Capítulo 14 - Poción de amor - Parte ll
Nezha forcejeaba desesperadamente sin éxito, Wukong estaba a centímetros de su boca, ¡tenía que hacer algo rápido!, rápidamente usó su seda mágica para atar al mono, una vez que pudo separarse se alejó lo suficiente, tomando su lanza y sus aros de fuego.
-Ja, -rio Nezha confiado, el mono no podía moverse, la seda lo envolvía por completo, ahora él tenía el control de la situación, - ¡ven por mí!, ¡si es que puedes!, -se burló, sin saber que con eso acababa de firmar su sentencia.
El Rey Mono, quien había permanecido inmóvil, dibujó en su rostro una media sonrisa, eso le dio mala espina al azabache, y estaba en lo correcto; de un momento a otro todo el cuerpo de Sun Wukong desprendió una gran aura dorada, Nezha observó con asombro como su lazo se desasía en pedazos, al tratarse de una seda mágica volvió a reconstruirse, por lo que volvió a usarla para atrapar al mono en ella.
Sin embargo, esta vez Wukong detuvo su lazo, y en un rápido movimiento utilizó un sello, enviando su seda a otra dimensión, un lugar que solo era accesible para el propio Rey Mono. Nezha trató de tomarlo por sorpresa, pero Sun Wukong lo esquivó fácilmente, el mono no perdió el tiempo, y también selló su lanza, junto con sus aros de fuego. Todo esto lo había hecho en un parpadeo, se movió tan rápido que incluso el azabache tardó un poco en procesar lo que acababa de pasar.
Sun Wukong lo miró de reojo, dedicándole una sonrisa un tanto presumida, Nezha no lo pensó dos veces para correr en dirección opuesta; estaba corriendo lo más rápido que podía, hasta que divisó una vieja vivienda a lo lejos, por lo que rápidamente se escondió entre unos arbustos que estaban a fuera, los cuales eran tapados por la desgastada casa.
Había pensado en esconderse en su aldea, pero sería demasiado obvio, ocultarse dentro de la choza tampoco era su mejor opción, si Wukong pasaba cerca, sería el primer lugar donde empiece a buscar. Estaba de cuclillas para tratar de hacerse más pequeño, si el mono lo encontraba sería su fin...
- ¿Estamos jugando a las escondidas?, -habló divertido el Rey Mono a la distancia.
Nezha bufó frustrado mentalmente, solo esperaba que no lo encontrara, pudo escuchar las pisadas de Wukong sobre la madera, al parecer había entrado a la vivienda, tal como lo predijo, escuchó como el mono se paseó por la habitación, para posteriormente salir. Soltó un suspiro de alivio, ya se había ido.
- ¡Te encontré!, -dijo Sun Wukong apartando las hojas de los arbustos. Nezha no tuvo tiempo de correr, el Rey Mono le cerró el paso, bloqueando su única salida.
- ¡Déjame en paz mono!, -gritó el azabache con enojo.
- ¿Estás molesto porque gané?, -preguntó el mono, -si quieres podemos volver a jugar.
- ¿Jugar?, ¡¿crees que quiero jugar contigo?!
-Tienes un mal genio, -dijo Wukong divertido, -pero hay una forma de quitar eso, -concluyó mientras se acercaba a su rostro.
Nezha puso las manos en la cara del Rey Mono para alejarlo, pero este las sujetó con una mano, en un acto desesperado giró la cabeza lo más que pudo, probablemente se rompería el cuello, sin embargo, en este momento no le importaba. Pero para su sorpresa, el mono lo soltó y se alejó un poco.
-Eres muy dramático, -habló el Rey Mono.
Nezha dio un pequeño suspiro de alivio y se paró, por fin el mono se había rendido; o eso es lo que su ingenua mente le hizo pensar, ya que tan pronto como se descuidó, Wukong plantó un fugaz beso en su mejilla, a un par de centímetros de su boca, provocando que al azabache se le subieran los colores a la cara.
- ¿Lo ves?, - dijo Sun Wukong con una sonrisa coqueta.
-Maldito mono, -pensó Nezha, y sin decir nada trató de alejarse del mono, cosa que obviamente no consiguió. - ¿No piensas dejarme en paz?
-Ya es tarde, te acompañaré hasta tu casa, -respondió el Rey Mono tranquilamente a su lado.
El azabache bufó con molestia.
- ¿Estás cansado?
-Cansado de ti, -pensó Nezha. -Sí, estoy cansado, así que porque no te larg- de un momento a otro fue alzado en el aire, - ¡BAJAME AHORA MISMO!, -gritó mientras se retorcía.
Sun Wukong lo llevaba al estilo nupcial, la primera y única vez que el mono lo llevó así, fue en esa misión cuando se quedó dormido, y recordar eso solo le traía recuerdos vergonzosos. Luchó, forcejeó, trató de zafarse y demás, pero sus intentos fueron en vano, todo el camino se la pasó gritando hasta llegar a la aldea, fue entonces cuando dejó de forcejear, lo último que quería era despertar a todo el mundo con sus gritos, sobre todo estando en esa posición. El mono siguió caminando hasta llegar a la residencia Li.
- ¿Cómo sabes dónde vivo?, -interrogó el azabache, que su acosador supiera donde vivía no lo tranquilizaba en lo absoluto.
-Eres hijo del general Li, y esta es su casa, - respondió Wukong tranquilamente.
Nezha pensó que el mono lo bajaría, pero inesperadamente el mono saltó la barda de su casa, y entró por la puerta trasera.
- ¿Cuál es tu habitación?, -preguntó el Rey Mono observando cada rincón del lugar, mientras apretaba un poco su agarre para evitar que el menor se zafara.
-A tu izquierda, -dijo Nezha de mala gana, iba a responderle qué te importa, pero luego lo pensó mejor, en este momento tenía todas las de perder, solo rogaba que no se toparan con ningún sirviente.
Sun Wukong abrió la puerta indicada y entró, la habitación era un desastre, típico de Nezha, el Rey Mono no le dio importancia y recostó al menor en su cama.
- ¿Ya te vas ir?, - más que una pregunta era una orden por parte del azache.
-Descansa, -dijo Wukong, y aprovechando un descuido de Nezha volvió a besarlo en la mejilla, -buenas noches, -susurró en su oído para después irse.
-Tsk, -Nezha chasqueó la lengua, por alguna razón el que terminó bebiendo la poción fue el mono, ¿cómo terminó así?, tendría que investigarlo mañana, tomó su forma de niño y se acomodó mejor en su cama, se acostó boca abajo, solo por si acaso...
Nezha brincó de su cama, acababa de tener una horrible pesadilla, -solo fue un sueño, -se dijo a sí mismo, ya era de día, el azabache sonrió, un mal sueño no le iba a arruinar el día, por lo que abrió la ventana para saludar al sol.
-Ahora te ves mejor
La sonrisa de Nezha desapareció al instante, siendo remplazada por una mueca de disgusto, su pesadilla no fue un sueño; cerró la ventana con fuerza, podía ver la silueta del mono del otro lado. Al parecer ese día no saldría, se quedaría ahí hasta que el simio se fuera.
-Eso es, - pensó Nezha, buscó entre todas sus cosas algo que le pudiera servir, unió y armó un par de cosas, no tenía idea de lo que acababa de hacer, pero eso no importaba, tan pronto como lo puso en marcha su creación comenzó a hacer ruido. Mientras el mono escuchara ruido pensaría que seguía dentro de su habitación ¿no?, con mucho cuidado salió de su cuarto, caminó sigilosamente hasta llegar a la puerta trasera, saltó la barda de su casa y se dirigió a las afueras de la aldea.
-Deshacerme de él fue más fácil de lo que pensé, - se dijo Nezha mientras reía, en estos momentos el mono estaba afuera de su casa esperándolo como idiota, mientras él paseaba tranquilamente por los alrededores.
- ¿Deshacerte de quién?, - preguntó el Rey Mono, - ¿estabas jugando a las escondidas de nuevo?
Nezha dejó de caminar, y rápidamente se dio la vuelta, topándose con el mono quien lo miraba divertido; frunció el ceño y volvió a caminar, sin embargo, sintió como lo tomaron del brazo y comenzaron a arrastrarlo en dirección opuesta.
- ¿A dónde crees que me llevas?, -exigió el menor tomando su verdadera forma en un intento por intimidarlo, cosa que no le funcionó en lo más mínimo.
-Tenemos que conocernos mejor ¿no?, ¿hay un lugar en especial a donde quieras ir?
-Espera, ¿Qué? -dijo Nezha soltándose de su agarre, - ¿quieres que salga contigo?
- ¿Necesito ser más directo?
- ¡No saldría contigo ni en un millón de años!
-Eso es lo que dices, pero tus expresiones me dicen lo contrario, -dijo Wukong tomándolo del mentón.
En ese momento el azabache se dejó caer de espaldas, mientras se tapaba la boca con ambas manos.
-Sólo es un beso, ¿qué tiene de malo?, -preguntó el Rey Mono sin entender el problema.
- ¡Eso no es de tu incumbencia!
-Lo será cuando sea tu novio
- ¡Ni en tus sueños!
-Entonces... ¿no te gustaría salir conmigo?, -habló Sun Wukong, esta vez usando una voz provocativa, mirándolo seductoramente mientras recargaba su hombro en un árbol.
Nezha tuvo que apartar la vista avergonzado, aún seguía en el suelo, si decía que el mono no era atractivo estaría mintiendo, ahora entendía porque Mei no le quitaba los ojos de encima; Sun Wukong dejaba en ridículo a cualquier joven de su aldea, es más, podría ganar un concurso sin esfuerzo. El azabache se paró y se dio la vuelta un poco apenado, si lo seguía mirando el mono lograría su cometido.
-Podríamos hacer muchas cosas estando juntos
- ¡Ya deja de hablar así!, - gritó Nezha tratando de tapar sus oídos, el tono de voz que estaba usando Wukong era muy seductor.
- ¿Por qué?, -preguntó el Rey Mono usando una voz más ronca.
- ¡YO ME LARGO!, -dijo el azabache comenzando a caminar.
-Bueno... supongo que no podrás ver esto, -habló Wukong usando su tono de voz normal, haciendo un par de movimientos con las manos.
- ¡¿Ver qu- las palabras se quedaron atoradas en su boca, pues al darse la vuelta no se encontró con Wukong, sino con tres, el Rey Mono acababa de hacer un hechizo de clonación; ya había oído hablar de él, pero nunca había visto uno en persona, por lo que no pudo esconder su asombro.
- ¿Sorprendido?, -dijeron los tres al unísono.
-Puft, ya lo he visto antes, -mintió el azabache fingiendo desinterés, aunque por dentro se moría de ganas por aprender esa técnica.
-Si quieres puedo enseñártelo
- ¡¿Enserio?!, -preguntó Nezha, pero rápidamente recuperó su compostura.
El verdadero Sun Wukong sonrió discretamente, Nezha acababa de morder el anzuelo.
-Hagamos una cosa, adivina cual de nosotros es el verdadero, si aciertas te enseñaré esta técnica hasta que la perfecciones completamente, -hablaron los monos en coro.
-Acep- el azabache analizó mejor las cosas, - ¿y que pasa si no acierto?, preguntó mirando con desconfianza a los monos.
-Si fallas te pediré un favor, y no podrás negarte, -dijeron los tres.
- ¿Qué clase de favor?
- Lo sabrás cuando tengas que cumplirlo.
Nezha analizó sus opciones, la oferta era muy tentadora, solo eran tres, por lo que tenía más probabilidades de acertar, pero por otro lado, no sabía que clase de favor le pediría el mono si perdía.
Sun Wukong notó que el azabache lo estaba pensando mucho, por lo que decidió hacer más presión, -esta es una técnica única en su tipo, son muy pocos los que han logrado perfeccionarla, -volvieron a hablar los tres al unísono, - pero está bien, no estas obligado a-
- ¡Acepto!, ¡no te heches para atrás! – interrumpió Nezha.
El Rey Mono rio para sus adentros.
Los tres monos comenzaron a caminar hasta quedar en frente del menor, para posteriormente rodearlo.
- Ya puedes comenzar, -dijeron.
Nezha estaba un poco nervioso, los monos estaban muy cerca de él, le estaban tapando todas sus salidas de escape. Todos se veían exactamente iguales, ¿cómo iba a saber cual era el verdadero?, se regañó mentalmente por no haberlo pensado antes de aceptar, no podía analizar las cosas con claridad, sentía que en cualquier momento los monos se abalanzarían sobre él.
- ¿Y bien?,- preguntaron divertidos.
- ¡Este!, -dijo Nezha señalando al mono que tenía en frente, sospechaba que era él por su tonta cara de enamorado; pero tan pronto como lo apuntó desapareció, al igual que el mono que estaba a su costado.
-Fallaste, -dijo el mono faltante que estaba detrás suyo.
Un escalofrío recorrió toda la espina dorsal de Nezha, dio un pequeño suspiro y se dio la vuelta para encararlo. - ¡Bien!, ¿qué es lo que quieres?
-Quiero que seas mi novio, -habló Wukong directo.
- ¡Todo menos eso!
- ¿No vas a cumplir tu palabra?
- ¡Haré cualquier cosa que me pidas!, ¡lo prometo!, menos algo que tenga que ver con relacionarme contigo, -dijo Nezha, ahora se arrepentía de no haber pensado bien las consecuencias de lo que pasaría se perdía.
- Te sientes atraído por mí ¿por qué tanta resistencia?, -preguntó el Rey Mono.
- ¡No estoy enamorado de ti idiota!
-Sí lo estás, sólo necesitas que te lo confirme, -dijo Sun Wukong seguro.
- ¿Por qué estás tan seguro?, ¡ni aunque trataras por siglos lograrías hacer que me interese en ti!
-Hagamos algo, sal conmigo por diez días, si no logro que te intereses en mí te dejaré en paz, pero si logro enamorarte serás mi novio. -Habló Wukong con mucha seguridad en sus palabras.
-JA, ¿y porqué mejor no me dejas en paz de una vez?, así te evitas el fracaso.
-Eso o cumple tu palabra y sé mi novio.
- ¡Está bien!, ¡saldré contigo!, pero con una condición, solo será por tres días. -Nezha sabía lo injusto que estaba siendo, ¿quién podría enamorarse en tan solo tres días?
-Bien, trato hecho, -dijo el Rey Mono con la misma seguridad.
Esto desconcertó un poco a Nezha, el mono se veía muy confiado y seguro de sí mismo.
-En tres días no querrás despegarte de mí, -finalizó Sun Wukong.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro