«No recordaba que había pasado el día anterior, pero tampoco quería hacer memoria, se sentía muy cómodo en el lugar donde se encontraba...

La colcha era muy acogedora y suave, estaba tapado con una sábana y la temperatura era realmente cómoda. ¿Desde cuándo su cama se había vuelto tan acogedora y cómoda?, Nezha estaba tan a gusto que no quería abrir ni un ojo; por primera vez en su vida no tenía ganas de levantarse de la cama, solo quería seguir durmiendo.

Empezó a sentir como alguien lo movía de un lado a otro suavemente, trató de ignorarlo, pero empezó a ser molesto, así que en respuesta soltó pequeños quejidos de molestia, y para su alivio dejaron de molestarlo.

Sin embargo, no había pasado ni un minuto cuando volvieron a moverlo, esta vez con un poco más de fuerza, luego empezó a escuchar voces, pero todavía estaba medio dormido, por lo que solo escuchaba murmullos; ¿su madre?, no, no podía ser ella, sus padres solían irse temprano de casa, ¿sirvientes?, menos, ellos todavía le temían, no se atreverían siquiera a tocarlo, mucho menos cuando estaba en su verdadera forma. Entonces... ¿quién lo estaba molestando?

En eso un escalofrío le recorrió toda la espina dorsal, sintió una mano en su frente, rápidamente la quitó con brusquedad, ¡estaba helada!

-Déjame en paz – Dijo el azabache con molestia, no sabía quién era, pero solo quería que lo dejaran dormir tranquilo.

Agarró la sábana para taparse la cabeza casi por completo, y se apegó aún más a su colcha; para su fortuna por fin dejaron de molestarlo, sintió como si su cama empezara a moverse de manera leve, eso lo adormecía, por lo que se volvió a acurrucar para volver a dormir cómodamente.»

Ya era de día, por lo que el dúo decidió que ya era hora de partir.

Sun Wukong consideró que lo mejor era despertar a Nezha, pensó en bajarlo de su regazo y sentarlo en el piso para despertarlo, pero finalmente optó por empezar a moverlo levemente, si lo despertaba de manera brusca probablemente estaría de mal humor, y no quería darle un nuevo motivo al demonio para quejarse.

Sin embargo, lo único que obtuvo en respuesta fueron leves gruñidos por parte del azabache, no era una buena señal, así que dejó de moverlo. En eso llegó el peli-azul para ayudar a despertarlo, que lo primero que viera Nezha al despertar fuera Sun Wukong no era lo más recomendable.

-Nezha...Nezha despierta, - decía Ao Bing a su amigo, pero no obtuvo respuesta.

- ¿Estará enfermo? – preguntó el peli-azul un poco preocupado.

-Lo dudo – contestó el Rey Mono, Nezha tenía su cabeza recargada en su pecho, por lo que podía sentir el cambio de su temperatura.

Aun así, Ao Bing decidió poner una mano en la frente de su amigo para asegurarse de que no tuviera fiebre. Pero tan pronto como lo tocó, Nezha quitó su mano con brusquedad.

-Déjame en paz -fue lo único que dijo el menor para después acomodarse mejor y volver a dormir. Eso dejó perplejos a los dos presentes.

- ¿Es consiente de dónde se está durmiendo? – se preguntó el peli-azul, esperaba que Nezha reaccionara de forma agresiva con Sun Wukong, como ya era costumbre, no esperaba que se apegara más al Rey Mono como si fuera una almohada; probablemente no estaba en sus 5 sentidos.

Por su parte, Sun Wukong había permanecido inmóvil por unos segundos; el demonio se había aferrado más a él, sabía que estaba dormido, pero eso no lo hacía menos incómodo; nadie se había apegado tanto a él, ni siquiera Liuer.

Suspiró cansado, tal parecía que tendría que llevarlo cargando otra vez, pero viendo el lado bueno, no tendría que soportar las quejas del demonio; se levantó con cuidado y comenzó a caminar mientras era seguido por Ao Bing.

El peli-azul estaba un poco preocupado, Nezha no había comido nada desde el día anterior; pero Wukong le dijo que lo dejara descansar, si necesitaba alimento el hambre lo despertaría, así que no había porque preocuparse...

Ya habían pasado un par de horas...

Nezha comenzó a despertarse, ahora sí estaba en sus 5 sentidos, por lo que sentía como alguien lo llevaba cargando, empezó a hacer memoria; recordaba que estaba peleando con la comadreja, luego terminó en el piso y Bing......lo cargó, entonces... ¿todavía lo seguía cargando?, eso hizo que se sonrojara un poco, pero no desaprovecharía la oportunidad.

Sonrió para sus adentros, todavía tenía los ojos cerrados, así que aprovecharía eso; su idea era pasar sus brazos por el cuello de Bing, haciéndolo parecer un movimiento involuntario de su parte al estar "dormido".

Con cuidado empezó a pasar sus manos por la yukata del contrario, le extrañó no haber sentido el pelo de Bing, ya que siempre tenía un par de mechones en frente, pero no le dio importancia; una vez que sintió el final de la ropa dirigió sus manos a donde se suponía estaba su cuello.

Esperaba sentir una piel liza y suave, no una especie de pelaje, aunque debía de admitir que el pelaje era suave y cálido al tacto; ¿Bing llevaba puesta una bufanda?, si ese era el caso entonces la tenía muy ajustada, pues juraría que se sentía como si su cuello estuviera cubierto de pelo.

Se rio internamente de sus propios pensamientos, si Bing estuviera cubierto de pelo parecería un oso, o mejor dicho un....

Mono...

Abrió los ojos de golpe, topándose con un par de ojos rojos.

-Ya era hora bella durmiente – dijo el Rey Mono dirigiendo la vista al frente nuevamente.

Sun Wukong ya había dejado de caminar, estaba esperando a que Nezha le exigiera que lo bajara y que empezara a gritar su lista de insultos dirigidos hacia él. Esperó un momento, pero no pasó nada, volvió a dirigir su vista hacia el menor, el cual tenía la mirada hacia abajo; parecía una estatua, si no fuera porque lo tenía cargando hubiera asegurado que ya no estaba respirando.

Ya que el azabache no respondía, Wukong se decidió por bajarlo y sentarlo en el piso.

-Nezha... ¿te encuentras bien? -preguntó un preocupado Ao Bing, pues al igual que el Rey Mono esperaba que Nezha reaccionara de manera agresiva.

-Eh?, ha si...estoy bien...no te preocupes, - respondió el azabache en voz baja, quien todavía seguía en la misma posición.

Como el dúo ya había caminado por horas decidieron tomar un descanso mientras Nezha se reincorporaba, y después continuaron con su camino.

Mientras caminaban permanecían nuevamente en silencio, desde el "incidente" el azabache no había vuelto a hablar, incluso tenía la vista del lado opuesto; pero a diferencia de las veces anteriores no era porque estuviera molesto, esta vez no era por enojo, sino por vergüenza.

Nezha no sabía cómo reaccionar, hace un rato estuvo a punto de abrazar a Sun Wukong. En eso recordó lo que pasó en la mañana, cuando se acurrucó en su acogedora "cama", la cual había resultado ser el mono, el pecho del mono para ser más precisos.

Es por eso que había permanecido en silencio y con la mirada hacia al lado opuesto, no podía ver al mono a la cara sin que le ardiera la cara de vergüenza, no sabía porque le ocurría esto, pero pensar en ello tampoco era su mejor opción; pues mientras más pensara en lo sucedido más rojo se pondría, y no quería que Bing lo notara, eso lo aria aún más vergonzoso.

Pero para su suerte ya estaban llegando a las afueras de la aldea, suspiró aliviado, por fin podría librarse del mono y relajarse un poco.