extra ²
Donghyuck y Jiyu podían ser como el agua y el aceite. Dos cosas que no tenían nada en común y se odiaban a muerte.
Pero habían momentos, como este, dónde el cariño era superior y dejaban de lado las ganas de matar al otro.
Jiyu no era alguien pegajosa, no le gustaban los abrazos o besos continuos, pero no sé encontraba en posición de queja.
El principito mocoso, se encontraba enfermo y más mimoso que un gato.
Abrazándola y exigiendo besitos a cada rato.
Era común en Donghyuck ser tan afectivo, y esto se multiplica cuando alguna enfermedad ataca.
---- amor..
---- no, pídele a tu madre.
---- quiero un besito..- balbuceó, haciendo un puchero sobre el hombro de la chica - uno chiquitito..
Jiyu suspiro y estiró sus manos y piernas, quejándose en el proceso.
---- estás enfermo.
Sus extremidades dolían, Donghyuck durmió encima de ella toda la noche y ahora le estaba pasando factura.
Una cosa es pasar un ratito, pero otra diferente era dormir la noche entera.
---- y tú bonita.
--- idiota.
---- ¿Por tí? Siempre. - sonrió mostrando sus blancos dientes y sus ojitos como medialunas - beso..
---- pídele a tu mamá.
---- está lejos, dámelo tú.
---- que lastima, no quiero.
---- Ugh..te haces la difícil pero bien que te gusta - murmuró acercándose de a poco, estirando sus labios como un pato - unito, unito.
Jiyu suspiró, logrando que el flequillo de Hyuck se moviera.
---- me vas a contagiar.
---- me encargue de contagiarte durante la noche, bebé.
"Bebé" aún no se acostumbraba a ese sobrenombre. Y es que lo decía de una forma muy dulce y cariñosa, como si fuese empalagoso decirlo.
Donghyuck no dejaría de decirle así, porque le encantaba como sus mejillas de tintaban de rosado muy leve e intentaba disimularlo apartando la mirada y mordiendo el interior de su mejilla.
Aprovechaba para acariciar con sus tibias manos las costillas de Jiyu, causando cosquillas muy leves y riendo cuando ella intentaba alejarse o temblaba su cuerpo.
Con cada pequeña reacción de su gato gruñón (a.k.a Jiyu), desde una mirada llena de fastidio hasta sus brazos somnolientos en la madrugada.
Cuando los bordes de sus labios se manchaban con su helado favorito, haciéndole ver más tierna y adorable de lo cotidiano. Atacando con piedad alguna al corazón enamorado de Donghyuck, que sufría de ataques cuando ella le miraba con sus ojos llenos de ilusión al probar el dulce helado.
Ahora estaba jugando con él, fingiendo que le molesta ser abrazada y recibir mimos, cuando en secreto lo ama y quiere muchos de ellos.
---- ya lo sé, me ví en la horrible obligación de someterme a pasar la noche contigo con tal de no escuchar tus lloriqueos.
Donghyuck se acurrucó más en su cuello, dejando pequeños besos húmedos allí mientras reía. Jiyu llevó su mano al castaño y ondulado cabello del príncipe, escuchandolo soltar aquella risa aniñada llena de alegría al ser correspondido en sus cariñitos.
---- ¿Quieres ver una película?
---- ¿Vas a elegirla tú?
---- obvio. - Respondió el príncipe, ganándose un golpe en su espalda - bueno, podemos discutirlo.
---- vas a poner la que tú quieras, malcriado.
---- no te enojes, Jiji..- le abrazó por completo, acariciando su espalda - te ves feita.
---- con tus palabras bonitas no vas a evitarlo.
---- ¿Te gustan? - salió de su escondite, sonriendo - yo sé que sí..
La querida reina iba a tocar la puerta, pero detuvo sus movimientos al oír la risa de ambos jóvenes, quienes ya se encontrabas peleando con las grandes almohadas de la cama del príncipe.
---- ¡Atrás, maldito ser apestoso y mocoso!
---- ¡Vas a caerte, idiota!
Y efectivamente, se escuchó un estruendo, seguido de la risa de Donghyuck, quien fue regañado por su novia.
Con una pequeña sonrisa, finalmente se alejó de la puerta. Les avisaría más tarde, no podía arruinar el momento.
***
Con fuertes trompetas y cientos de personas en el castillo, podían apreciar la figura de la familia real esperando pacientemente a la finalización de aquella canción.
Fue un hombre, del cual Jiyu desconocía su nombre, quien se acercó al micrófono y comenzó con sus palabras.
Jiyu estaba asustada. Por primera vez vio a Donghyuck serio, sin ningún rastro de felicidad o tristeza, solo seriedad y dolor.
---- el principe Lee Donghyuck se ha convertido, por el fallecimiento de nuestro soberano querido, en nuestro único valido y legítimo señor. - alzó la mirada de sus papeles, mirando al público - ¡Dios salve al rey!
---- ¡Dios salve al rey! - respondieron en coro todos los presentes -
Donghyuck se alejó de su lado soltando con cuidado el agarre de sus manos que escondió en su espalda.
---- el reinado de mi padre será algo difícil de superar, fue alguien devoto a sus ideales y principios, es..una gran dolorosa perdida para todos - su voz sonaba más grave de lo normal, cansado y algo gastada - soy muy consciente de esta herencia y de los deberes y obligaciones que tengo que cumplir como rey. Juro ante Dios que daré mi mayor esfuerzo por mantener una racha de buena vida en nuestros reinos.
El público se mantenía al tanto de sus palabras, algunos grabando y otros fotografiando el momento.
---- aunque soy joven y algunos piensen que cometeré muchos errores, aún mantengo a una asombrosa mujer que se encargará de regañarme de ser necesario. - algunos rieron cuando la, ahora ex reina, se sorprendió - y también a una muchacha que tiene una vista maravillosa sobre la vida, unos ojos que pueden ver problemas que a veces olvidamos por nuestros privilegios. He aprendido de mis padres, hermano y de quién me trae enamorado, haré un buen trabajo, no duden de mí.
Tras una oleada de aplausos, Donghyuck volvió a su lugar, dónde sucedería aquello que lo ponía más que nervioso.
-
--- sean bienvenidos todos a la coronación de nuestro querido rey, Lee Donghyuck.
Jiyu quería solo tomarle de la mano, pero al ahora estar sentados en diferentes tronos, era imposible.
Le tomo por sorpresa aquello, pero la reina se lo pidió y tomó asiento en el que era anteriormente su trono.
¿Cómo podía hacer eso? ¿No estaba mal..?
Los invitados tomaron asiento, mirando con atención y paciencia los suaves movimientos que la ex reina hacía mientras le pasaban una caja de vidrio que contenía la corona.
Sabía que detrás de ese rostro neutro, estaba el Donghyuck lastimado y sollozando por su pérdida.
---- hemos perdido a nuestro rey, nuestro amado rey, pero nos ha dejado a un maravilloso hijo, que seguirá sus pasos. - la señora Lee hablo, mientras subía los escalones para llegar a su hijo - Tomando las decisiones más importantes para nosotros y velando por la felicidad y seguridad del reino.
La madre y hermanos de Jiyu estaban cerca, en los bancos de enfrente junto a Somi, Jimin y Minjeong.
Ella también estaba nerviosa.
El anillo de compromiso descansaba en su dedo, ayudándole a liberar el estrés dejándose girar a cada rato.
---- ahora, todos de pie. - habló aquel hombre cerca del micrófono - haremos un momento de silencio, conmemorando al Rey Lee.
La reina estaba del otro lado, sujetando la corona en sus manos con delicadeza completa, algo de dolor y temor de seguro. Jiyu sintió pena, ella pasó sola todo este tiempo.
---- le pediremos a nuestra reina que corone a su hijo, Lee Donghyuck, nuevo rey del reino de Seoul.
La madre sonrió al acomodar aquella pesada corona sobre la cabeza castaña de su hijo menor, tomándose el tiempo de darle una dulce mirada y acariciar su mejilla.
---- lo harás bien..- logró escuchar Jiyu - tienes una buena compañera.
Eso repetía siempre el señor Lee. Jiyu sintió un nudo en su garganta, también estaba triste aunque no lo dejara ver.
---- y te tengo a tí. - respondió Hyuck, ladrando un poco su cabeza para no alejarse de aquel suave mimo - gracias, mamá.
Los ojos de la reina se llenaron de lágrimas, pestañenado para alejarlas antes de volver a su lugar, quitando ahora su corona.
Jiyu miró sorprendida a Donghyuck, quien aguantó sonreír y apartó la mirada.
---- le sedo mi cargo a quien sé que acompañará a mi hijo, lo amará y trabajará duro para hacer de este reino el mejor de todos.
La madre de Jiyu cubrió su boca sorprendida. Ya era nuevo verla con aquellos elegantes vestidos y peinados hermosos, ¿Ahora reina?
La señora dejó la corona descansar sobre el largo cabello negro de Jiyu, quien aún no asimilaba la situación.
Moviendo los dedos de su mano, para alentarle a tomarla y ella dudando si hacerlo o no. Por regla sabía que no debería, porque está algo prohibido mostrar afecto en público siendo de la familia real, pero..
---- Jiyu..- volvió a subirse Hyuck - toma ven aquí.
Sus dedos se entrelazaron, sintiendo en su dorso los cálidos y suaves labios del ahora rey.
---- ¡Hurra por el Rey Donghyuck!
---- ¡Hurra!
---- ¡Hurra por la Reina Jiyu!
---- ¡Hurra!
Aplausos y nuevamente las trompetas se hicieron oír, cuando Donghyuck comenzó a caminar por aquel pasillo largo que los llevaba a la puerta del castillo.
Siendo recibidos por cálidos aplausos del pueblo entero, quienes celebraban con alegría la coloración de aquel travieso príncipe ahora rey.
---- Te ves preciosa. - susurró cerca de su oído - mi reina.
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