¡Lárgate!- Mi tono empezaba a bajar, pero estaba muy enfadado y confundido.

Shoto no se sorprendió de mi reacción, eso me enfurecía aún más. En cambio, sonrió con tristeza y se dio la vuelta empezando a caminar en la otra dirección.

-Si no me apresuro, llegaré tarde a clase.- Dijo sin mirarme. Pero después se paró en seco y volteó su cabeza.- Y oye... Yo no tardaría demasiado en decirle lo que sientes.

Ya no tenía fuerzas para gritarle más o acercarme para golpearle y decirle que retirara eso. Más bien me sentía un poco débil, las horas sin dormir y las fuertes emociones que había experimentado me estaban pasando factura.

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Nota de la autora.

¿Qué tal os va la vida? Yo debería seguir estudiando para el examen que tengo mañana, pero no he podido evitar escribir un poco más. Qué le voy a hacer uwu.

Me gustaría saber qué opináis de cómo va transcurriendo la historia.

Gracias por leer. ❤

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