Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 18 - Sentimientos

Hace tres días hubiera hecho lo que sea con tal de quitar el efecto de la poción, se dijo miles de veces que el día en que todo acabara sería la persona más feliz del mundo. Y tal parece que sus plegarias habían sido escuchadas, pues después de tres días sus problemas habían acabado, ya no tendría que pasar por los acosos del mono, entonces... ¿por qué no estaba feliz?

Nezha caminaba por las orillas de la playa en su forma de niño, era de madrugada, no había podido dormir bien por lo que decidió salir a pasear, no entendía qué le estaba pasando; llevó una mano hacia su pecho, no era capaz de describir lo que estaba sintiendo, era una sensación indescriptible, como si en su interior se hubiera formado un vacío.

Pensar tampoco le era útil, era como si su mente estuviera bloqueada, lo único en lo que podía pensar era en sus recuerdos de la noche anterior, ... cuando estuvieron a punto de besarse, sacudió su cabeza con frustración, no se sentía atraído por el mono, solo... se dejó llevar por el momento.

El azabache cambió de ruta dirigiéndose al bosque, tal vez si cambiaba de camino encontraría algo con que distraerse, iba sin rumbo fijo, iría a donde su subconsciente lo llevara, pasó varios minutos caminado por el espeso bosque, no tenía idea hacia donde iba, pero tampoco tenía ganas de saberlo. Ahora estaba más tranquilo, la caminata le ayudó a despejar su mente, ya podía regresar a casa.

- ¡Gran Sabio!

Toda su tranquilad se fue a la basura con tan solo escuchar esas dos palabras, miró a sus alrededores tratando de reconocer el lugar, estaba... ¿en la aldea del monje?, ¿por qué su subconsciente lo trajo hasta aquí?; sus pensamientos nuevamente fueron interrumpidos por los gritos de Liuer, volvió a mirar a sus alrededores, pudo divisar al monje a lo lejos, hablando muy animadamente con... Sun Wukong.

Estaba por irse rápidamente del lugar, pero el mono notó su presencia y lo miró de reojo, por un momento sus miradas se cruzaron, quería salir corriendo del lugar y no volver a saber nada de él, pero al parecer su cuerpo tenía otros planes, cuando se dio cuenta de sus acciones ya era demasiado tarde; inconscientemente había caminado hasta quedar a unos pocos metros de distancia.

En ese pequeño lapso de tiempo, nunca apartó la mirada del contrario, no sabía que es lo que trataba de hacer, estaba parado debajo del árbol en donde estaba el Rey Mono, mirándolo como si tratara de encontrar algo en esos orbes rojizos. Wukong dirigió su vista a otra parte, sacándolo de su trance. Nezha miró a su alrededor, ¿dónde estaba el monje?, juraría haberlo escuchado hace un momento, ¿a qué horas se fue? Volvió a mirar por encima de las ramas del árbol, el Rey Mono parecía estar perdido en sus pensamientos, eso o simplemente lo estaba ignorando.

Sun Wukong no lograba recordar que fue de él los últimos días, lo último que recuerda era que estaba con Liuer, el pequeño le ofreció un poco de té, había tenido un día cansado, por lo que se tomó todo el contenido de la botella sin fijarse en los detalles; sin embargo, la bebida sabía a todo menos a té, tenía un sabor un poco amargoso. Recuerda que examinó el bote y encontró un nombre, pero no podía recordar quien era, pues de un momento a otro todo se oscureció, después de eso fue despertado por el golpe que se dio al caerse de un árbol, tampoco tenía idea de como llegó hasta ahí.

Miró discretamente al azabache, Nezha era su sospechoso número uno, anteriormente había pensado en reclamarle por sus tontas y molestas bromas, pero el dolor de cabeza no lo dejaba en paz. Ahora ya se sentía mucho mejor, sin embargo, razonó mejor las cosas, el mocoso solo lo molestaba para provocarlo, tal vez si lo ignoraba se cansaría y lo dejaría en paz de una vez por todas.

Nezha miró nuevamente hacia arriba, por alguna razón se sentía un poco mal, pero... ¿de qué? Recordó los días pasados y ese sentimiento incrementó. -O-Oye... -por fin se había armado de valor para hablarle, pero no recibió respuesta. -Oye... -Volvió a llamar, era obvio que el mono lo estaba ignorando, ya lo había hecho antes, pero a diferencia de las veces anteriores, ... esta vez saber que Wukong lo estaba ignorando lo hizo sentir un poco triste, - ¡No me ignores! ... por favor, -dijo esto último con un hilillo de voz.

El azabache se sorprendió de sus propias palabras, las últimas dos palabras sonaron más como una súplica, además... ¿desde cuándo decía por favor?, estaba seguro de que nunca en su vida le había dicho por favor a alguien. Pero al parecer sus palabras lograron llamar la atención del contrario.

El Rey Mono miró al menor por el rabillo del ojo, ¿desde cuándo ese niño decía por favor?, es más, ¿siquiera conocía esas palabras?, debió haber escuchado mal, sin embargo, eso no fue lo que más le sorprendió, sino su voz, se escuchó un poco... ¿triste?, ¿dolido? Rápidamente se sacudió sus pensamientos, definitivamente necesitaba tomar un descanso, ya estaba alucinando cosas.

-Oye...

- ¿Qué es lo que quieres?, - preguntó Wukong con molestia, tal parece que el demonio no lo dejaría en paz.

Nezha se sobresaltó levemente, se había acostumbrado al otro Sun Wukong, el que siempre lo miraba dulcemente y lo trataba con amabilidad; el Wukong que tenía en frente lo miraba con molestia y hostilidad, claramente lo quería lejos. -Y-Yo... - ¿Qué se suponía que debía decir?, tenía una sensación desesperante de querer decirle algo, pero no sabía que era. -Yo... yo solo...

-Solo dilo de una vez, -dijo el Rey Mono empezando a fastidiarse, el niño le estaba haciendo perder el tiempo.

-Yo...te debo una disculpa... -habló Nezha casi susurrando.

-Ya te disculpaste, -interrumpió Wukong, ¿su compañero lo había obligado a decir eso de nuevo?, o ¿era otra de sus molestas bromas?

-Lo sé... -dijo el azabache recordando cuando Bing lo obligó a disculparse para "hacer las paces", -pero no fue una disculpa sincera... -tragó un poco de saliva preparándose para lo que estaba a punto de decir; - nunca te traté como debía, solo te he causado problemas desde que llegaste, siento haberte dicho todas esas cosas, no quería hacerte daño, es solo que... -hizo una pequeña pausa, su voz se escuchaba cada vez más frágil, - en verdad... lo siento mucho.

Sun Wukong no lograba comprender la situación, todo se veía tan irreal, en todo ese tiempo el demonio había permanecido de espaldas, dudaba de su veracidad, pero... sus palabras se escuchaban muy sinceras para ser un juego; se bajó del árbol para averiguarlo, si era otra de sus bromas juraba que...

De un momento a otro dejó de pensar, pudo esperar cualquier cosa... menos esto, pequeñas gotas de agua salada salían de sus ojos, Nezha estaba llorando, solo lo vio por un segundo, tan pronto como se vieron el azabache le volvió a dar la espalda. Podría irse y dejarlo ahí, pero algo lo hacía quedarse, tal vez era por su forma de niño, tal vez por eso estaba sintiendo compasión.

El menor talló sus ojos con un poco de brusquedad, su mente, sus sentimientos y su cuerpo eran un desastre, no entendía el porqué estaba llorando ahora; quería salir corriendo del lugar, pero su vista estaba borrosa por tantas lágrimas, se sentía patético. De pronto se sobresaltó un poco, sintió una mano en su hombro.

-Shhhh, todo está bien, - dijo Wukong de cuclillas, tratando de sonar lo más amable posible.

Nezha no pudo aguantarlo más y tomó su verdadera forma.

- ¡¿Qué demonios crees que- el Rey Mono no pudo terminar de hablar, por un momento creyó que todo era un truco y el demonio estaba por atacarlo; pero su ceño fruncido desapareció de inmediato, siendo cambiado por una expresión de desconcierto y sorpresa, el azabache lo estaba abrazando.

- «Shhhh, todo está bien» - resonó en la cabeza de Nezha, no era la primera vez que escuchaba esas palabras, sus sollozos se hicieron un poco más fuertes. Comenzó a sentir las manos del contrario, se encogió bajo su toque y sin querer apretó un poco más su agarre, sentía temor, temor de que el mayor lo alejara.

Sun Wukong se sentía fuera de lugar completamente, el menor lo abrazaba del cuello buscando consuelo, estaba frente a un Nezha totalmente diferente al que conocía, ¿un mal día?, tal vez solo estaba pasando por un momento difícil y no tenía con quien desahogarse, tenía que ser eso, de otra forma ¿qué otra explicación había? Los sollozos del contrario aumentaban, por lo que lentamente pasó sus brazos por su espalda hasta abrazarlo por completo.

Poco a poco sus lágrimas cesaron, con cuidado se acomodó mejor en el regazo del mayor, el Rey Mono estaba un poco incómodo, pero era consciente del estado emocional del contrario por lo que no dijo nada. El azabache ya estaba mucho mejor, esa opresión en su pecho ya había desaparecido; comenzó a sonrojarse levemente, no sabía por qué, pero se sentía feliz, feliz de que toda la atención del contrario estuviera puesta sobre él, así como el otro Wukong...

- ¡Wukong-senpai!

En ese momento ambos dieron un suspiro discreto, un por que tendría que soportar a su obsesionada admiradora; y el otro porque le acababan de arruinar el momento. El Rey Mono bajó al menor de su regazo, y no pasó mucho para que la recién llegada tratara de colgarse en su cuello, sin embargo, no lo permitió.

- ¿Por qué eres tan malo conmigo?, -preguntó Mei fingiendo tristeza.

-Llegas en un mal momento, estoy ocupado, ya estaba por irme, -contestó Wukong, no estaba mintiendo, tenía un par de cosas que hacer, no iba a tardar mucho; pero le gustaría pasar una tarde agradable sin ser molestado por nadie.

- ¿Te puedo ayudar?, - pidió la chica.

-No.

-Entonces te esperaré aquí, -dijo Mei decidida.

El Rey Mono solo se limitó a bufar cansado para después irse.

Nezha estaba a la distancia, todavía se encontraba sentado en el piso, tenía una expresión neutral, pero por dentro estaba más que complacido con el espectáculo, por alguna razón le hacia feliz saber que el mono no estaba interesado en la chica.

-Hace días que no te veo por acá, -dijo Mei acercándose a su dirección, una vez que llegó tomó asiento a un costado. –Y dime... ¿qué te trae por estos rumbos?, ¿no viniste a ver al Rey Mono o sí?

-Y qué si fue así, -Nezha se sorprendió de su propia contestación, pudo haberlo negado todo como de costumbre, pero esta vez su boca lo traicionó.

Incluso Mei se sorprendió un poco, pero solo rio levemente, - ¿así que por fin lo admites?, ya te lo advertí, consíguete otro, él ya está apartado.

-Tú no puedes decidir eso, - el azabache seguía sin entender su actuar, pero no se echaría para atrás, en ese momento su parte racional lo abandonó.

-En eso tienes razón, -contestó la chica, sabía perfectamente que no importara cuanto se esforzara en llamar su atención, la decisión final era de Wukong, él decidiría con quien quedarse, -aun así, te llevo ventaja.

-JA, si con ventaja te refieres a ser un repelente estoy de acuerdo, - dijo Nezha riéndose.

-Tú tampoco vas por un muy buen camino.

El azabache dejó de reírse, - tengo mejores posibilidades que tú.

-Hay que hacer algo, haremos una competencia, el que tenga más puntos a favor tendrá el camino libre, y el perdedor tendrá que buscarse otra pareja.

- ¡Bien!, -contestó Nezha seguro, ganaría esto fácilmente.

-El primer punto es para el físico, -habló Mei, - es obvio que este lo gano yo, todo el mundo sabe que una mujer es más bonita.

- ¡Mentira!, - interrumpió el azabache, -ni siquiera sabes si le gustan las mujeres, además, soy más atractivo que tú.

La chica lo pensó por un momento, lo primero era cierto, y lo segundo... no podía negarlo, Nezha tenía buen cuerpo y bonita cara, ella misma lo confundió con una mujer la primera vez que lo vio. -Bien, es un empate.

El azabache sonrió victorioso. -Deberías rendirte ahora mismo.

-Yo lo conozco desde hace tiempo, así que tengo más derecho a quedármelo.

-Yo he estado más tiempo cerca de él, -contestó Nezha con una mirada retadora.

-No importa el tiempo, sino cómo lo aprovechaste, - dijo Mei, -por ejemplo, yo ya lo he abrazado y una vez ¡lo tomé de la mano!

- ¿Solo eso?, -preguntó el azabache burlón, - ¡a mí me ha llevado cargando!

-Ah si, ¡pues yo lo vi sin camisa!

- ¡Yo lo vi desnudo!

-Eso tiene que ser mentira, -dijo la chica dudando, muy pocos tenían ese privilegio.

-No solo eso, también me bañé con él.

-Eso lo explica, -pensó Mei, a pesar de todo Nezha seguía siendo hombre, así que tenía la fortuna de poder bañarse en el mismo cubículo que el Rey Mono en las aguas termales. -Eso sólo es suerte, a puesto a que ni siquiera sabes que champú usa.

Nezha solo frunció el ceño, no tenía idea de eso; pero por el contrario sabía otra cosa, -no sabré eso, pero a puesto que tú no sabes su tipo de perfume.

- ¿Ya lo oliste?, -preguntó la chica un poco sorprendida, para poder olerlo tenía que estar muy cerca de Wukong, y en su caso no había tenido mucha suerte con eso, tan pronto como se acercaba lo suficiente, el contrario la alejaba rápidamente.

-Sí, -contestó con orgullo, -lástima por ti, su olor es muy embriagante...

Ambos estaban mirándose fijamente con una mirada retadora, ninguno quería echarse para atrás.

- ¡Yo ya he dormido cerca de él!,- dijo Mei.

- ¡Yo encima de él!

Mei hizo memoria tratando de recordar algo para poder ganar, - ¡una vez lo acompañé al Palacio Celestial!

- ¡Yo usé su capa celestial como cobija!

La chica lo miró de reojo, desearía tener la misma suerte que su competencia; - ¡Bien!, es un empate, -dijo parándose, - que el mejor se lo quede, solo el tiempo dirá quien es el afortunado, -sentenció para después irse, ya era tarde y también tenía pendientes que hacer.

Nezha se quedó completamente solo, y en ese momento su parte racional le dio una bofetada, ¿qué es lo que acababa de hacer?, hace unos momentos se había estado peleando por ver quien se quedaba con Sun Wukong, ¿qué demonios le estaba pasando?

Rápidamente se paró y comenzó a caminar hacia su casa, siempre que Mei hablaba sobre su relación con el mono le daba igual, pero ahora era diferente, sentía molestias en su pecho, le molestó cuando la chica trató de abrazar a Wukong, ¿pero... por qué?  Siguió caminando hasta llegar a las afueras de su aldea.

- ¡Nezha!, ¿dónde te habías metido?

Nezha lo miró de reojo, era su maestro Taiyi.

-Olvídalo, personas como tú nunca cambian, -dijo Taiyi cansado, -solo vine a avisarte que mañana tendrás una nueva misión, así que ¡espero que mejores tu comportamiento!

El azabache lo pensó un poco, hace cuatro días esa noticia le hubiera causado una gran molestia, pero ahora no le molestaba; siguió caminando ignorando a su maestro, tenía las manos en los bolsillos como siempre, mañana volvería a ver al mono, eso lo hacia sentirse... ¿ansioso?, ... ¿feliz?, no estaba seguro. Estaba tan perdido en sus pensamientos que no se dio cuenta cuando tropezó, por reflejo se agarró de lo primero que alcanzó para no caerse.

Dirigió su vista hacia arriba, pero rápidamente la apartó, de todas las personas con las que pudo chocar... ¿tenía que ser con Sun Wukong?, ¿debería considerarlo mala o buena suerte?, estaba colgado de la cintura del contrario, con su rostro clavado en su abdomen; sus mejillas comenzaron a tornarse de color carmesí, por un momento, la idea de quedarse en esa posición no parecía tan mala.

- ¿Nezha?

El azabache se reincorporó de golpe, miró a sus alrededores topándose con la mirada de Bing.

Bing se acercó y lo saludó como de costumbre, para después hacer una pequeña reverencia al Rey Mono y comenzar a hablar, no sabía de que estaban hablando, ya no estaba escuchando. Era como si el tiempo se hubiera detenido... el peli-azul hablaba con Wukong, se sentía completamente ignorado, en un momento dado Bing posó su mano en el hombro del contrario, dijo algo que hizo que el mayor riera levemente.

- ¿Y qué opinas tú Nezha?, ¿Nezha?, -el peli-azul se quedó extrañado, el azabache no estaba...

Nezha golpeó con fuerza una roca cercana, quería desquitar sus frustraciones, la escena que acababa de ver le provocó algo...

Celos...

Pero esta vez no fue por el mono... sino por Bing, estaba celoso, celoso de que Bing se haya robado toda la atención de Wukong, celoso de que el mono le haya sonreído a alguien que no era él, en ese momento paró en seco, empezando a razonar lo que acababa de pensar, no podía ser cierto.

-Idiota, -dijo Nezha a la nada, todo era culpa de ese mono, todo era culpa de su mal genio, de su carácter, sus habilidades, su inteligencia, su personalidad, su amabilidad y gentileza, su físico, su suave pelaje, su aroma, su sonrisa, su voz... esa voz tan provocativa, que derretiría a cualquiera que lo escuchara.

Sus sentimientos acababan de aclararse, ya no podía seguir mintiéndose... se había enamorado de Sun Wukong. 

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro