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Capítulo 9 - Salida de amigos

Nezha iba caminando por los alrededores en su forma de niño, hoy era su último día de descanso, tenía que aprovecharlo al máximo.

-Buenos días Nezha

- ¿Bing? – El azabache no esperaba encontrárselo.

-Se que últimamente he estado muy ocupado y no he podido jugar contigo, hoy es mi día libre, así que quiero compensarte...

- ¿Co-compensarme? -Nezha comenzaba a ilusionarse.

-Sí, quiero compensar el tiempo perdido de alguna forma, así que ¿qué te gustaría hacer?

- ¿Lo que sea? -Preguntó el azabache, había estado tan ocupado tratando de derrotar al mono que por un momento se olvidó de Bing; retomar su idea de salir con el peli-azul no sonaba nada mal.

-Lo que sea -contestó Ao Bing seguro.

-Podríamos...salir a pasear, ya sabes, ir a algún lado...tú y yo...juntos.

- ¡Por supuesto!, ¿un paseo por la playa? -preguntó el dragón feliz.

-No, bueno...me gustaría un lugar donde solo estemos nosotros...ya sabes...un lugar especial – hablo Nezha jugando con sus pies, hablar le estaba costando más trabajo del que pensó.

- ¿Solo nosotros?, en ese caso, conozco un lugar perfecto. -Respondió el peli-azul sonriendo.

El viento soplaba suave sobre las aguas cristalinas del lago, la brisa movía con delicadeza el pastizal y acariciaba las pequeñas hojas de los árboles, las montañas a lo lejos formaban un muro protector, manteniendo seguro el lugar, libre de cualquier contacto con el exterior. Era una vista realmente bella, aunque muy fría para su gusto, pensaba Nezha. Tanto él como Bing estaban sentados en el tronco de un gran roble.

- Casi nadie viene aquí, pero me gusta este lugar, es tranquilo y pacífico, -dijo Ao Bing sintiendo la brisa.

-Es un bonito lugar, -contestó el azabache, sería un buen lugar si no fuera por el exceso de frío, eso explicaba la falta de gente, ¿quién querría vivir en un lugar tan frío?; aun así, no se quejaría, si a Bing le gustaba el lugar a él también.

-Por cierto, te queda bien la ropa, -dijo Ao Bing, - te hacer ver más responsable, -bromeó.

-G-gracias, -respondió Nezha un poco apenado, estaba en su verdadera forma; los últimos días había estado usando yukatas largas, le gustaba más su ropa habitual, con su pecho descubierto, pero en este momento agradecía tener la yukata, ya que el frío era abrumador.

- Tener a alguien con quien compartir tu vida debe ser grandioso, -habló el azache tratando de sacarle plática, -dicen que los polos opuestos siempre se atraen, ¿tu que piensas al respecto?,-preguntó Nezha fingiendo desinterés, pues por dentro se moría de curiosidad por saber su respuesta.

-No lo había pensado, - contestó el dragón pensativo, -no hay personas perfectas, pero si tuviera que elegir, tal vez sería una persona honesta y educada, con eso es suficiente; ¿y que hay de ti?, -preguntó.

- ¿Yo?, pues...podría ser alguien sereno y amable, que disfrute los climas frescos; ya sabes...alguien opuesto a mí, - respondió Nezha un poco apenado.

-Hay muchas personas en el mundo, estoy seguro de que encontraras a esa persona. -habló el peli-azul sonriendo dulcemente.

-Bing...

- ¿Si?

- Toma, -dijo el azabache entregándole un ramo, tal parece que Bing no captó su indirecta.

-Muchas gracias, es un detalle muy lindo de tu parte Nezha, -agradeció el peli-azul tomando el ramo entre sus manos, tenía unas bonitas flores azules y blancas, amarradas con un listón azul marino.

-No es nada, -contestó Nezha, se las había arreglado para meter esas flores en su yukata.

-Sin embargo, en este momento no tengo nad-

-No te preocupes, no tienes que darme nada, - interrumpió el azabache sonriendo, que Bing haya aceptado salir con él era suficiente; y hablando de eso, la atmosfera era perfecta, en este momento tenía todo a su favor. -Oye, ya que aceptaste salir conmigo...se podría considerar que esta fue nuestra primera c-

- ¿Salida?, por supuesto, ya hemos tenido reuniones así, pero esta fue diferente, así que sí, esta es nuestra primera salida de amigos oficial; -interrumpió Ao Bing entusiasta mientras le dedicaba una sonrisa.

- Si, por supuesto, ... eso es lo que quería decir; - contestó Nezha fingiendo entusiasmo, apenas se había animado a dar un paso más y Bing le acababa de destrozar sus fantasías sin querer, ¿estaba yendo muy rápido?

-Ya que estamos hablando de reuniones, me avisaron que mañana tendremos una misión con nuestro superior, y hablando de él, últimamente no le he visto por aquí, ¿no sabes algo acerca de Sun Wuk-

- ¡¿Otra vez ese simio?!, ¿no lo podían dejar descansar en paz?, ¿qué tenía que hacer para tener un día normal, sin escuchar mención de ese mon-

- ¡Nezha!

- ¿Qué pasa? -preguntó Nezha pegando un pequeño brinco en su lugar.

-Te estaba hablando, pero te perdiste en tus pensamientos, y estabas asiendo muecas, ¿te pasa algo? -interrogó el dragón preocupado.

-Estoy bien, descuida.

-Bien, si tú lo dices, -contestó el peli-azul, -como decía, mañana nos reuniremos con nuestro superi-

- ¿No podemos hablar del mono mañana?, es decir, hoy es nuestro último día como para desperdiciarlo, mañana veremos su cara todo el día, - interrumpió Nezha tratando de no oírse irritado.

-Eso es justo de lo que quería hablar, solo hemos tenido una misión juntos y ya se llevan terrible, ¿hay algo que te moleste de él?, soy tu amigo, puedes hablar con sinceridad.

- ¿Qué me molesta de él? - ¿Bing quería que fuera sincero?, entonces sería sincero, -la verdadera pregunta sería si hay algo que no me fastidie de ese mono, -respondió el azabache con molestia en su voz.

- ¿Crees que su presencia es mala?

-No creo, estoy seguro, ese simio es un –

- ¡Nezha!, no logro entender porque piensas así de él, no es perfecto, pero es una buena persona y nuestro superior, deberías tratarlo con el respeto que se merece. -dijo Ao Bing un poco molesto.

Nezha se sobresaltó un poco, ver a Bing enojado era muy raro, la única vez que lo vio molesto fue cuando se le paso la mano con una broma.

-Espero que mañana tengas un mejor comportamiento, - habló el peli-azul mientras se paraba de su asiento y se iba.

-Bing, ¡espera!, -dijo Nezha parándose de golpe para ir a seguirlo, pero lo perdió de vista. Tal vez exageró un poco, había querido desquitar su frustración, pero escogió el peor momento para hacerlo; ahora Bing estaba molesto con él y tenía que arreglarlo...

Bing dijo que quería que mejorara su comportamiento, y es justo lo que haría...o al menos haría el intento. Era bueno en muchas cosas, pero si había algo de lo que carecía era en tener modales, en general, ya sea para comer o hablar, ser educado no era lo suyo, y su mejor ejemplo era su maestro, al cual le había faltado el respeto innumerables veces.

Cuando tuvo la oportunidad de aprender todo eso no lo aprovechó, y ahora estaba pagando las consecuencias, no solo era para quedar bien con Bing, sino que incluía algo más personal; Bing le dejó en claro que no se interesaría en alguien que fuera irrespetuoso y desastroso, y para su desgracia esa descripción le quedaba perfecta, sus posibilidades de ser el futuro novio de Bing se habían reducido a cero.

Si quería que Bing lo aceptara tendría que quitarse esos defectos de encima, al menos solo el de ser irrespetuoso, lo demás no lo cambiaría, estaba cómodo con su forma de ser.

Ahora... ¿cómo le haría para parecer más respetuoso?, tal vez podría usar esas extrañas palabras que usaba Bing, el monje le mencionó que era un honorario; sí, con eso tendría que bastar para recuperar a Bing. Lo único que faltaba era aprender cómo usarlos.

Suspiró profundo, estaba por hacer algo que jamás pensó que haría, ir a la biblioteca a estudiar.

Mas que una biblioteca era un pequeño cuarto, en donde se almacenaba información sobre todo el oriente, no era mucha, pero con suerte encontraría lo que buscaba. La habitación se encontraba a un lado de su casa, por lo que no tuvo que caminar mucho; una vez adentro buscó por cada uno de los estantes, sacó sus 4 brazos extra para acelerar la búsqueda, pasó un par de horas así hasta que dio con lo que quería.

La hoja estaba algo vieja y desgastada, pero todavía se podía leer su contenido; al parecer esas extrañas palabras pertenecían al país del sol naciente, donde sus habitantes eran sumamente honorables y respetuosos. Era de noche, sin embargo, ya estaba decidido, guardó el pergamino en su yukata y se dirigió a su casa, pasó el resto de la noche leyendo y repasando en su cuarto. 

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