Cap #4
A mediados de septiembre por fin lo volví a ver, fue gracias a una cena con unos invitados de mi padrastro, cuando nos vimos el me saludó como de costumbre pero me evitaba en cualquier ocasión en la que estábamos relativamente cerca.
Después de larriba, se fue para el balcón a fumar con uno de los invitados, yo me acerqué, y unos minutos después, el invitado nos dejó solo, cosa que aproveché para sacear mi curiosidad.
—Y ¿Qué ha sido de tu vida? Parecía que la tierra te había tragado...
—Ja ja -Soltó con sarcasmo- La verdad es que he estado muy ocupado.
—¿Y en que cosa?
—Tu todo lo quieres saber, no?
En ese momento sonó su celular
—Ya se acabó la cena -Contestó una vez atendió la llamada- No te preocupes que por nada del mundo faltaré... Dile a Stevan que estoy por llegar, máximo unos veinte minutos... Ok, chau.
Terminó de hablar y sin siquiera mirarme a los ojos me soltó un "Chau Erika" y se fué. Yo me quedé ahí parada, perpleja, Jimin se había ido sin decirme ni una sola palabra morbosa, por mi cabeza pasaron miles de pensamientos que me decían que ya no le llamaba la atención, que como ya se había acostado conmigo me desechó como hace con todas las tipas... Esas palabras que me decía: "Princesa, te deseo","Déjate llevar"," Te voy a hacer gozar","Te voy a enseñar los grandes placeres" Todas se las había llevado el viento y aunque me cueste admitirlo, llegué a odiarlo por eso, me sentía utilizada y desechada, pero cuando me tocaba en las noches, lo recordaba, recordaba cuando estaba metido entre mis piernas lamiendome el clítoris llevandome a experimentar el más delicioso de los orgasmos.
No podía creer lo que me estaba pasando, a parte de odiarlo también lo deseaba, deseaba tenerlo nuevamente desnudo entre mis sábanas, que tan mal tenía que estar para desear eso!? Yo que al principio me opuse y luchaba contra su acoso ahora lo quería de vuelta entre mis piernas.
Traté de olvidarme de esas sensaciones, pero no fué fácil hasta que llegó octubre, y ahora tenía que pasar dos meses de estudios en el cantón de Interlaken.
Ese día todos fueron a la montaña conmigo, todos menos él...
El paisaje era hermoso. Después de varias horas llegamos a Interlaken, la escuela estaba justo en la cima de la colina... Se veía tan llena de vida y de gente, habían muchas chicas de mi edad, incluso hasta más jóvenes acompañdas por sus familias, algunas amigas mías estaban entre ellas incluyendo a una vieja rival de la escuela, por desgracia esta institución era solo para mujeres.
Después de hecharle una leve ojeada al lugar bajaron mis maletas y yo me encaminé a averiguar dónde estaba mi habitación, una vez lo supe, mis familiares me ayudaron a cargar el equipaje hasta arriba, descubrí que me había tocado con una Suiza, ella aún no llegaba pero su nombre y dos apellidos estaban escritos en la puerta.
Yo hubiera querido que me tocase con una de mis amigas pero tendré que resignarme, al menos tenía una hermosa vista desde el balcón, la montaña se veía hermosa. Después de media hora hubo una charla y todas las chicas se reunieron, se trataba de la clásica perolata aburrida con reglas, advertencias, prohibiciónes, etc, al terminar y todas nos despedimos de nuestros acompañantes.
Cuando entré a la habitación mi compañera ya se estaba instalando, al parecer estaba media loca, llevaba un piercing en la ceja y era portadora de un peinado masculino, más encima estaba en sobre peso y para rematar no hablaba conmigo... Lucía como una persona acabada de salir de prisión ¡Que horror!
<Se puede tener mas mala suerte?> Lo dudo.
Esa noche no podía dormir porque Loren (La Suiza) estaba rondando, entre la irritación y el aburrimiento bajé mis dedos a mi sexo y comencé a divertirme un rato, el solo saber que no me encontraba sola aumentaba mi deseo y satisfacción... Agarré mi almohada y la apreté con fuerza contra mi cara, lo que menos quería era que se me fuera algún gemido.
—Uhhhhh.... Ahhhgggg.... Ummmm.... Mmm... Uhhhhh.... Ahhhh....
Esta vez estaba gozando de verdad, ninguna de las veces anteriores se podía comparar con el placer de esta, más aún así, estaba muy lejos de parecerse al placer de la lengua de Jimin lamiendome el clítoris.
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