Capítulo 20 - Gigante de hielo - Parte ll
Otro gran ataque de hielo fue lanzado en su dirección, Nezha logró esquivarlo rápidamente, a simple vista podría parecer que lo hizo sin esfuerzo alguno, pero la verdad es que cada vez le costaba más moverse. Solo se había dedicado a esquivar, no quería desperdiciar energía con ataques que corrían el riesgo de fallar.
-No peleas nada mal chica.
- ¡No soy una chica demonio asqueroso!
- Tienes razón, ninguna mujer tendría esa boca, -respondió el gigante.
Nezha lo miró algo confundido y molesto, ¿qué tenía de malo su lenguaje?; decidió no darle más importancia y centrarse en su pelea, se acercó con agilidad a su oponente, esta vez era su turno de contraatacar. Dio un gran salto para golpearlo de frente, sin embargo, de un momento a otro el gigante se desintegró en nieve, - ¿Qué demonios?
- ¿Tú eres la perla del demonio?, -preguntó sorprendido.
- ¡¿Y eso qué?!
-Te llamas Nezha ¿cierto?
- ¡¿Cómo sabes mi nombre?!
El gran hombre apareció detrás de él, y por reflejo tomó una posición defensiva, sin embargo, las acciones del contrario lo dejaron desconcertado. El gigante se sentó cómodamente en una gran roca, mientras lo miraba contento, -el maestro Taiyi me ha contado mucho sobre ti...
- ¿El viejo?
-También mencionó que eras muy irrespetuoso, -dijo el gigante agachándose un poco, -parece que hoy es mi día de suerte, ¡al fin saldré de esta pesadilla!
- ¿Qué quieres decir?
- ¿Dónde está tu maestro?, ¡necesito encontrarlo cuanto antes!, -habló el gigante desesperado.
-No entiendo nada, ¡explícate!, -dijo el azabache, -se supone que eres un fugitivo que tengo que atra-
El contrario lo interrumpió riendo a carcajadas, - ¿tu ibas a capturarme?, no te lo tomes personal, pero... ¿no estás un poco pequeño?
Nezha solo se cruzó de brazos molesto, ¿sería mejor si solo lo noqueaba y lo llevaba arrastrando?
-Lo siento chico, -se disculpó el gigante limpiándose un par de lágrimas de risa, para acto seguido deshacer un poco la ventisca -el frío debió ser un gran problema para ti.
- ¿Qué es lo que planeas?, -preguntó el azabache desconfiado, ¿no se suponía que era el "enemigo"?
-El maestro Taiyi dijo que te reconocería de inmediato por tus armas, pero veo que no tienes ninguna...
- ¿A qué quieres llegar?, -interrumpió Nezha, tan pronto como la misión acabe, lo primero que hará será inventarse una buena escusa para explicarle a todo mundo por qué no tiene sus armas.
-Pues verás... -comenzó a hablar el contrario, su sonrisa fue remplazada por una expresión seria, - hubo un tiempo en que yo servía al gran Palacio Celestial, pasé un tiempo liderando mis propias tropas, pero... un día... -hizo una pausa, no estaba seguro de hablar sobre eso, -tuve un problema con el Palacio y fui desterrado con mi ejército, -habló rápidamente, no diría detalles.
Nezha hizo un ademán con la cabeza para indicarle que prosiguiera.
-Al ser desterrados del cielo nuestro castigo fue convertirnos en estas cosas, -dijo señalándose a sí mismo, -no pasó mucho para que el emperador enviara a sus hombres a acabar conmigo, sin embargo, mis hombres y yo dimos lucha, al final ninguno de sus guerreros pudo contra nosotros. Desde entonces hemos permanecido aquí, de vez en cuando nos encuentran algunos de sus hombres, y nos vemos obligados a acabar con ellos para que no delaten nuestra ubicación.
El gigante volvió a hacer una pausa y después continuó, - con el tiempo fuimos apodados los ogros de hielo por nuestro aspecto; disculpa nuestro comportamiento, -habló el mayor riendo un poco, -de haber sabido que eras el aprendiz del maestro no te hubiéramos atacado. Ahora que por fin encuentro a alguien de confianza quiero pedirte un favor...
- ¿Quieres que Taiyi revierta tu aspecto?, -preguntó Nezha.
-Cerca... pero no, -dijo el gigante, -el hechizo que tenemos es muy poderoso, incluso al gran maestro le costaría trabajo revertirlo, -de un momento a otro su expresión se volvió un poco decaída, -pero incluso si tuviera esa posibilidad... no la tomaría.
- ¿Por qué no?, -preguntó el azabache confundido.
El contrario le dio la espalda y comenzó a encogerse hasta tener la estatura de una persona promedio, cosa que sorprendió a Nezha, el mayor se acercó a un pedazo de hielo cercano y miró su reflejo, su piel era de un tono azuloso. -Porque... no lo merezco, no después de lo que hice.
- ¿Qué fue lo que hiciste?, -pregunto Nezha acercándose un poco, comenzaba a sentir un poco de empatía por el hombre, no podía estar mintiendo, sus palabras estaban cargadas de emociones.
-Algo que no merece ser perdonado, -respondió con simpleza, pero podía notarse el arrepentimiento en su voz, -pero por ahora necesito que me hagas un favor, necesito ver urgentemente a tu maestro, ¿en dónde se encuentra en este momento?
-No se dónde este ahora, -respondió el azabache sincero, -pero de seguro él sí, -habló señalando la salida del bosque.
- ¿Tus amigos?, -preguntó el hombre con desconfianza.
-Son de fiar, vamos, -dijo Nezha animándolo a seguirlo, -de seguro el mono sabe dónde está.
- ¿Mono?
-Sí, el tiene contacto con el Palacio Celestial, de seguro nos podrá ser de utilidad.
En ese momento el hombre dejó de caminar, - ¿-e-estás hablando d-de S-Sun Wu-Wukong?
-Sí, ¿por qué?, -preguntó el azabache volteándolo a ver, -oye... ¿qué te pasa?, -de un momento a otro el hombre azul comenzó a retroceder.
- ¿El Rey Mono está aquí?, -habló con un poco de temor en su voz, -esto no está pasando, yo... debo irme cuanto antes.
- ¿Le tienes miedo?, -Nezha sabía perfectamente que el mono era muy fuerte, pero tampoco era para tanto.
-No es eso precisamente, no... nosotros no tenemos una muy buena relación, no después de eso...-dijo el hombre cabizbajo.
- ¿Qué le hiciste?
-Algo que probablemente nunca me perdone, -respondió con culpa en su voz, -si me entrega al Palacio estaré perdido...
- ¿Qué le pasa a los que son llevados allá?, -preguntó Nezha intrigado, ya había capturado un par de demonios anteriormente en sus misiones, sin embargo, nunca supo que les hacían a los cautivos.
-Depende de que tan grave haya sido tu delito...
- ¿Qué clase de delito cometiste tú?
-Un incumplimiento.
- ¿Me estas diciendo que te expulsaron sólo por no poder cumplir una orden?, -preguntó el azabache exaltado, ¿qué clase de loco era el emperador?, - ¿por qué envió a sus hombres a capturarte?
-Cuando un guerrero es expulsado es despojado de sus poderes, sin embargo, en algunos casos la magia no desaparece por completo; el Palacio lo considera un peligro para su reinado, así que de vez en cuando envía a sus hombres a quitar las piedras de su camino.
-Entonces dile eso a los demás, ellos entenderán, -dijo Nezha tratando de convencerlo, ya había empatizado con el hombre, y por su forma de describir el Palacio no dejaría que se lo llevaran, -el emperador está siendo muy injusto.
-La vida siempre a sido injusta, -habló el contrario, -lo siento, pero no puedo acompañarte, gracias por tu ayuda, pero solo quiero saber la ubicación de tu maestro.
- ¿Vas a empezar de nuevo con eso?, -interrumpió el azabache rodando los ojos, -lo que sea que le hayas hecho no pudo ser tan grave, si de verdad lo sientes díselo, estoy seguro de que entenderá.
El hombre rió sarcástico, - ¿cómo puedes estar de mi lado si ni siquiera sabes lo que hice?
-Si de verdad lo sientes puedes tener una segunda oportunidad.
- ¿El perdón te hará recuperar todo lo que perdiste?
Nezha lo pensó un momento.
-Decir que lo sientes no arreglará nada...
-Tienes razón, una mísera palabra no te servirá de nada.
El hombre se congeló en su lugar, y Nezha rápidamente se dio la vuela. Sun Wukong estaba a un par de metros de distancia, detrás de él había un camino de estatuas de hielo, las criaturas trataron de detenerlo inútilmente, por lo que terminaron congelados por el Rey Mono.
-Sé que después de todo este tiempo todavía sigues resentido, -habló el hombre retrocediendo, -pero esta vez tienes que escucharme.
-No me interesan tus escusas, -dijo Wukong acercándose a su dirección, -mi trabajo es llevarte a donde perteneces y es justo lo que haré.
-Oye, al menos escucha, -recriminó Nezha.
-Tu trabajo era capturarlo, no sentarte a platicar con él, -respondió Wukong molesto sin dejar de caminar. Estaba por dirigir un puño a su asquerosa cara, pero Nezha trató de detenerlo en el último momento, apenas tuvo tiempo de detenerse, sus nudillos rosaron la frente del menor. - ¡¿Qué demonios haces?!
- ¡No seas necio!, ¿cómo puedes pensar así de él si ni siquiera sabes si el Palacio fue el injusto?, - reclamó Nezha tratando de sujetarlo, de verdad le hacía mucha falta su ceda mágica.
- ¿Injusto?, -repitió el Rey Mono con sarcasmo mientras volteaba a ver al ogro, - pensé que no podías caer más bajo, pero veo que me equivoqué, ¿eres tan cobarde como para mentirle a un crío y usarlo a tu favor?
-No le mentí... solo escúchame, te lo pido, - dijo el hombre tratando de convencerlo.
- ¡Ellos te lo pidieron de rodillas!, -gritó el Rey Mono eufórico.
-No tenía otra opción...
- ¡SÍ LA TUVISTE!, pero no la tomaste... -habló Sun Wukong, -y yo tampoco haré. -Antes de que cualquiera pudiera hacer algo, hizo un par de movimientos con las manos y selló al gigante en un pergamino, el cual guardó en su bolsillo.
- ¡¿Qué hiciste?!, -le reclamó el azabache.
-Mi trabajo, -respondió el Rey Mono comenzando a caminar.
- ¿Quiénes son ellos?, -preguntó Nezha recordando lo que dijo el mono anteriormente. «¡Ellos te lo pidieron de rodillas!»
-Eso no es de tu incumbencia...
- ¡¿Qué te hizo para que lo odies tanto?!
- ¡NO TE METAS EN LO QUE NO TE IMPORTA!
Nezha dio un pequeño salto en su lugar, la repentina reacción del mayor lo asustó un poco. Wukong siguió caminando hasta llegar a la salida, mientras el azabache lo seguía por detrás con la mirada baja, ahora que estaba enamorado del mayor sus regaños lo resentían un poco.
Ao Bing los vio a la distancia, estaba por saludarlos y preguntarles por su estado, pero tan pronto como se reunieron notó la vibra en el ambiente, por lo que suspiró cansado y solo se limitó a seguirlos en silencio, ¿se habían vuelto a pelear? Caminaron en silencio el resto del viaje hasta llegar a la aldea del oeste.
Nezha se sentía un poco mal, muy en el fondo sabía que el gigante no estaba mintiendo, además de que el sujeto parecía ser una buena persona, ¿qué le pudo haber hecho el hombre para que Wukong le guardara rencor después de tanto tiempo? Una vez que llegaron cada quien se fue a su destino, excepto él, tan pronto como vio que Bing se fue cambió de rumbo para dirigirse a la aldea del monje.
- ¿Qué demonios quieres?, -habló el Rey Mono notando su presencia.
- ¿Por qué no lo escuchaste?
- ¿Vas a empezar con lo mismo?, lárgate y déjame en paz, -dijo Wukong fastidiado, estaba por irse al Palacio a terminar su trabajo de una buena vez.
- ¿Al menos sabes lo que le harán cuando lo entregues?
-No me interesa.
- ¡¿Cómo puedes ser así de ignorante?!, -gritó Nezha interponiéndose en su camino, ¿este era el verdadero hombre del que se había enamorado?
-Para ser un demonio eres bastante tonto.
Esto le molestó al azabache, estaba por golpearlo, pero el mayor lo tomó por las muñecas y lo cargó rápidamente mientras se escondía detrás de unos árboles; toda muestra de molestia desapareció enseguida, siendo reemplazada por una gran pena y vergüenza, una mano aprisionaba sus manos, la otra le tapaba la boca, y su cola lo sujetaba por la cintura, su cara estaba totalmente roja, ¿qué le había picado al mono?
- No hables, -susurró el Rey Mono.
Nezha se puso aun más rojo, si es que eso era posible, ¿qué pensaba hacer Wukong con él? De un momento a otro el mayor lo soltó, y rápidamente salió de su escondite; eso lo dejó confundido.
- ¡Gran Sabio!, -gritó Liuer entusiasmado corriendo en su dirección.
-Deberías estar dormido, -dijo Sun Wukong.
En ese momento el azabache frunció el ceño, ¿entonces el pequeño acto que el mono acababa de hacer solo fue para que el monje no los viera discutir?, se regañó mentalmente por haber pensado que Wukong tenía otras intenciones.
-Ya sé que debería estar dormido, pero quería ver si ya había llegado, -dijo el pequeño monje.
-Volveré en un momento, necesito ir al Palacio para hacer una entreg-
-Si con entrega te refieres a encarcelar a un inocente entonces estoy de acuerdo, - interrumpió Nezha saliendo del escondite mientras se cruzaba de brazos. -Estás por hacer una tontería, ¡no sabes que le harán cuando llegue!
Wukong trataba de respirar profundo, una palabra más y su paciencia se terminaría. De pronto sintió un pequeño tirón en su ropa.
-Gran Sabio... sé que no debería meterme en sus asuntos, pero... ¿es cierto que el Palacio Celestial castiga a personas inocentes?, -preguntó Liuer inocentemente. – ¿Usted solo se hace cargo de los malos verdad?
El ceño fruncido de Sun Wukong fue remplazado con una leve pero cálida sonrisa, -descuida, - habló poniéndose de cuclillas para estar más a su altura, -mientras yo esté aquí haré todo lo posible por evitar que ese tipo de cosas sucedan.
-Se lo agradezco mucho, -dijo Liuer más que feliz, -lo esperaré en la aldea, ¡que le vaya bien, también a usted Nezha-san! – finalizó el monje despidiéndose.
Una vez que ambos quedaron solos, Wukong se paró de su lugar y suspiró levemente, sacó el pergamino en donde estaba sellado el gigante y lo miró desinteresadamente. No tenía la más mínima intención de escuchar al hombre azul, pero tampoco podía entregarlo. De mala gana abrió el pergamino y quitó el sello, pero antes de que el gigante pudiera salir arrojó el pergamino con gran fuerza, el azabache vio como el pergamino salió disparado, probablemente lo lanzó a varias aldeas y pueblos de distancia.
-Ya es libre, ahora deja de fastidiarme, -habló el Rey Mono comenzando a caminar.
- ¿Lo hiciste sólo porque el monje te lo pidió?, -Nezha no entendía como Liuer podía convencer al mono tan fácilmente, él también quería esa habilidad.
-Ya vete, -respondió Wukong de manera hostil.
- ¿Por qué al enano lo tratas diferente?
-Cuida tus palabras, -advirtió el mayor.
- ¡Diré lo que me dé la gana!
Sun Wukong se dio la vuelta y lo encaró de frente, -eres muy molesto y grosero, deberías aprender modales.
- ¿Y quién me los va ha enseñar?, ¿tú?, -retó Nezha.
Wukong frunció el ceño, ¿qué podría hacer para que el demonio bajara de tono su actitud?, de pronto se le cruzó una idea por la cabeza, sonrió mentalmente, - esto será divertido, -pensó.
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